Las niñas y niños de Palestina

Habíamos oído hablar de ellas y ellos, pero estos días hemos visto cómo salían de la cárcel convertidas en mujeres y hombres: son las niñas y los niños palestinos que Israel retiene en cárceles y que ahora libera para lanzar bombas sobre ellas y ellos después. Chavalas, chavales que pasan cerca de diez años en centros penitenciarios sin juicios. ¿Qué tipo de delito les imputan? Y lo más importante: ¿qué tipo de delito podemos imputar al estado israelí que retiene a menores de edad? ¿Qué organismo internacional protege esas infancias? ¿Cómo lo justifican quienes defienden todavía al estado israelí?

Señores que te llaman y te explican

Sí, son señores normalmente los que te llaman por teléfono y te explican cómo son las cosas y lo que tienes que opinar primero y, después, escribir. Estos días están saliendo a la luz unos cuantos: periodistas en Twitter y sus medios de comunicación están exponiendo esas llamadas que han recibido, en este caso, de El Hormiguero “para intimidarlos por hacer chistes o críticas sobre Pablo Motos”, según Canal Red. Más allá de lo que hayan hecho los emisarios de Antena 3, me resulta sorprendente que sea precisamente el digital de Pablo Iglesias el que denuncie esto cuando en su web señalan a medios y sus redactoras y redactores sin cortarse.

Lo vieron y lo vemos

Comunicación de verdad, de esa que perdurará, no como la que hacen en El Hormiguero o publican en Canal Red (para un espacio político menguante), fue la que hicieron las fotógrafas y “los fotógrafos que cubrieron los años más duros de la guerra entre bandas de la Mafia siciliana”. Hablamos de las y los fotoperiodistas que ejercieron en Palermo a partir de la década de los 70, de las y los profesionales que cubrían a cualquier hora de cualquier día cómo los clanes se mataban entre ellos y el dolor de una ciudad que veía desangrar a sus hijas e hijos por la droga y la violencia. Su trabajo y su testimonio lo recogen en la web de la BBC.

El rastro del dinero

Llevar el dinero a Suiza y esquiar ya no está de moda: Hong Kong, Dubai o Singapur han cogido el relevo, explican en El Blog Salmón. Pero el movimiento de capitales que quieres mantener ocultos ya no se hace como antes: “A veces lo hacen la vista de todos en lugares como las principales ciudades del mundo, como Londres, París o Nueva York”. Y hay más: “Estados como Dakota del Sur tienen una regulación que permiten a ciudadanos extranjeros ocultar dinero”. También perviven modelos clásicos con sociedades “en Panamá, en Seychelles o en otros lugares que sean propietarios de otra sociedad en las Islas Cayman o en las Islas Vírgenes”.

Musk flipa

Elon Musk es el hijo del dueño de una mina de esmeraldas. Su riqueza, por lo tanto, no es fruto solo de su olfato para los negocios (no se lo niego). Pero ni siquiera él ha sido capaz de intuir que los países escandinavos no son solo grandes consumidores de sus Tesla: un conflicto laboral en toda regla que le ha estallado y le ha sorprendido. “Esto es una locura”, es lo que escribió Musk en Twitter al ver no solo que las y los trabajadores reclaman unas condiciones laborales dignas (para Suecia), sino que también ha habido una ola de solidaridad que le bloquea por completo la producción. “Un shock cultural para Elon”, dicen en Xataka.

La gallina y el huevo

En Bildu, es evidente, no tienen dilemas. Lo vimos con las y los 40 candidatos que habían sido condenadas y condenados por terrorismo. Y lo vemos, también, en cuestiones más globales: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? En Bildu lo tienen claro: las dos cosas. No negociaron con el PSOE nada que pudieran hacer público para investir a Sánchez pero ahora Bildu “exige reconocer la nación vasca” (El Independiente), que sí iba en el acuerdo entre el PNV y el mismo PSOE. Si los socialistas articulan el reconocimiento de esa nación vasca, Bildu dirá que es gracias a la coalición. Si no lo hace fallará a quien lo puso por escrito. Gallinas, seguro.

