«Del PP de Feijóo»

Al final, PP y PSOE sí llegaron a un acuerdo para renovar, por fin, el CGPJ. Lo firmaron Pablo Casado y Félix Bolaños, pero ahora los de la gaviota se desentienden: “No es el del PP de Feijóo” (El Independiente), zanja Esteban González Pons. Pero en vez de cerrar el tema lo abre: ¿qué es propio, entonces, del PP de Feijóo? ¿Qué podemos esperar del gallego y sus portavoces? ¿Que no cumplan lo firmado? ¿Que se desentienden de lo negociado y pactado por su propio partido? ¿Que prefieren la inacción y la perpetuación de un CGPJ que les gusta tal y como está, en vez del avance y la modernización? Pues nada, tomamos nota.

No tocaba

Ser nacionalista en un país sin estado que lo reconozca no es fácil. A veces te sientes como un marciano en tu propia casa. Continuamente eres atacado por los nacionalistas que sí tienen un estado como España. Pero lo peor, sin duda, son los que también se autoproclaman nacionalistas pero no hacen nada por construir país. En Euskadi, por desgracia, los hemos sufrido con armas y ahora con agresividad y desprecio. Y en Catalunya los sufren con errores garrafales que no reconocen y, por extensión, no corrigen. El boicot al minuto de silencio por los atentados en Barcelona es injustificable. Y punto.

En Euskadi siguen intentándolo

El cortejo de Podemos a Bildu en España y la CAV es totalmente legítimo. Igual que lo son los guiños de las y los morados y las y los de Otegi al PSE. Otra cosa es que estratégicamente Podemos esté equivocándose al regalar tanto terreno a su principal competidor por el caladero de votos. Pero lo más significativo es que toda la operación dependa de un cambio de rumbo que ahora decidiría Eneko Andueza, al que ya hemos visto ejercer de veleta, que el objetivo sea “desalojar al PNV del poder” (Vozpópuli) aunque gane las elecciones, y que el movimiento tractor sea el rechazo visceral de Gorrotxategi y Garrido al partido nacionalista.

¿Qué resta?

Fui al colegio de los hermanos menesianos en Portugalete pero he sido muy mal católico toda mi vida. Lo único que me quedó claro de aquella educación salpicada de oraciones y fotos de atardeceres con mensajes es que la religión no quita ni resta nada. Así que cuando veo a los jugadores del Athletic en la basílica de Begoña al principio de la temporada o a cualquier alcalde o alcaldesa con un colgante de cofrade, no me molesta. Seré raro. O viejo. O las dos cosas. Y porque lo soy creo que deberíamos de naturalizar que partidos como Más Madrid, tan de izquierdas que se escoran, participen de los actos religiosos de la Paloma, por ejemplo.

Zorionak, Asier!

No veo atletismo, así que no tengo ni idea de cómo explicar la carrera que ganó Asier Martínez. Solo sé que hasta en diferido y conociendo el resultado (campeón de Europa) me pareció emocionante. Estas líneas son solo de reconocimiento al trabajo de un vasco que ha conseguido un éxito inapelable y que ha puesto su territorio, Nafarroa, en el mapa. Y al reconocimiento también de eso que nos dan deportes como el suyo: la emoción y las vibraciones ante la superación, el esfuerzo y las ganas. Todo en 13 segundos y 14 milésimas, aparentemente, y el tiempo de suspense hasta que la foto finish resolvió la duda.

Buen regreso

Va llegando el final de estas vacaciones en las que hemos mirado al mar para no hacerlo ni a las cifras del coronavirus ni a los avisos de la crisis que puede venir. Para quien se haya reincorporado hoy al trabajo o lo haga en las semanas venideras, un recordatorio: “El 49% de las horas extra no se pagan en España” (EPE). Desconozco cuál es el porcentaje real en Euskadi, pero será igualmente injusto. Este curso en el que puede que nos azote la inflación y la incertidumbre lo menos que podemos pedir es que se nos dé lo que es nuestro, porque esas horas no son solo dinero: se trata del tiempo con nuestras familias y amigos.

