Lo imprescindible

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Va uno del PP y dice que es absolutamente imprescindible para la higiene democrática de Cataluña que Pujol comparezca. Pueden reírse si quieren porque parece un chiste. Y si parece un chiste es porque la realidad para los de la gaviota es amarga y triste. El autor del “sucedido” ha sido Alfonso Alonso (en ‘El Imparcial’), el portavoz en el Congreso de los diputados de un partido con tres tesoreros imputados, grandes tramas de corrupción como la Gürtel, o el equipo de concejales de Santiago de Compostela inhabilitado casi al completo. Pero no se cortan: piden para otros lo que no quieren para sí, y ni siquiera se sonrojan.

El modo es el mensaje

No he defendido a Jordi Pujol en esta columna, ni creo que lo haré después de conocer, de su propia boca, el modo en el que ha gestionado su fortuna. Pero tampoco defiendo la extrapolación que están haciendo algunos periodistas y políticos de este caso, usándolo como ariete contra el nacionalismo. Ni defiendo, de ninguna manera, el modo en el que se consiguió la información si es cierto lo que publica Iñigo Landa en su blog: “El Estado habría pagado el dinero a un alto cargo de un banco (que se entiende que sería la Banca Privada de Andorra) a cambio de la información, que luego se habría filtrado al diario ‘El Mundo’”.

El bipartidismo, a la baja

El sencillo gráfico que el activista del #15M, Pablo Soto, ha difundido a través de Twitter, debería dar que pensar, y mucho, en las sedes del PP y el PSOE. En el dibujo se ve la curva de los votos que han recibido ambos partidos juntos, que mantienen su propio acuerdo, tácito o explícito, para repartirse el poder gracias al bipartidismo, y es evidente que la tendencia, después del 15-M, es desastrosa. La bajada constante de apoyo de estas formaciones evidencia una crisis de confianza en lo que simbolizan y en el sistema de reparto de poder que han organizado, también en Euskadi.

Que hagan algo

Por mucho que lo lea, no lo entiendo: “Madrid no consigue contener a los ladrones de domicilios” (‘La Información’). Y me da igual que donde pone “Madrid” ponga “Donostia” o “Bilbao”, donde también se producen robos con una pasmosa normalidad. De verdad que no entiendo que los ayuntamientos, las policías locales, la Ertzaintza, la Nacional Española o la Guardia Civil (y en Euskadi contamos con las cuatro) no consigan poner freno a los robos en domicilios. Una realidad con la que, a vuelta de estas mismas vacaciones, se encontrarán no pocos vecinos cercanos.

Porque pueden hacerlo

Recuerden lo que han leído y fíjense en lo que van a leer: hace unos días hablábamos de los cambios en la principal red social de geolocalicación, Foursquare, y de cómo estos evidenciaban la ausencia de un modelo de negocio. Pero eso hoy me da igual: en ‘Alt1040’ explican que uno de esos cambios implica que la App sepa dónde nos encontramos aunque no se lo señalemos e incluso la hayamos cerrado. Es decir, el teléfono sigue emitiendo nuestra posición exacta. En un mundo en el que esto lo hace una firma comercial que pierde dinero, ¿de verdad que no se puede controlar a los atracadores?

Abdicar en los tiempos de Twitter

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Uno de los temas más recurrentes de Twitter es el propio Twitter y sus usuarios. Por eso no es de extrañar que el día que se hizo pública la intención de Juan Carlos I de abdicar y dedicarse a sus cositas, fueran muchos los que se preguntaran por el papel de la cuenta en esta red social de la propia Casa Real española. La presencia, la comunicación y el uso, fueron tan desastrosos ayer como de costumbre. Sin embargo, la conversación que generó y, sobre todo, el número de seguidores que deja el actual jefe de Estado para el siguiente, unos 100.000, no son poca cosa. Más allá de esta cuestión, no hay tema: el rey de España se comunica tan mal en Twitter como desde cualquier atril. Punto.

Más recorrido tienen las reacciones de los políticos en esta red social. Por parte del PP, Mariano Rajoy y Alfonso Alonso compartían agradecimientos al saliente y buenos deseos para el entrante. Especial atención merece la apostilla del presidente: “Símbolo de nuestra convivencia en paz y en libertad”, dice del que es el icono del “todo atado y bien atado”.

