¿Y si tenemos que teletrabajar?

No solo es lunes: para muchas y muchos es el primer día en el trabajo después de las vacaciones. Con la pandemia repuntando, no pocos menores pasarán parte del día con sus amamas y aitites hasta que empiece la ikastola. Y cuando el virus entre en los centros (que pasará, no por la ausencia de protocolos sino por la presencia de síntomas), tendremos que guardar cuarentenas familiares. ¿En qué condiciones? ¿Una baja? ¿Un falso teletrabajo? Y aunque todo vaya más o menos bien, ¿por qué no se ha iniciado la regulación del teletrabajo después de lo sufrido? El Congreso no está solo para contentar a las parroquias.

Esto es cosa de mayores

El regreso a ikastolas, colegios, centros de FP o universidades es un asunto serio, tanto que no podemos dejarlo en manos de los usuarios: son los adultos, desde la ministra a las amas y aitas, pasando por consejeros, técnicos, responsables y docentes, los que tendremos que decidir qué hacer. Así que la huelga de estudiantes sobra. Por completo. Solo faltaba que ellos decidan si van o no a las clases con todo lo que está costando, en recursos, en tiempo, en ideas o en desgaste, su regreso. Ojalá esta pandemia sirva para dejar de tener en cuenta opiniones no suficientemente formadas o claramente sesgadas.

Abascal, sobre Babieca

El titular en El Plural sobre cómo avanza la moción de censura de Vox no tiene desperdicio: “Vox incumple su promesa de poner un ‘candidato de prestigio’ para la moción de censura y elige a Abascal”. Sí, la idea del partido ultra abre la puerta a los chistes, las chanzas y la guasa. No puede ser de otra manera: la crisis sanitaria y económica es grave, y de igual manera que enfrentarse a ella no es una cosa de niños, tampoco es una cosa que hacer con fachas. La moción de censura dará a Vox una presencia mediática inflada, pero parece que van a tener que hinchar un globo tras otro para seguir teniendo relevancia.

50 millones menos para Hacienda

Ada Colau ha recibido muchas críticas por pedir públicamente a la junta directiva del FC Barcelona que trate de retener a Leo Messi en la ciudad y el club. Pero yo entiendo a la alcaldesa: Leo Messi no solo dejará un agujero futbolístico a su equipo, también era un reclamo añadido a la ciudad (sí, lo era, que no se pongan estupendos los de los recorridos culturales), una fuente de ingresos (desde los llaveros en los quioscos a las visitas al campo) y también un recurso de recaudación: de los 100 millones que el Barça le pagaba de sueldo, la mitad iban a Hacienda. Y el efecto dominó no ha empezado aún.

¿Pagaríamos más por ello?

El sueldo astronómico de Leo Messi se justificaba en la cantidad de gente dispuesta a pagar por merchandising del FC Barcelona, ver los partidos en televisión o entrar en el campo. En que la gente pagaba por verle o tener algo suyo, en resumen. Del mismo modo, si un músico de una banda de cinco componentes cobra, después de todos los gastos, 80 € por 8 millones de escuchas de un tema suyo en Spotify es porque no pagamos más por hacerlo. ¿Estamos dispuestos? Esa pregunta es extensible a todos los servicios “gratuitos” on-line, empezando por las páginas webs de periódicos como este, por supuesto.

Una guerra

El conflicto racial en EE.UU. empieza a parecerse peligrosamente a una guerra larvada en el seno de una sociedad llena de apariencias y miedos, en el seno de un estado fallido de libro liderado por un Trump al que votan convencidos los de extrema derecha. La población negra libra una batalla diaria contra el racismo, los locos y la policía que no duda en atacar con plena intención de causar la muerte a un negro mínimamente sospechoso. Dan igual los antecedentes, dan igual las llamadas a la calma, da igual la lucha por la igualdad: los prejuicios antes de cada tiroteo anticipan una limpieza étnica en una guerra civil.

