Oigámosle

Todas y todos hemos visto a ese autónomo harto que decía en Bilbao que llevaba doce años sin ponerse malo y que tenía que facturar cuatro mil euros para ganar menos de dos mil. El cansancio de quienes trabajan por cuenta propia no puede pasar desapercibido porque, aunque no están tan bien organizados como el funcionariado y ningún sindicato les ayude (después de quince años puedo decir que ninguno lo hace), su agotamiento puede llevarles a algo excepcional: parar. Y entonces sí que nos giñamos, amiguis. A quien genera riqueza se le ayuda, a quien recauda el IVA no se le señala, a quien trabaja se le valora.

“Última hora”

Me hizo gracia el scoop de RTVE en X: “Última hora. El precio de la vivienda libre se dispara un 12,8% en el tercer trimestre, su mayor alza en 18 años”. No me hizo gracia por el contenido, por supuesto, porque es una tragedia. Me hizo gracia ese “última hora”, como si la noticia no estuviese siendo recurrente: “El precio del alquiler en España repunta un 10% interanual en noviembre, según idealista”, leía solo un par de día antes en El Economista. Hablemos claro de una vez: la ley española de Vivienda, esa de las zonas tensionadas, no funciona. Y no lo hace porque fue más electoralista que práctica, y a los números me remito.

Lo que viene

La ley española de Vivienda dio mejores resultados a quienes la aprobaron con fines electoralistas (PSOE, Sumar, Bildu y ERC que, después de aquellas elecciones la recurrió por invasión competencial, porque la cara dura es para quien se la trabaja), que a la gente que está buscando un sitio en el que vivir. Pero como funcionamos a golpe de scroll y no nos acordamos ni del reel que estábamos viendo antes, siguen intentando colocarnos mierdas como si no tuviésemos memoria: “Sánchez cuela en campaña subidas salariales a 3,3 millones de electores de las próximas autonómicas” (Vozpópuli). Y algunos picarán.

Lo que permitimos

El genocidio israelí sobre Gaza tiene que servirnos para que señalemos el conjunto de atrocidades que el gobierno ultra que lidera Netanyahu está ejecutando o permitiendo: “Israel ha creado un monstruo que no puede parar: los colonos ya atacan hasta a su ejército” (El Confidencial). El terrorismo de los fundamentalistas en Cisjordania solo ha ido a más: “Aunque los 116 puestos de avanzada que se han fundado desde entonces son ilegales, según la ley israelí, el gobierno de Benjamin Netanyahu ha permitido, incentivado e incluso financiado la construcción de este tipo de asentamientos”. Esto también lo estamos permitiendo.

Correcto

La inteligencia artificial ha sido una decepción: no nos permite hacer lo que nos prometía, ha inflado una industria de dudoso beneficio y está abrasando nuestros recursos naturales. ¿Y todo esto solo por los loles o, como decimos los viejos, para hacer chistes? Porque con la IA puedes generar, al decimoctavo intento, una secuencia de segundos medianamente divertidos para montar un vídeo en un eventito familiar o para conseguir algún retuit. Pero no sirve para nada más, de hecho, no estamos seguros para qué es útil: “El Gobierno belga prohíbe a sus empleados utilizar aplicaciones del sistema chino DeepSeek” (Swissinfo).

No tienen razón

Parece que cuando algún representante de izquierdas pronuncia la palabra “vivienda” empieza a tener razón, pero la realidad es que no. Estefanía Molina también lo tiene claro: “Se ha extendido en España un discurso de extrema izquierda preocupante: se dice que no hay que construir más para que bajen los precios, que las casas ya están en algún lado y solo queda expropiarlas. Los datos muestran que es falso”, tuitea. En Euskadi, Bildu no aplica la ley del suelo (que permite a los ayuntamientos generar viviendas) para aplicar la ley que aprobó al PSOE y que se limita a topar el incremento del alquiler en las zonas tensionadas.

¿Se habrá reinsertado?

