El periodista de RNE, Fran Sevilla, ha traducido este aterrador tuit de Martin Griffiths, responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU: “Los civiles en Gaza están siendo sometidos a hambruna y asesinados y se nos impide ayudarles. Esto es Gaza hoy, después de siete meses de horror”. Es evidente que el mundo puede hacer algo más, que hoy ya todos tenemos claro que Netanyahu ha montado esta guerra por sus propios problemas judiciales en Israel y que su gobierno ultra la sostiene porque son malas personas, enajenadas, integristas sin causa justificada. Todo lo demás es demagogia mucho menos importante que el sufrimiento real.
“Inconcebible”
Lo mejor que le puede pasar al PNV es que Pello Otxandiano conceda muchas entrevistas: su hablar suave, forzado, no casa con su discurso duro, reivindicativo y, sobre todo, profundamente personalista. El modo en el que se pone en el centro, en el que exige, en el que señala, es una gran baza para Imanol Pradales. Que además esas formas y ese fondo personal hayan sido designados “para los grandes debates” mientras Nerea Kortajarena se dedicará a las cosas del día a día, con menos brillo, solo refuerza una sensación: que sin el marketing de la campaña, Bildu sigue viendo Euskadi a través de una mirilla estrecha.
Junqueras sigue, la lucha vive
Veo el anuncio de Oriol Junqueras en El Nacional de que “se ve con fuerza para seguir al frente de ERC”, y reconozco que tengo sentimientos encontrados. “Hemos entendido el mensaje”, afirma el político, y pongo en valor de inmediato la capacidad y la sabiduría de los viejos roqueros, también puedo entender que Junqueras tenga ganas de guerra después de la injusticia de los años de cárcel y la inhabilitación que sufre, pero por otro lado estoy de acuerdo con mi admirado Javier Vizcaíno en que resulta hasta ingenuo creer, o intentar hacer creer, que con que Aragonès cargue con la culpa del desastre es suficiente.
Las cartas, boca arriba, por favor
Que las exigencias de Pello Otxandiano y el empeño de Oriol Junqueras, junto con el éxito arrollador de las últimas estratagemas de Pedro Sánchez y los problemas de Yolanda Díaz con su partido, no nos impidan ver la realidad de su medida electoral estrella: “El control de precios en Barcelona provoca la retirada de un millar de anuncios de alquiler en Idealista” (Vozpópuli). En números: “La oferta de alquiler tradicional cae en más de un 20% desde marzo a la par de un incremento considerable de la oferta de habitaciones”. La clave en esta cuestión está en aumentar la oferta, no en retraerla. Sí, la base es así de evidente.
Es otra cosa la que importa
Vale, “no da igual ir al grupo verde o al de la izquierda en Europa”, como aseguran en el digital de Pablo Iglesias. Pero lo que importa no es lo que señalan: hablar de partidos verdes alemanes y más sionistas, contra partidos de izquierdas alemanes y menos sionistas, es tratar como idiota a la ciudadanía. Ya sabemos cuál es el posicionamiento de partida dominante en aquel país, no hace falta que nos lo expliquen como si fuéramos idiotas, una vez más. Lo que importa, realmente, es cómo explica la izquierda española el modo en el que se presenta a estas elecciones y cómo se desgaja después, con naturalidad, pero como a personas adultas.