Los proveedores de China

China exportó el coronavirus al mundo y, a continuación, todos los gobiernos empezaron a buscar proveedores chinos de material sanitario porque este país, pese a su dictadura, o precisamente por ella, es el gran productor de cualquier cosa que se necesite en grandes cantidades o, mejor dicho, de cualquier cosa. Pero el gran volumen de negocio les está llevando a subcontratar: Myanmar (que también es consumidor), Vietnam, Indonesia e incluso México son países en los que se han instalado plantas chinas que manufacturan parte de la producción, según Magnet. Este mundo va a la velocidad del rayo.

Y la competencia mundial

China es una dictadura, aunque en nombre del comercio mundial haya sido blanqueada hasta en sus momentos más delicados, como este. Y los proveedores chinos son los propios de una dictadura, no de una democracia. Es triste pero explica lo que le sucedió a Díaz Ayuso, según su propia versión: el material sanitario para la Comunidad de Madrid que anunció pero no llegó al principio de la crisis sanitaria, simplemente, se lo quedó otro gobierno que pago más por él. Por esto, precisamente, hablamos de crisis sanitaria. Y ya que hablamos: ¿a qué estamos abocando a los países en vía de desarrollo?

Que no se escape este tema

Durante el confinamiento no se nos pueden pasar noticias que invitan a la reflexión como esta de Vozpópuli: “Hallan 50 inmuebles de Villarejo, incluidos palacetes en Uruguay y casas en el Caribe”. El valor de esas viviendas ascendería a más de 16 millones de euros, pero sigue siendo una parte de lo que podría haber capitalizado este ex agente de la policía nacional. Él mismo se jactaba en una grabación, ante Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de que los investigadores no habían encontrado ni el 10% de su patrimonio. Entonces hablábamos de 12 sociedades. Hoy sabemos que solo entre Estepona y Benalmádena es propietario de 14 viviendas.

Si el fútbol alemán está así…

Estos días hemos leído sobre cómo en Alemania alertan de posibles repuntes de la pandemia con la relajación de un confinamiento ya de por sí relajado. Si ellos están así… Nosotros nos veremos igual o peor. Y las derivadas sanitarias del coronavirus no son las únicas comparables: si, como avisa Hans-Joachim Watzke, director ejecutivo del Borussia Dortmund, la Bundesliga está en peligro de hundimiento, ¿cómo estarán los equipos de la liga española? En este caso, además, los equilibrios financieros alemanes no son iguales que los riesgos que asumen los clubes más cercanos. Y del fútbol vive mucha gente, no solo los jugadores.

Eskerrik asko, Ainhoa

El de Ainhoa Tirapu es uno de los primeros nombres del fútbol femenino con el que me familiaricé. Era fácil para mí porque jugaba en mi puesto, el de portero, y en mi equipo, el Athletic. Esta semana, Tirapu ha anunciado que se retira después de 17 años en la élite (15 en el club de Ibaigane). Según la Adurizpdia, forma parte de los 5 porteros que han logrado defender 15 años el mismo marco junto a Iribar, Casillas, Busto (Sevilla) y la portera Alicia, del Rayo Vallecano (que esta temporada no ha debutado). Mila esker por todo lo que has hecho por el fútbol dentro y fuera del campo, Ainhoa.

Midamos la legitimidad

La situación es dura: el confinamiento agrava los dramas familiares (mujeres obligadas a convivir todo el día y toda la noche con su maltratador, personas con problemas psicológicos recluidas en casa, etc.) y también los laborales. Pero no puede convertirse en carta blanca para todas las reivindicaciones: de pronto, conocemos al sindicato de inquilinos que prepara una huelga de pago para estos días que empieza el mes. ¿Quiénes son? ¿Distinguen entre VPO de alquiler o propietarios particulares que dependen del ingreso? ¿Debemos los medios darles espacio y legitimidad? ¿Quién para esta espiral?

