En lo bueno… ¿Y en lo malo?

Posiblemente el partido con el que más haya coincidido el PP cuando vota en el Parlamento Vasco sea EH Bildu. En Juntas Generales y en los pocos ayuntamientos en los que tiene presencia, estoy seguro de que la coincidencia también será algo habitual. Pero Pablo Casado solo se muestra orgulloso de las veces (últimamente, casi son excepciones) en las que el PP se enfrenta a Bildu en el Parlamento Vasco. Unos y otros se apoyan con los votos, pero también en esa estrategia de que no parezca que su suma, junto a los escaños de Podemos, es un muro habitual en Euskadi. Omertá en estado puro.

El partido de los robots

Anda la derecha española a partir un piñón con la extrema derecha en lo ideológico pero también en lo práctico. Si Vox se ha convertido en el partido de los trolls que difunden contenido alarmista y falso, el PP se está convirtiendo, según la denuncia de varios expertos, en el partido de los robots en Twitter. No son pocos los que han encontrado numerosos ejemplos de cuentas creadas con un generador de rostros y mensajes en un único sentido: contra Sánchez y con el PP. Así se las gasta la derecha extremada: con trampas, con falsedades y con dinero (porque todo eso cuesta una pasta).

Sí, todos lo son

Mientras la derecha española lanza una campaña acorde a su escalada ideológica: despiada, en la izquierda siguen viviendo en un mundo de piruletas. A la victimización le ha seguido la infantilización: no me refiero solo al vídeo de Ada Colau imitando el estilo de la chavalada en YouTube, también al programa con niños en el que ha participado Pablo Iglesias, y en el que ha hablado de cómics asegurando que Superman es de derechas y Batman, de izquierdas. Yo estoy más de acuerdo con el sarcástico Egoitz Moreno: “A ver, ¿que todos los superhéroes son basura fascista lo tenemos todos claro? Porque no se salva ni uno, chavales”.

¡Dan ganas de dejar de beber!

Los avisos de Juan Ignacio Pérez Iglesias nunca pueden caer en saco roto. El exrector de la UPV/EHU lleva tiempo advirtiendo de los riesgos del alcohol y de que él se ha pasado convencido a la abstemia por su propia salud. Si alguien duda en seguir sus sanos y reflexionados pasos pero no se ha decidido, que acuda a Vitónica y lea el post sobre los beneficios físicos de dejar de beber alcohol, todos conocidos pero ratificados: mejoramos el descanso, no engordamos, funcionará mejor nuestro corazón, oleremos mejor y tendremos mejor aspecto y hasta asimilaremos mejor el resto de ingestas.

Bizkaia, la más goleadora

Después de confirmar que el último gol de Williams no fue un autogol de Aitor Fernández (desde mi sitio en San Mamés no había duda), los 10 goles del canterano del Athletic hacen que, quince años después, volvamos a tener a uno de Bizkaia con más de una decena de goles en Liga (el último fue Yeste, en 2004, con 11). El dato lo ha sacado, cómo no, la Adurizpedia, que también ha dado a conocer que “Bizkaia es con mucha diferencia la provincia con más goles en la historia de la Liga”. Con 5.454 goles le sacamos poco más de 1.000 a Madrid y más de 1.300 a Gipuzkoa y Barcelona. A la quinta, Asturias, le sacamos más de 2.500.

Errejón ya no es un muerto de hambre

Supongo que manejará bien los ahorros en este primer semestre (un diputado no gana mal, precisamente) y llegará a su primer sueldo de parlamentario autonómico en Madrid sin apreturas: Iñigo Errejón responde así a Pablo Echenique, al que solo le faltó llamar “muerto de hambre” (como tuiteó acertadamente Juan Soto Ivars) al ex portavoz, dejando su acta de diputado en el Congreso. Ojo, que el tema no es menor. Me refiero la subsistencia de políticos sin profesión como Errejón, que venía de cobrar una beca apodada “black” por el entorno del PP. Lo de comer importa.

