Genocidio

“Amnistía Internacional concluye que Israel está cometiendo genocidio contra la población palestina de Gaza”, así de claro. “Mes tras mes, Israel ha tratado a la población palestina de Gaza como un grupo infrahumano que no merece derechos humanos ni dignidad, demostrando así su intención de causar su destrucción física”, y lo ha hecho “plenamente consciente del daño irreparable que estaba causado a la población palestina de Gaza”. En resumen: “Israel impuso en Gaza unas condiciones de existencia que generaron una mezcla mortal de desnutrición, hambre y enfermedades”. Me ha quedado claro.

El caos

No lo celebro, no me parece una buena noticia, no le veo nada bueno a que caiga un gobierno 91 días después de que haya andado a rodar. Tampoco creo que sea positivo que toda la oposición se haya unido. Miedo me da algo en lo que puedan estar de acuerdo los extremos. Dicho esto: ¿tiene culpa Macron y el gobierno que envió a una misión tan complicada? Posiblemente. Y en la pregunta y la respuesta que acabo de hacer hay un recordatorio: solo Pedro Sánchez es capaz de lo que hace Pedro Sánchez. El presidente francés le ha imitado, claramente, con una convocatoria electoral “flash” y un rumbo a bandazos, y se ha ido a pique.

Gracias a Trump

No he invertido en bitcoins. Ya lo sé: lo que me estoy perdiendo. La especulación de los listos, el valor en el que invierten los que saben y los que no tienen miedo. Los criptobros tenían razón. Pues bueno, pues vale, pues me alegro. En esta sociedad de mierda que genera beneficios extraordinarios y ultrarricos imbéciles, los bitcoins funcionan y molan. Personalmente, me resulta preocupante que, además de lo expuesto, estemos hablando de un refugio de capitales que mejora con el ascenso de un tipo como Trump. Del ingente gasto energético y su impacto en el planeta no hablamos porque eso es de losers, y esto va de tiburones.

Una buena explicación

No soy un negacionista, ni siquiera cuando hablo de bitcoins. No me gustan y no acabo de entender su funcionamiento aunque me esfuerce: precisamente por el subidón que ha pegado esta moneda virtual en Microsiervos han escrito un buen post explicando algunas mecánicas. “La cantidad máxima de bitcoins que pueden existir está limitada a 21 millones. Ya se han minado (emitido) 19,7 millones pero solo se minan unos 450 bitcoins al día”. Los bitcoins son “algo práctico principalmente para manejar grandes cantidades de dinero o atesorarlo”. “Todos estos procesos son todavía complicados y tienen mucha fricción”.

Esto lo entiendo menos

Es más fácil entender cómo funcionan los bitcoins que al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, que ha anunciado que no dará más ruedas de prensa. Cuando tenga algo que decir grabará un vídeo y lo subirá a YouTube. Por supuesto, así nadie le hará preguntas. “La verdad no necesita intermediarios” (Público), dice el de Democracia Ourensana. La verdad, a veces, lo que necesita es que la digamos los de la prensa, ese enemigo que señalan quienes no se enteran: en una sociedad sana la prensa controla al político. Así funciona porque es lo mejor para la sociedad (y no necesariamente para el político).

Un mundo peor

La victoria de Donald Trump deja un mundo peor. Por supuesto, no valoro a sus votantes. Creo que la ciudadanía está globalmente desinformada y atiborrada de ruido y chorradas, pero de lo que estoy seguro es de que no podemos despreciar ni insultar a quien vota, aunque no me guste nada su opción. Me centro en la consecuencia global de la elección del republicano, que va a empeorar el mundo entero porque ha ganado el líder moral, pero también estratégico, de la ultraderecha en el mundo. Vienen tiempos complicados, de aferrarnos a valores democráticos y humanistas. Así que nos toca prepararnos para no rendirnos.