Dejemos de hacer comparaciones

Si las cifras ofrecidas por la dictadura china siempre han generado dudas, cuando menos, ahora que se relajan las medidas, los números que vamos conociendo son terribles: la periodista Elieen Guo habla de entre 42.000 y 46.000 fallecidos solo en la ciudad de Wuhan. Cifra que se basa en el número de urnas y féretros que, una vez levantado el confinamiento de toda la ciudad, empiezan a contabilizarse. Igual si hubieran ofrecido esas cifras desde el principio el mundo se hubiera preparado mejor. No echo la culpa a nadie, pero tampoco creo que debamos seguir poniendo a China de ejemplo o referencia.

No les regalemos los argumentos

El fascismo populista, el de un lado y el de otro, mezcla cualquier tema de actualidad con sus intereses particulares. Y si en vez de un tema de actualidad encuentra un relato épico como el de los sanitarios durante estas jornadas, por supuesto, el fascismo populista lo muerde fuerte y no lo suelta. Así, en Twitter hemos encontrado decenas de cuentas que ahora aseguran haber “dado todo en urgencias” y, por ello, le “acaban de confirmar mi positivo en Covid”. Sí, son decenas (hay diferentes denuncias desde varias cuentas), sí, con exactamente el mismo texto y, sí, todo apunta a fascistas y populistas.

Veremos a los extremos unirse otra vez

Para lo que no ha usado ningún subterfugio Vox es para boicotear la aplicación del Gobierno español para intentar contener el coronavirus a la coreana: controlando a la población por medio de su móvil. Tengo la impresión de que Vox, con este movimiento (ha recomendado poner en modo avión los teléfonos), se ha anticipado a otros partidos, también de izquierdas, por supuesto, contrarios al control gubernamental, que hablan siempre de un “estado policial” y que buscan cualquier mierda descontextualizada para atacar a las fuerzas de seguridad. A ver cómo logran que no se les vea lo que les es común.

No dejemos de ser personas, por favor…

Hay una especie de convención durante este confinamiento de vestir con algo azul a niñas y niños que necesitan salir de casa por sus circunstancias diversas. Personalmente, no me molesta verles con algo azul porque me niego a verles “marcados”. Son circunstancias especiales para todos. Lo que me da pena es que sus amas y aitas hayan decidido hacerlo para que nadie se sienta molesto o, directamente, les insulte desde el balcón. No necesitamos a chivatos detrás de las cortinas ni a energúmenos de terraza. Necesitamos ser humanos para quedarnos en casa y comprender que si vemos a alguien en la calle será por algo.

Entonces, ¿para qué sirve?

Si en plena crisis sanitaria mundial la sanidad privada está barajando la solicitud de un ERTE para más de 28.000 empleados (según Público, estos serían los de un consorcio de clínicas privadas, pero podrían sumarse más fuera de esa alianza), ¿para qué sirve? Doy por hecho que estamos hablando de centros estéticos (que también hacen son importantes para las labores de reconstrucción), pero no solo. ¿No se pueden adaptar todos los centros a las necesidades actuales de urgencia más rápidamente que un hotel? ¿No son sus sanitarios hoy valiosos? Desde luego, que la Sanidad Pública es imprescindible ya ni se discute.

No me creo a China

Cada vez que veo una comparativa entre cifras de afectados por el coronavirus en China y en Europa tengo la impresión de que las cifras del gobierno oriental son falsas. ¿En una dictadura con tantas desigualdades han manejado mejor una crisis sanitaria desconocida que en estados europeos con servicios sociales universales? Imposible. El periodista Zigor Aldama ha tuiteado un hilo explicando que esa duda también la tienen en China. De hecho, diarios “locales” (en dimensiones chinas) hablan de cientos de muertos no contabilizados. ¿E infectados? ¿Cuántas personas han quedado y quedan hoy, como siempre en China, al margen?

¿Es el momento de dimisiones?

¿De verdad alguien cree, como sugiere Alberto Olmos en Twitter, que este es momento de dimisiones o ceses por la crisis sanitaria y social actual? ¿De verdad alguien cree que este es el mejor momento para ponerse a buscar nuevos responsables y que estos se pongan al frente de equipos agotados y desanimados que se enfrentan a algo para lo que nadie estaba preparado (absolutamente nadie, y quien diga lo contrario se enfrentará a la cruda realidad)? ¿De verdad alguien cree que es el momento de ver rodar cabezas de políticos y técnicos, entre las de los muertos? ¿De verdad alguien lo quiere?

