Podrán ponerse tan estupendos como quieran, pero no tienen razón: los que aseguran que el encarcelamiento preventivo de los presos políticos catalanes es justo han cedido su sentido de la justicia a la sed de venganza española. A España no le hace falta el ministerio del tiempo: revive su pasado cada día. Mientras tanto, Turull, que como bien recuerda Ferrán Martín podía haber sido president (y uno dialogante) de no enfrentarse a una España vengativa, tuvo que ser ingresado durante el fin de semana en la enfermería de la prisión por su huelga de hambre. Necesitamos que alguien para esto. Sobre todo lo necesita él.
Le daban igual los presupuestos
Las declaraciones posteriores a la negociación frustrada de los presupuestos vascos son un buen autorretrato, sobre todo por la parte de Bildu. Lo reconozco: no confío en quien no me ha dado ni una sola razón para hacerlo, llámenme raro, pero el discurso de Otegi de estos días parece escrito de antemano, como si hubieran querido llevar el debate hasta el último extremo, haciendo que se hinche el globo, para luego afirmar lo que están dejando caer en todos los medios. Lo que no han calculado en Bildu, y si lo han hecho, malo, es lo que su teatrillo va a generar: más desconfianza.
Un fascista es un fascista
Sigo con mis desconfianzas: un fascista lo es siempre, no tiene remedio. Para confirmarlo tenemos a Ricardo Guerra, condenado por el asesinato de Aitor Zabaleta y detenido esta semana junto a otros nazis en Bruselas aunque, al parecer, el tercer grado penitenciario no le permitía viajar fuera de territorio español. Nacho, un usuario de Twitter, recopiló en cuatro pantallazos parte del recorrido de Guerra, que incluye el intento de introducir 150 bellotas de hachís en la cárcel después de un permiso penitenciario y que no haya indemnizado aún a los familiares de Zabaleta.
Esto también hay que contarlo
El youtuber Daniel Santomé, más conocido como Dalas, estará especialmente repelente estos días, después de que el juez le haya absuelto de las acusaciones de abuso sexual y ciberacoso a una chica de 13 años. Pese a la acusación de la fiscalía, la audiencia provincial de Madrid considera que no hay pruebas suficientes (solo declaraciones, ni siquiera históricos de las conversaciones vía chat), pero el juez también da un toque al soberbio Dalas, al que desmonta “la simplista hipótesis exculpatoria del acusado de que todo es una conspiración”. Hasta la próxima noticia.
Lo sabemos por “los medios”
La famosa tuitera Barbijaputa tuiteó: “Ningún medio va a decir que Chiquetete era un maltratador”, tras la muerte del cantante y condenado por malos tratos, antes de buscar en Google. Así que el enésimo tropiezo de la anónima (nunca ha dado a conocer su identidad dando lugar a situaciones ridículas como aparecer voz en off en un acto de visibilización de la mujer) fue señalado inmediatamente, aunque a ella y sus seguidores les dé igual. Por no hablar de que cuando Chiquetete fue condenado no existía Twitter y ahí estuvieron “los medios” para contarlo.