Un presidente condenado

El discurso neoliberal de Trump (reducir los impuestos, adelgazar el estado, permitir que los negocios crezcan sin control) seduce a la clase baja y media que desconoce que a quien beneficia realmente es a la más alta. Y esas promesas neoliberales pueden más que hechos tan llamativos como este: “Trump ya ha avisado sin tapujos de que usará sus poderes presidenciales para indultarse a sí mismo y poner fin a las investigaciones que siguen abiertas contra él. ‘Le despediría en dos segundos’, dijo hace dos semanas en referencia al fiscal especial Jack Smith, que la lidera la instrucción de los casos” (EPE).

Este da más miedo

Vienen cuatro años, por lo menos, complicados en diversas materias, como el calentamiento global. Cuando Elon Musk apoyaba a Trump no lo hacía por ideología, sino por dinero: él se va a beneficiar más que nadie (porque tiene más dinero que nadie) de las rebajas fiscales y de la libertad que tendrá para contaminar más. Su proyecto de turismo espacial privado (yo sigo pensando que busca establecer una colonia extraterrestre para ultrarricos), de alto impacto medioambiental, no va a tener límites. Por eso uno de sus primeros tuits era de uno de sus cohetes subiendo entre toneladas de humo, por eso y porque se ríe de todas y todos.

Todo lo que sube

La subida a máximos históricos del bitcoin y otras criptomonedas tras la victoria de Trump también me da mala espina (y no solo porque también beneficie directamente a Musk). No creo que sea una buena noticia que el refugio del dinero más sucio del planeta sea altamente rentable, la verdad. Las y los americanos también sabían que Trump pretende dar un impulso a estas monedas intangibles desde el estado, y por eso (no “aun así”, sino “por eso”) le votaron. Pero a mí, insisto, me preocupa, y no porque sea un pollavieja que no entiende hacia dónde va el mundo, sino porque lo tomo como otro síntoma de la dolencia que va a afectarnos.

Netanyahu y Putin también ganan

La victoria electoral de Donald Trump es también una victoria anticipada sobre el terreno de Netanyahu y de Putin. El primero sabe que va a actuar con más libertad. Libertad para seguir haciendo esto: “Israel mata a 70 palestinos en la Franja de Gaza en 24 horas” (El Periódico). Una pena que Harris no haya sido más valiente en campaña condenando la violencia sionista, estoy seguro de que le habría ido mejor. Y el segundo, Putin, también está contento con la elección de Trump, que ya ha mostrado recelo a seguir apoyando militarmente a Ucrania, justo lo que el autócrata quería. Y justo lo que ha conseguido.

Bien hecho

“FACUA lanza una web que vigila a diario la evolución del precio del aceite de oliva en seis grandes cadenas de supermercados”. Tan pronto como lo leímos en la web de FACUA lo probamos, claro, y está muy bien: no solo porque aporta información, sino también porque Mercadona, Carrefour, Eroski, Día, Hipercor y Alcampo tienen una lupa sobre el precio de sus alimentos más básicos (aceite de girasol, aceite de oliva y leche). Así, si hay oscilaciones tendrá que haber explicaciones (o por lo menos, podremos exigírselas con datos en la mano), lo que otorga cierta sensación de control a las personas consumidoras.

Para algo ya ha servido

2024 y vuelvo a ver en X diatribas recientes contra quienes quieren acabar con el anonimato en Internet. Llevo leyéndolas desde que X se llamaba Twitter y nos conocíamos (o reconocíamos) todas y todos. Incluso después de ver, como hemos visto, lo rápido que se propagan bulos como el falso origen africano del asesino en Mocejón, hay quien defiende que ese anonimato es positivo. Sí lo es, pero para la extrema derecha, esa misma que luego se rila con facilidad: “Varios difusores de bulos racistas cierran sus cuentas de redes sociales tras el anuncio de la investigación de la Fiscalía” (El Diario). Los valientes.

Ey, criptobro

“Más del 65% de las criptomonedas que se han lanzado al mercado han fracasado”, aseguran en The Objective. Solo “Bitcoin o Ethereum siguen una tendencia alcista en el largo plazo, mientras que la mayoría de criptomonedas se quedan por el camino con depreciaciones del 90 o incluso el 95%”. Un negocio “estupendo”, a todas luces. ¿Y ahora, qué? ¿Qué pasa con el dinero invertido? ¿Dónde está? ¿De verdad tenemos que creer que se ha volatilizado? Todas estas preguntas sin respuesta acaban en un único sitio: “Un desinterés generalizado por parte de los inversores”. ¿Quién querrá meter pasta en este sector si no es para esconderla?