Nos sobra ansiedad

Entiendo que las personas que estén confinadas en sus casas y estén solas o sin hijos, teletrabajando, lleguen a aburrirse. Pero los que tenemos que combinar el ordenador con la cocina y los pequeños, desde luego, acumulamos estrés. Pero creo que todos llevamos una carga de ansiedad tremenda. Los informativos, Twitter, WhatsApp, son una máquina de producírnosla con el contador de muertos, las noticias sobre funerarias que no dan abasto, el Ifema convertido en hospital o la ronda de ciudades con más casos. Es la realidad, sí. Pero la carrera por el catastrofismo no ayuda a nadie.

¡Cómo que no nos salvará el Estado!

No discuto la valía de Pablo Iglesias ni de ninguna de las ministras o ministros de Podemos. Están tan capacitados como los que podría proponer el PSOE o el PP, y mucho más que cualquiera de los de Vox. Pero me asusto cuando veo declaraciones como las de Rafa Mayoral que hacen propias en Podemos: “De esto no nos va a sacar el Estado, nos vais a sacar vosotros y vosotras. Solo el pueblo salva al pueblo”. ¿Cómo que el Estado no va a sacarnos de esto vía Sanidad Pública y medidas de reactivación de la economía? ¿Cómo que cuatro ministerios y una vicepresidencia no les identifica como “Estado”?

China sigue siendo una dictadura

No culpo a China ni por el surgimiento del coronavirus ni por su expansión. En un mundo de locos e hiperconectado como el nuestro esto iba a pasar tarde o temprano. Pero tampoco creo que debamos perder de vista de qué hablamos cuando lo hacemos de China y, sobre todo, de su gobierno. Se trata de una dictadura en la que las desigualdades sociales son atroces. Sigo sin creerme la cifra de contagios y muertes que da el Estado, basado en un partido único (y más, viendo cómo ataca en Europa), y me niego a lavar la cara a un régimen aunque ahora esté exportando material que necesitamos. Gracias… Y punto.

Y este sigue siendo lo de siempre

Después de confirmar que no tiene coronavirus, Santiago Abascal ha vuelto a mostrarse en Twitter como es: “No puede ser que la crisis económica nos haga más daño que la pandemia. Es el momento de una gran liberación fiscal de cuotas y cotizaciones a los autónomos y pymes. Y de eliminación de todos los ministerios y consejerías superfluas, y de subvenciones a sindicatos, partidos, etc.”. No faltará quien diga que este hombre está enfermo todos los días del año. Solo así puede mezclarlo todo y sacar un cóctel perfecto… para sus mierdas. Por cierto, el que vivió de un organismo público probadamente superfluo fue él.

Son nazis, Isabel

Isabel Díaz Ayuso ha llamado “grandes” a los integrantes del Frente Atlético que, vía Twitter, se han mostrado disponibles a colaborar como voluntarios. Alguno sí será grande de tamaño, pero en general, si algo ha quedado claro es que en ese colectivo hay unos cuantos nazis. Así que, del mismo modo que no podemos blanquear una dictadura por culpa del coronavirus, no podemos blanquear a la ultraderecha. Y Díaz Ayuso debería de ser consciente de que no habla ni como madrileña ni como política del PP, sino como presidenta autonómica. Y si lo sabe y sabe lo que hay en ese frente y, aun así, actúa de este modo, peor.

“Podemos pide al gobierno”

Cada vez que leo la frase “Podemos pide al gobierno” me acuerdo de Martin Garitano, que salió de su despacho cuando era diputado general de Gipuzkoa para sumarse a una manifestación contra la institución que él mismo presidía. Nadie entendió esa dualidad en Euskadi… Como nadie la entiende en España en el caso de Podemos. Una persona que sabe de esto mucho más que yo me explicó en una ocasión que en política lo peor que te puede pasar es no saber quién eres. Y si Podemos no tiene claro si es gobierno u oposición, o juega a ser las dos cosas… Le irá mal. Allá ellos y a quien le valga.

