Que el último tuit sea para esto

Voy a intentar por todos los medios que el último tuit al que hago referencia en esta columna (salvo que la reflexión sea brillante y esté solo en esta red social) sea este de Borja Sémper: “Tras cuatro meses de tratamiento, llevo ya cuatro semanas sin quimioterapia. Empieza a salir pelo y poco a poco recupero ánimo y fuerzas para afrontar lo que queda por delante. De momento todo va bien. Agradecido por tanto afecto y ánimos imposibles de responder uno a uno. ¡Gracias!”. No me gusta cómo Sémper ejerce la política, pero celebro que esté cada día más cerca de volver a darme motivos para escribir sobre ello. Aurrera, Borja!

Este es el de la “inteligencia”

El creador de la inteligencia artificial (o el que la puso a disposición de cualquiera), “no puede imaginarse ‘cómo criar a un recién nacido sin ChatGPT’” (Business Insider). Lo confesó Sam Altman a Jimmy Fallon, que le respondió: “Claramente, la gente lo hizo durante mucho tiempo sin problema”. Pero me centro en Altman, que preguntaba a la inteligencia artificial si es normal que su bebé se ría cuando tira un trozo de pizza al suelo o si debe llevarlo al médico porque otros niños de su edad ya gatean. Si la inteligencia artificial creada por Altman triunfa, entregamos el mundo a idiotas. Si es puro hype, les hemos hecho ricos a cambio de nada.

Chorradas

“Marco Rubio declara la guerra cultural a las tipografías y la Times New Roman desplaza a la Calibri por considerarla una letra ‘woke’”. Cuando leí este titular comprobé dos veces que estaba leyendo El Diario, y no El Mundo Today. Pero es así, es cierto, uno de los hombres fuertes de Trump, precisamente el que se enfrentó a él y ha acabado asimilando sus chorradas más y mejor que nadie, ha declarado la guerra cultural… ¡a una tipografía cuyo uso extendió una empresa tan conservadora como Microsoft! No, no nos estamos volviendo todos gilipollas, pero sí están volviéndose ellos, en Calibri, Times New Roman o Comic Sans.

Hablando de letras

Nunca fui de Extremo Duro, pero siempre quise ser el “so payaso” de alguien, como todos los chicos (señores que peinan canas en la barba, ya) de mi edad. De hecho, el grupo de Robe Iniesta siempre me pareció un poco “blando”, pero reconozco lo que ha aportado su líder y su música. Como suele sucederme, lo que pienso lo escribe mucho mejor que yo Raúl Díaz: “Creo que, en mi entorno y mi generación, nadie hizo más por la poesía que Robe. A finales de los noventa, los tíos de la margen izquierda de Bizkaia que se creían más duros y que pasaban de estudios y lecturas, flipaban con sus letras y sus poemas. Y, para mí, eso es mucho decir”.

Otro viejo rockero

Martin Parr sí ha sido, sin duda, mi fotógrafo favorito. Su técnica (pocos sacaban los colores como él) y su intuición (nadie veía la belleza en lo cotidiano como él, y muy pocos lo lograrán) era verdaderamente extraordinaria. Por eso su pérdida deja un hueco tan grande en la cultura y el arte, en general, y en la fotografía, en particular. Martin Parr nos sacaba una sonrisa con su trabajo, y eso nunca está suficientemente valorado, pero también ha retratado una generación y un modo de vivir. Nos hemos reconocido en sus fotos porque perseguía la cotidianeidad hasta en sus sesiones extraordinarias, con todo controlado y provocado.

Sí, nos hemos pasado

Tengo clarísimo que nos hemos pasado con “lo políticamente correcto”, en Euskadi, especialmente, y así nos va. Los populistas han aprovechado nuestra autocensura para lanzar golpes mucho más directos. No es la inversión en redes, es el puñetero mensaje. Al respecto, Jacobo Bergareche hace una interesante reflexión en The Objective: “El imperio de la corrección política no es un fenómeno que haya contribuido a crear ciudadanos más respetuosos ni a arraigar valores cívicos”. Al contrario: votan a Trump “para poder exhibir su visión del mundo sin avergonzarse de ella ante los cultos, los educados, los sensibles”.

