Una locura, ¿de quién?

Muchas y muchos hemos visto el vídeo de en el que en una trinchera ucraniana unos soldados abatían a otros. Me da igual la nacionalidad de quién mató y de quién murió. Me parece terrible que un ser humano pueda acabar con la vida de otro en segundos y a menos de un metro de distancia. Las víctimas se suman a las 222.000 bajas solo en el bando ruso que contabilizaban hasta ayer en The Kyiv Independent. Los miles de vehículos destruidos, incluso los edificios reducidos a escombros, con todo lo que eso conlleva, resultan hasta poca cosa. La locura de Putin, que es quien empezó y mantiene tanta pérdida, tiene que parar.

No todo vale

Alberto Núñez Feijóo cuenta con Borja Sémper y con Rafael Hernando. Así intenta ensanchar el PP pero la base se le tambalea: el donostiarra no pasa ya de parapeto ante salidas de tono como la de Hernando. Llamar “los viejos amigos de ETA” a Geroa Bai muestra una ignorancia o una maldad asombrosas. Dejarlo por escrito en un tuit lo que demuestra es que te da igual exhibirlas. Lo hace Rafa Hernando, capaz de lo peor, como ya sabemos, solo por mantener viva una discusión en la que cree que tiene algo que ganar. Pero sigue sin valer todo. La respuesta de Unai Hualde parecerá demasiado templada, pero es la que corresponde.

Vox ya no asusta

Lo que tiene claro Núñez Feijóo es que Vox no asusta a nadie. El mecanismo mental, aunque nos parezca increíble, es el mismo que el que mucha gente tiene en Euskadi: Bildu ya no asusta aunque esté controlado por Sortu y en la dirección de Sortu esté integrado hasta el último jefe de ETA. En España no hace falta votar al fascista de turno: basta con hacerlo al PP. En Euskadi, igualmente, votar a Bildu no es lo mismo que hacerlo directamente a quien sigue sin entender que matar a quien piensa diferente está mal. No hay diferencia alguna más allá que la geográfica, tampoco en el esfuerzo moral que tenemos que hacer los demás para aceptarlo.

Y el PSOE no convence

En Euskadi y en España el PSOE no convence, aunque los motivos son diferentes. Aquí no asustan sus acuerdos con nacionalistas vascos y catalanes, pero sí desencanta su falta de palabra, que vivimos en carnes propias. Porque Sánchez negocia y promete a los partidos de la periferia pérfida que queremos abandonar España pero luego legisla y ejecuta para España. Este titular en El Independiente es una buena muestra de ello: “Sánchez sólo ha cedido cinco transferencias a Euskadi de la treintena de materias pactadas”. Y sumamos la recentralización que PSOE con Podemos y Sumar han practicado.

Correcto

Se acerca el verano y se acerca el momento de hacernos trampas al solitario con compañías aéreas de bajo coste que acaban por ofrecer un servicio horroroso y con apartamentos turísticos que no salen mucho más baratos que un hotel y que sin embargo encarecen mucho la vida en las ciudades: preferimos pagar 10 € menos por noche, un par de noches, y pagamos 200 € al mes más por un alquiler toda la vida. Y eso por no hablar de quién es el propietario del Airbnb de turno. Así que sigo a favor de medidas como esta: “Nueva York aprueba una ley para acabar con los alquileres de corta duración” (Forbes). Así tendrá que ser.

Perros ladradores

Por supuesto que la mayoría somos mejores personas que los fascistas de mierda. Es una verdad tan simple, tan redonda, tan clara que no voy a discutirla ni un segundo: si eres una o un fascista, soy mejor que tú. Todas y todos lo somos. Y, sí, es un fascista quien presiona a una cantante hasta que pida perdón por no ser de Bildu. Y es un fascista quien niega que en este país unos han matado a quienes no pensaban como ellos y han aterrorizado a los demás. Y es un fascista quien ha asesinado. Y es un colaboracionista de mierda (y sí, también somos mejores personas que ellos) quien a cambio de un puesto colabora en el blanqueo.

