¿Quiénes son «los otros»?

Andan preocupados en Bildu con que les relacionen con los posibles altercados que puedan suceder antes del Euskadi-Palestina, por eso intentan librarse, vía comparecencia ante San Mamés (¿quién se apropia de infraestructuras que son de todos?), y llaman a secundar las convocatorias de Gernika-Palestina y Gure Esku (¿galgos o podencos?). Pero, ¿quiénes son los otros? ¿A quién votan los que van de negro con la cara tapada y bengalas? ¿Quién les ceba? ¿Quién les guía? ¿Quién les lidera antes y durante los partidos del Athletic? ¿No son los mismos que recibían el aplauso de Bildu con la excusa de la Falange y Vito Quiles?

No podemos normalizar esto

He leído la pieza en El Debate sobre Aitziber Campión que muestra Eneko Compains, a la que no acusan de nada, pero en la que recuerdan lo que nunca debimos normalizar: la custodia del material que se usaba en las manifestaciones de apoyo a ETA y las propias manifestaciones que sufríamos. Tenemos que revisar aquello. Como no debemos normalizar que un profesor de la EHU asevere que quien convivió con todo eso y ha tenido cargos internos en Sortu, liderado hoy por el último jefe de ETA, tuitee públicamente: “Siempre en mi equipo”. ¿Dónde están los vigilantes de X que habitan en la EHU? ¿O es que también dirían “en mi equipo”?

No es política

ELA y el resto de sindicatos vascos, en su tradicional seguidismo (que está funcionando perfectamente… para que ELA se los coma con patatas), montaron ayer un acto frente a Sabin Etxea con el lema: “EAJ-PSE-Confebask, pobreziaren errudunak”. Pero no era un acto político, claro que no. Era un acto por una reivindicación laboral y social, claro que sí. Y yo me caí de un guindo anoche. Lo significativo es que se manifestaron frente a la sede de un partido que, primero, se ha pronunciado a favor de un SMI vasco y que, después, en el Parlamento reclama una articulación que dé seguridad, en vez de instrumentalizar la iniciativa ciudadana.

Yo me he acordado de Ibarretxe

Cuando leí este titular en El Diario: “‘Si estabas informado, cómo cojones te quedaste en el reservado del Ventorro’: la pregunta directa de Baldoví a Mazón”, yo me acordé de Juan José Ibarretxe, que le dijo a Patxi López que no entendía cómo el fin de ETA pudo pillarle en un viaje oficial por EE.UU., y cuando el socialista le respondió que estaba informado de todo desde allí, el jeltzale le respondió: “Pues lo entiendo aún menos”. Me acuerdo de Ibarretxe porque ha existido, porque fue importante, porque sabía dónde había que estar y dónde había que colocar al país. Yo tengo estos referentes, ¿cuáles son los de otros?

El PSOE

“Soy la mano derecha de Santos Cerdán” (El Independiente), hemos oído decir todas y todos a Leire Díez en un audio. Una mano derecha, eso, sí, que no podía salir a la luz pública. No como cuando era la escudera de Patxi López en X desde Cantabria, donde tenía un puestito. Mientras Sánchez hace del apoyo a sus políticas la línea mundial entre buenos y malos (esta semana, la dictadura China es de los buenos), su PSOE sigue siendo el de siempre. Puede ponerse Andueza tan digno como quiera en Euskadi, buscando dar el salto a España, que esto es lo que hay. Esto es lo que ha habido siempre. Y esto es lo que habrá. Lecciones, ninguna.

Jon, ¿estás bien?

Ando preocupado por que la gente no pueda decir lo que siente y lo que se siente. Ando preocupado por que haya hoy un vasco, como hubo muchos vascos, como sigue habiendo, por desgracia, que no puede expresar su opinión por la presión de la izquierda abertzale. Ando preocupado por Jon. No es un nombre al azar, ni un pseudónimo: el diputado Inarritu, tan locuaz, tan rápido con el tuit (ya solo retuitea muy de vez en cuando), tan recurrente en algunos programas de televisión, lleva meses callado, tantos como lleva Israel cometiendo un genocidio. ¿Nos lo han silenciado? Si el plan de Trump triunfa, pronto volverá a la acción.