Sumar dividiendo

Al respecto de lo que acabo de contarles, en El Independiente destacan esta frase de Iñigo Errejón: “Yo no vine a estar en política. Vine a hacer política”. Puede llamarlo como quiera, y pueden ponerse estupendos los más puristas, que en este caso la coherencia ha sido la primera en huir. Desconozco si Errejón responde mejor a la sensibilidad de una parte de la ciudadanía de Madrid, pero sí sé, porque es de puro sentido común, que es difícil sumar cuando empiezas dividiendo. Y también sé porque voto que no me gusta sentir que intentan engañarme en lo más básico.

A alguien se le ha ido de las manos

José Miguel Gamboa pasa de Twitter (solo hay que ver sus fotos de perfil y cabecera o su inexistente descripción) pero sus tuits son imprescindibles para quien quiera seguir la política Nafarroa: “Últimamente están apareciendo muchos que se creen nacidos del sobaco de Rosa Luxemburgo y piensan que Navarra está inmunizada contra el resurgir de la ultraderecha y se están dedicando a denostar al gobierno navarro y dinamitar la continuidad del cuatripartito. Craso error”. Quien encendió la llama del Gaztetxe Maravillas, con todos los subterfugios que conocemos, será el responsable del incendio.

Son nacionalistas y me parece bien

El PP decidió cerrar su convención del pasado fin de semana con el himno de España a tope, la bandera rojigualda ondeando en la pantalla gigante del escenario, y todos los políticos importantes de este partido en pie y con gesto emocionado (un pelín forzado en algunos). Y me parece bien. Pero luego que no vayan de no-nacionalistas porque si no colaba hasta el viernes, después de las muestras de nacionalismo español del fin de semana no creo que se la den con queso a nadie. Estar orgulloso de tu país y tomarlo como fin y no como medio (para enriquecerse, por ejemplo) es estupendo. Bienvenidos.

El PP está con el niño de Totalán

“Julen, desde el pozo tan oscuro donde estás metido, Juan José Cortes, y el PP, y España entera está contigo y con tu familia”. Y aplausos de los asistentes a la convención del PP que acabo de citarles. El entrecomillado que acaban de leer pertenece a la intervención del padre de Mari Luz Cortés, la niña asesinada salvajemente por un pederasta cuando solo tenía cinco años. Juan José Cortés es uno de los fichajes mediáticos del PP de Casado, y su presencia en Totalán ha sido fuertemente criticada. Pero creo que nadie esperaba semejante nivel de utilización de las tragedias infantiles.

Ahora, hacia arriba

Las elecciones del Athletic las ha ganado el que ha hecho campaña, con sus aciertos y sus desaciertos, pero campaña. Alberto Uribe-Echevarría y su equipo lo tenía todo a favor para vencer, pero no supo o no quiso hacerlo. De su tiempo y su ilusión ha gastado, y un poco del tiempo y la ilusión de otros. Con Aitor Elizegi pocos contaban pero ahí está, entre otras sorpresas electorales contemporáneas. En Ibaigane, al final, el despacho de Urrutia lo ocupará ahora quien, en vez de impedimentos, ha puesto ilusión, ganas y medios, y eso, sencillamente, es lo justo.

Va a ser interesante

Los 85 votos de diferencia que Elizegi ha sacado a Uribe Echevarría han podido estar en la acción en las redes sociales, en el último acto de cada campaña, en una buena entrevista o en las papeletas que su candidatura repartía en los jardines de Ibaigane desde primera hora. Más allá de observar la gestión de Elizegi como cualquier otro aficionado, va a ser interesante observar su nueva comunicación. Nueva porque es el primer presidente del Athletic con Facebook, Instagram, Twitter y hasta un blog propios que ha utilizado todos estos años precisamente para animar al equipo.