Una ministra

Llevo más de 10 años dedicándome a observar la comunicación política y todavía no tengo claro si es un acierto o todo lo contrario llevar a los políticos a espacios como el de las revistas del corazón o de variedades. Critiqué aquella foto de Patxi López escuchando música en Ajuria Enera pero no me pareció mal el posado pretendidamente sexy de Soaraya Sáenz de Santamaría. Ahora, no sé lo que pienso de la entrevista en el Diez Minutos a Irene Montero, pero sí de las reacciones que ha suscitado: ni ella es una celebrity ni lo importante es si lleva un Rolex o un Swatch. Es una ministra y ha de ser tratada como tal.

Las vacunas

La pandemia nos golpea, las medidas para prevenirla nos zarandean como sociedad, el confinamiento nos amenaza y la vacuna está ahí pero ya nos advierten, por un lado, los expertos de que puede no ser definitiva contra el virus y, por otro lado, los gilipollas de que nadie puede obligarnos a ponérnosla. No veo por qué no pueden obligarme a ponerme la vacuna si me han retenido en mi propia casa durante tres meses, la verdad. Y sobre todo, no entiendo que alguien dude todavía sobre la importancia de las vacunas incluso la semana en la que celebramos que la polio ha sido erradicada en África.

El Windows 95

La aparición del Windows 95 ha cumplido 25 años esta semana, el sistema operativo que cambió la manera en la que nos relacionábamos con los ordenadores y que, sobre todo, cambió la vida a Bill Gates y sus socios, que desarrollaron un software y un sistema de licencias que les hizo millonarios. Hace 25 años les vimos salir a un escenario e intentar bailar y animar al público en la presentación de su gran proyecto. Las imágenes hoy provocan ternura, pero sirven para ilustrar que, a veces, los empollones son los que ganan. Aquellos nerds se hicieron ricos e importantes cambiando la informática y nuestro día a día.

El Messi

La última semana de agosto nos ha traído un bombazo deportivo: Leo Messi no jugará más en el FC Barcelona (y lo peor que podría hacer la junta directiva del club es obligarle a hacerlo en contra de su deseo). Su último partido será el vergonzante 2-8 ante el Bayern. Y no tendrá oportunidad de abandonar el club de su vida como lo hicieron otros: Joaquim Campa recordaba en Twitter el homenaje que rindieron hace un par de años a Totti en Roma. Así se despide a un crack que ha dado sus mejores años a un único club. Pero Bartomeu y los suyos son capaces de empeorar aún más las cosas. Nos vamos a divertir.

El juez epidemiólogo

No me escondo: durante esta crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia me he puesto del lado de los gobiernos. Creo que hay que apoyar a quien ha sido elegido por la mayoría para tomar decisiones, especialmente en situaciones tan inverosímiles. Sé que no puedo esperar lo mismo del resto de la profesión, ni de otros sectores, ni de la sociedad, pero me sorprende que los jueces sean tan exquisitos ante situaciones tan excepcionales. Iur Forn ironiza con el papel de los “jueces epidemiólogos” que toman decisiones que nos sorprenden y, como hemos visto, ayudan a propagar el virus.

El gestor fotógrafo

Otra combinación de oficios muy particular que ha surgido durante la pandemia es la de gestor fotógrafo. Para mí, es el responsable de un gobierno que deja de recibir el apoyo durante la crisis, aunque sea difícil, por hacer anuncios que responden más a la foto que a la capacidad de actuar desde su puesto de responsabilidad. El desastre del Ingreso Mínimo Vital, que ha invadido sin vergüenza otras ayudas como la RGI, es ya innegable: “La mitad de las provincias no tienen citas previas disponibles para solicitar el ingreso mínimo vital” ni siquiera “para dentro de varios meses”, leemos en El Independiente.

El cazafantasmas virólogo

Iker Jiménez anuncia el regreso de su televisiva “Nave del Misterio” y se compromete a “llegar al origen del coronavirus”. El mismo hombre que nos ha enseñado fantasmas y huellas que prueban la existencia de bichos mitológicos, y que considera que los gobiernos de todo el mundo nos ocultan que ha habido contactos con los extraterrestres, se ha autoelegido para enseñarnos de dónde salió realmente el coronavirus. No podía ser de otra manera, es evidente, y su espectáculo televisivo no me parece censurable si se queda en eso, en un show. Para la ciencia ya hay otros periodistas y publicaciones.