No les penaliza

Da la sensación de que a EH Bildu no le penalizará electoralmente tener en sus filas al firmante de un documento contra el boicot a Israel, pero toda precaución es poca cuando el hype de Palestina va a topísimo por culpa de la masacre que está cometiendo Israel (no banalizo yo: instrumentalizan ellos). Igual que da la sensación de que al populismo de base fascista español no le va a penalizar esta noticia en El Diario: “Vox tendrá que devolver más de 34.000 euros a las Cortes de Castilla-La Mancha desviados a la caja central del partido”. Es un “remanente no empleado” dentro de un “convenio” firmado consigo mismo, según el partido ultra.

Más instrumentalización

Sabemos que el mantenimiento de las vías férreas y los pasos a nivel es competencia exclusiva del ministerio español de Transporte y, especialmente en algunos municipios, recordamos las promesas primero del PP y después del PSOE de soterrar vías y pasos en Euskadi. Pues bien, la portavoz del PP en las Juntas de Bizkaia no ha tenido problema en utilizar políticamente la muerte del trabajador que ha sido arrollado por un tren en un paso a nivel en Zalla. Maribel Vaquero le respondía en X que hace ocho años, precisamente el gobierno del PP firmó “un acuerdo para suprimir estos pasos a nivel y evitar más víctimas”.

Lo de Sudán

Néstor Siurana intenta explicar en X lo que está sucediendo en Sudán mientras el mundo mira a Gaza y a Ucrania: “Un genocidio silenciado, con cero cobertura en los medios de comunicación”. “Un horror absoluto. Historia negra de la humanidad” “apoyado y financiado por Emiratos Árabes Unidos”. “Ningún líder mundial ha condenado lo sucedido”, escribe el analista internacional. Por lo menos, en el caso de Israel las condenas son sonoras, como la inacción. Una rápida búsqueda en Google permite ver que varias fuentes calculan (ante la falta de información) que puede haber más de 150.000 asesinatos en Sudán solo desde 2023.

La moda de la religión

La reflexión de Israel Merino en Público (“Rosalía en la era de Dios”) sobre la “segunda época teocéntrica” actual es, seguramente, lo mejor que he leído esta semana: “El mundo líquido se está coagulando y lo estable y eterno vuelve a tener sentido”. Hoy “no hay un referente de lo que ser, sino de lo que no. Y en este contexto, la idea de Dios vuelve a calar entre los que están deseosos de ejemplo”. ¿Por qué? “Por la incapacidad del ateísmo liberal para proporcionarnos certezas” y por “un progresismo conservador cieguísimo que no entiende el nuevo terreno de juego”. “Tu hijo no se va a volver facha por tener inquietudes espirituales”, recuerda.

Vives en un barrio rico

Si estás leyendo estas líneas en Euskadi te resuelvo rápidamente la pregunta que hace, a modo de gancho, El Diario: “El nuevo mapa de la renta, calle a calle: ¿vives en un barrio rico o pobre?”. Vives en un barrio rico. Porque si algo demuestra el mapa de la renta, como otros mapas y comparadores, es que Euskadi es un país, comunidad o territorio, da igual cómo lo llamemos para esto, próspero. Muy próspero. Mucho más que cualquiera de alrededor, también del norte. Aún así, el “mood” generalizado es que va fatal, que nada funciona y que todo está mal hecho. ¿Por qué? ¿A quién beneficia la mentira?

“Desplazados climáticos”

Por mucho que estemos mejor (mejor y bien, para ser exactos), no descarto que en nuestro pequeño país también tengamos que hablar de “desplazados climáticos”. Leo en El Nacional que en Catalunya ya han empezado: un barrio de Alcanar, en Tarragona, será demolido y su población, reubicada porque se encuentra en una zona inundable que, con la fuerza que tienen ahora los temporales, se ha vuelto peligrosa. Esto es un drama, evidentemente, pero también un recordatorio: el de que no debemos cortarnos en señalar la estulticia de quien niega el cambio climático.

La vivienda

Tengo claro que hasta que no friamos a impuestos a quienes consideran que la vivienda es “un activo” no solucionaremos nada. Pero el de la vivienda es un problema tan grande que es necesariamente multifactorial. Estefanía Molina ofrece en su extenso tuit un punto de vista muy interesante: en realidad, no sobran casas y, si sobran, es porque hay despoblación. Sigue siendo necesario construirlas en Barcelona o Madrid, pero también en Donostia o Bilbao, porque no podemos transportarlas. Y la actual ley española de Vivienda lo que no resuelve es justo lo que importa: la oferta.