Iglesias descubre que los demás tienen corazón

Uno de los tuits que más me sorprendieron la semana pasada fue este con unas declaraciones de Iglesias: “Debo reconocer que no imaginaba que una de las primeras preocupaciones de la ministra de Defensa iba a ser la situación de las personas sin hogar. Me emocionó y he de reconocer que es un honor trabajar a su lado”. Igual Pablo Iglesias pensaba que nadie más que él tenía sensibilidad o empatía… Como pensó que nadie más que él tenía sentido de la democracia y la decencia, o que nadie más que él era capaz de hacer entrevistas, o que nadie más que él era un académico íntegro y coherente.

El daño irreparable que nos hacemos

No me gusta la moralina ni ser un Pepito Grillo, pero creo que el día de hoy es el más adecuado para que les hable del consumismo que nos va a devorar: en El Confidencial encontramos una pieza muy interesante sobre cómo los productos tecnológicos chinos que compramos en Internet, mucho más baratos y menos duraderos, son tremendamente dañinos con nuestro planeta. Pero la culpa no es de quien los fabrica ni de quien los vende, sino de quienes los demandamos: para producirlos se necesitan los mismos recursos que para un producto similar más caro y duradero y, por supuesto, nadie los repara.

El problema no es China

La dictadura china no me gusta como no me gusta ninguna dictadura. Y menos cuando es blanqueada por la izquierda y por los liberales en nombre de la revolución y el mercado. Cosas de este incomprensible siglo XXI. Pero en cuestiones de consumo el problema no son los chinos que se limitan a fabricar lo que reclamamos desde el resto del mundo: baratijas conectadas a Internet. Ellos tienen tecnología y conocimientos de sobra y lo suelen demostrar: en Shangai sustituyeron la pirotecnia por drones durante la Nochevieja y crearon un espectáculo fascinante que hacía “viejo” cualquier otro.

¿Estrenan algún videojuego hoy?

No sería raro que algún miembro de la casa estrenase hoy un videojuego traído por los Reyes Magos de Oriente. Para los que lo traen es un chollo porque pesan poco. Para los que los reciben, un acierto casi seguro. Y para el que los produce otro motivo para continuar: el sector ha facturado en todo el mundo “alrededor de 107.490 millones de euros en 2019, lo que supone un 3% más que la cifra del año anterior, siendo Fortnite el videojuego que más beneficios ha generado” (La Información). Hablamos de una industria que puede superar a la del cine o la música y que, por lo tanto, no es menor.

Pero no nos volvamos locos con la tecnología…

Vivo de contar lo que pasa en Internet o de trasladar contenidos a la gran red y me gusta (siempre lo ha hecho) la tecnología, lo que hace que me interese por ella y la conozca un poquito. Por todo lo que les he contado sé muy bien que la tecnología nos idiotiza y que muchas veces perdemos el norte y el sentido de la realidad: no tiene ninguna lógica que Renfe vaya a cancelar sus ventanillas para billetes, como no la tiene el cierre progresivo de todas las oficinas bancarias, ya que limita el acceso a millones de personas que todavía no se ven capaces de hacer gestiones on-line y que no son más tontas.

Y si lo hago yo todo, ¿por qué me cobras?

Insisto: sé lo que hay detrás de una web y en ocasiones hasta puedo calcular los costes, pero si hay algo que me fastidia es pagar la comisión por gestión en una compra on-line. Si lo hago yo todo no pueden cobrarme más por el mantenimiento de la web, la pasarela de pago y la custodia de los datos. Y punto. Así que tampoco me parece bien que esos mismos bancos que nos obligan a gestionar on-line nuestro dinero o préstamos nos inflen a comisiones pero, según Merca2, es lo que nos viene: Sabadell y Santander son los primeros que han empezado a cobrar hasta por las cuentas con domiciliaciones.