Somos porque fuimos

El gobierno español no ha sido generoso: ha tardado décadas en devolver al PNV su sede de París, en la que se estableció el gobierno vasco en el exilio hasta la entrada de los nazis. Es alucinante que los diferentes gobiernos del PSOE y el PP hayan dado por buena la entrega del edificio al franquismo sin preguntarse a quién pertenecía antes del expolio. Pero, oye, España es así, ya lo dice la coletilla. Por fin, se reconoce la propiedad: el partido de Ortuzar y Pradales, del lehendakari Agirre entonces, volverá a ser el legítimo dueño del palacete porque lo pagó y lo cedió. Y este no es un tema de partido, sino de justicia. Por lo tanto, global.

Feliz Navidad

“Rusia lanzó más de 70 misiles y más de 100 drones explosivos contra Ucrania en la mañana del miércoles 25 de diciembre, dirigidos contra su sistema energético” (France 24). Es decir, la mañana de Navidad y, lo que es más importante: en pleno invierno. Drones que un país lanza sobre otro por el morro y con el amparo de esos nostálgicos que no distinguen entre un ruso y un fascista. Un ataque directo sobre la población civil que nada tiene que ver con objetivos militares o la falsa lucha contra el fascismo y la extrema derecha. Una agresión injustificable que ya solo disculpan o callan las y los más tontos.

Tiempo de paz

Es posible condenar los ataques rusos sobre Ucrania y, al mismo tiempo, condenar los ataques israelíes sobre todos los países en los que está matando. Ayer fueron cinco periodistas. Según Público, en total, por orden del gobierno ultra y asesino de Netanyahu el ejército ha acabado con la vida de 201 profesionales de la información. Por suerte, es evidente que no podrán hacer lo que quiera sin la vergüenza y el odio del mundo civilizado: seguimos conociendo sus crímenes gracias a las y los periodistas. Por desgracia, es evidente que sí pueden cometerlos con impunidad y seguir descorazonando al planeta.

Tiempo de amor

Benjamín Netanyahu y sus ministros ultras hacen lo que les da la gana, y parece que podrán hacerlo aún con más libertad cuando Donald Trump llegue a la Casa Blanca. La influencia del republicano en el mundo es incuestionable, pero su principal alfil demuestra que quiere más: “Elon Musk se lanza a apoyar a la extrema derecha en Europa” (El Diario). Ya conocemos su receta: dinero para adquirir plataformas en las que extender los marcos y los bulos que necesitan esos ultras, a los que todos identificamos con sencillez, para crecer. El primer objetivo del multimillonario es que la extrema derecha alemana llegue al poder.

Dejémonos de chorradas

La Casa Real española es muy cara y aporta muy poco. Yo lo tengo claro: no tenemos tiempo ni dinero para gastarlo en gilipolleces. Y no soy el único: “El de este año fue el tercer discurso de nochebuena con menos audiencia desde 1992” (El Independiente). Vamos, que no estamos para chorradas, para mensajes a las y los políticos en su conjunto, sin señalar claramente a quienes sí usan los bulos y el ruido, ni para ver a un señor sentado y con traje decir lo importante que es la solidaridad. ¿La suya? ¿Con quién? No me cabe duda: todas las tonterías que permitimos benefician a los malos. Es hora de que los buenos digamos: “Hasta aquí”.

Vinieron a elevar el nivel

Quien explica que el PNV vota en contra del gravamen a las eléctricas sin aclarar que su objetivo es convertirlo en un impuesto que gestionen las diputaciones y el gobierno foral, y con seguridad jurídica, le compra el argumentario a Bildu, de modo consciente o ignorante. Esto es así y así de claro. Por lo que quienes vinieron a elevar el nivel de la política en Euskadi, del primero (salvo Pello Otxandiano, el santo) al último (qué sé yo, Joseba Permach, por ejemplo) están mintiendo y están difundiendo esa mentira entre sus colaboradoras y colaboradores habituales (y necesarios). Quien la reproduce es porque quiere.