De lo suyo gastan

Confieso que me ha sorprendido esta noticia en República: “Ciudadanos se presentará a las próximas elecciones europeas y a las catalanas: ‘No estamos muertos’”. Lo anuncia Carlos Carrizosa, presidente del grupo de este partido en el Parlament. Los siete europarlamentarios y europarlamentarias aportarán cierto músculo y la justificación para enfrentarse a una campaña a circunscripción única, una carrera a la que salen en la peor posición: las encuestas no les respaldan, según reconoce el propio Carrizosa. Y cualquier puede ver que apenas hay espacio entre Vox y el PP para otro partido a la derecha de la derecha.

Sigamos el ejemplo

Sí, soy de esos que cree que los países nórdicos van por delante. Y en este caso, especialmente, no me importaría que el mío, Euskadi, hiciese seguidismo: “El Parlamento noruego vota a favor de reconocer a Palestina como un Estado independiente” (Público). Es necesario que el mundo reaccione ante Israel como lo hizo, por lo menos aparentemente, ante Rusia. No podemos seguir mirando para otro lado cuando puede haber más de 16.000 muertos solo en Gaza. Tenemos que agitar el tablero de juego del mundo porque hay crímenes que vemos en directo como nunca y un colapso medioambiental inminente e innegable.

¡Oh, sorpresa!

Si no quieres que la economía se “uberice” no uses Uber. Es tan sencillo que sorprende que nadie lo vea, especialmente, quienes se quejan de la precarización del empleo mientras piden un Glovo. Estas empresas junto a Airbnb ejemplifican una economía mundial alocada, que esclaviza a la persona trabajadora a cambio de una rápida satisfacción a la usuaria y genera riqueza para las y los dueños. Textos como el de Business Insider, en el que aventuran que en New York se pueden replicar los resultados de Irvine (reducir drásticamente la oferta de Airbnb baja o contiene el precio del alquiler tradicional) tienen que ser más difundidos.

¿Merece la pena?

Me parece bien que cualquiera saque fotos: hacerlo como hobby más o menos serio es un aprendizaje inacabable de uno mismo y de varias técnicas. Y que cada uno saque como quiera: cámaras de carrete, cámaras digitales o teléfonos móviles. Lo que me genera dudas es la tecnología que incorporan los móviles y el precio que esta supone, por supuesto. Ricardo Aguilar ha vuelto a hacer en Xataka su análisis de las cámaras de los móviles, exponiendo características asombrosas y resultados sorprendentes (no sabemos hasta qué punto generados con software) que realmente no necesitamos.

También 56 periodistas

Espero que el alto el fuego pactado entre el estado de Israel y Hamás esté cumpliéndose. Cada minuto en el que no caen las bombas sobre Gaza es un minuto que sirve para salvar vidas. También espero que la masacre del país de Benjamín Netanyahu cese de una vez, que no sigamos viendo imágenes trágicas, que no contemos más muertos. Entre las más de 16.000 víctimas, según el ministerio de Salud gazatí, contamos también las y los 56 periodistas fallecidos mientras mostraban al mundo lo que estaba sucediendo. Ya debatiremos más adelante del control que ejerce Hamás sobre la información.

¿Haces huelga hoy?

Hoy es día de huelga. No importa cuando lo escriba: en la CAV cada día laboral es una jornada de huelga para alguien desde hace meses. Pero no me refiero hoy a las que ELA programa en función del calendario electoral: Solidaridad, un sindicato tan próximo a Vox que se funden entre sí, había anunciado una huelga general en toda España y, por extensión, Euskadi y Catalunya, para hoy. ¿Lo estamos notando? ¿Lo notarán en España? ¿Quién será tan pánfilo o pánfila como para no ir hoy al trabajo por la llamada de un sindicato que comparte ideario ultraliberal con un partido de extrema derecha?

Ya hay un motivo

Cada vez que aparece Vito Quiles en esta columna menciono a la presidencia del Congreso de los Diputados porque es ese órgano el que le otorga la acreditación de prensa en la cámara baja. Hoy recurro nuevamente a la capacidad de acción de Francina Armengol ya que el desinformador con pase de periodista es también el protagonista de esta noticia en El Diario: “La Policía acusa al agitador ultra Vito Quiles de arengar para romper el cordón de seguridad y empujar a un agente”. Es decir: ya hay un motivo. No podemos seguir jugando a que estos alborotadores de la extrema derecha son periodistas. No podemos permitírnoslo.

