La pieza de ‘El Confidencial Digital’, medio bastante alejado de las tesis del independentismo catalán, encierra los motivos por los que a PP y PSOE les aterra la idea: “Cataluña es el sexto país de Europa según los datos que maneja Artur Mas (…) ocupa una extensión 1.500 km² superior a la de Bélgica, tiene 1.900.000 habitantes más que Dinamarca, su PIB es mayor que el de Finlandia en 5.200 millones”. Pero una Euskadi independiente sería aún más viable: “Si se toma como referencia el PIB per cápita, Cataluña se sitúa en la cuarta posición después de Navarra, el País Vasco y la Comunidad de Madrid,. Pero es superior al de la media española y al de la Unión Europea”.
El PSOE “suarecista”
El PSOE fue el latiguero de Adolfo Suárez. Después de una dictadura en el que los socialistas permitieron que sus propias luchas cainitas afectasen al desmembramiento del gobierno republicano en el exilio, hasta casi desaparecer, se vieron fuertes en la transición española, y encontraron en Suárez el muñeco que golpear. Por eso ahora resulta llamativo para extraños (la familia personal y política del ex presidente) e incluso propios que personajes como Alfonso Guerra sean sus defensores: “El paripé de Guerra ante el féretro de Suárez abochorna al PSOE”, leemos en ‘El Semanal Digital’.
La tele aburrida
No discuto la figura de Adolfo Suárez porque no tengo recuerdo de su acción política ni suficientes argumentos que me hayan proporcionado los diferentes documentos históricos al respecto. Y si tuviera que fiarme de las decenas de obituarios y perfiles que han trazado en los medios, tampoco habría avanzado demasiado, porque es la misma historia edulcorada de siempre. Tanto que la audiencia ha dado la espalda a todos esos especiales que, según cuentan en ‘Estrella Digital’, lograron “ínfimos” resultados. La banda sonora del “sin ira libertad” cansa hasta a Victoria Prego.
Menos “honoris causa”
Rafa Nadal es un icono del deporte español. Tanto que, a veces, lo de español tapa al estupendo deportista que es. Es lo malo de los nacionalismos acomplejados que se empeñan en señalar a los “periféricos”, que luego se lían con su propia bandera. Sigo hablando de Nadal que, según, la web de la Universitat de Illes Baleares, ha rechazado un doctorado “honoris causa” por la polémica que está generando en la prensa local. Y lo celebro: celebro que los candidatos a esta mención rehúsen, celebro que haya debate, y espero que la universidad, tan llena de listos como está, invente un reconocimiento mejor que regalar doctorados.
No aprendemos
A veces pierdo la confianza en el ser humano, capaz de crear odas equivocadas a su propia ambición. Y soy de los que apoya los proyectos espaciales como motor de innovación e inversión. Pero no entiendo que vayamos a construir el enésimo edificio más alto del mundo. O que lo vayan a hacer, cómo no, en Arabia Saudí, donde van a gastarse 1.200 millones de dólares para plantar el pino de acero y cristal más alto en medio del desierto. ¿Y qué aporta? Dicen en ‘Gizmodo’ que podremos observar la vida a más de 800 metros, yo creo que podremos observar el derroche a más de 800 metros.