El machirulo al que la sororidad oficial sí acepta

Pablo Iglesias es implacable con el mahirulismo ajeno pero nadie en Podemos es capaz de ver la viga en el ojo propio. No hace falta remontarnos a cuando el entonces líder nominal del partido regresó de su permiso de paternidad con un “vuelve” en un cartel en el que el “el” central estaba destacado. Solo hay que ver el día a día, cómo Irene Montero y Ione Belarra, las que marcan los límites de la sororidad oficial, esperan al argumentario que Iglesias firma en La Base para opinar ellas después, cómo Iglesias es el que marca paso, ritmo y función desde cualquier lugar mientras sopla su dedo índice después de señalar con él a modo de pistola.

Importa el tuit

Que la mano con la que sujetas el iPhone y tuiteas no se entera de lo que hace tu otra mano, ese parece que es el principio político para muchas y muchos hoy. Es el de Pablo Iglesias y es el de quienes le siguen, como Miren Gorrotxategi, que se afana en explicar en Twitter la posición de los partidos que en el parlamento de la CAV no han apoyado su iniciativa para retirar la pensión a Ricardo García Damborenea, pero en su largo hilo olvida lo que le apunta Mosturotz: “Lo que deberíais hacer es abrir este debate en el Congreso, que es el Estado español quien da esta pensión a García Damborenea, estando Podemos en el Gobierno”.

Indecente

Provocar en Twitter es feo, buscar una respuesta, una discusión, una bronca, en definitiva, te retrata como un macarra de conflictos a distancia. Pero cuando lo hace la presidenta de una comunidad, una representante de la ciudadanía, estamos hablando de una indecencia. Eso es el tuit de Díaz Ayuso solo unas horas antes de la manifestación contra sus políticas sanitarias, tergiversando una intervención en los Goya: “Agradezco a la viuda de Carlos Saura, Eulalia Ramón, el homenaje que ha hecho a la sanidad madrileña, encarnada esta noche en el Hospital de Villalba. Todos creemos en nuestra Sanidad, trabajamos por la mejor”.

Lo que nos faltaba

Todas y todos lo notamos, pero no es extraño que una persona que trabaje en la Ertzaintza, alguna policía municipal o urgencias sanitarias, lo corrobore con cierta preocupación: después del confinamiento hay más comportamientos extraños y agresivos. Lo único que nos faltaba es lo que nos ha traído el soniquete de la inseguridad que entonan Vox, PP y, ahora, Bildu, y que podemos leer en Vozpópuli: “Un arma en casa: el método antiokupas que ampara la ley y crece un 38% en España. En 2022, la concesión de licencias aumentó en un tercio”. “En caso de ocupación, si posees un arma, la Guardia Civil puede entrar de inmediato a desalojar”.

Musk sabrá

No tengo mucho que añadir al tuit de Ángel Jiménez: “No sé qué marca en su sano juicio pagará 1.000 dólares al mes por la verificación y 50 más por cada cuenta asociada. Medios de comunicación, tal vez, pero prácticamente ninguna empresa de tamaño medio o pequeño por descontado”. Algunos rumores apuntan a que esa puede ser la apuesta comercial de Musk para levantar los ingresos en su red social de 44.000 millones: pagar por tuitear. Y si eres una marca con acceso a extras (vídeos de una duración superior a 2’20”, por ejemplo), pagar mucho más. ¿Logrará su objetivo? De momento, sí, porque seguimos en Twitter.

Cada vez más cerca de «Her»

Hace diez años, en 2013, Spike Jonze escribió y dirigió “Her”, una película en la que Joaquin Phoenix se enamora de una inteligencia artificial con la que solo se relaciona por medio de la voz, en este caso, la de Scarlett Johansson. Como para no enamorarse. Hoy vivimos la eclosión de ChatGP, una inteligencia artificial que, de momento, solo ofrece una relación de texto. Epistolar, podríamos decir. Al final del film descubrimos que ese enamoramiento lo viven más personas, que Phoenix solo es uno más. ¿Una víctima más? En el plano real vamos a entrar en otra fase, en la de la duda permanente ante lo que tenemos ante nuestros ojos.

