«Una mentira como la copa de un pino»

Que los inmigrantes delinquen más “es una mentira como la copa de un pino”. No lo digo yo, se lo dijo en la comisión de Interior en el Congreso el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo, al diputado de Vox, Javier Ortega Smith. Pardo fue muy explícito: “Hay que tener mucho cuidado con estas cosas. No asocien inmigración y delincuencia, porque no es verdad, se equivocan”, “el 75% de los delitos que se cometen en España los cometen nacionales españoles”, y alerta de que los discursos antiinmigración de los ultras solo sirven “para generar ruido, para generar confusión y para desinformar”.

Se equivocan otra vez

Mientras haya una demanda mucho mayor que la oferta el problema de la vivienda seguirá ahí, manifestándose de distintas formas pero sin solución. Y la que propone Sumar no es una solución: “La regulación de los alquileres” (El Independiente) solo va a servir para que haya menos viviendas en el parque. Lo que hay que hacer es prohibir (sí, hablo de prohibir y también de sancionar duramente) a quien invierte en un bien de primera necesidad para especular, ya sea con alquileres turísticos, ya sea con alquileres habituales. Es decir: la regulación debe servir para que haya más oferta, no menos. Eso lo sé hasta yo.

El gobierno que tuitea

Le toca a la vicepresidenta porque tuiteó sobre el tema del que todas y todos hablamos después de que en la manifestación del domingo las iras fueran para quienes aprobaron una ley electoralista después de identificar un problema social: “Yolanda Díaz valora meterse en política al ver la incapacidad del gobierno actual para solventar la crisis de la vivienda” (El Mundo Today). Pero también podemos citar a Óscar Puente o a Bolaños (mucho más comedido que el ministro de Transportes, es cierto). Y en la otra trinchera, a Isabel Díaz Ayuso, claro. Desde el gobierno no pueden tuitear como lo hacen, quien crea lo contrario se equivoca.

Como en Italia, sin salir de Ciudad Real

Evidentemente, si me ha parecido mal la idea de Meloni de hacinar a personas en Albania y llevarlas a Italia cuando necesiten mano de obra, y el apoyo de Von der Leyen a semejante barbaridad, tiene que parecerme mal que el gobierno español (ese tan progre y social) se plantee meter en el aeropuerto de Ciudad Real, en desuso, a miles de migrantes. Y luego, ¿qué? Esto, insisto, no lo plantean Núñez Feijóo y Abascal al alimón, ni aquel Rajoy pragmático hasta lo pasmoso: es una propuesta de PSOE y Sumar que, una vez más, no dan una respuesta práctica, real, estructural y consensuada a un problema grave.

30 días bajo las bombas y el fuego

Tenemos que acabar con la impunidad del gobierno de Netanyahu y su grupo de ultras, y tenemos que hacerlo inmediatamente con las instituciones supranacionales de las que nos hemos dotado, sin que a nadie le tiemble el pulso. No podemos permitirnos, porque no pueden soportarlo en Gaza ni ya en Líbano, otros treinta días. Ese es el ultimátum que ha dado Biden: “30 días para mejorar la situación en Gaza o frenará el envío de armas” (Huffington Post). ¿Cómo van a sobrevivir otros 30 días las y los gazatíes sin alimentos ni medicinas y bajo el fuego israelí? ¿Y si gana Trump el 5 de noviembre? ¿Y si a Netanyahu le da igual?

En su cabeza sonaba espectacular

Un bono para que las y los jóvenes puedan pagar el alquiler en la cabeza de Pedro Sánchez sonaba espectacular. Por eso lo anunció, claro, después de ver que en la manifestación en Madrid por los precios los señalados eran los que aprobaron la Ley de Vivienda. La de ese bono, por lo visto, no fue una idea feliz del presidente: estaba en el acuerdo de gobierno con Sumar. Por no ser, no era ni nueva. Lo que está claro es que es inoportuna e inoperante: “Los caseros preguntan al Gobierno cómo se solicita el bono de alquiler para jóvenes”, tiran a dar en El Mundo Today. Ahora que se den por aludidos quienes hicieron electoralismo con las casas.