Allá a quien se la cuelen

Leo con cierta sorpresa este titular en Nius: “Putin, en el Día de la Victoria: ‘Occidente se ha olvidado de quién derrotó a los nazis’”. Si algo tenemos claro en Europa, revisionistas históricos e histéricos, aparte, es nuestra historia (por eso existe la Unión, si me apuran, por eso existe la UEFA), que la cara dura de Putin es a prueba de balas y que siempre, siempre, habrá algún fascistilla (de esos que son peores personas que la mayoría) que defenderá al líder ruso porque se deja enredar en esa mezcla de pasado y presente que hace el Kremlin en la actualidad. Si algo hemos aprendido, también, es que no vamos a dar ni un paso atrás.

Leer en español es leer bien

Es cierto que la noticia en Vozpópuli tiene unos días, también lo es que me he resistido a deshacerme del link y que hoy, que he empezado hablando de que no podemos olvidar que somos mejores personas que la fascistada, lo saco: “Ladrón de Guevara, doctor en Educación: ‘La inmersión en euskera es una rémora para el alumno’”. “Advierte que la nueva ley educativa de País Vasco condenará al alumnado vasco a seguir a la cola en comprensión lectora”. Esto es: leer y comprender en euskera es hacerlo mal y leer y comprender en castellano es hacerlo bien. Normal que para sostener esto hayan buscado a un catedrático.

Vamos a jugar

En una entrevista que le hice cuando empezaba su carrera en solitario, Gari me contestó: “Si cantas a cara de perro se te queda cara de perro”. Así que dejo de escribir yo también a cara de perro y propongo un juego. ¿Quién ha dicho: “El PNV insta al PSE a girar de cara al 28-M: menos crítica a Urkullu y más movilización de los suyos para sobrevivir”? Nadie. De hecho, el titular en El Independiente es este: “El PSOE insta a Podemos a girar de cara al 28-M: menos crítica a Sánchez y más movilización de los suyos para sobrevivir”. Pero lo que vale para aquel gobierno de coalición, ¿no vale para el de nuestro país?

Ya que estamos…

Ya que están haciéndolo, vamos a echar un ojo a los fastos de la coronación de Carlos III. Cosa más inútil que la monarquía, pocas se me ocurren. Y más cara para lo que valen, tampoco. Y ya que echamos un ojo, vamos a aprovecharnlo para señalar que este tiempo no es el de memeces  como coronas, capas suntuosas, cetros y bolas que vaya usted a saber para qué sirven y quién las ha sostenido antes. Eso que acabo de describir es lo que viste Carlos de Inglaterra en su primer retrato real, mucho más anticuado que los de su madre y que ha disparado Hugo Burnand, un francés, significativamente.

No sabe lo que es Google

No creo que Edmundo Bal llegue muy lejos. Lo siento por él, pero si no conoce algo tan básico sus opciones, en política y en lo que se proponga, nunca serán muchas. Me refiero a algo que pone en evidencia en uno de sus últimos tuits: no sabe usar Google. Lo que me preocupa es que en Ciudadanos nadie se lo haya chivado. ¿Tan poco le quieren? ¿Tal vez Bal siga usando Netscape? Lo que está claro es que no ha perdido 15 segundos para buscar respuestas a las preguntas que se hizo ayer en el Congreso: “¿Cómo se calcula el cupo? ¿Qué servicios del Estado paga? ¿Alguien lo sabe?”, y que suman más de medio millón de resultados en Google.

¿Dónde estabas entonces?

¡Qué gran canción es “Insurrección” de El Último de la Fila! Y qué gran estrofa esa que canturreamos ante alguna caída del guindo: “¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?”. La que acaba de descubrir el fuego es Mertxe Aizpurua, que piensa que nadie ha hablado de la juventud en el Congreso antes que ella, antes de que a Bildu le haya dado por copiar al PNV hasta en la “agenda vasca” que ahora cita Matute. Aizpurua habló ayer de la juventud, que solo ha conocido una crisis en 2008. Entonces, yo también era joven y me ponía por mi cuenta, y me acuerdo perfectamente de dónde estaba cada uno y una.