Así, por lo bajo

Para reclamar derechos laborales básicos es muy importante ser realista, y lo que no ayuda en nada es que salgan representantes de colectivos a quejarse después de haberse chupado un dedo y haber levantado la mano para ver por dónde sopla el aire: “La hostelería de Madrid calcula que perderá 116 millones hasta octubre por el plan energético” (The Objective). Para ahorrar energía lo que pueden hacer algunos medios es dejar de atribuir representaciones absolutas a portavoces que lanzan discursos claramente de parte. ¿116? ¿Por qué no 200? ¿O 100? ¿Qué cálculo han planteado y ejecutado para ofrecer la cifra?

Pero, ¿no vivimos de crisis en crisis?

Primero fue la megacrisis en torno a 2008 o 2009, justo cuando decidí ponerme por mi cuenta (siempre he sido muy malo con las previsiones). Cuando por fin la abandonábamos, vino la crisis de la pandemia. Cuando Europa aflojó la billetera para paliar sus efectos, ha venido la crisis por la guerra en Ucrania y la falta de recursos energéticos. Sin embargo, en la pieza en El Independiente: “Más Ferraris y menos Lamborghinis: así se mueven los coches de lujo en España”, aparecen todos los incrementos en ventas de las marcas de alta gama. ¿Los ricos no están nunca en crisis? A ver si el dinero que perdemos lo están ganando ellos…

Un verano sin pandemia

No voy a pensar en cómo nos engañan los de la clase alta con las crisis económicas y energéticas, voy a centrarme en las imágenes bonitas que me han regalado estas vacaciones, las primeras después de la pandemia. Por supuesto, exagero: soy consciente de que el coronavirus sigue con nosotros, pero también soy optimista con la evolución de las vacunas que nos lo ha sacudido de encima. “La situación económica desplaza a la covid-19 como principal problema ciudadano en las vacaciones de verano” (Público), según el CIS. En julio de 2021, el coronavirus era nuestra mayor preocupación. No sé hacia dónde, pero avanzamos.

Y pienso aprovechar el tiempo

Después de las crisis económicas, la pandemia mundial, la invasión rusa sobre Ucrania, el calentamiento global, la escasez de recursos y los incendios, lo único que nos faltaba es una anomalía terráquea: “La duración de los días de la Tierra ha aumentado y los científicos no saben por qué” (Vozpópuli). Así que, si me preguntan por ella, responderé que lo único que me preocupa es gastar ese tiempo (2,3 milisegundos) bien. Sí, lo sé, parece una tontería y una exageración de portugalujo (si tenemos la mejor fiesta del mundo y el puente más elegante, ¿qué vamos a hacer?), pero de verdad que me lo tomo como un objetivo vital.

Correcto

Esta que leemos en el Twitter de Fútbol y Política es una buena noticia: “El FIFA 2023 incluirá al fútbol femenino. Incluirá a la Barclays Women’s Super League, la Division 1 Arkema y la Copa Mundial Femenina 2023. Además en la portada del juego están Kylian Mbappé y Sam Kerr, siendo la primer futbolista en aparecer”. La igualdad no es solo una pose y los videojuegos, que por fin empiezan a dejar de estar defenestrados (básicamente porque ahora contamos las historias quienes hemos jugado o jugamos), son una herramienta importantísima para la popularidad de deportes, competiciones, equipos y, ahora también, jugadoras.

Al final, inventarán la tele con mando

“Nos lanzamos a las plataformas porque pagando podíamos ver las cosas sin publicidad, y ahora vamos a pagar y ver publicidad. Jugada maestra”, tuitea Raúl Díaz con su habitual habilidad, después de captar dos pantallazos: uno, sobre la posible entrada de publicidad en Disney+, y otra, sobre la posible entrada de publicidad en Netflix. Noticias que son la culminación de rumores que responsables de la industria publicitaria confirmaban con la boca pequeña. Este otoño y este invierno pasaremos muchas horas en casa, asustados por la crisis, y asaltados por nuevos formatos publicitarios que ya se están preparando.