Vamos a peor

Tampoco podemos ni debemos olvidar que el músculo de Vox fue entrenado también por Pedro Sánchez y el PSOE, que le ha dejado explayarse en el Congreso, encantado de enfrentarse a él en la anterior legislatura y minimizar al PP. Eso, como todo lo que alimenta al monstruo ultraderechista, es peligroso. Pero no solo ha engordado el extremismo: también lo ha hecho el populismo y, lo estamos viendo, la agresividad. “Por qué cada vez más diputados quieren incluir sanciones por insultar en el Congreso”, se preguntan en Xataka. Porque vamos a peor, porque antes ni nos planteábamos esos insultos y hoy son normales.

¿Y qué opina la inteligencia artificial?

Aunque Microsoft sea la empresa que con más ahínco está buscando la comercialización de la inteligencia artificial, sigue pareciéndome en la que más se puede confiar, así que celebré que Sam Altman fichara por este gigante. Pero ahora ha vuelto a OpenAI y su regreso ha apagado un motín a bordo de uno de los barcos más importantes de nuestro presente y futuro. Detrás del despido y el regreso hay mucho más de filosófico, por lo que parece, que de mecánico o funcional. Soy optimista antropológico: si sobrevivimos al colapso medioambiental estoy seguro de que sabremos domar la IA o que, ella si nos doma, no nos matará.

Sionismo de libro

La de hoy es la última oportunidad en varios días que tendremos para hablar de otros temas que no sean la capacidad de adaptación y supervivencia de Pedro Sánchez, así que la voy a aprovechar, y voy a abrir la columna con un tuit del periodista Fran Sevilla, que muestra en Twitter cómo Israel está barriendo del mapa la franja de Gaza: “Ante la pasividad internacional se va completando el objetivo de Israel, demoler completamente Gaza y no dejar ni un edificio intacto y ni un ser vivo”. Esto es sionismo de libro: ocupar la tierra prometida por la fuerza si es necesario y expulsar a las y los palestinos que la habitan. Y el mundo, sin reaccionar.

Por nuestro bien

Según The Washington Post, fue un “oficial militar ucraniano” el que “coordinó el ataque al oleoducto Nord Stream” (Menéame). Difundir y denunciar esto es importante para ganar legitimidad: desde el principio aquel atentado olió a chamusquina, y parece que la hipótesis de que fuera producido por quien es la víctima, y no el victimario, se abre camino. Insisto: ocultarlo, taparlo, actuar como actúa el bando ruso, en definitiva, no es el camino. Señalar lo que está mal en el bando ucraniano con claridad y seguir defendiendo al invadido, al agredido, en Ucrania, en Palestina e Israel, incluso en lo más duro, es ejercer como un antifascista.

¡Y tanto!

Leo en Público que “la última carta para frenar la crisis climática se juega en Dubái”, y pienso que no puede ser más cierto. Lo que sucede es que mi pensamiento y la pieza van por caminos separados: para hablar del cambio climático van a realizar una cumbre en una región del mundo que basa su modelo económico en el impacto negativo sobre el planeta (desde los combustibles fósiles hasta las obras mastodónticas). Pues cojonudo. Yo me la ahorraría y directamente, por videoconferencia, crearía una brigada mundial con capacidad ejecutiva para actuar sobre los países, como Dubái, que no respetan los pactos medioambientales.

¿Quién le paga las copas?

Algo parecido me pasó con el titular de El Plural que, en mi opinión, estaba puesto para inducir a pensamientos mágicos: “La noche secreta de Juan Carlos I ‘en su club favorito’ tras el cumpleaños de Leonor”. Ya lo adelanto: fue a un club londinense exclusivo donde cenó con un matrimonio amigo. Me llama la atención la noticia porque, en primera instancia, la prensa cortesana nos dijo que voló directamente a Abu Dabi. Ahora sabemos que paró en Londres y cenó. En la pieza también recogen que suele ir invitado. No lo dudo, como no dudo tampoco de que Juan Carlos I tiene una cuenta corriente bien abultada de sus comisiones.