Un mercado que ya ha cambiado

No entendí la euforia por las criptomonedas, no entiendo esa defensa cerrada al anonimato en las redes, y no entiendo por qué “Las marcas europeas de coches creían que no íbamos a confiar en el coche chino barato”. Como bien escribe Sergio Delgado en El Blog Salmón: “Estaban muy equivocadas”. Hoy día, el precio de un eléctrico europeo es, de media, el doble que el de uno chino. Así que la industria (importantísima en el continente y en Euskadi) y la UE tienen un severo problema: quienes nos han asegurado que eran fiables los componentes orientales no pueden decirnos ahora que sus productos acabados no lo son.

Mucho tienes que vender…

“Comienzan a llegar las primeras multas por vender ropa y objetos de segunda mano en Vinted y Wallapop”. Leo esto en El Economista y me sorprendo, claro. Yo que nunca he vendido nada en estas plataformas, ahora que no puedo me siento interesado, como siempre. Pero la verdad es que el titular cumple su función de llamar la atención: tienen que declarar sus ingresos quienes “hayan vendido 30 artículos o más en un año, con un importe de más de 2.000 euros en las ventas”. Y eso solo es posible si uno usa estas plataformas como tiendas encubiertas, por lo que las sanciones son absolutamente lógicas y garantistas.

Si se los pagan…

No sé si Pablo Iglesias los ha pedido pero, según The Objective, TV3 sí se los paga: 11.500 € al año que le convierten en uno de los colaboradores mejor pagados de la cadena. Pues muy bien. Sobre todo, para Iglesias, claro. Y no lo discuto, que conste: ¿cuál es el caché de Aznar o Felipe González para dar una conferencia? Solo me hace gracia que el asalto a los cielos acabe en una voz de tertulia, que sus lecciones de periodismo terminen en una mesa camilla, como diría Pedro Vallín, que su carisma, debidamente construido, resulte hoy irresistible solo a conductores de debates generalistas y recurrentes en medios.

No es una buena noticia

Lo público es motor económico, es garantía de buenas condiciones laborales de personas que gastan con más alegría, y es incitador de mejoras en las empresas privadas. Todo esto lo sé desde que me puse por mi cuenta, allá por 2009. Pero también sé que el empleo público tiene que estar esté debidamente compensado por la iniciativa privada. Así que no podemos considerar como buena esta noticia en Vozpópuli: “Entre julio y diciembre el sector privado destruyó 76.600 empleos respecto al primer semestre. El ‘empuje’ del sector público, con 72.300 nuevos puestos, permitió mantener estable la cifra total de ocupados”.

Esta, tampoco

Por supuesto, una administración pública rebosante de funcionariado no es necesariamente eficaz. Como no lo es una empresa privada mal gestionada, llena de trabajadoras y trabajadores que no tienen claras sus funciones. La prueba la encontramos en Nius: “La falta de información y la burocracia dejan sin ayudas sociales a millones de personas en España”. Dos datos: “De los 310 millones del bono eléctrico social en 2022, sólo 200.000 euros llegaron a los consumidores vulnerables en riesgo de exclusión social”. “Sólo un 30% de los consumidores que cumplen los requisitos tienen bono social ¿Qué pasa con el resto?”.

Más claro, imposible

“El 99% de las criptomonedas es una estafa”. Leemos el titular en Activos, y se lo atribuyen a “el economista Nouriel Roubini, quien ya presagió la crisis hipotecaria del 2007”. Más: “la criptoeconomía es particularmente desigual y que la riqueza generada con esos activos está concentrada en las manos de pocos”. Todo empezó con Bitcoin. “Su misión era  esquivar una autoridad central que regulase las operaciones, como los bancos. Tras el precedente de Bitcoin apareció Ethereum, una plataforma que sirvió a terceros como arquitectura para levantar sus propias criptomonedas. Y estas proliferaron, la mayoría con el fin de la especulación”.