Todo va bien, sobre todo para Rusia

“El Kremlin tiene la sartén por el mango”, escribe Carlos R. Cózar después de titular que “España aumenta un 50% las compras del gas ruso cinco meses después de inicio de la guerra” (El Independiente). Para que nos hagamos una idea: “En total, España compró al Kremlin 5.415 Gwh. Esta cifra, supone doblar a la del año anterior cuando apenas superaban los 2.204 Gwh”. No solo eso: “Rusia también ha ido ganando peso en las adquisiciones gasísticas”. Así que la propaganda no viene solo de Rusia, en este caso: las noticias sobre el supuesto bloqueo o solidaridad con Ucrania tenemos que leerlas con la distancia a la que nos ponen estos datos.

Y también para Ayuso

La irresponsabilidad de Isabel Díaz Ayuso, su equipo, y el PP que se deja arrastrar por los anteriores, empieza a ser preocupante: “Abrazamos una cartilla de racionamiento”. Esto es lo que ha dicho sobre el plan de ahorro energético del gobierno español el vicesecretario de Coordinación Autonómica del PP y, además, expresidente de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán. Con estas declaraciones “ha completado la transmutación argumental hacia el discurso de Isabel Díaz Ayuso”, según El Plural. Pero lo innegable es que no solo la postura: los argumentos del PP los dicta la madrileña. Y las encuestas les van bien.

Criptocuñados

“Los efectos colaterales del criptoinvierno: fuertes caídas en los precios de los relojes de lujo” (El Periódico de España). O lo que es lo mismo: quienes jugaban con las criptomonedas y materializaban su beneficio se lo gastaban en relojes de lujo, dejando claro que además de para especuladores, el juego del Bitcoin y similares es para cuñadetes. Nunca una causa-efecto fue tan clara ni terminó de dibujar tan bien a los personajes que se enredan en esta especie de estafa piramidal en la que el dinero se volatiliza después de que se den a conocer beneficios millonarios para unos pocos y virtuales para la mayoría que pierde los ahorros.

Así va esto

No me sorprende lo que tuitea Ícaro Moyano: “Facebook entrega a la policía mensajes privados de una adolescente con su madre para que puedan procesar a ambas por aborto”. Ha sucedido en Nebraska, y ya estábamos avisados de que podía pasar. Tampoco me sorprende que Meta (la empresa propietaria de Facebook, pero también de Instagram y WhatsApp) colabore con las autoridades. Me sorprende que lo sepamos de un modo tan concreto y tan perjudicial para la red social: ¿quién va a confiar ahora en estas herramientas de comunicación en los estados en los que abortar es ilegal y se investiga? ¿Y en el resto del mundo?

Otras realidades

Las mujeres sufren una involución en sus derechos a la que todos asistimos y, por lo tanto, todos somos responsables. Lo vemos en EE.UU., lo vemos en España, donde partidos como Vox ponen en duda consensos básicos sobre la igualdad, y lo vemos, por supuesto, en países como Afganistán gracias a fotógrafos y periodistas como Luis de Vega, que ha ido hasta Kabul para informar de cómo ha cambiado aquel país en este primer año de gobierno talibán. Ha cambiado a peor, como esperábamos, y con las mujeres como personas que más están siendo afectadas por el gobierno integrista, aunque no las únicas.

El tumpismo sigue existiendo

Asisto atónito a la supervivencia del trumpismo, alimentado por la siguiente generación (el yerno de Trump, Jared Kushner, va a publicar sus memorias como miembro de la Casa Blanca a cambio de un cheque de siete cifras, según algunas crónicas). Pero cebado también por quienes siguen viendo en el expresidente a una víctima de una gigantesca conspiración. Alucino más con que una parte importante del partido republicano siga apostando por Trump, que nunca ha negado sus vínculos ni simpatía con la extrema derecha. Y me sorprendo con que el registro de una de sus propiedades pueda ser utilizado a su favor. Pero así está siendo.

España, en un titular

“El primer día del plan de ahorro en España se salda con un incremento de consumo eléctrico”, leo en El Independiente mientras pienso que hace falta mucho más que un día para cambiar tendencias, usos, costumbres, vicios y egoísmos. Ya no se trata de que haya un decreto o de que lo firme Pedro Sánchez: el ahorro de energía es una cuestión en la que debemos implicarnos. Empezando por quienes más gastan, que no es la ciudadanía de a pie, sino quienes viajan en jet privado o quienes planean viajes al espacio por placer. Pero también nosotros tenemos que cambiar radicalmente nuestra forma de vivir o no saldremos de esta.