¿Un condenado por colaborar con ETA que sale de la cárcel, se convierte en casero y acaba llamando a una empresa de desocupación con pinta neonazi, se ha reinsertado? Aún hay más: “Josu Álvarez, durante el desaloje, pidió ayuda a la Ertzaintza tras las amenazas de los vecinos por haber invitado a ‘nazis’ a su barrio” (Vozpópuli). Repregunto: ¿un condenado por colaborar con ETA que sale de la cárcel y llama a la Ertzaintza para protegerse, se ha reinsertado? “Josu Álvarez Pérez, exmiembro de la banda terrorista, aceptó una condena de 6 años de prisión por ayudar a otros miembros de la organización terrorista a huir a Francia”.

Las “smartcosas” siempre han sido tiendas portátiles

Cuando Steve Jobs sacó el iPhone metió en el bolsillo de todas las personas usuarias una tienda. Esa fue una de las grandes claves empresariales de Apple. Y desde entonces todo ha ido a peor, hasta llegar al punto que explica muy bien Enrique Dans: “Es difícil imaginar a alguien dispuesto a pagar tres mil euros por un electrodoméstico que le interrumpe con un anuncio de yogures. Pero además envía un mensaje inequívoco de que ningún producto conectado es realmente tuyo, y que deberías pensártelo mucho antes de adquirirlo”. Se refiere a los frigoríficos Samsung con pantalla que ha empezado a proyectar anuncios.

No compres un Tesla

Las ventas en Tesla van muy mal y difícilmente van a remontar: son coches más caros que sus principales competidores fabricados en China, tienen menos complementos y peores reparaciones, y lo que es peor, su marca está vinculada para siempre a Elon Musk, un líder faraónico amiguísimo de Donald Trump y al que es fácil adivinar intenciones perversas. Por si todo esto fuera poco, “los accionistas de Tesla aprueban un sueldo billonario para Elon Musk para la próxima década” (Business People), un sueldo vinculado a objetivos. Para mí, claramente, es el momento de rechazar a Tesla y optar por las alternativas europeas.

Metapublicidad

Este titular en Xataka cumple con su función: resumir la pieza. Ahí va: “Que Instagram y Facebook estén plagadas de anuncios fraudulentos es malo. Que Meta se esté haciendo de oro con ellos es aún peor”. Amparo Babiloni lo desgrana así: “Meta estimó que un 10% de todo el volumen de ingresos vendría de anuncios fraudulentos, que sumaría 16.000 millones de dólares”. ¿Y qué hacen en Facebook e Instagram? “Subirle la cuota al anunciante para supuestamente desincentivarle. Es decir, que si siguen anunciándose, Meta gana aún más dinero con los fraudes”, por su permisividad es “el sitio favorito de los estafadores”.

Disidencia es la de Bildu, lógicamente

Por mucho que algunos busquen o empujen spin-offs a la derecha del PNV, es EH Bildu el partido que tiene una clara disidencia interna y una posible fuga de votos y, lo que es peor, ideas peligrosas: de GKS a Ezker Nazionala (“un proyecto político antiwoke y contra ‘la inmigración masiva’”, según The Objective), estamos observando movimientos de tensión lógicos en una fuerza política que persigue la mímesis con el partido al que aspira sustituir desde su nacimiento. Y con un problema añadido, el tradicional de la izquierda abertzale: ¿qué hacen con la violencia generada, alimentada y, ahora, escondida debajo la alfombra?

¿Y el rectorado?

Ikasle Abertzaleak denuncia que “la policía ha entrado en nueve ocasiones en la EHU en menos de dos meses” (Diario Socialista). A mí la cifra me parece una barbaridad y lo primero que me pregunto, porque hace tiempo que he superado los quince años mentales, es: ¿qué demonios están haciendo Ikasle Abertzaleak, GKS y demás grupos afines pero que luchan por el mismo territorio, para que la Ertzaintza haya tenido que intervenir nieve veces en dos meses en la universidad pública vasca? Y la siguiente pregunta es obvia: ¿y qué hace el nuevo equipo rectoral que es el que permite los actos y, después, la entrada de las y los agentes?

Activismo de sofá (spoiler: no tiene nada de malo)

Mientras los de siempre hacen en la universidad lo de siempre: tensionar, generar espirales de silencio, romper cosas y echar la culpa a la Ertzaintza, la mayoría se ha pasado al activismo de sofá. No es una crítica, es una descripción. Lo dice la intuición de cualquiera y el Eustat, esta misma semana: el 97,5% de las y los vascos usamos WhatsApp, “independientemente de la edad, el sexo o la situación laboral”. De 15 a 64 años el 97,8% de la población de la CAV tiene redes sociales digitales, con Instagram como la más relevante (sin despreciar Facebook “en edades intermedias”). Y el 50% hemos comprado algo por Internet en el último mes.