Un ejemplo

No quiero señalar a nadie porque realmente son muchos los que necesitan expresarse, votando a populistas, y liberarse de los corsés que les han colocado quienes les venden esa liberación. Pero si Álex Bernal ha dicho esto él es el responsable de que lo comentemos: el jugador del eldense “estalla contra la Agenda 2030 por la DANA de Valencia: ‘Están creando tormentas para engañarnos y promoviendo vacunas mortíferas’” (El Desmarque). Sí, esta es su conclusión después de ver lo que hemos visto todas y todos. Hay personas que venden estas ideas de mierda, pero lo peor es que hay otras que las compran y, además, hacen publicidad.

Más militarismo

No nací ayer: conozco los compromisos de los estados con la OTAN y que esta vuelve a presentarse ahora como una inversión práctica por culpa de sátrapas como Putin. Pero que sea consciente de lo anterior no significa que me guste la idea de que mis impuestos vayan a comprar armas, y menos, de esta manera que anuncian en EPE: “El Gobierno cuela otros 215 millones más de gasto en Defensa en el Consejo de Ministros por la DANA”. Suma y sigue: “Desde la vuelta del verano, las partidas destinadas a Defensa han sumado casi una décima del PIB de la economía española. Por encima de los 1.200 millones”.

El PP no “entrará en el barro”

Siempre podré decir que fuimos los primeros: al director de DEIA entonces, Iñigo Camino, se le ocurrió la idea de esta columna (yo solo fui el tipo al que se la encargó, todo el mérito es suyo, siempre lo he dicho), después el resto fue descubriendo una mecánica muy sencilla: peinar Internet para ofrecer una visión en tu medio. Público también lleva un porrón de años haciéndolo, y con notables aciertos, como esta semana: su repaso al portavoz del PP ha sido tan bueno como necesario. “Sémper dice que el PP no ‘entrará en el barro’ y las redes dicen basta: ‘Cuánta desvergüenza, golfería y falta de escrúpulos’”.

El sufrimiento continúa

La DANA y mi cabreo ante lo políticamente correcto me han obligado a arrinconar un tema que, vuelvo a escribirlo, no por recurrente debe convertirse en familiar. No podemos inmunizarnos contra el horror y el dolor: “Un mes de asedio hunde el norte de Gaza en una ‘hambruna inminente’” (El Independiente). Y en el Sur la situación es peor. El ejército de Israel, enviado por Netanyahu y su gobierno ultra, sigue masacrando a la población civil día tras día, noche tras noche, sin que el mundo haya encontrado aún la fórmula para detener esta carnicería. Qué asco da todo a veces.

Toman a la gente por idiota

Juan Manuel de Prada estuvo notoriamente contenido en la SER cuando se limitó a decir que “están fanatizando a la gente diciéndole cosas absurdas”, en referencia a esa derecha española que rechaza la “la justicia social”. O lo que es lo mismo: que entre todas las personas consigamos un mínimo bienestar. De Prada, que ya le pintó la cara a esa derecha que se posicionó junto al gobierno despiadado de Israel aludiendo simplemente a la historia católica, también alude a la moral cristiana más básica para justifica la existencia de esa justicia social. La derecha española nos trata como si fuéramos gilipollas y no debemos permitirlo.

Y los tontos son ellos

Solo son necesarios dos minutos del discurso de Abascal de este fin de semana (dos minutos elegidos al azar) para darse cuenta de que habla para idiotas, con frases cortas y argumentos que la mirada crítica más básica desmonta con facilidad. No solo es Abascal: el gran acto de la extrema derecha nos ha dejado a una Le Pen aclamada en Madrid y que en Francia volverá a llamar a atacar camiones con productos españoles en la frontera, o a Iván Espinosa de los Monteros destacando esta frase de Milei: “La idea de la justicia social es verdaderamente aberrante… es un robo”. O son tontos, o son malos que piensan que nosotros somos los tontos.

La competición de las derechas

Javier Milei, precisamente, es una de las estrellas del liberalismo de derechas que se le ha escapado al PP tras su participación en el acto de Vox. Y eso que Ayuso se deshizo en halagos preventivos que no sirvieron para nada. Algo parecido está pasando, por cierto, con Meloni y el PP europeo, pero ya hablaremos de eso. Me centro en los españoles porque me resulta significativo que Borja Sémper, uno de los mayores expertos en hablar a la ciudadanía como si fuera idiota, alababa en X el museo del Prado: “El lujo, el orgullo y la suerte de contar en España con la mejor pinacoteca del mundo”. Pues se paga con impuestos, no con liberalismo.