“Blanca” Navidad

Eneko de las Heras coge al vuelo el blanqueo que PP y Ciudadanos están haciendo a Vox para desear una “blanca” Navidad en nombre de estos tres partidos. La viñeta cuenta ya con más de 11.000 retuits, y este número muestra lo que todos estamos viendo: mientras en Europa los partidos tradicionales dan la espalda a los herederos del fascismo, la derecha española suma esta facción a acuerdos del cambio, les colocan en las mesas de los parlamentos y los medios del entorno hablan de bloques de “centro-derecha”. Algo sí tienen en común: ninguno de los tres condena el franquismo.

Neoliberalismo tecnológico

La regulación de los trabajadores de Glovo la ha dictado un juzgado pero también la dictaba el sentido común. Celebro ver que, esta vez sí, estamos todos bastante de acuerdo salvo los neoliberales que para llamar la atención y con la necesidad de marcarse el rollo siguen insistiendo en que este tipo de economía por el morro tiene sentido. La sentencia en Glovo abre también una puerta a los repartidores de Amazon, a los conductores de Uber y a las personas que todas esas empresas que se basan en Apps utilizan como esclavos del siglo XXI con nuestra colaboración.

La gran trampa de Internet

El enlace que José Manuel Rodos ha compartido y comentado en Twitter es fascinante: casi la mitad del tráfico en Internet (más de un 40%) no es humano. Es decir, es contenido que, simplemente, visitan los robots. ¿Para qué? Para generar tráfico e hinchar la burbuja publicitaria de la web. Si una página tiene muchas vistas (humanas o no, solo importa la cifra), la publicidad que coloquemos en ella será más cara. Es el peligro de la “adoración” a la que sometemos al número, al dato, sin contexto. Y no soy optimista: en 2019 seguiremos sin jugar limpio con la procedencia de los clics.

No es la App, es el morro

Nace un banco nuevo, Revolut, que, cómo no, se basa en una App: así, la tecnología nos ayuda a cambiar hábitos porque perdemos la confianza en lo tradicional. Los bancos, además, ayudan a que tomemos la decisión: nos quitan las oficinas y nos hacen pagar por los trámites físicos. ¿Qué más me da pasarme a un nuevo banco si, total, tengo que hacerlo todo por Internet? Lo que sí importa es cómo se construye la nueva entidad: según Eldiario.es, Revolut pone como prueba a los candidatos a un puesto de trabajo conseguir 200 nuevos clientes, les contraten o no.

No es el voto, es la actitud

Me cuesta creer que Celia Villalobos haya votado en contra de levantar el famoso “impuesto al sol” cuando el resto de su partido se ha abstenido. No creo que una política como ella, de vuelta de todo, se vaya a meter en ese fregado. Simplemente, creo que estaba distraída cuando le informaron del sentido del voto, o puede que incluso pasaran de ella. De lo que estoy bastante seguro es de que a Villalobos le dio igual no enterarse como le da igual haberse equivocado. Y esto es lo grave y lo que define al PP: que personas como Villalobos sigan ocupando un sitio y un sueldo en la política.

Nick Clegg como revulsivo

Facebook está ante su mayor crisis de reputación. Siempre ha habido críticos, siempre ha habido noticias controvertidas, siempre ha sobrevolado la duda sobre lo que hacían con nuestros datos y siempre ha habido analistas que la daban por muerta en unos meses. Pero esto va en serio: robos de información, las mentiras que hacen ganar las elecciones a Trump y, ahora, el engaño sobre la viralidad de los vídeos que nos han costado dinero en producción o publicidad. Con todo esto sobre la mesa, Facebook se encomienda ahora al expolítico británico Nick Clegg.

Instagram como escaparate

Para Facebook la caída de su buque insignia, de la red social que lo ha sido todo, que ha cambiado el mundo y que da nombre a la gran empresa en la que se han convertido, es importante. Pero lo van paliando con el modo en que nos hemos acostumbrado a WhastApp y el éxito de Instagram. Todos somos más felices desde que lo tenemos. Por lo menos, cuando posamos para las fotos que verán nuestros amigos. Y es ya una fuente inagotable de costumbrismo mundial: la última moda, la de espiar (en argot, “stalkear”) a los hijos de los ricachones rusos.