Vinieron a hacer nueva política

Ione Belarra recurre al insulto y la provocación a Aitor Esteban porque no tiene otros recursos. Esto también es así. Y así les fue: su campaña para elegir a nuestras parlamentarias y parlamentarios se basó en ridiculizar y señalar al PNV, y se saldó con cero representantes. Aún así, insisten: su objetivo es el PNV, que ha explicado lo que quiere (un impuesto con garantías y con respeto al autogobierno). Pero eso en Podemos, el partido de la nueva política, el del grito en el cielo, el del victimismo recurrente, no importa. La verdad, de nuevo, es lo de menos. Lo de más es el tuit, como bien saben Musk, Matute y Belarra.

No son las ayudas

La política en la que la verdad no vale nada, como en las redes sociales, es reflejo de esta sociedad que se desvaloriza. Todo está conectado: desde las mentiras de políticas y políticos que solo se preocupan de seguir pisando moqueta a la baja natalidad. Cerca y lejos: “Japón está desesperado por reactivar su natalidad, así que en Tokio han tenido una idea: guarderías gratis” (Xataka). Lo cierto es que nunca hubo más ayudas, allí y aquí, y menos natalidad. Porque no va de eso, sino de un cambio social profundo que mueva a las personas a desterrar los bulos y a pensar menos en sí mismas.

Tiene razón Turull

Sé que he sido duro con Carles Puigdemont en esta columna. Pero es algo personal: no le perdono, como no se lo perdonaré a Rufián, el modo en el que deslegitimaron la mediación del lehendakari Urkullu por motivos diferentes pero igualmente egoístas. Pero en Junts hay gente valiosa, como Jordi Turull, que en su entrevista a El Diario ha dicho cosas muy interesantes, como la que han elevado al titular: el chantaje de Sánchez (o él, o el PP con Vox) no debe condicionar las negociaciones. También confirma que no han hablado de presupuestos aún, o que Sánchez ha hecho suyo el argumentario de la justicia respecto a la amnistía.

Catalanofobia

De la tele de Broncano, ese que hace en cada programa una exaltación de la españolidad y al que la audiencia de Euskadi respalda, es también el que dijo que no entendía catalán “gracias a Dios” (El Nacional) durante una rueda de prensa del entrenador del Espanyol, Manolo González. Tiendo a excusar a las y los compañeros, y en general a las personas, que a veces nos equivocamos cuando intentamos mantener diálogos y ser rápidos en las respuestas, pero esa coletilla deja ver un preocupante desprecio, cuando no odio, a lo que se desconoce, y es, una vez más, reflejo de la sociedad que estamos construyendo.

Tienen que explicarlo muy bien

“Seguiremos vigilando la situación de los pacientes que sufren desatención y continuaremos con las movilizaciones, sin descartar un paro total en la Administración”. La amenaza la hacen desde el CSIF, el sindicato mayoritario del funcionariado en España. Y suena mal, así que ya pueden explicarlo bien, porque la mayoría no entendemos la preocupación de las y los funcionarios por ser atendidas y atendidos en la sanidad pública. Y menos entendemos el chantaje. Porque sí, lo es: no hablamos de mejora de condiciones (también podríamos hablar de algunas reivindicaciones). Hablamos de un privilegio.

España será un Madrid más grande

Núñez Feijóo lo tiene claro: España será un Madrid más grande cuando llegue al poder de la mano de Vox (de otra manera no podrá hacerlo). Lo dice con claridad (esta misma semana lo recogen en El Diario), sin importarle que el mensaje resulte estridente fuera de Madrid. Se ha sumergido tan rápidamente en el ambiente pepero de la capital del reino que no ve los fallos, que no ve que esa paradoja liberal solo gusta allí, donde las diferencias y el dumping fiscal han tallado una sociedad polarizada y han convertido en ganador a un tándem sonrojante, como el que forman Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez.

Pues habrá menos justicia

Si “el Gobierno de Argentina despide a cerca de 2.400 funcionarios del Ministerio de Justicia” (The Objective) en Argentina habrá menos y peor justicia. Es así de sencillo. Porque la administración de la justicia será más lenta, para empezar. Y hay más: a quienes permanezcan en la administración les retirarán un suplemento “por capacitación” con la excusa de que no se exigía nada a cambio y formaba ya parte de su sueldo. Las y los defensores de la motosierra y del adelgazamiento de lo público nunca explican las consecuencias porque, claro, se les desmonta el argumentario infantil que gastan, pero existen.