Y las personas

Necesitarán viviendas, por ejemplo, las personas migrantes que vendrán a trabajar a nuestras ciudades y las familias que formen o traigan. Sí, tenemos que contar con ellas porque las necesitamos: “Mientras el debate político se endurece en torno a la inmigración, los datos económicos revelan que el futuro del país depende, en gran medida, de quienes llegan desde fuera” (El Blog Salmón). Esto pasa en España y, seguro, pasa en Euskadi por extensión. Así que, además de por una cuestión básica de humanidad, que nadie cuente conmigo para señalar a colectivos migrantes: les necesitamos, como poco, tanto como ellos a nosotros. Cualquier cosa fuera de esta realidad es demagogia fascistoide.

“Made in China” ya no significa lo que creemos

“Muchos creían que el “Made in China” era sinónimo de barato y poco fiable: ahora es una etiqueta que inquieta a Occidente”, así de contundente es Javier Márquez en Xataka. El primer subtítulo concentra toda la pieza: “China ha pasado de ser la fábrica del mundo a un referente tecnológico global”. Dicho de otro modo: ha pasado “del ensamblaje a la vanguardia”. Y solo tenemos que mirar a nuestras carreteras (los coches eléctricos) pero también a nuestros móviles y relojes inteligentes de marcas chinas. Y como productores China sigue arrollando: “Fabrica el 57% de las baterías de coches eléctricos del mundo”.

Sin freno

Cuando gastas como si no hubiese un límite y opinas como si todo el mundo lo hiciese igual que tú, hacer tele es más fácil. Eso es lo que explica también “el explosivo auge” de La1. Del valor y la capacidad de los periodistas y conductores, desde las vascas Silvia Intxaurrondo y Adela González, hasta el icónico Broncano, no tengo ninguna duda. Pero esas y esos mismos profesionales con limitaciones presupuestarias e ideológicas lo tendrían más difícil. Esto es algo que sabemos todo y, además, es muy sencillo entenderlo. Por eso los análisis que no parten de esta RTVE sin freno económico ni ideológico, no parten de la realidad.

Mentir es mentir

Soy un ignorante o, como dicen eufemísticamente las y los abogados: “Soy lego en la materia”. Por eso desconozco si mentir es legal o ilegal. Lo escribo porque, según El Diario, que “mentir no es ilegal” es la respuesta del PP “tras confesar Miguel Ángel Rodríguez su ‘bulo’ ante el Supremo” “para intentar defender a la pareja de Isabel Díaz Ayuso, acusado de delitos fiscales y de falsedad documental”. Lo que tengo claro es que mentir es mentir, y que si un político reconoce que miente la ciudadanía tiene que reaccionar. Hay declaraciones y acciones que, simplemente, no son como escupir en la acera.

Eso es una estupidez

Ante el dato trágico de que en España (y en Euskadi me temo que será proporcional) hay un “mínimo histórico en los autónomos: ya sólo representan un 14% del empleo” (Vozpópuli), Eduardo Garzón, doctor en Economía y Empresa, según su propia biografía en X, escribe lo siguiente: “Tener menos autónomos es síntoma de desarrollo económico”. Esto es una estupidez lo diga quien lo diga, y no podemos normalizar leerlo sin reaccionar. De hecho, no se lo cree ni él, que volverá a quejarse de que las grandes empresas absorben fuerza laboral con condiciones cada vez más precarias. Pero eso será otro día y lo hará como si nada.

No son solo las cuotas

Con una “mili” de quince años de autónomo puedo señalar la estupidez de Eduardo Garzón sin preocuparme ni discutirlo, y puedo asegurar que me toca la moral ver cómo toda una ministra y la cohorte de opinadores que le corresponde reduce la cuestión de los autónomos a “las cuotas”, esas que van a subir “entre 17 y 206 euros para 2026” (The Objective). Por si a alguien le parece poco, “de cara a 2028, el planteamiento comienza con 252,1 euros y cierra en 1.208,73 euros”. Que esto es una canallada hay que decirlo con claridad y recurrencia, tanto como tenemos que dejar claro que un autónomo contribuye con muchísimo más que su cuota.

