¡Para lo que hemos quedado!

Es evidente que ETA en Euskadi nos ha trastocado, y que la mochila de responsabilidad y culpa nos pesa tanto que no nos ha permitido ver con claridad las piedras en el camino. Así, hemos cargado con políticos y pensadores insalvables que nos parecían casi paladines, y hemos sobrevalorado al enemigo de Euskadi al que ETA hacía listo, capaz, fuerte y hasta guapo. Por ejemplo, Jon Juaristi, que hoy es una voz autorizada para el PP de Madrid cuando afirma que el holocausto fue cosa de nazis y comunistas.

Los votantes son sagrados

Un ejemplo de personaje político agrandado por culpa de la acción de ETA es Fernando Savater, que se ha retratado llamando “tontos” a los cinco millones de votantes que tuvo Podemos en su mejor momento. En política es lícito señalar, criticar e intentar tumbar al líder que miente a la ciudadanía o al que le genera miedos innecesariamente para aprovecharse del temor, pero a los votantes se les respeta. A los de Podemos, a los de Vox y a los que tuvo UPyD. Y esta posición de salida marca lo que eres como político: si eres de los que se toma en serio a la ciudadanía y la democracia, o eres de los que no.

El fiscal del “tontopolla”

Jorge Bermúdez, fiscal de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado, ha llamado “tontopolla” a Jon Inarritu en Twitter después de que el senador vasco criticara que la justicia española haya despreciado a los observadores durante el juicio del procés. No hace falta explicar nada más para darnos cuenta de la gravedad del asunto. Pero lo haré: porque el insulto lo profirió Bermúdez desde su cuenta en Twitter en la que no aparecía su nombre. Solo cuando lo destapó Xabier Lapitz accedió a reconocer su identidad. Y estos letrados que insultan a cara tapada son los que administran la justicia española.

La evolución no es precarización, al contrario

Ciudadanos está ondeando la bandera liberal con mucho énfasis desde que ha pactado con Vox y PP. Será porque en cuestiones sociales y patrióticas los discursos del “trifachito” se confunden con una facilidad preocupante. En referencia a la huelga de taxistas, Rivera tuitea: “¿Se imaginan una huelga de propietarios de videoclubs para prohibir Netflix y YouTube? ¿O una de carteros para acabar con los emails? No tiene sentido ir contra la evolución, es ir contra el derecho a elegir de los ciudadanos”. Son precisamente los derechos de la ciudadanía los que salvamos cuando nos oponemos a la precarización de trabajadores.

Cómo habéis cambiado

Casi todos los que observamos la política desde muy cerca esperábamos que Podemos acabara mal, reduciéndose en su propio jugo ideológico, como IU, y con sus fundadores instalados en tertulias y programas de televisión. En lo que no nos poníamos de acuerdo era en cuánto tiempo empezaría el descalabro, y estoy seguro de que casi nadie apostaba por que en cinco años el castillo de naipes estaría ya desmoronándose: “Cuando vuelva Pablo Iglesias de la baja, en la sede están Echenique y dos globos con los ojos pintados”, tuiteaba con sorna Pepe Lee. Esto ya no hay quien lo arregle.

Viven de la venganza ajena

Uno de los tuits que más me ha impactado en este cambio de año es el de Maria Jauregi, hija de Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA en Tolosa en el año 2000. Maria escribía: “Os agradecería que no utilizarais el nombre de mi aita. Está claro que no tenéis ni idea de cómo era. Mila esker”, en respuesta al tuit que Vox Guipúzcoa (así, con “u” y tilde) había lanzado asegurando que Pedro Sánchez e Idoia Mendia traicionaban la memoria de los socialistas vascos asesinados por ETA. Por desgracia para Jauregi, a los de Vox no les importa no saber cómo era su padre.

Y viven de los bulos

Son varios los periodistas y expertos en comunicación política y/o on-line que coinciden: Vox ha crecido como opción de voto gracias a los bulos en Internet. Bulos que cuesta desactivar y que se generan mucho más rápidamente que lo que se neutralizan, bulos que necesitan de perfiles que los muevan, y por eso aparecen constantemente usuarios en Twitter incluso sin nombre que, simplemente, meten cizaña y dinamizan el bulo, bulos que tocan lo que a la ciudadanía le mueve porque políticos, medios y agentes sociales poco responsables lo han colocado en las agendas.

Un ejemplo

No hay policía, juez, animalista ni periodista que haya dado con el perro que, según uno de los últimos bulos que mueve la extrema derecha, va a ser sacrificado por orden judicial después de haber mordido a un ladrón de origen rumano que había sido detenido más de 20 veces y ha perdido varios dedos por ese ataque del animal. La policía de Huelva, donde sitúan el hecho webs de origen sospechoso y dinamizadores de bulos de extrema derecha, ni siquiera tiene constancia de la existencia de ese delincuente habitual. Pero mientras los medios hacen pesquisas, el bulo crece imparable.