Pues me parece bien

Ayer ya escribí que para mí son síntomas de una sociedad fracasada (la española y la vasca, que en esto también empatamos a cero) la simple existencia de Airbnb o que sea legal “invertir” en un bien de primera necesidad. Hoy me encuentro con esta noticia en Público: “Sumar y Podemos piden prohibir la compra de vivienda para especular y señalan al PSOE: ‘Basta de parches’”. Evidentemente, estoy de acuerdo con la petición, que elevaría a exigencia. Pero basta ya, también, de tomar a la gente por tonta: Podemos y Sumar han estado en los gobiernos de Sánchez y el problema solo se ha agravado, y no porque llueva, precisamente.

Más humanidad

Leo en El Diario que “Von der Leyen plantea a los líderes de los 27 copiar a Meloni con centros de refugiados fuera de la UE” y me escandalizo, claro. ¿Qué tipo de idea es esta? ¿En qué convierte a Europa? ¿Quién puede justificar el hecho de utilizar a personas como ha ganado (te hacino y te recojo cuando necesito fuerza de trabajo) y a países como tu cuarto de atrás? Es evidente que con su desvío de personas a Albania, Meloni actúa como lo que es. Es evidente también que los valores de la presidenta de la Comisión Europea no son los míos. Claro que hay que tomar medidas, no soy idiota, pero nunca hay que perder la humanidad.

Israel sigue matando

Más de 60 personas muertas en Gaza, y en Líbano otras 18. 80 vidas segadas por el ejército de Israel y el morro de Netanyahu, al que hay que llevar cuanto antes, junto al resto de su gobierno ultra, ante una corte internacional por crímenes contra la humanidad. No podemos caer en la tentación de normalizarlo, ni de dejar de hacer noticias con el dolor de las víctimas y la impunidad de los victimarios porque las de mañana serán igual que las de hoy. No podemos permitirnos, como civilización, a personas de mierda como la del presidente de Israel. Si nuestras y nuestros representantes no pueden intervenir, ¿quién está al mando?

Hasta en las pachangas

Hasta un partido entre youtubers de España y Francia en el Metropolitano tuvo que ser detenido por insultos racistas. Un partido de youtubers, sí. En la crónica de Relevo hablan de “un energúmeno” (cada vez llevo peor que me tomen por tonto), pero lo cierto es que el equipo francés se retiró al vestuario y que cuando regresó al campo “volvió a haber tensión con el lanzamiento de objetos desde la grada”, “incluido un plátano”, pero solo había un energúmeno, y voy yo y me lo creo. Por eso Koko, youtuber español de origen maliense, lloró también de impotencia, por un tipo al que se llevó la seguridad.

¿A quién divide?

Desde que tengo esta columna hago el esfuerzo de hablar de uno de los parlamentos más alejados para la ciudadanía: el europeo. Y por eso cada día visito Euronews, cuya equidistancia en su versión española, me rindo, me echa para atrás: “Viktor Orbán divide al Parlamento Europeo al presentar las prioridades de la presidencia húngara”, titulan sobre su vergonzosa intervención en Estrasburgo. En el cuerpo de la noticia explican que solo fue alabado por la extrema derecha. ¿Eso es dividir? ¿Por la mitad, tal vez? Si algo hizo Orban es recibir el aplauso de los suyos y el repudio (podemos celebrarlo) de todos los demás grupos.

Parlamentarismo facha

El miércoles, PSOE y PP hurtaron a la ciudadanía un debate relevante sobre los modelos de acogida a las personas inmigrantes y se dedicaron a competir por quién mostraba más bajeza política. Pero no fue el único día que el cómputo de años de pena global en Europa eclipsó otros hitos del parlamentarismo, en este caso, facha: “El Congreso da el primer paso para disolver las asociaciones que ensalcen el franquismo con el rechazo de Vox” (El Diario). En cualquier caso, “esta ley no servirá sin embargo para disolver la Fundación Francisco Franco, puesto que se refiere únicamente a las asociaciones”. Siguen quedando cuentas pendientes.

Qué vergüenza

Para mí, que el PP no haya visto venir que con la aplicación de la transposición europea que obliga a computar todas las penas en la unión algunos condenados de ETA iban a ver rebajada su pena, es menos grave que cómo han reaccionado: con asumir la obligación continental con naturalidad ya valía, pero, claro, del “que te vote Txapote” no puedes pasar a ayudar a Txapote. Quien se baña en fango tiene difícil salir del lodazal: “Víctimas del terrorismo de ETA instan al PP a dejar de ‘usar’ políticamente a sus familiares”. Lo de Tellado y el resto del grupo parlamentario, empezando por la ovación forzada a Marimar Blanco, no tiene ni un pase.