Cuando nos conocíamos todos

Esta misma semana en la que tanto hemos hablado de ChatGP y de Twitter, como todas las semanas desde que Elon Musk anunció que lo compraría, en Retro Tech Dreams, una cuenta en esta red social, han recordado cómo era aquel Twitter de 2007. Uno no solo tiene morriña de lo joven que era hace quince años, o de aquel diseño, es que en aquella época nos conocíamos todas y todos en la red. Sin exagerar: sabíamos quiénes éramos, de dónde veníamos, qué hacíamos… Más o menos, claro. Unos años estupendos en los que la inteligencia artificial fue, por unos meses, una inteligencia colmena, mucho más interesante.

Un Twitter de dos velocidades

Si despides al 80% de tu plantilla la empresa no puede funcionar como antes. Y eso es justo lo que ha hecho Elon Musk. Pero lo que denuncia Marcelino Madrigal en la misma red social no tiene que ver con la rebaja lógica en calidad del servicio, sino con la política de empresa del nuevo dueño: “Musk está penalizando (deboosting) las cuentas gratuitas de Twitter de tal manera que ahora estamos a dos velocidades: las cuentas de pago son más visibles y sus tuits, más publicados y más rápido que los nuestros. Esto es acabar con una herramienta que vive de la actualidad”. Pero el dinero manda, así Musk ha ganado (y perdido) tanto.

Cuatro periodistas para un TikTok

Para hacer bien las cosas necesitas recursos. Y si los cercenas, como ha hecho Elon Musk con el 80% de la plantilla de Twitter, no las puedes hacer bien. En el lado contrario está la BBC, que “lleva un año experimentando en TikTok y es una de sus prioridades para 2023. Ha contratado a 4 periodistas para llevar su cuenta. Lo más visto: piezas de servicio público y sucesos”. Lo cuenta José Alberto García Avilés, profesor de innovación en Periodismo. Así se hacen bien las cosas: con visión y con personas capacitadas para llevarlas a cabo. Pero, ¿quién puede dedicar cuatro personas a una cuenta en TikTok salvo la BBC?

Un (falso) viajero en el tiempo

He empezado hablando de la inteligencia artificial y termino con el mismo tema. Un tema que me parece que va a ser recurrente en 2023. Y retomo la cuestión para presentar a Stelfie, un viajero en el tiempo. Su cuenta en Instagram es estupenda, con imágenes creadas por medio de una inteligencia artificial a la que sus creadores meten unos parámetros para que acabemos viendo al personaje principal en diferentes situaciones a lo largo de nuestra historia. ¿Parecen muñecos de cera fotografiados? Sí. ¿Lo mismo se podría hacer con dibujos? También. Pero me quedo con la parte humana de la acción: la idea, los momentos y los personajes.

Una buena noticia

Esta en República me ha parecido una buena noticia: “El soberanismo moderado catalán irá junto a las elecciones municipales”. Quien ha puesto en marcha la iniciativa sabe de política, sabe lo importante que son las y los concejales, las alcaldesas y los alcaldes, y por eso inicia el camino en las elecciones municipales, dejando claro que no solo piensa en parlamentarios, presidents o diputados a cortes españolas o en Bruselas. Además, ERC es hoy un lobo con piel de cordero que ocupa el centro nacionalista del tablero político catalán, un espacio que necesita una fuerza propia natural que debe refundarse, y parece que en ello están. Por fin.

Todo lo que está mal

En el rincón contrario, este tuit de Abc contiene todo lo que está mal en la política española: “Santiago Abascal defiende ‘la necesidad de una movilización permanente y masiva hasta la expulsión del autócrata Pedro Sánchez del poder’. Síguelo aquí en directo”. Está mal, para empezar, que un medio de comunicación legitime un discurso que está mal porque Sánchez no es un autócrata, como sí lo es Putin, el amigo de los partidos de extrema derecha de toda Europa. Está mal mostrar a los ultras con fotos amables y patrióticas. Y está mal elevar a acontecimiento una reunión de fachas que hacen del insulto su bandera, literalmente.