¿Queremos esto? ¿Lo necesitamos?

Soy consciente de las ingentes cantidades de energía y materias primas que necesitan las empresas que dan trabajo a miles de personas y que pagan impuestos que nos permiten sostener nuestro modo de vida, pero tenemos que reducir como sea la cantidad de recursos que necesitamos, tenemos que evitar que se pongan encima de la mesa ideas como “el gasoducto transahariano” (El Confidencial) que atravesará 4.000 km. de desierto desde el sur de Nigeria, donde nace, y necesitará de una gran protección armada para su construcción (con un presupuesto de 13.000 millones) y mantenimiento.

La reputación de un club

Si el Barça acaba fichando a Iñigo Martínez, Zarra no lo quiera, más nos vale que pague al momento y en un único plazo porque “Fitch coloca 470 millones de deuda del Barça de Laporta a las puertas del bono basura” (El Confidencial). No solo eso: “La agencia de calificación se muestra pesimista”. Y el digital recuerda que “Estos 470 millones no son toda la deuda del Barça, que supera los 1.200 millones”. Pero como para cada problema el FC Barcelona parece tener una solución mágica, esta vez, también: “Fitch advierte que dejará de evaluar la deuda del FC Barcelona ‘por motivos comerciales’”.

Un club que ha abierto el camino

Si el Barcelona ha logrado en solo un verano casi mil millones de euros para fichar, ¿por qué no van a poder ganar unos euros el resto? Era solo cuestión de tiempo esto que leemos en Palco 23: “Real Betis sigue los pasos del Barça y estudia la activación de una palanca para poder fichar. El conjunto verdiblanco estudia la venta de un porcentaje de los derechos por abonos y ticketing a un fondo de inversión durante un periodo de cinco años, con el objetivo de poder inscribir a los nuevos fichajes”. Luego, si la deuda aumenta y la calificación baja, con no auditar más para no afectar a la reputación del club es suficiente.

Jordan sigue siendo el mejor

Crecí viendo vídeos de Michael Jordan incluso sin Internet. También aquellos en los que intentaba jugar al golf. Pero lo que no me esperaba es que 30 años después aquel al que todos pasaban el balón (y él acertaba siempre) siguiera estando presente y de qué manera: aquellas Air Jordan que los más cafeteros lucían con merecimiento siguen siendo una marca rentable, tanto que “ya supera los 5.000 millones y genera el 11,5% del negocio de Nike” (2 Playbook). Ahora, con una línea femenina y acaparando las innovaciones técnicas. Incluso las estrellas actuales se suman: Luka Doncic ha lanzado sus primeras zapas, las “Jordan Luka 1”.

España necesita un Jordan (o un Laporta)

No le vendría nada mal al ministerio español de Interior encontrar entre sus filas a un Joan Laporta o un Michael Jordan que ayuden a vender “los cuarteles y solares con los que quería ingresar 14 millones y que nadie quiere” (El Independiente). “Intenta desprenderse desde hace casi una década de nueve activos inmobiliarios a pesar de que la valoración conjunta ha mermado hasta los 4,4 millones” (partía de 14,27). El “paradigma del fracaso” es un castillo en Toledo que a principios de siglo adquirieron por más de 7 millones para hacer un museo de la Guardia Civil que nunca se ejecutó, el estado ahora es ruinoso y se vende por 2 millones.

No andamos muy lejos

Nunca me han gustado ni las películas ni los artículos apocalípticos. Pero sé que el mundo que hemos construido es insostenible: nos comemos los recursos, calentamos el planeta y nos empobrecemos a un ritmo que nos lleva a un colapso, si no total, sí traumático. Las cifras que Marta Nebot ofrece en su artículo de Público, “Apocalipsis capitalista”, son para echarse a temblar o, por lo menos, pensar: “Nunca en toda la historia de la humanidad la desigualdad ha sido tan extrema: el 10% de la población mundial tiene el 76% de la riqueza. Hay 26 personas que tienen más que la mitad del mundo, más que 3.900 millones de personas”.