Esto sí que no lo entiendo

Hace años que saco fotos con cámaras de carrete. Para mí es un disfrute: aprendes cosas con cada rollo, de ti, de tu cámara, del proceso… Y sirve para poner en valor a aquellas fotógrafas y aquellos fotógrafos que hicieron trabajos magníficos sin Photoshop. Lo que no entiendo es el gusto de algunas chavalas y algunos chavales por disparar con las primeras compactas digitales. Lo he visto en Instagram y ahora lo leo en Photolari. Supongo que tendrá que ver con la necesidad de volver a un momento en el que la tecnología no nos abrumaba, pero me llama la atención que esa necesidad la tenga quien no vivió aquello.

Uno de cada cinco, subsidiados

Estoy completamente a favor de las pensiones públicas. Precisamente porque lo estoy me preocupan noticias como esta en El Independiente: “Uno de cada cinco españoles cobra ya una pensión en el año de su mayor subida histórica”. Se trata de “la cifra más alta” que ha habido nunca y, además, “se alcanza, precisamente, en el año en que estas prestaciones se revalorizarán más de lo que se han revalorizado nunca en la historia del país por la inflación, disparada”. Todo esto entre crisis que cierran negocios, arquitectura financiera que desvía impuestos y la caja vaciada por quienes debían preservarla.

Tenemos un problema

La natalidad en Euskadi, como en España, es un problema muy grave: no va a haber personas suficientes para sostener el estado de bienestar, por medio de sus retribuciones y su gasto, de una población envejecida. Y las medidas que están tomando los gobiernos no funcionan. No se trata de conciliación, sino de algo previo: las personas más jóvenes tienen que tener una serie de certezas, tienen que ver un futuro en el que hay sitio para ellas y para las que traerán al mundo. Los datos no dejan de avisarnos: somos muchos en el mundo pero, paradójicamente, no seremos suficientes en nuestro país.

Para que quede claro…

Elías Gómez lanzó hace unos días un tuit bastante contundente del que solo pueden esconderse quienes no quieren enterarse: “En toda la historia de la Humanidad no ha habido ninguna sociedad (dejo aparte alguna de cazadores-recolectores) que haya subsistido sin impuestos, a la gente que está en contra de los impuestos hay que tratarla como a gente que a su edad creyera en los Reyes Magos”. Me parece correcto: quien considera que puede vivir como vive sin tasas por su actividad económica demuestra un comportamiento infantil, adolescente en el mejor de los casos, y como tal debería de ser tratado.

No importa cuando leas este titular

“El bitcoin se desploma” (El Plural) es un titular tan recurrente que ya deja de llamar la atención. Incluso para quien tenía unos ahorros ahí metidos, en la nada, ha dejado de ser una noticia relevante porque ya lo ha perdido casi todo. Pero vuelve a aparecer: después de recuperarse parcialmente, las monedas virtuales han vuelto a números de ruina para quien haya invertido en los últimos años. Ya ha dejado de valer, también, eso de que quienes lo vieron venir y compraron hace 10 años esto ha sido una mina de oro. Si las monedas virtuales son hoy refugio de algo habrá que mirar con lupa de qué lo son. Ahí está la noticia.

Sí tenemos gas

Europa sí tiene gas: las reservas están, de media, a un 75% de su capacidad, según Reuters. Lo que no sabemos es si la cantidad que supone ese porcentaje será suficiente para pasar el invierno. En el caso de España, las reservas de gas estarían a un 81%, según la agencia, y en el de Francia, a un 87. Solo Portugal (100%), Polonia (99), Dinamarca (92) y Suecia (91) tienen más gas almacenado. Letonia (55%), Bulgaria (56) y Hungría (59) están en la peor situación. Entiendo la noticia como buena, aunque Reuters se limita prácticamente a dar los datos y ofrecer las gráficas. No se me ocurre mejor manera de empezar esta gran semana.