Demasiado correctos ambos para las salidas de tono habituales de Miguel Ángel Rodríguez: “Hoy es día para venir a Las Ventas y comprobar que España funciona igual. Vivan los toros, Viva El Rey!” (sic). Y por la parte vasca, Sémper fue el que quiso hacer la frase más redonda y el menos concreto de todos: “La Institución más antigua es la que antes ha entendido la necesidad de renovación”. Ni una abdicación es moderna ni anacrónico es sinónimo de antiguo.

El inevitable Pablo Iglesias se limitó a lanzar su habitual soflama: “En democracia decide la gente. No somos súbditos, somos ciudadanos”. Tan ciertas estas palabras en su boca como en las del resto que las han pronunciado hasta ahora.

En el PSOE, silencio. Imposible determinar si por la clamorosa ausencia de una portavocía autorizada, o porque mientras algunos de sus militantes, destacadamente algunos vascos, apostaban en Twitter por la república, la dirección socialista avalaba la abdicación y les dejaba en ridículo. Ni Rubalcaba, ni Madina, ni López, ni Pastor, ni Valenciano tenían nada que decir. De hecho, la imagen más relanzada fue una antigua de la cabeza de lista para las últimas elecciones, luciendo una insignia con los colores de la República. El movimiento se demuestra andando.

En una línea parecida andaban los “internacionalistas” de Bildu, según Pernando Barrena. Josu Juaristi, la última estrella de su ecosistema, ni palabra. Sin embargo, desde la cuenta oficial no tuvieron ningún empacho en apropiarse de la manifestación en Bilbao. Por parte de EAJ-PNV, el comunicado de Andoni Ortuzar en su Facebook fue el único estandarte.

Mucho más interesante resultó ayer el frente de periodistas. Jurdan Arretxe, del ‘Noticias de Gipuzkoa’, lo clavaba: “El rey español abdica, pero falta una ley orgánica en cuestión. Todo por sorpresa. España”. Bego Beristain, de ‘Onda Vasca’, se acordaba de la portada del ‘Caduca Hoy’ con el oso Mitrofán que les valió a Nicola Lococo y Josetxu Rodríguez un viaje a la Audiencia Nacional por meterse entonces con el hoy abdicante. Y Javi Vizcaíno ironizaba con el mantra de muchos para evitar el debate sobre la elección del jefe de Estado: ¿y si sale elegido Aznar? Visto cómo vota España, no sería extraño, pero si es democráticamente, que sea.

Otro periodista vasco, Roberto García, también tiraba de ironía para señalar ciertas falacias: “España será lo que quiera el conjunto de los europeos”. Y Pedro J. Ramírez, liberado, hasta coqueteaba con los antimonárquicos: “Para razonable, la República”.

El ex director de ‘El Mundo’ seguramente esté pensando ya en su proyecto editorial digital de ancha base y marcado populismo conservador (en su último artículo en papel apostaba por UPyD, Vox y Ciutadans como opciones más válidas para las elecciones europeas), pero ayer quien golpeó primero y dos veces fue ‘El Confidencial’, que se adelantó con la noticia y la mantuvo en portada ampliándola sucesivamente. De quien esperábamos la primicia, ‘Monarquía Confidencial’, quedaba, así, en evidencia. Y en el resto empezaba el baile de los motivos. Los más osados, los de ‘Periodista Digital’: “La abdicación del Rey estaba decidida hace tiempo y se precipita por la marcha de Rubalcaba”. Y los más agresivos, los de ‘Libertad Digital’: “Sin dar explicaciones”, con un Jiménez Losantos desatado: “Lo decente, lo patriótico, lo paternal y responsable era acometer esas batallas sordas de reconstrucción moral y política del Estado”. Por supuesto, no podía faltar una nota de alcoba, que en la corte siempre ha tenido mucho morbo: “La Reina se va a Nueva York”.

Como era de esperar, en Internet se han repetido las recopilaciones sobre grandes momentos, para bien y para mal, de Juan Carlos I. La mejor, seguramente, la del blog ‘Strambotic’ en ‘Público’: el “por qué no te callas”, sus nietos juntados con Photoshop, su dedo corazón levantado a los vascos, las fotos del rey desnudo, el maltrato a su propio chófer y, por supuesto, el elefante muerto. Todo un campechano.

Pero las recopilaciones más buscadas eran, sin duda, las de las convocatorias para las marchas ciudadanas que reclamaban no la abdicación, sino un cambio en el modelo de Estado. La posibilidad, en definitiva, de poder elegir. En ‘Yo Soy Red’ han compilado casi 150, entre las que se celebraban en el estado español y fuera de él: Londres, París, Bruselas, Edimburgo, México DF, etc.