Internet cumple 56 años

Como bien escribe Wicho en Microsiervos: es difícil fijar un día como el de inicio de Internet, pero el 29 de octubre de 1969 fue el día (más bien, la noche) en el que “circularon los primeros paquetes de datos entre los dos primeros nodos de ARPANET”. Es decir: se transfirieron datos de un ordenador a otro por medio de una red organizada a tal efecto aunque “es cierto que aquellas dos máquinas no usaban el protocolo TCP/IP que en 1981 se convertiría en el estándar de Internet”. Por supuesto, “en el primer intento se colgó uno de los ordenadores”. En estos 56 años todas y todos hemos aprendido la solución: apagar y encender.

Hasta hoy

Vivo de Internet, por eso sé que la internet comercial es lo peor que le ha pasado a la humanidad. No me refiero a la que permite operar a distancia, comunicarnos o seguir mapas. No. Me refiero a todo lo demás, incluida la inteligencia artificial para cualquiera que quiera (no digo “que sepa” o “que necesite”) usarla: “La hija de Robin Williams, desesperada, pide a los fans que dejen de enviarle vídeos del actor hechos con IA: ‘Es asqueroso’” (20 Minutos). Sí, para esto usan algunas y algunos la tecnología y consumen recursos medioambientales como si no costara: para hacer que el genial actor diga lo que nunca dijo, y joder su recuerdo.

Antifascistas de postal y escaparate

Un antifascista lo es en todo momento y en todo lugar o no lo es. Y no es un antifascista quien ha pegado una pegatina para denunciar a supuestos financiadores del sionismo en la placa que recuerda a Alfredo Aguirre, asesinado por ETA en Iruñea en 1985 cuando tenía 13 años. Así lo recuerda COVITE en sus redes sociales. ¿A quién ayuda esta acción? ¿Al pueblo palestino que está siendo masacrado a diario? ¿Ayuda al máquina, al antifa, al guay, al progre, al valiente, al antisistema que ha pegado esa pegatina sobre la placa que recuerda a una víctima de ETA de trece años? ¿O ayuda a quien quiere que en Euskadi perdamos la memoria?

Le trata así porque cree que es tonto

Precisamente el responsable de esa masacre al pueblo palestino, quien la ordena y la coordina, Benjamín Netanyahu, ha vuelto a ser noticia estos días por dejar claro que cree que Donald Trump es tonto. No puede ser de otra manera: no puedes plantarte delante de él y decirle que debería de recibir el premio Nobel de la Paz si no piensas que es idiota. Yo no sé si lo es, pero de lo que estoy seguro es que Trump pertenece a un tipo indeseable de político y persona: el que es fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Cómo se arruga ante Netanyahu o Putin, y cómo se deja tratar por ellos salta a la vista.

¿Por qué?

Netanyahu, que es una mala persona (¿alguien tiene alguna duda de eso a estas alturas?), propone a Trump como premio Nobel de la Paz al mismo tiempo que le sugiere “un campo de concentración para 600.000 gazatíes en Rafah” (Diario Socialista). También “busca acuerdos con terceros países para la expulsión de palestinos de Gaza”. Si alguien todavía tiene reparos en utilizar la palabra “genocidio” a estas alturas, como lo calificó Amnistía Internacional hace meses ya, yo creo que podría ir abandonándolos. Lo que estamos viendo es una salvajada injustificable y quien la apoye será un colaboracionista de libro.

Otro demócrata

“Aparece muerto el ministro de Transportes de Putin, Roman Starovoit, tras ser destituido” (El Independiente), pero, ojo, que Rusia es una democracia ejemplar y Europa una dictadura otanista. Claro que sí. Estamos rodeados de tontos que apoyan a malos: tontos que ríen las gracias a antifascistas de boquilla que atentan contra la memoria en Euskadi, tontos que ponen pegatinas, tontos que aplauden a Trump, tontos que justifican a Netanyahu y tontos que señalan a Europa (desde Europa) mientras justifican a Putin. Por cierto, Roman Starovoit se habría suicidado, “según los investigadores”. ¿Qué tipo de país es Rusia?