El límite

Isabel Díaz Ayuso marca la altura de lo mal que está el PP: “ETA está más fuerte que nunca”, dice. Como si ETA no hubiese matado hasta a 97 personas en solo un año (1980). Como si los asesinos no hubiesen pasado la frontera para refugiarse con cierta tranquilidad. Vale que los últimos jefes de ETA se han ido integrando en Sortu, vale que quienes justificaban a los terroristas ahora viven demasiado bien con sueldos públicos, vale que el PSOE, Podemos, Sumar, Alternatiba y Aralar han blanqueado a la izquierda abertzale con primor. Pero eso que dice Ayuso es vil y mezquino, como quien lo haya escrito.

“Neurona” se queda en nada

Esto que publican en Diario Red, el digital de Pablo Iglesias, debe ser difundido: “Después de años de lawfare, el ‘caso Neurona’ contra Podemos se queda en nada y es archivado definitivamente. También se archivan las causas abiertas también contra Juan Carlos Monedero, Juan Manuel del Olmo y Daniel de Frutos”. Sí, podemos hablar de “lawfare” ya que se usó una investigación judicial para señalar y generar dudas hacia unos políticos que, como estamos viendo ahora, no hicieron nada de lo que se les acusó. Los Iglesias, Monedero y demás pueden caernos mejor o peor, pero siempre fueron inocentes. Que quede claro.

Ah, vale, los presos

Cero sorpresas: Bildu ha arrancado al gobierno español beneficios para los presos de ETA, otra vez. Por mucho que Mertxe Aizpurua se muestre categórica asegurando que esto no va como parece, me temo que lo explicó con claridad Arnaldo Otegi en Eibar después de la declaración pomposa en Aiete, y me temo también no es la primera vez que lo vemos. En este caso, además, llama la atención la colaboración del gobierno español: “Moncloa cuela la reforma exigida por Bildu para reducir la pena a 41 etarras, entre ellos Txapote”. “Viene de tramitarse una ley orgánica con efectos en el Código Penal por la vía de urgencia” (The Objective).

Mal momento para su ley

Sin entrar a valorar el morro con el que Bildu ha cogido una propuesta de reforma de ley del PNV, ha cambiado cuatro cosas y se ha anotado el tanto, es evidente que su propuesta de ley mordaza, que debilita la autoridad de las y los agentes (una de esas cuatro cosas que ha modificado Bildu, por supuesto) ha llegado en un mal momento, visto solo la actuación de los hooligans en Euskadi y alrededores: los ultras belgas en Anoeta, las trifulcas en Bilbao entre hinchas vascos y holandeses (con protagonismo también de los tontos locales) o lo que ha pasado en Coruña con los fachas malagueños no generan seguridad, precisamente.

Libertad para masacrar

Se cumple un año del condenable ataque de Hamás sobre población civil israelí. Un hecho que podemos y debemos repudiar y rechazar, igual que podemos repudiar y rechazar la masacre que Israel ha cometido sobre Gaza, y ahora extiende Líbano y Cisjordania con una impunidad vergonzante. Quien justifique uno u otro ataque, aunque haya diferencias claras entre ellos, sabe lo que hace y lo que es. Y condenar ambos no es equidistancia esta vez, es humanidad. Por mucho que llevemos un año viendo bombardeos, víctimas y ciudades arrasadas, no podemos caer en la indolencia: debemos denunciarlo cada día.

Ni un minuto más

El comunicado de las y los alumnos de la UPV/EHU que han denunciado que iban a tener como profesor a un homófobo, machista y catalanófobo, según los mensajes que muestran, y que ha publicado El Diario, me parece muy interesante: está bien escrito y bien planteado, y relata unos hechos intolerables. Además, el comunicado deja mal a quien ha querido apropiarse de la acción (un saludo para Ikasle Abertzaleak, que no ha cambiado nada en 25 años) y a quien se ha apoyado en la izquierda abertzale para girar el foco. Yo solo pido que lo sucedido sirva para revisar el sistema: lo que piensan las y los docentes, y lo que hayan dicho o escrito, importa.