Dale, Pablo

Precisamente Bildu ha sido uno de los partidos invitados por Podemos en unas recientes jornadas sobre la invasión rusa sobre Ucrania en las que, significativamente, no había ninguna ni ningún refugiado ucraniano para explicarse. Ambos partidos son de los más importantes entre los que airean un falso dilema: o diplomacia o envío de armamento. La realidad, como siempre en sus casos, es otra: refuerzo a Ucrania para que se defienda mientras la diplomacia avanza. Pablo Iglesias va aún más lejos: apuesta “por entregar Crimea y Donbás a Moscú” porque “eso es lo más conveniente”. Eso le afea en Twitter el periodista Luis de la Vega.

Sí, es el mismo Putin

Pablo Iglesias justifica su argumento de entrega de territorios ucranianos para avanzar en la paz con que son regiones de mayoría rusoparlante. Como si la imposición de quien ocupa militarmente esas áreas, Rusia, no tuviese nada que ver. Más allá de la evidente tontería, sigo sin entender cómo alguien puede justificar a Putin sin cobrar por hacerlo. Un dictador de facto que reprime sin piedad la libertad de expresión en su país y que tiene una obsesión contra las personas homosexuales. Entonces, ¿es progresista entregar más territorios (en los que viven personas) a alguien con semejante visión del mundo?

No perdamos de vista los fundamentos

Siempre que tengo ocasión recupero los fundamentos de la comunicación o el marketing: volviendo a ellos he deshecho nudos y he encontrado soluciones que parecían complejas. Del mismo modo, cuando me encuentro con una muestra de ese regreso a las ideas que no debemos perder de vista siempre la aprovecho. En este caso, la ha tuiteado Juan Antonio Giner a propósito de cómo las cabeceras que tropiezan en la inmediatez: “Todo esto sucede porque seguimos obsesionados con las ‘breaking news’ cuando, como decía Gabo, ‘lo importante no es quién da primero las noticias sino quién las da mejor’”. Pues eso.

En sus manos estamos

El poder judicial se ha metido en un laberinto del que no es nada fácil salir. Se asomaron a él con algunas decisiones incomprensibles durante la pandemia, corrigiendo a quien debía salvaguardar la salud pública. Pero han echado la puerta abajo demostrando que el peligro público, a veces, lo forman quienes toman dictan sentencias: el empeño de algunos jueces de hacer la lectura más favorable a los condenados por violencia de género les ha descubierto. Lo de Macarena Olona enseñando su nómina, de 7.850,94 €, les presenta como una casta demasiado pegada a uno de los extremos y, sobre todo, muy alejada de la ciudadanía.

Contra la ultraderecha

La ultraderecha es como un troll o como una mala bestia: no se le puede alimentar. Aunque esté en la judicatura. Aunque esté en las fuerzas del orden. Aunque esté integrada en las clases altas. Porque si lo hacemos podemos acabar mal. A estos hechos recientes me remito: “La ultraderecha irrumpe en el Congreso de Brasil al grito de ‘fuera Lula’. La intervención tiene lugar pocas horas después de que Bolsonaro asegurara en Estados Unidos que el Gobierno del nuevo presidente será breve” (El Periódico de España). Ni esto, ni Trump, ni la versión española y casposa de todo lo anterior merecen otra cosa que nuestro pie en pared.

Lo mismo que contra Putin

La ultraderecha ha sido una de las herramientas de Putin para desestabilizar a Occidente en su largo plan para resurgir el imperialismo ruso, invasión militar sobre Ucrania y por el morro, incluida. Quien no quiera ver esto tiene un problema de ceguera voluntaria. Un problema solo suyo, no de quienes vemos que el autócrata ruso se empeña en dejar muestras evidentes de que su ideología está mucho más cerca de la de Orban que de la de Olaf Scholz: en la BBC anuncian “la nueva ofensiva del presidente ruso contra la comunidad LGBT”, con una nueva ley que solo añade más dificultades a la igualdad y la tolerancia.

No es lo que cuesta, es lo que da

Polònia, el famoso programa satírico de TV3, tiene una producción muy cuidada. Y además de ser de los que sube la media de audiencia de la cadena, genera una repercusión y una imagen de marca que también reporta beneficios. Así que los 3,38 millones que cuesta, según Vozpópuli, pueden ser una buena inversión. O no. Lo cierto es que no tengo instrumentos para medirlo. Lo que sí tengo claro es que es muy mala estrategia esta de la derecha de señalar costes, presupuestos y producciones, como si todas fueran un dispendio, como si el buen gasto no fuera posible y como si detrás de cada partida no hubiese decenas de trabajadores.