Así de claro

Yo necesito muchas líneas y varios links para algo que Juan Ignacio Pérez Iglesias expresa de maravilla en un tuit: “Acabo de ser intervenido de un asunto menor en el hospital de Urduliz, de Osakidetza. Con medios fabulosos; sin sufrir dolor; me han tratado divinamente; y, si todo va bien, habrá mejorado sustancialmente mi calidad de vida. Todo esto gracias a lo que el gobierno nos ha robado”. En esencia, esto es lo que yo quería decir: que pueden irse a la mierda con sus discursos liberales y que conmigo pueden contar para lograr una justicia social vía impuestos. O somos personas, o no lo somos y nos convertimos en alimañas.

Micromachismos o todo lo contrario

De la misma manera, todo el trabajo que hacemos para visibilizar el machismo nos diferencia a los seres civilizados de los trogloditas. Pero hay que tener mucho cuidado para no pasarnos de frenada: la imagen de las finalistas de la copa de la reina recibiendo las medallas sobre la marcha en el césped es la misma que la de los futbolistas aquel maravilloso 6 de abril. Debemos estar atentos para que no nos cuelen micromachismos que no son, y debemos ser implacables contra quienes por medio del señalamiento machista (sin “micro” por delante) alimentan sus filias y sus fobias políticas en X y en los medios de comunicación.

¿Todavía alguien se lo cree?

La reflexión de Pedro Sánchez, con un CIS lanzado en tiempo récord mientras el presidente se lo pensaba, con una entrevista posterior en La1, y con el resultado que hemos visto, de un Pedro Sánchez victimizado y una Begoña Gómez que parece que no tiene que dar ninguna explicación (pero tendrá que darlas), formaba parte de un plan, de una maniobra electoral, es ya evidente. De hecho, defender lo contrario hoy me parece hasta cándido. Y de entre todo, lo más grave, sin duda, es lo de La1, es esa utilización de los medios públicos para culminar un plan personalísimo y más mecánico que filosófico.

Y el CIS, por supuesto

La Junta Electoral no sanciona a RTVE aunque cree que el ente tiene que compensar al resto de partidos. Pero, ¿qué habría pasado si el Lehendakari Urkullu hubiese montado un sainete similar y hubiera acabado con una entrevista en prime-time en EITB? ¿Y qué habría pasado si, además, hubiese usado el gabinete de prospección sociológica del Gobierno Vasco antes de tomar su decisión final? Por eso sí que “la Junta Electoral abre expediente a Tezanos por su encuesta ‘flash’ sobre la carta de Sánchez” (El Imparcial). Estas no son cuestiones menores ni deberían de pasar desapercibidas solo porque sucedan en España.

Esto también es electoral

La manifestación que ha convocado el PP buscando el único fin de semana no electoral del mes de mayo, es evidentemente un acto de precampaña: “Una protesta contra los ‘bulos’ de Pedro Sánchez el 26 de mayo en Madrid” (El Cronista). Borja Sémper, que habla siempre como si todo el mundo fuera idiota menos él, lo define como “acto cívico”. Pero curiosamente lo más civilizado sería precisamente combatir esos bulos y, para empezar, decir la verdad: la protesta será contra eso, contra la amnistía que se aprueba, contra el “caso Koldo”, contra Begoña Gómez y contra todo lo que se menea en el PSOE y que el PP pone en el disparadero.

No es solo una serie documental

El fallecimiento de Victoria Prego ha servido, como todos los decesos, para recordar su vida y obra. No obstante, algunos textos críticos, como el que leímos en el digital de Pablo Iglesias, resultaban poco oportunos por muy por adecuado que fuera el análisis. Es tan sencillo como tener sensibilidad: no hay que esperar al deceso para poner los puntos sobre las íes. Por el mismo motivo me parece extemporánea la petición del PP: “Emitir las series de Victoria Prego sobre la Transición ‘por su interés general’” (El Independiente). Aquel relato pertenece a un momento y, apurando, a un bando. Hoy, descontextualizado, solo aportaría más división.