No podemos hacer como que no está publicado

Volvería a denunciar desde esta columna la retención de Pablo González en una cárcel polaca sin que supiéramos (por lo menos, yo no los vi publicados) los cargos. Y volvería a reclamar que se levantara la incomunicación que denunciaba su propia familia en Euskadi. No me cabe duda. Pero después de que entrase en un intercambio de presos, como un agente ruso más, y de lo que está publicando El Mundo, con Xavier Colás, gran conocedor de aquel país, y que habla de un falso periodista y un espía ruso real, no puedo hacer como si esto no estuviera pasando. Lo estamos viendo y tenemos la obligación de contarlo. Si no, ¿en qué nos convertimos?

No se toman la vivienda en serio

Ni Bildu ni Podemos, que rivalizan en X por anotarse el tanto de que Errenteria sea el primer municipio que se declara “zona tensionada” en Euskadi, se toman en serio la problemática de la vivienda. La energía, que a nadie le quepa ninguna duda, la ponen en la venta. Igual que cuando aprobaron una ley que de momento solo ha agravado el problema: su interés eran las elecciones, no mejorar la vida de la gente. Decirlo y recordarlo es una obligación profesional y moral. Porque esto no es consecuencia de un huracán: “La crisis de la vivienda acecha al Gobierno por todos los frentes, con los precios en máximos” (El Independiente).

No es justicia

La justicia si llega tarde no es justicia. Y la justicia, si llega tan tarde que prescriben hasta los asesinatos, es injusticia: “La Audiencia Nacional declara prescritas las causas contra la exjefa de ETA ‘Anboto’ por el asesinato de Miguel Ángel Blanco” (Huffington Post). Soledad Iparraguirre se ha librado del juicio, y parece que también lo harán Miguel Albisu Iriarte (‘Mikel Antza’), e Ignacio de Gracia Arregui (‘Iñaki de Rentería’). Es la justicia española la que falla a las víctimas, como lo ha hecho España en el reconocimiento y el pago de indemnizaciones anteriormente. Creo que exponer esta revictimización, de una vez, también es necesario.

¿Toleramos a los nazis por encima de nuestras posibilidades?

Yo lo tengo claro: sí, somos más blandos con el fascismo de lo que podemos permitirnos. Especialmente en Euskadi. Me duele reconocerlo pero no me cuesta porque creo que hasta que no llamemos “fascistas” con claridad a quienes justificaban a ETA por asesinar a quien pensaba diferente, y “colaboracionista” a quien hoy enjabona por el puestito, Euskadi no acabará por pasar página de verdad. Pero me centro: “El país nunca ha asumido su pasado nazi”, dice sobre Austria el politólogo Renaud Large, y lo recogen en Público. En Alemania la extrema derecha está mejor que nunca; en España, el franquismo; y en casa, los de siempre.

También lo son

Tampoco veo ninguna diferencia entre lo que históricamente hemos conocido como fascismo y lo que está haciendo el gobierno ultra de Israel. Y no soy yo de los que pongan esta etiqueta con facilidad. De hecho, creo que ese rojerío gritón, vasco y español, que llamaba “fascista” a cualquiera, ha sido muy útil para la legitimización social de los fascistas de verdad, esos que ahora riegan de misiles Oriente Próximo como si no costara, pero sí que cuesta: “Irán utilizó en su ataque misiles el doble de rápidos que en abril y ha costado a Israel millones de dólares en defensa aérea” (El Diario). Si la apretura económica sirve para parar el conflicto, bienvenida.

Como si no costara

El Barça gasta millones como si los tuviera: “Reconoce unas pérdidas de 91 millones” (EPE). 91 millones sobre un agujero que ya era extraordinario y que Laporta se comprometió a tapar. Con esta base siguen fichando como si no costara porque se lo permiten, porque La Liga da por buena la milonga de las palancas cada verano, y porque sacarán el dinero de bancos y de préstamos que piden sin que importe demasiado cómo, ni quién, ni cuándo serán pagados (si les importase, no seguirían acumulándolos). Y al fichar con pólvora del rey, evidentemente, adulteran la competición y se llevan a jugadores que, con dinero real, no pueden pagar.