La otra juventud vasca

Hay una juventud vasca que aborrece la violencia: la que ejerce Israel, la que ejerce Rusia, la que ejercen quienes roban en la calle y, por supuesto, la que ejerció ETA (para eso, tienen que conocerla, y ahí tenemos una tarea colectiva que no podemos esquivar). Y luego hay otra juventud: la que se apropia de las causas, la que ensucia, la que cuelga plástico que no recoge pero luego va de ecologista (también), la que actúa a cara tapada, la que usa la excusa que le regala la Falange para tirar cosas a la cabeza de los ertzainas, la que no ha hecho una lectura crítica de su pasado y la que, además, pretende dar lecciones. Allá quien se las compre.

Los principios

De la extensa nota de Bildu para mover el ascua que prendió La Falange en Gasteiz a su sardina (¿la suya o la de GKS?), llamó mi atención como si estuviese escrito en letras rojas sobre amarillo esta frase: “Somos un país antifascista y con memoria”. ¿Sí? ¿En un país antifascista y con memoria una persona incapaz de llamar “terrorismo” a lo que hizo ETA sería candidato a lehendakari? ¿En un país antifascista y con memoria los colaboracionistas de EA, Alternatiba y el único que queda de Aralar, se prestarían a blanquear el fascismo de la cúpula de Sortu (de la actual, eh, que no hay que tirar de hemeroteca)? ¿Sí, somos ese país?

El fin de la guerra, el comienzo del negocio

Las guerras son momento de oportunidad para quienes no tienen escrúpulos en los negocios: bien sea vendiendo armas o alimentos a precios desorbitados, bien sea aprovechándose de la reconstrucción. En esos momentos de oportunidad, insisto, aparecen personajes como Jared Kushner, el yerno de Donald Trump y el “ideólogo del actual plan para Gaza” que “no abre el camino a la estatalidad palestina y ni siquiera menciona el final de la ocupación”. El mismo que “lleva a cabo sus negocios multimillonarios en Oriente Medio” y “construye fuertes relaciones diplomáticas con líderes de toda la región” (El Diario).

EE.UU., desde dentro

La política exterior de Trump es ridícula: ha obligado a Hamás a firmar una paz que no tiene en cuenta la voluntad de la población Palestina para que Gaza no sea arrasada. Y en la puesta en escena de esa “paz” ha demostrado una vez más que es un histriónico con un discurso tan agresivo como frágil. Mientras esto pasa en Egipto, en el país que gobierna (o que exprime), las y los latinos se organizan vía chat con recomendaciones para no hablar en público, para poner pegatinas pro-Trump en sus vehículos, con avisos de controles de inmigración y fotos de detenidos para que sus allegados puedan actuar rápidamente, según la BBC.

En todo momento y en todo lugar

El argumento de que “al antifascismo se le combate”, tan manido por quienes quieren justificar al fascismo de chándal negro y cara tapada que vimos en Gasteiz (soy un pollavieja y digo lo que quiero), es fácilmente desmontable: uno es antifascista en todo momento y todo lugar o no lo es. Y un antifascista debe mirar hoy a Zaporiyia: “Putin mantiene los feroces ataques contra Ucrania: al menos dos muertos tras casi 700 bombardeos en apenas 24 horas” (Infobae). Dos personas muertas que se suman a las 13.000 víctimas civiles ucranianas desde la invasión rusa de 2022 (contando los soldados de uno y otro lado, más de 200.000).

“Una valiente”

La cortada de coleta de Morante de la Puebla ha generado un problema al mundo del toreo, que ha perdido a su llenaplazas y su principal prescriptor, el único que traspasa la barrera de caspa y llega al gran público. Puede que no hayas visto nunca toros o que, como yo, no entiendas un espectáculo basado en que una persona se juegue la vida y un animal precioso sea torturado hasta la muerte, pero es posible que conozcas a Morante de la Puebla. El mismo que se puede reconvertir en influencer de la derecha: “Morante le dedica a Ayuso uno de los últimos toros de su carrera: ‘Va por todo lo que defiende, es usted una valiente’” (EPE).