Y algo que está bien

A las y los ultraderechistas se les trata de una manera completamente diferente a la que lo han hecho Abc y el PP, todo sea dicho. “Alemania prohíbe la entrada de por vida a la falangista Isabel Peralta”, es la noticia de El Español que ha llegado a la portada de Menéame. Y me parece bien lo que hacen en Alemania, donde conocen el peligro de la extrema derecha. También lo conocen en esa España que gobernó Franco a golpe de sable. Pero en el país teutón parece que no quieren repetir experiencias trágicas y en el que nos ha tocado de vecino del sur parece que no les importa desandar el camino al abismo.

A tope. Pero hasta el final

“Las horas extras son un mal del sistema laboral español. El 49% de ellas no se remunera. En total, hasta 13 millones de horas que se trabajan al mes en España no son pagadas por las empresas, lo que se traduce en uno de los fraudes laborales más grandes”. (Magnet). Claro que me parece bien que el ministerio español de Trabajo, por fin, quiera acabar con este abuso. Lo que no me parece coherente es que lo haga en plena precampaña porque en las sedes de PSOE y Podemos, como en las oficinas de Sumar, es probable que estén superando el número de horas de trabajo sin remuneración o compensación posible hasta verano de 2024.

Game over

Con Elon Musk se cumple eso de que puedes engañar a mucha gente durante poco tiempo o a poca gente, durante mucho, pero que no es posible engañar a todo el mundo todo el tiempo. Solo los muy envenenados siguen viendo en él a un Leonardo Da Vinci de nuestros días y a un visionario. La mayoría, por suerte, solo vemos ya al sociópata que, borracho de dinero, pierde millones a espuertas por su propia torpeza. No solo en Twitter: las acciones de Tesla valen un 72% menos que hace un año, ya hay más oferta que demanda, sus coches no son subvencionables en EE.UU. y hasta el mercado de segunda mano de la marca ha caído.

Las cosas, claras

El macrocentro para personas refugiadas en la CAV que, por sorpresa, ha anunciado el gobierno español, ha sacudido a más de uno. Xabier Legarreta, director del gobierno vasco en la materia, tuiteó clara y rápidamente: “Nuestro modelo de acogida y asilo impulsa un acompañamiento individualizado desde la propia comunidad”, “trabaja con iniciativas como el patrocinio comunitario” y “propicia la integración social, huyendo de macrocentros que pueden propiciar la guetización”. Miren Gorrotxategi se ha manifestado en el mismo sentido. Y Eneko Andueza se ha descolgado porque entre el PSOE y Euskadi, él lo tiene claro.

Carmena no dijo eso

No veo ningún problema en mostrar arrojo al hacer una ley, tu primera ley importante, cometer errores y corregirlos con humildad. Políticamente eso muestra ciertos valores: audacia, reflejos y ganas de mejorar. ¿Quién que se presente a unas elecciones no quiere ser relacionada o relacionado con ellos? Lo que no entiendo es el empeño de Podemos con la ley del “solo sí es sí”, con errores evidentes que permiten la rebaja de penas a agresores sexuales, y la capacidad que han desarrollado de creerse su argumentario, saliendo a reprochar incluso a Manuela Carmena lo que no ha dicho: que estuviera en contra de la norma.

Ellos lo vieron antes

Cuando vi la noticia sobre la inspección de Trabajo en las cuatro grandes firmas de consultoría me acordé del vídeo que los humoristas de Pantomima Full dedicaron al tema: chavales con trajes que trabajan lo que les echen a cambio de promesas de mejora o poder comprarse un reloj del que fardar, mientras utilizan una jerga con la que creen que se dan importancia. Rápidos como son, Alberto Casado y Rober Bodegas relanzaron el vídeo que expone, concentra y ridiculiza lo peor del mercado laboral: la explotación que parece voluntaria y las oportunidades de mierda generalizadas vestidas como casi únicas.

¡Zasca!

Las criptomonedas han estado remontando después de escarbar su suelo. Lo sabíamos porque, rápidamente, en varias webs aparecieron recomendaciones de compra e inversión ante un nuevo ciclo alcista, según aseguraban irresponsablemente. Pero todo ha saltado con un nuevo escándalo, el de la acusaciones de lavado de dinero en Bitzlato, otra operadora de criptomonedas, y la detención de su fundador, el ruso Anatoly Legkodymov, asentado en Hong Kong, desde donde “albergaba las carteras digitales de delincuentes” (Bolsamanía). Una sospecha que siempre tuvimos de ese universo y que, por fin, parece que se confirma.