El bulo desmentido

Después de la propagación de ciertos bulos y de la publicación de su desmentido, me ha sorprendido leer o escuchar que, bueno, si lo han dicho será porque hay algo de cierto en esa mentira. Insisto, esa respuesta se da incluso ante explicaciones científicas suficientes. Además, en la mayor parte de las ocasiones la explicación no llega ni a la décima parte de la población que ha sido impactada por el bulo. Lo mismo pasará con esto que leemos en Maldita: “No, Tasuku Honjo, nobel de Medicina, no ha dicho que el coronavirus haya sido creado por el ser humano”. El desmentido será insuficiente y aún así generará dudas.

El futbolista coherente

Termino esta serie de suma de ideas con Pacheta, el ya exentrenador del Elche, que dejaba hace unos días esta lección de realidad: “Que no tengan prisa. Ni jugadores, ni agentes, ni padres, ni tíos, ni amigos. Volvemos locos a los futbolistas y a la élite llega uno de un millón. Estudiad, creced”. José Rojo, que no pilló los años de los sueldos locos en este deporte como jugador, sabe lo que cuesta vivir del fútbol y lo que se obtiene en la mayoría de las ocasiones. En su caso, su salida después de haber llevado al Elche de Segunda B a Primera, es en sí misma, una dura lección de vida en carne ajena.

Así de fácil… Y de difícil

No recuerdo haber estado tan de acuerdo nunca con Isabel Celaá. La ministra española de Educación tuiteó un mensaje muy sencillo de leer, muy sencillo de comprender y muy difícil de implementar, como todo durante la crisis sanitaria y económica sin precedentes que estamos sufriendo: “Tenemos que vivir en las circunstancias que nos han tocado. Todos debemos hacer un esfuerzo para que las escuelas estén abiertas y que nuestros niños y jóvenes continúen con su educación con la mayor seguridad posible. El riesgo cero no existe pero trabajamos para minimizarlo”. A partir de aquí, para algunos empieza la barra. Para mí, no.

Los que pagan y los que cobran

Afiliados a un partido son los que pagan. El resto son simpatizantes o votantes. Es así de sencillo. Y pagar a un partido, aunque sea tres euros al mes, es un paso relevante, un compromiso con unas ideas, con una forma de ver el mundo, con un grupo humano con el que compartes algo que te importa. Según El Confidencial, Podemos ha decidido facilitar ese compromiso creando una base de datos con quienes se apuntarán a pagar. Pero en el nuevo reglamento también incluyen un apartado sobre quienes se apuntan a cobrar: desaparecerían los límites de salarios y mandatos para los cargos internos.

El partido de Trump

En un mundo tan globalizado y con una visión cultural tan influenciada por EE.UU., parece que sigue siendo necesario relativizar cuando hablamos de elecciones, campañas y política en ese país, si no queremos volver a equivocarnos. Así que la comunicación del Partido Republicano puede ser horrorosa a nuestros ojos, pero puede funcionar a los ojos de los votantes. De hecho, ya pasó: Trump se presenta a la reelección con su familia como núcleo duro y después de haber fagocitado a una formación histórica y con auténticas sagas. Y ganó enfrentándose claramente a las políticas de un Obama que a muchos nos parecía admirable.

¿Estamos todos locos o solo ellos?

En pleno repunte de la pandemia, una serie de aficionados al FC Barcelona (unos pocos y con poca pinta de socios) entraron en las instalaciones para protestar por la decisión de Leo Messi de dejar el equipo. Previamente, habían hecho turnos para llamar ininterrumpidamente al timbre (¿esta generación no conoce el truco de la pipa?) y habían protagonizado imágenes más vergonzantes que importantes (incluido un humorista que está haciendo fortuna colando su personaje de hooligan). Sin embargo, dudo de que ninguno de ellos protestara, ni de estas ridículas maneras, cuando Messi fue condenado por defraudar a Hacienda.