El nuevo fútbol

Los influencers son los nuevos futbolistas: cuando yo era pequeño queríamos tener éxito en la vida marcando goles (en mi caso, parándolos). Hoy el dinero y la fama se consiguen también en las redes sociales y, como en el caso del fútbol, la idealización genera frustración, sueños rotos y muchas horas de intentos que no sirvan para casi nada más. “La mitad de los creadores ganan menos de 15.000 euros al año y 19 de cada 20 no ingresan nada”. Más claro no pueden escribirlo en El Blog Salmón: “El 70% de los influencers españoles gana menos de 10.000 euros al año, lo que equivale a poco más de 800 euros al mes”.

Menos mala uva

Cuando Iván Ferreiro dice algo yo me callo. Y si dice esto: “Los medios tratan de que estemos todos aún más enfadados de lo que ya estamos” (Infolibre), me temo que tengo que darle la razón. No puedo negarlo: a veces veo los informativos y me indigno. Y a veces, lo que es peor, escribo enfadado y busco provocar mala uva en quien me lee. Otro artista, nuestro Gari, el de Hertzainak, me dijo una vez en una entrevista que “si cantas a cara de perro se te queda cara de perro”. Y me temo que quienes escribimos así, ladrando, acabamos ladrando en nuestra vida. Mala cosa. Aprovecharé la Navidad para mejorar. Bueno, para intentarlo.

Pueden ponerse como quieran

Pueden ponerse como quieran, pero el papel de los artesanos de la paz en el desame de ETA no ha quedado claro. Pueden ponerse como quieran, pero tampoco sabemos todavía a quién ni a qué respondían. Pueden ponerse como quieran, pero cuando ayer busqué “artesanos de la paz” en Google Noticias solo había dos links de las últimas 48 horas: uno a EITB, el que ilustra este párrafo, y otro a Naiz. Pueden ponerse como quieran, pero las acusaciones al Gobierno Vasco de este par de días son extemporáneas e innecesarias, y solo aportan al relato lo que buscan algunos: confusión para que no parezca lo que sucedió, que ETA se rindió.

Un mundo de mierda

Vivimos en un mundo de mierda en el que estamos viendo un genocidio (lo define así Amnistía Internacional) casi en directo y parece que no pasa nada: “Al menos una veintena de muertos en un nuevo bombardeo de Israel contra una escuela de la UNRWA” (Infolibre). El gobierno genocida de Netanyahu y su socio político ultra acusa a Hamás de usar escudos humanos. ¡Ni que eso fuera una excusa para matar a otras veinte personas a misilazos! Por lo visto, no podemos hacer mucho salvo esto: recordar cada día el horror, el genocidio televisado y premeditado. Porque a estas alturas en Gaza ya nada responde al ataque de octubre de 2023.

La responsabilidad del PSOE

“Hasta para ser corrupto, hace falta ser creíble. Sobre todo, cuando se está ante un tribunal”, sentencia Casimiro García Abadillo en El Independiente. Su texto sobre cómo “Aldama se desinfla” es muy interesante porque viene a confirmar, desde la trinchera de enfrente, lo que muchos estamos viendo y que, en cualquier caso, afecta negativamente a la confianza de la ciudadanía en la democracia porque personajes como Aldama o Koldo García siguen pululando en torno a un ministro, José Luis Ábalos, que, al mismo tiempo, era el número dos de Pedro Sánchez. Y en eso el PSOE sí que tiene responsabilidad directa.

¿Quién dejará sin presupuestos al gobierno español?

¿Lo hará Podemos porque el gobierno español no es lo suficiente de izquierdas o lo hará Junts porque el gobierno es muy español? Parece que ambos partidos van a pugnar por ponerse la medalla de cargarse los presupuestos del Estado. Lo de que la política es el arte de poner de acuerdo a gente que piensa diferente para mejorar la vida de la ciudadanía parece que no va ni con un partido ni con el otro. Las cuerdas, tensas; los corazones, en vilo; la legislatura, pendiente de un hilo; la atención de los medios, para mí toda. ¿Ese es su leitmotiv? Si no lo es, que lo demuestren. Si sí lo es, que carguen con ello.