Quien no ha tenido piedad es la ‘BBC’: una horrible foto oficial ofrecida por la Casa Real en la que se ve a un Juan Carlos I durmiente fue portada de su web durante todo el día. Con todo, no han sido pocos los usuarios de Twitter que han intentado que la noticia de la jornada no tapara otras igual de interesantes: [Enlace roto.], [Enlace roto.], el congreso del desaparecido PSOE, o el modo en el que Juan Luis Cebrián especuló con acciones de PRISA, como denunciaba Jesús Maraña, de ‘Info Libre’, y con más de 93.000 seguidores en Twitter.

Entre los “twittstars”, el sarcasmo tapaba la resignación, como bien exponía Barbijaputa (147.000 seguidores): “Para cuando acabe el mundial, ya nos han colao nuevo rey. Gol”. Entre los más contundentes, Javier Mesonero (8.000 seguidores): “Pues si no hay referéndum, pues sin referéndum”. Y entre los vascos, Jon Arrizabalaga (1.000 seguidores): “¿Ahora los Juancarlistas en qué os convertís en Felipistas o en republicanos? Porque monárquicos decíais que no erais”.

EAJ-PNV se despide de Azkuna

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Sin duda, Iñaki Azkuna ha recibido los mensajes más cálidos desde su propio Partido. Personalmente, me quedo con las palabras de Andoni Ortuzar: “Esta tarde ha muerto un amigo, un alderdikide, un alcalde, una persona. Una gran persona”. La foto, la de Itxaso Atutxa, muy cariñosa con el alcalde. Y el hito, el del lehendakari Iñigo Urkullu, cuyo mensaje de alcalde, en el que lo definía como “un político que ha ennoblecido la política”, ha sido compartido casi mil veces y ha recibido más de cuatro mil “likes”.

El PSOE se despide de Azkuna

Es una pena que quien actualiza la cuenta en Twitter de Alfredo Pérez Rubalcaba haya caído en el españolismo más rancio, y haya castellanizado el apellido de Azkuna… o lo haya quedado así por pura desidia: “Siento mucho el fallecimiento de Iñaki Azcuna, un magnífico alcalde y una excelente persona”. Porque en general, en el PSE han sido muy elegantes Alfonso Gil, compañero de Azkuna en el ayuntamiento (“los grandes hombres saben que la muerte no los elimina, solo el olvido”), Patxi López (“deja un hueco difícil de llenar”) y José Antonio Pastor (“un alcalde que ha dejado huella”). También se ha sumado Eduardo Madina, con la viñeta que le ha dedicado Forges.

El PP se despide de Azkuna

Mariano Rajoy ha sido correcto pero frío: “Gran alcalde, gran gestor, persona sensata que trabajó mucho y bien por Bilbao”, y más cercana ha estado Esperanza Aguirre: “Lamento el fallecimiento de Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, d quien tenía muy buena opinión. Un abrazo a su familia y a todos los bilbaínos” (sic). Alfonso Alonso fue uno de los más rápidos: “Mi más profundo pésame a los familiares y a los ciudadanos de Bilbao por la pérdida de su alcalde”. Y Javier Maroto, desde Gasteiz, también ha querido sumarse: “Un recuerdo y un gran reconocimiento a Iñaki Azkuna”.

Despedidas con la boca pequeña

No digo que no lo hayan hecho por medios tradicionales, pero con lo que presumen de su manejo de las redes sociales, la conversación on-line y, en concreto, Twitter, es más que llamativo que las principales figuras de Bildu no hayan escrito ni una sola línea sobre Iñaki Azkuna. Solo Laura Mintegi, que, sin mencionar a Azkuna, se ha limitado enviar condolencias y a retweetear a Aitziber Ibaibarriaga que, a su vez, mandaba un escueto abrazo a la familia. Ni Peio Urizar, ni Izagirre, ni siquiera Oskar Matute han hecho mención al alcalde. Nadie les obligaba a hacerlo, claro está.

Y lo hace Internet

En general, y aunque a muchos les fastidie, la corrección y el respeto ha sido lo habitual en Internet para despedir a Iñaki Azkuna. Aunque, por supuesto, era inevitable apreciar ciertos mensajes que no reconocían su labor. Más bien, todo lo contrario. Y me parece bien, lo digo sin ironías ni requiebros: la diversidad de opiniones, desde el respeto, me ha parecido especialmente notable, y los excesos, los exabruptos, los anónimos cobardes que se deciden que un deceso es motivo de alegría, han sido una minoría que se ha autorretratado.