Cuestión de coherencia

Llevo meses repitiéndolo en esta columna: se es antifascista o no se es. Y no hay nada mejor para el fascismo (y peor para el antifascismo) que el postureo. Porque quien finge que se opone al fascismo y, al mismo tiempo, le ha dado aire, le alimenta dos veces. Miquel Roig, que acaba de abandonar la corresponsalía en Bruselas y nos deja a muchos huérfanos, pide coherencia a esos partidos que, como Podemos, sostienen un discurso contrario pero luego votan con las formaciones de extrema derecha o buscan fotos con Tsipras, que desde el primer momento gobierna con el Salvini griego.

Sí, es esta gente

También llevo semanas recordándoles que los votantes de Vox en Andalucía no son todos de extrema derecha. Muchos indignados que siguen sin respuesta le han dado una oportunidad a quien promete ahora ira y fuego. Pero entre los votantes de Vox, por supuesto, es probable que estén quienes han arrancado por cuarta vez la placa que en Aluche, Madrid, colocaron en recuerdo de Yolanda González, bilbaína asesinada por la extrema derecha en 1980. Iñaki García Arrizabalaga tuitea con bastante acierto: “Hay que tener la sangre muy envenenada” para atacar repetidamente la memoria de una víctima.

Pocos, ignorantes y cobardes

Los que han dibujado el anagrama de ETA y han querido lanzar un mensaje a la juventud vasca por medio de una pancarta en la UPV/EHU son pocos, son ignorantes y son unos cobardes porque, seguro, la pusieron con la cara tapada, como han hecho siempre. Casi estoy seguro también de que, como hacían antes, todos los que participaron en la “ekintza” no eran estudiantes de la facultad. Pero ahí están, dando vergüenza, asco y motivo para que nos sigan señalando en España (y en Euskadi). Lo único reseñable del cartel es que es en blanco y negro: como ellos, de un pasado oscuro.

El caos catalán

El procés no avanza, profundiza. Pero profundiza en el caos. Lo vivido esta semana en el Parlament es una mala noticia para regocijo de los unionistas. Una noticia mala y difícil de entender que explica como pocos Iu Forn: el columnista de El Nacional y cronista parlamentario da todo tipo de detalles hasta llegar al sedimento. Y este, por desgracia, parece roca: poco maleable y difícil de superar, por mucho que los partidos que forman el Govern se hayan conjurado para que esta legislatura no caiga pronto. Lo que yo me pregunto es: ¿y el día a día de Catalunya?

Sánchez dice que resiste

No es lo mismo que Sánchez diga que resista a que finalmente lo haga. Y no es lo mismo decir que aguantará sin presupuestos antes de comprobar que, efectivamente, no tendrá presupuestos, que decirlo después de la constatación. Pero estamos en el “Sánchez dice que resiste” y, a falta de otra constatación, conocemos ya la fecha de las elecciones andaluzas, a mediados de diciembre, un momento estupendo para que Sánchez, de paso, coloque unas Generales después de decir que sin presupuesto no hay resistencia posible. El baile está a punto de empezar.

E Iglesias hace su trabajo

Con Torra dando ultimátums a Sánchez antes justo antes de que su Govern se rompa un poco más, la posición que ha escogido Pablo Iglesias le legitima: ha tendido la mano a Sánchez y, por extensión, a esa España progresista a la que dice defender y por la que, por fin, hace algo. Porque la política va de esto, de mojarse, y no de la foto en la pancarta antes de volver a casa. Negociar y apoyar un presupuesto aunque no sea el que te gustaría, dejando pelos en la gatera, es la única manera de que un país y un estado avancen. Lo demás es palabrería. Bienvenido a la acción, Pablo.

La puta foto

Hago mío el tuit indignado de Xabier Lapitz a Lagarder Danciu: “¿Este bobo de qué va? ¡Es transporte público y lo pagamos con nuestros impuestos caradura!”. El activista más famoso de Twitter, Lagarder, se había sacado una foto colándose en el topo donostiarra y afirmando que “hay que desobedecer y saltarse las normas. El transporte debe ser al alcance de todas las personas y no el negocio de unos pocos”. Lagarder, al final, es pura pose de canallita, de activista, de luchador que hacer frente a los poderosos (sean reales o no) que oculta de qué vive y ha vivido realmente.

La mejor afición del mundo

Ya han pasado varios días pero las imágenes del paso de la vuelta a España por Euskadi no se nos van de la retina a unos cuantos porque no estamos acostumbrados a que hablen tan bien de nosotros. A veces tengo la sensación de que los vascos tenemos tendencia al flagelo, y otras que no somos suficientemente conscientes de la culpa con la que, como pueblo, nos han hecho cargar los de las pistolas y sus amigos. Con esa carga que no acabamos de quitarnos, las palabras de Luis Ángel Maté en Twitter sobre la afición euskaldun, a la que califica como “la mejor del mundo”, reconfortan.

Imaginen

Imaginen a esos corredores sobre sus bicis en Getxo, a punto de salir a la carrera. Los veteranos charlan con los más nuevos, y uno de los primeros dice a su compañero, debutante: “Ya verás. Lo de esta gente es increíble”. Y salen, y empiezan a atravesar Bizkaia entre miles de personas que les animan, que saben que no hay que empujarles ni echarles agua por encima, que guardan las distancias y acompañan en los tramos duros a todos los ciclistas, y esos corredores nuevos agotados por el esfuerzo, sin embargo, disfrutan tanto como los aficionados y piensan que, efectivamente, los vascos son diferentes, y cuando abren sus brazos, están contigo para lo que toque.