¿Qué puede salir mal?

Leo en El Diario que “Milei fomenta la tenencia de armas entre los jóvenes”, “en sintonía con Trump y Bolsonaro, busca flexibilizar la portación de armas de fuego”. ¿Qué puede salir mal en un país polarizado, armado y en el que sus dirigentes fomentan la ley de la selva? Luego nos preguntaremos de dónde viene tanta violencia, si de los videojuegos, los juegos de rol o el porno en Internet, como si el populismo y la irresponsabilidad de quien lo promueve (también de quien vota, pero antes de que la ciudadanía elija lo hacen las élites) no tuvieran nada que ver. Así llegan al poder los ogros que parecen ogros… y los lobos con piel de cordero.

Reinserción, sí. Memoria, también

Me parece bien que el Gobierno Vasco cuente con el programa “Aukerak” para facilitar la reinserción de las personas presas desde que recibió la competencia de prisiones. También de las que cumplen condena por pertenecer a ETA, en las que se fijan en El Independiente: “Son 37 los etarras que están dados de alta y cotizan por su trabajo en empresas acordadas con las prisiones o en talleres internos, dentro de las cárceles”. Sus pasos para integrarse en la sociedad a la que golpearon con bombas y disparos son bienvenidos, pero eso no puede hacernos olvidar lo que hicieron ni debemos pasar por alto la vergüenza que deben sentir.

Junts y el PP

Vamos a escribirlo con claridad aquí porque en otros medios comprarán, como es habitual, el marco a Bildu como si fuera lo normal: es Junts el que ha pactado con el PP suspender un impuesto a las eléctricas que, todo hay que decirlo, las empresas acabarían sufragando con subidas en las tarifas, como han hecho siempre. Esto lo sé yo y lo saben en ERC y el PNV que, según explican en La Vanguardia, pueden apoyar la supresión. También saben esos partidos que el electoralismo es una cosa, y otra es gobernar ajustando los impuestos a la realidad para recaudar sin apretar… a las personas consumidoras.

Que no nos engañen

De la misma manera que las personas adultas somos capaces de entender que los impuestos hay que ajustarlos, fuimos capaces de entender que el rescate a la banca lo era también a las personas que tenían su dinero en las entidades quebradas. A partir de ahí, el gobierno de Rajoy ni actuó ni habló con la claridad necesaria: nadie rindió cuentas públicas y nos aseguraron (el propio Rajoy, Sáenz de Santamaría, Luis de Guindos), que las entidades abonarían ese rescate. Pues bien: “España paga este miércoles 4.575 millones del rescate europeo de la banca de 2012 y deberá aún 11.860 millones hasta 2027” (EPE).

¿Y la Casa Real?

Ernest Urtasun está llevándose todas las tortas por no asistir a la reinauguración de Notre Dame. No me cae bien el ministro español de Cultura, que no dudó en hacer campaña por Sumar (su partido) desde su cargo durante las elecciones a lehendakari. Pero hay que ser justos, e igual que Urtasun, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz recibieron sus invitaciones indelegables para el solemne acto, sin embargo, una parte de la prensa sigue señalando solo al que ha sido elegido democráticamente. ¿Por qué? Pues por la mierda partidista de siempre. Solo huele peor el proteccionismo español a la corona.

Milei, un año después

Un año después, este es el saldo de Javier Milei en Argentina: “Ha destruido las pensiones, los salarios y las pequeñas y medianas empresas” (El Diario). Para que el estado ahorre, además de los despidos masivos de empleadas y empleados públicos, Milei “recortó la cobertura de medicamentos”. Hoy, “un 52,9% de argentinos están por debajo de la línea de pobreza”, 12, 8 puntos más que hace un año. Lo público, mal, pero lo privado va así: “La industria y el comercio tuvieron un desempeño peor incluso que durante la pandemia”. Eso, sí: “Grandes grupos económicos vieron multiplicadas sus rentabilidades”.