Los imitadores

Vaya repasito a fascistillas que llevo: el de Iruñea que va de antifa, Trump, Netanyahu, Putin… Por supuesto, no podían faltar quienes imitan a todos los citados: “Vox propone deportar millones de inmigrantes y sus hijos por el derecho del ‘pueblo español’ a sobrevivir” (El Nacional). Trumpismo para gilipollas. Lo gracioso es que esto lo haya comunicado una descendiente de emigrantes: Rocío de Meer. ¿Coherencia? ¿Vergüenza? No podemos pedir esas cosas a la extrema derecha. Tampoco la más básica de las humanidades o que digan la verdad. E incluso así alguien votará a Vox y Núñez Feijóo negociará su investidura con ellos.

Está equivocado

Arnaldo Otegi piensa, y siempre ha pensado, que nadie salvo él sabe relacionar ideas. Por eso sale al atril a explicarnos lo que tenemos que pensar y por eso salió el jueves a decir lo que todos dedujimos: que el famoso Antxon le puso en contacto con Cerdán. Salió, resbaló y se dio cuenta sobre la marcha, estoy seguro. Por eso en Bildu han sacado un corte en el que Otegi da la razón a Aznar y defiende el gobierno de Pedro Sánchez. Lo que hay que ver. ¿Quiso hacer una voladura controlada para su gente? Me cuesta pensar que la que considera “su gente” necesite que Otegi le trate con tanta condescendencia. ¿Les vale?

El problema

Sí, el Cantábrico también “hierve”, como alertan en Xataka. No lo hace como en el Mediterráneo, donde no existe el contraste de pasar de la arena al agua, pero cualquiera que se haya bañado estos días en nuestro mar habrá notado que la temperatura del agua era “buena”, es decir, mucho más caliente de lo que corresponde en junio. El calentamiento global no es ninguna broma, y esto no se alivia poniendo el aire acondicionado en casa o yendo a la terrazita a tomar un refresco porque las máquinas que enfrían el ambiente y los botellines, o hacen el hielo, también calienten el planeta. Tenemos un problemón.

¿Cuál es la solución?

Me hago viejo y cascarrabias (las dos cosas), y llego a las conclusiones que me da la gana sin mucho fundamento, más allá de lo que he vivido y visto, ante noticias como esta en El Blog Salmón: “Las mujeres que tienen hijos no tienen menos que hace unas décadas. Lo que baja la natalidad es que está aumentando el porcentaje de las que no tienen ningún hijo”. ¿Cuál puede ser la solución si nunca como hoy ha habido tantas ayudas a la conciliación? Puede que sean insuficientes, vale, pero antes lo eran más y la natalidad sigue descendiendo. El motivo no es económico, es social. Y ahí es donde encontraremos la verdadera solución.

¿A qué me refiero?

Por ejemplo, ahora existen medidas para favorecer la conciliación como los permisos no retribuidos. Existen… donde existen, claro, que no todos los puestos ni todas las empresas lo permiten. Socializar que debe ser prioritario, no individualmente, sino colectivamente, el cuidado de las y los menores, es parte de la solución. Normalizar esa flexibilidad y, sobre todo, poner en valor a las personas (mayoritariamente, mujeres, según El Diario) que lo hacen también es parte de la solución. Por supuesto, tener sueldos que hagan apetecibles este tipo de medidas es el principio de la solución.

Se queda

He estado tentado a escribir sobre las noticias del fichaje de Nico Williams por el FC Barcelona, pero he logrado resistirme hasta hoy. La noticia del Athletic (magníficamente dada por medio de ese vídeo que hemos visto todas y todos varias veces) nos ha alegrado sobremanera en Bilbao (y en muchos otros sitios) porque el mensaje es el mejor: Nico se queda, apuesta por San Mamés, por nuestra filosofía. Es lo que necesitamos que suceda para seguir siendo el Athletic. Mis dieces para Jon Uriarte y su junta directiva, para Mikel González, y para Iñaki Williams, lo mejor que nos ha pasado en muchísimos años. Ayer, también.