El blanqueamiento que no cesa

Precisamente fue el PP el que mostró al resto de partidos cómo podía instrumentalizarse el dolor. Algunos tomaron buenos apuntes sobre cómo victimizarse, primero, y usar a víctimas ajenas para blanquearse, después: “Ikasle Abertzaleak inicia en el campus de Leioa de la UPV/EHU una acampada en apoyo al pueblo palestino” (Europa Press). Pues muy bien. Una vez más, como cuando yo era estudiante, en el siglo pasado, volverán a darnos lecciones sobre sufrimiento, solidaridad y derechos humanos quienes nunca fueron capaces de empatizar con quien se sentaba en el banco de al lado. Pero, ¿a quién le importan hoy las contradicciones?

«Qué inmoralidad»

Las dos palabras que utiliza Antonio Agredano para definir las declaraciones de Pello Otxandiano en la SER son suficientes. Aunque sé que no es un tema popular en esta campaña, ni en este país, ni en este momento, yo me niego, como vasco, a enterrarlo en la memoria: en Euskadi sufrimos a un grupo terrorista que asesinaba a quien pensaba diferente, y hoy todavía sufrimos a una banda de fascistas y colaboracionistas que callan o se van por las ramas cuando les preguntan si son capaces de llamar terrorismo al terrorismo. Soy un viejo y estaré fuera de sitio, pero me sorprende que la inmoralidad de Pello Otxandiano y Bildu pase como si nada.

Terrorismo es terrorismo, y masacre es masacre

Ellas y ellos creen que sí, y su clac, esa que manipula vídeos incentivada por el partido político paraguas, también lo cree, pero no: no hay ninguna diferencia entre Pello Otxandiano negándose a llamar “terrorismo” a lo de ETA y Borja Sémper negándose a llamar “masacre” a lo de Israel en Gaza. “Sémper, tras más de 33.000 muertos en Gaza: ‘España no puede ser equidistante entre la dictadura de Irán y la democracia de Israel’”, es el titular que destacan en El Diario para dejar claro quién es el equidistante, el manipulador, el insensible que no duda en echar balones fuera para seguir justificando la violencia que ya justifica.

Hablemos del presente

Pero venga, vale, hablemos del presente. Vamos a actuar como todos los medios vascos, que evitan preguntar a Pello Otxandiano por el elefante en la habitación (que haya tenido que hacerlo Aimar Bretos debería de sonrojar a más de una y uno en Euskadi). Hablemos del presente, de la actividad de Bildu hoy, solo como partido político: “Primer impacto del control del alquiler en Cataluña: la oferta de vivienda cae un 14% y el precio sube un 4,6% en Barcelona” (El Economista). Ese es el resultado de la ley de vivienda que aprobó, abanderó y se ha quedado solo defendiendo con el PSOE y Sumar, incluso aunque invada el autogobierno.

El futuro es de Oriente

Europa tiene un problema: necesita encontrar rápidamente nuevas industrias que liderar, porque la de la automoción, tan clásica nuestra, desaparece: “La demanda de sus autos eléctricos es tan grande en todo el mundo que China se ha encontrado con un problema inesperado: le faltan barcos” (Ludd). Es decir, no es problema ni de oferta, ni de mercado, sino de exportación. Lo más fácil de resolver. Y no es el único sector en el que Oriente va tomando la delantera mientras Europa se adormecerá en la lucha ideológica por culpa de la extrema derecha que hay que erradicar, con eficacia, para avanzar.

Que el dinero no deje de correr

Este titular en 2 Playbook es de los que mejor definen el fútbol de hoy: “El fútbol inglés gasta 560 millones en pagos a agentes por traspasos en 2023-2024”. El fútbol es un negocio perfecto para quienes sean hábiles en hacer que el dinero corra, en eso consiste. Por eso cada temporada las plantillas se renuevan cada verano. Y por eso modelos como el del Athletic (en el que también entran en juego agentes e intermediadores, por supuesto, pero en menor medida) son atípicos y mal mirados por tanta gente. 560 millones de libras en solo un año, solo en una liga y solo en agentes. Es imposible que el fútbol sea sostenible.