Uno de los nuestros

Como la mayoría, solo conocía a Jesús Arrizabalaga de vista: de verlo en la tele o de verlo, de lejos, en el campo. Pero “el txapela”, cuyo fallecimiento ha abierto una espita de mensajes, era uno de los nuestros, uno de esos supporters que representa lo que fue la afición del Athletic: chirene, particular, animosa y buenrollera. Arrizabalaga protestaría y tendría sus entrenadores y jugadores favoritos, y todo lo contrario, pero seguro que estaba muy lejos de esos aficionados que empujan a Herrerín a irse, que buscan pelea alrededor de su propio campo y que se empoderan repartiendo carnés de antifascista… Y otros.

Haciendo amigos

Si José Luis Pazos puede proponer en “El Diario de la Educación” que la clases empiecen en octubre porque ningún gobierno ha hecho nada y porque no es cierta la zarandaja de la conciliación, por muchos argumentos que dé y que en su cabeza quedan de maravilla, yo puedo opinar, libremente, que los centros, con su autonomía, tampoco han hecho nada por aplicar los protocolos de ministerio y departamento, y que su relevancia indiscutible es igual que las relevancias indiscutibles en otros sectores, por ejemplo, el de la Información en plena pandemia. Estamos batiendo el récord de leer gilipolleces. Ya está bien.

Podemos no ha sido

Ante una pandemia mundial como esta solo se me ocurre ser progubernamental. Eso no significa que debamos dar todo por bueno y no podamos señalar los errores, pero sí que hay que dar cobertura a quien ha sido elegido por la mayoría para tomar las decisiones. Sin ambages. Así que, en la colección de gilipolleces leídas durante esta alerta sanitaria incluyo el intento de Podemos por evadirse de la responsabilidad en la gestión de la educación no universitaria, después de filtrar un cara a cara con Celaá en el Consejo de Ministros. Por cierto, y el ministro de Universidades propuesto por Podemos, ¿qué está haciendo?

La “nueva” política

Ese enfrentamiento y su filtración fueron anteriores a que el PSOE evitara con sus votos la comparecencia de Pablo Iglesias en el Congreso para explicar la financiación de Podemos que está poniendo en cuestión el que fuera abogado de la formación (y no los medios de la caverna ni las cloacas del Estado). Esa debe ser la nueva política, esas deben ser las contradicciones que cabalgan los líderes, esa es la manera de abrir las ventanas, ese debe ser el tipo de contenido que no hay que dar al “lumpen” (palabra del propio Iglesias cuando solo era contertulio y youtuber). ¿Esa es, en definitiva, la “nueva política”?

Y los viejos errores

Haga lo que haga Cayetana Álvarez de Toledo generará un problema en el PP. Si se queda como diputada, podrá tener a los medios, a los que maneja tan bien (sobre todo, a una parte que ha seducido) a su alcance. Si se va a otro espacio dentro del partido, como una fundación, solo es cuestión de tiempo que vuelva a estallar. Y si se va directamente a su casa será tentada por medios de comunicación, formaciones y plataformas varias, para que siga siendo una voz incómoda para el PP. La culpa, insisto, solo es de quien la eligió para liderar la candidatura catalana y hasta le dio la portavocía. Casado es el villano, no el héroe.

La institución es la que se la juega

Messi abandona el Barcelona. La noticia ya la sabemos, no la voy a explicar yo. Cuál será su próximo equipo genera curiosidad, pero cómo lo gestionará el Barcelona es lo que tenemos que seguir con atención. Bartomeu, como presidente, se juega el crédito de una institución que él mismo ha dañado con decisiones deportivas que han acabado por hartar al mejor futbolista de todos los tiempos (a sus 33 años). El club tiene que seguir moviendo ficha: ¿debe facilitar la salida del argentino? ¿Intentará despedirle con honores aunque ya haya abierto una discusión legal sobre las cláusulas del contrato? ¿Colará?