La puta tele

Veo tele en abierto, lineal, la de toda la vida, por supuesto, como casi todo el mundo: encuentro buena información y necesario entretenimiento. También hay telebasura pero puedo cambiar de canal o apagarla solo apretando un botón. ¿Qué tiene de malo? Nada. Tampoco lo tienen las plataformas ni el pay per view. Salvo que lo esquilmen todo. Y eso es justo lo que sucede en las cabezas pensantes de Federación y Liga: el Mundial y la Copa han demostrado que el fútbol en abierto hace afición. Y Rubiales y Tebas se empeñan en cerrarlo a precios locos y horarios indignantes, especialmente para la hostelería familiar.

Feijóo asume que pierde

Si es cierto que “Feijóo asume que solo podrá gobernar con Vox y prepara un año de equilibrios con la extrema derecha” (El Diario), es evidente que lo que ha asumido el líder el PP es la derrota política. La electoral, posiblemente, también. Y parece que es cierto porque “Feijóo exige a Sánchez que convoque elecciones anticipadas: ‘Ha llegado el momento’” (Vozpópuli). No solo asume que sin Vox ni se acerca a Moncloa, es que puede tener la percepción, posiblemente basada en datos, de que cuanto más tiempo pase más le puede comer la tostada la extrema derecha que el PP, todo el PP, ha cebado durante años.

¡Acabáramos!

No me sorprende, evidentemente, pero no deja de parecerme significativo este titular en El Confidencia Digital: “El entorno de don Juan Carlos se dirigió a Carlos de Inglaterra para que mediara ante el tribunal de Londres”. ¿Para qué sirven las monarquías en 2022? Para ayudarse entre ellas, está claro. Porque la decisión del tribunal británico de poner la inviolabilidad del emérito por encima de todas las cosas tiene consecuencias, y por supuesto son buenas para él: “La decisión de los jueces británicos abre la puerta a la posibilidad de una llegada de don Juan Carlos con motivo de las próximas festividades de Navidad”.

Seguimos en sus manos

La fiscalía belga ha procedido a detener a una vicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili. Es el cargo de mayor rango pero no el único que ha caído. Para hacerlo tienen que estar muy seguros de los indicios delictivos (hacerlo coincidir con el Mundial es para nota), y estando Qatar implicado, me lo creo todo: el emirato intentaba “influir en las decisiones económicas y políticas del Parlamento Europeo, mediante el pago de importantes sumas de dinero o la oferta de importantes regalos”. “Es un expediente por sospecha de corrupción, blanqueo de dinero y organización criminal”, leemos en Euronews.

“¿Quién empezó?”

Si para algo está sirviendo 2022 es para que nos demos cuenta de qué pasa cuando dejamos el mundo en manos de los sátrapas a cambio de sus recursos naturales. La ambición de Qatar solo es comparable a la fortuna de su familia real, y la desfachatez de Rusia también es parangonable, únicamente, a la fortuna de los oligarcas, Putin, incluido. Esto tuiteaban desde la cuenta de la embajada de Rusia en España: “Ahora hay mucho ruido sobre nuestros ataques a la infraestructura energética del país vecino. Sí, lo hacemos. Pero, ¿quién empezó? ¿Quién atacó el puente de Crimea? ¿Quién voló las líneas eléctricas de la central nuclear de Kursk?”.

Hoy empieza el Twitter de pago (si quieres)

Precisamente Twitter empieza a ofrecer hoy su nueva versión de pago. Realmente, se diferencia poco de la anterior, la que resultó completamente fallida. Lo que cambia es que a la vez Elon Musk (porque el personalismo huele detrás de cada decisión) va a intentar que quede claro que las cuentas de pago marcadas como tal no se confundan con las verificadas, a las que va a cambiar el color del “tic” (dorado, para empresas; gris, para instituciones). ¿Qué ofrece la cuenta de pago? Poder subir vídeos largos, la edición de tuits y la menor exposición a anuncios (la mitad que el resto). Todo ello por 8 euros al mes, 11, si tienes un iPhone.