Los que mejor se lo han montado

Después de aquel: “¿A qué piso va, señor?”, de pensar que tengo el mismo aspecto que el resto de padres de los compañeros de ikastola de mis hijos y de comprobar que mi peluquero de toda la vida cada vez tarda menos en cortarme el pelo, la mayor muestra de mi propia vejez fue ver un tuit en el que un millenial preguntaba: “¿Alguien sabe qué serie es esta?” mientras mostraba el vídeo de un chiste de Friends que le había hecho gracia. Y es que hace 14 años que se terminó. Sin embargo, sigue reportando 20 millones de dólares a cada protagonista al año y 1.000 a la Warner, según Espinof.

La mejor afición del mundo

Ya han pasado varios días pero las imágenes del paso de la vuelta a España por Euskadi no se nos van de la retina a unos cuantos porque no estamos acostumbrados a que hablen tan bien de nosotros. A veces tengo la sensación de que los vascos tenemos tendencia al flagelo, y otras que no somos suficientemente conscientes de la culpa con la que, como pueblo, nos han hecho cargar los de las pistolas y sus amigos. Con esa carga que no acabamos de quitarnos, las palabras de Luis Ángel Maté en Twitter sobre la afición euskaldun, a la que califica como “la mejor del mundo”, reconfortan.

Imaginen

Imaginen a esos corredores sobre sus bicis en Getxo, a punto de salir a la carrera. Los veteranos charlan con los más nuevos, y uno de los primeros dice a su compañero, debutante: “Ya verás. Lo de esta gente es increíble”. Y salen, y empiezan a atravesar Bizkaia entre miles de personas que les animan, que saben que no hay que empujarles ni echarles agua por encima, que guardan las distancias y acompañan en los tramos duros a todos los ciclistas, y esos corredores nuevos agotados por el esfuerzo, sin embargo, disfrutan tanto como los aficionados y piensan que, efectivamente, los vascos son diferentes, y cuando abren sus brazos, están contigo para lo que toque.

¡Aplaudíamos hasta a los coches!

Reconozco que me hizo gracia y me provocó ternura a partes iguales que, por el punto kilométrico en el que yo disfruté de La Vuelta, en Bilbao, los aficionados aplaudimos hasta al coche del Murias. David Etxebarria tuiteaba sobre lo privilegiados que habían sido los corredores de este equipo, especialmente arropados. Seguimos siendo banderizos pero, esta vez, para bien. Y seguimos valorando el esfuerzo y el saber hacer, el de los corredores y el de quienes se empeñan en mantener un equipo en la élite. Por eso nos gusta el ciclismo, el remo o la pelota, entre otros deportes.

Lo que no tocaba

Y seguimos estando hartos. Por lo menos, el que les escribe. Hartos de que nos den lecciones de legitimidad quienes la perdieron por su empeño en hacer las cosas mal (matar al que pensaba diferente). Hartos de que pidan cuentas los que siguen sin darlas (cuántos apoyaron y apoyan a quienes asesinaban). Hartos de que sigan empañando la imagen de Euskadi con carteles y banderas que no tocan porque el de los presos de ETA no es un problema social, sino de un grupo que tiene que explicarse a sí mismo que lo que hicieron fue horroroso y solo sirvió para que la sociedad vasca se cargara de culpa y remordimientos.

Los extremos se necesitan

Del mismo modo que para ser solidario con los refugiados no tengo que mandar a su casa a los turistas (hay pegatinas por los puntos turísticos de Euskadi que dan la bienvenida a los primeros y pretenden echar a los segundos), no necesito pintar en el suelo que la vuelta a España salió del territorio español cuando pisó Euskadi para saberlo… y demostrarlo. Igual de impositores, malrolleros y chungos fueron los de Nuevas Generaciones del PP que borraron el “not” de “this is not Spain”. Los extremos no solo se atraen, en este caso es evidente que se necesitan para justificarse.