Gracias, Marc

Me voy preparando mentalmente para lo que nos toca hoy: el debate de investidura de un kamikaze y los aspavientos de la oposición. Sobre esto último, nada lo va a retratar mejor que la foto de Marc Asensio, de una mujer mayor, con pinta de señorona, desquiciada, con la bandera española a modo de capa y gritando en el centro de Madrid, junto al comentario de Pedro Vallín: “La foto que describe la ruina moral e intelectual del conservadurismo europeo”. La verdad es que no tengo mucho más que añadir. Solo que tengo muy clara la columna de mañana: Sánchez es lo segundo peor que podía pasarnos. Un gobierno de PP y Vox, lo primero.

La inacción no es la respuesta

La entrevista a Husni Abdel Wahed en El Independiente hay que leerla. El embajador de Palestina en España no habla como un terrorista, pero las que ofrece son lecciones de historia que debemos tener presentes antes de hablar de lo que está pasando en Israel y Gaza estas semanas. Él no duda: el origen del conflicto (que sí lo es, aunque lo niegue) está en la invasión israelí de un territorio que le fue otorgado por el morro y la culpa de EE.UU. y Europa. Todo lo que vino después hasta hoy es fruto de aquella decisión, suficientemente antigua como para ser revisada, y sus consecuencias actuales, abordadas sin excusas.

Ojo con los modelos

Celebro el regreso de Junts a la arena política. Sus votos son decisivos para habilitar a Sánchez y condicionar su acción de gobierno. Y esa es una buena noticia. Pero no podemos hacer borrón y cuenta nueva con la política catalana: algunas decisiones, algunas declaraciones y algunos “amigos” de Catalunya no han ayudado. Hoy leemos en El Nacional las recomendaciones del Sinn Féin a ERC, vía Junqueras. Me llama especialmente la atención que exhiban el suyo como un proceso modélico (con un “postconflicto” discutible) y que hagan énfasis en una autodeterminación que el pueblo irlandés del norte no ha ejercido.

El rey Midas va desnudo

Si algo hemos aprendido con Twitter, ahora llamado “X”, es que quien parecía un rey Midas que convertía en oro lo que tocaba, iba desnudo. O lo que es lo mismo: ni Elon Musk triunfa en todo lo que hace ni es ese visionario que siempre sabe lo que hace. “A un año de la llegada de Elon Musk, los números de Twitter siguen cayendo”, leemos en Hipertextual. El tráfico ha bajado un 14%, pero lo peor es la sensación de “lenta espiral descendente” que proyecta con sus despidos (ha echado al 70% de la plantilla que encontró), sus peleas con los medios y sus trampas, como dificultar el tráfico a otras páginas web.

El objetivo no es su liga

Miguel Ruiz en Panenka da unos brochazos muy interesantes sobre la nueva liga de moda, la saudí. La nacionalización de algunos de sus equipos les han permitido fichar como si no costara, pero la realidad es que los jugadores llegan a clubs con instalaciones que a veces ni siquiera son profesionales. Sugiere Ruiz que todo forma parte de una operación de marketing, que el mundial de fútbol es el objetivo de las autoridades saudíes, pero creo que no esperaremos a 2034 para ver un paso intermedio que sin embargo lo cambiará todo: la superliga mundial la catapultarán los saudíes con sus clubes nacionalizados, curiosamente.

160 años de lo más importante de lo menos importante

Me ha parecido muy enriquecedora la pieza en El Periódico de España sobre cómo se gestó el fútbol que hoy conocemos. Javier Giraldo lo resume, además, en el subtítulo: “Hasta el otoño de 1863, el fútbol y el rugby se mezclaban sin reglas concretas: la prohibición de usar las manos separó sus caminos”. Y así nacieron la Rugby Union y la Football Association, con gran éxito, una semana de octubre como la que hoy termina, hace 160 años. Lo más importante de lo menos importante cumple años ante un escenario que va a cambiar sustancialmente: la burbuja económica se pincha y Arabia Saudí planea liderar ese cambio planetario.