¡Aplaudíamos hasta a los coches!

Reconozco que me hizo gracia y me provocó ternura a partes iguales que, por el punto kilométrico en el que yo disfruté de La Vuelta, en Bilbao, los aficionados aplaudimos hasta al coche del Murias. David Etxebarria tuiteaba sobre lo privilegiados que habían sido los corredores de este equipo, especialmente arropados. Seguimos siendo banderizos pero, esta vez, para bien. Y seguimos valorando el esfuerzo y el saber hacer, el de los corredores y el de quienes se empeñan en mantener un equipo en la élite. Por eso nos gusta el ciclismo, el remo o la pelota, entre otros deportes.

Lo que no tocaba

Y seguimos estando hartos. Por lo menos, el que les escribe. Hartos de que nos den lecciones de legitimidad quienes la perdieron por su empeño en hacer las cosas mal (matar al que pensaba diferente). Hartos de que pidan cuentas los que siguen sin darlas (cuántos apoyaron y apoyan a quienes asesinaban). Hartos de que sigan empañando la imagen de Euskadi con carteles y banderas que no tocan porque el de los presos de ETA no es un problema social, sino de un grupo que tiene que explicarse a sí mismo que lo que hicieron fue horroroso y solo sirvió para que la sociedad vasca se cargara de culpa y remordimientos.

Los extremos se necesitan

Del mismo modo que para ser solidario con los refugiados no tengo que mandar a su casa a los turistas (hay pegatinas por los puntos turísticos de Euskadi que dan la bienvenida a los primeros y pretenden echar a los segundos), no necesito pintar en el suelo que la vuelta a España salió del territorio español cuando pisó Euskadi para saberlo… y demostrarlo. Igual de impositores, malrolleros y chungos fueron los de Nuevas Generaciones del PP que borraron el “not” de “this is not Spain”. Los extremos no solo se atraen, en este caso es evidente que se necesitan para justificarse.

Ser uno de los suyos

Naiara Galarraga estuvo en el Aquarius como periodista. Fue nuestros ojos allí, nos lo contó y logró que tuviéramos conciencia de lo importante que era salvar a aquellas personas. Recientemente tuiteaba: “Es un honor que lectores y compañeros de oficio a los que admiro hace tantos años nos feliciten. Pudimos contar la historia del Aquarius porque estábamos allí. Nada como estar para ver, oír, preguntar e intentar contar bien. Sí al periodismo internacional sobre el terreno”. Lo que es un honor es que haya periodistas como ella que dignifican la profesión.

El laberinto no es solo de ETA

Es lo que sugiere Mikel Segovia en El Independiente: la dificultad para esclarecer los crímenes de ETA no es solo por el laberinto de la propia banda. El periodista Pablo Romero ha conseguido reabrir el asesinato de su padre solo unas horas antes de que prescribiera para que la justicia siga investigando. O mejor, empiece a hacerlo: Romero denuncia la dejadez cuando no las dudosas intenciones de los organismos del Estado que no han resuelto con la diligencia suficiente los atentados de ETA. Una verdad dura y con la que, por cierto, conviven muy cómodamente los miembros de ETA.

¿Grandes? ¿Otra vez?

Es evidente que hay diferencias entre EE.UU. y Europa, especialmente en el modo en que vemos y valoramos la política estadounidense. Aquí Trump nos parece un demonio infantil, pero allí sus argumentos sencillos (poner primero a los estadounidenses) y cierta tracción económica le permiten sobrevivir en las encuestas y plantearse hasta la reelección. Sin embargo, en El Blog Salmón adelantan un posible cataclismo: hay algunos indicadores socioeconómicos preocupantes que si terminan con un empeoramiento de la situación perjudicarían la imagen de Trump.

La “nueva” política

No soy muy optimista respecto a la nueva política: creo que solo es cuestión de tiempo que empecemos a ver en estos nuevos partidos las típicas corruptelas de los tradicionales españoles. De hecho, ya hay algún “destello” como esas facturas derivadas de Podemos que ha detectado el tribunal de cuentas por no hablar de las dudas que ha generado el papel del tesorero en la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero, o de que el tesorero (vaya papelón el de estos tipos) de Ciudadanos haya recibido pagos en su empresa textil, según InfoLibre, a modo de empresa interpuesta.

Por fin llega la luz a Euskadi

Ahora que, por fin, ha llegado la luz a Euskadi, es un buen momento para que saquemos de las mochilas nuestras cámaras e intentemos capturar todos esos momentos volátiles que pasan ante nosotros. Nuestras ciudades, además, viven constantes mejoras que hacen que algunos espacios se transformen, por lo que es importante guardarlos. En resumen: les animo a practicar la “street photography” que tan de moda está actualmente. Y para inspirarse les invito a dedicar unos minutos a la pieza en Photolari sobre los premios que la revista Lens Culture otorga a estos especialistas.