Se vende Twitter a trozos

No soy la persona que más dinero ha ganado del mundo, pero tampoco soy la que más ha perdido. Ambos récords los ostenta hoy la misma persona, Elon Musk, el dueño de Twitter que está subastando los logotipos, neveras, sillas y mesas que había en el edificio. Lo que me lleva a otro escenario: eres un desarrollador de la red social a la que todo el mundo mira y no te queda más remedio que acudir a unas oficinas desangeladas con un jefe que apareció con un inodoro el primer día y que te exige matarte a trabajar hasta que encuentra a alguien tan tonto como para darle el relevo, según sus propias palabras. Qué planazo.

Otra generación de enchufados

Los llaman “nepo-babies” y los denuncian en TikTok, pero me temo que, una vez más, el descubrimiento que la nueva generación de jóvenes cree haber hecho no es tal: si se hubieran fijado en qué ha pasado antes sabrían que los más viejos compartimos su indignación. Según publican en El Confidencial, la chavalada se ha dado cuenta de que “las hijas de” y “los hijos de” lo tienen más fácil, y de que ocupan los puestos de privilegio que la mayoría nunca alcanzará, igual que nuestra generación y las anteriores tampoco alcanzamos. En Euskadi hasta tuvimos un lehendakari cuyo principal valor era ser hijo de un histórico socialista.

Que se lo pidan a los Reyes Magos

Algún día habrá que hablar del impacto medioambiental de las criptomonedas: no solo la cantidad de energía necesaria para mantener ordenadores trabajando día y noche, también los componentes que van reemplazándose para lograr una “minería” más efectiva. Componentes que, aunque no sean especializados, ya no son rentables: El Chapuzas Informático ha escrito un post estupendo para que nos hagamos una idea de cómo ha caído este negocio, basándose en lo que cuesta un ordenador mínimo para lograr criptomonedas y a cuánto se pagan estas. Una ruina. Pero no para quien tiene el ordenador, sino para todo el planeta.

Carbón para él

No entiendo a los millonarios que solo ofrecen planes para pobres: las y los empleados de Twitter “se han visto obligados a llevar su propio papel higiénico al trabajo” (Hipertextual). Un recorte cutre salchichero que se suma a los iniciados con los despidos, la eliminación de la cafetería (¡con lo que fardan las tecnológicas de sus cantinas!), de las tarjetas de crédito de empresa y, lo que es más importante, con su decisión de no pagar el alquiler ni servicios de software contratados previamente. No es menos cierto que así se hacen y se mantienen las fortunas, precisamente, con una racanería palpable.

Un buen regalo

Esta noticia en El Diario solo es buena: “El Supremo rechaza de plano la querella de Vox contra Irene Montero por defender la educación sexual en menores. La sala de lo penal inadmite media docena de denuncias y querellas de Vox y asociaciones cercanas y reprocha a la ultraderecha que haya denunciado a Montero por un delito que ni siquiera existe y por vincular a la ministra con la pedofilia”. Es terrible pero es cierto: a la extrema derecha española no le guste que la juventud hable de sexo y conozca el placer y la responsabilidad en sus relaciones. Y a estos son los que quieren colarnos como socios legítimos del PP.

El rey que quiere venir de Oriente

Hablando del PP, Núñez Feijóo, ocupándose de las prioridades de los españoles, “ha trasladado a Juan Carlos I que tiene listo un plan para su vuelta a España” (El Confidencial Digital) y que “lo pondrá en marcha ‘al día siguiente’ de convertirse en presidente del Gobierno”, siempre de la mano de Vox, claro. En el PP “entienden que ‘puede entrar o salir de España cuando quiera’ una vez se ha producido el archivo de las causas judiciales”. Sobre la naturaleza de las causas o los motivos del archivo, por supuesto, no van a opinar, no sea que tengan que reconocer que el jetismo ilustrado es un modo de monarquía típico español.