No les importa la juventud

Cuando un partido habla de rebajar la edad con la que ejercer el derecho a voto habla, únicamente, de cómo le beneficiaría en sus cálculos electorales. Esto es algo que sabemos todas y todos. La ministra Sira Rego, de IU, lleva este tema en su cartera, pero dentro de la coalición que la ha aupado a su ministerio tienen dudas: “Fuentes de Sumar avisan de que Vox podría ser el partido más beneficiado por una rebaja de la edad de voto”. Es decir: si no lo impulsan con denuedo es porque la irreverencia joven ahora se materializa en votos a la extrema derecha. “No es como en 2019”, dicen. Pero sí es oportunismo, en todo momento.

“En esta casa no lo olvidamos”

Alberto Núñez Feijóo no lo está haciendo bien: no ha mejorado a Pablo Casado ni ha resuelto ninguno de los problemas que heredó. Vox sigue marcando el discurso e Isabel Díaz Ayuso sigue robando los planos y la iniciativa. Así que el gallego se ve obligado a buscar el foco: accedió a mantener una conversación con Eduardo Inda para OK Diario en la que afirma que su enemigo político es el PNV. Lo hace porque no tiene mucha personalidad y se deja arrastrar (seguramente, por miedo), porque es Inda el que le marca la respuesta cuando dice: “El PNV, yo creo que está perdido para la causa de la normalidad democrática y de la ética”.

El terror en Gaza

Ya hemos visto todas y todos la fotografía de Mahmoud Ajjour, el niño palestino de nueve años sin brazos por culpa de un ataque israelí. La imagen acaba de ganar el World Press Photo, la sacó Samar Abu Elouf y es durísima. Pero no podemos apartar la vista. Este horror, este terror lo firma Benjamin Netanyahu, y sobre él tiene que caer el peso de la justicia y la historia. Por las niñas y los niños como Mahmoud y porque, además, “Gaza enfrenta la ‘mayor crisis de huérfanos’ de la historia moderna” (Diario Socialista). ¿Qué futuro tendrán las y los supervivientes? ¿Servir en el megaresort que quiere levantar Trump? ¿Lo vamos a permitir?

Por duro que sea, debemos asegurarnos de que lo veremos

Durante su reunión con el ministro español Carlos Cuerpo, Scott Bessent exigió que España invirtiera más en armamento y eliminase la tasa Google. En lo que nos toca como vascas y vascos, yo lo tengo claro: ¡a la mierda! Todo lo que podamos vetar a Google debemos hacerlo. Llevo meses advirtiendo de esto que solo va a peor: “Editores europeos de prensa denuncian que Google reduce sistemáticamente su tráfico ‘online’” (Público). Las respuestas generadas por la IA de Google que evitan la entrada a los links empobrecerá las fuentes y fotos como las de Samar Abu Elouf o noticias como las anteriores serán invisibles.

Vaya, qué interesante

Esto de Enrique Dans en su blog (que copio y pego): “En un futuro donde la automatización va a generar sin ninguna duda excedentes de producción, la Renta Básica Universal se presenta como una herramienta viable para asegurar la estabilidad económica y social. Si algo podemos aprender del experimento alemán es que todos esos mitos en los que supuestamente los receptores dejan de trabajar, se vuelven vagos e indolentes, pierden su motivación o se quedan en casa todo el día jugando videojuegos y fumando marihuana son mentira, una chorrada inexistente que jamás debería influir la decisión de avanzar en ese sentido”.

Otra masacre rusa

No podemos mantenernos indiferentes ante los abusos. Menos, ante los asesinatos. Y mucho menos, ante las masacres: “Rusia ha atacado con misiles balísticos el centro de la ciudad, en un bombardeo en el que han muerto al menos 32 personas, entre ellas dos niños, y más de 80 han resultado heridas. entre ellas 10 menores” (El Independiente). No por recurrente, no por larga la invasión rusa sobre Ucrania, no porque Netanyahu mate a más gente en Gaza, no porque algunos hayan desempolvado el “no a la guerra” en su beneficio, debemos pasarlo por alto: Putin sigue matando a misilazos en el borde Este de Europa con impunidad.

El jefe es Putin

Antes de esta última masacre rusa en su invasión sobre Ucrania, la posición de EE.UU. era esta: “Trump cede ante Moscú y podría aceptar las conquistas rusas en Ucrania” (Público). Después de los más de 30 asesinatos, me temo que la postura del gobierno estadounidense será la misma. Putin es el jefe, no nos olvidemos. Putin es el que decidió desestabilizar Occidente durante años, en un trabajo minucioso y financiado, además, por la propia Europa, con su dependencia de los recursos naturales rusos. ¿Por qué? Por imperialismo y porque podía, porque se lo hemos puesto fácil con los Abascales y los Trumps, y con los reels.

Quien mata a periodistas

La vida de un periodista no vale más que la de cualquier otra persona, y ante más de 60.000 muertes (según varias fuertes) en Gaza, titular así puede resultar una frivolidad: “Israel ha asesinado a uno de cada diez periodistas en Gaza” (Diario Socialista). Pero no lo es, evidentemente: quien mata a periodistas lo que busca es un apagón informativo. No soy un necio: también sé que Hamás no quiere periodistas internacionales sobre el terreno para servirnos ellos las imágenes que les interesan. Tampoco estoy siendo equidistante: el que asesina es el ejército israelí y el que veta es Hamás. Pero la información molesta a ambos.

Ya que hablamos de aranceles…

Trump ha dado un impulso al europeísmo que debemos aprovechar y, al mismo tiempo, ha puesto encima de la mesa temas de los que hemos hablado poco, claramente. ¿Quién sabía que aranceles pone Europa a otros países y con qué motivos? Yo, no, la verdad. Y si miramos más allá de nuestras fronteras y del egoísmo de Trump (amigos suyos muy cercanos han ganado millones con el terremoto bursátil, ¿y él no lo ha hecho?), encontramos ahora noticias muy interesantes: “Japón lleva medio siglo cobrando un arancel 0% a los coches extranjeros. No encontrarás uno entre los 50 más vendidos” (Xataka).

No es posible

Enrique Dans recuerda, por su lado, algo también muy certero en su blog: es inviable que un iPhone se construya hoy completamente en EE.UU., y no solo un iPhone. Pero el teléfono es solo un ejemplo, un icono. La realidad es que en aquel país, por mucho que Trump se empeñe, no existe la industria tecnológica que exige la producción de este tipo de elementos. Dans tampoco habla con condescendencia de los países que, como China, han desarrollado esa industria, precisamente, con inversiones importantes y sostenidas durante décadas. Al contrario: la pone en valor. Precisamente por eso es imposible levantarla en EE.UU. de pronto.

Yo lo voy a intentar

Donald Trump está en su derecho de rodearse de gilipollas y de tomar decisiones totalmente equivocadas. Y yo estoy en el mío de hacer boicot a los productos estadounidenses. Y lo voy a intentar. Evidentemente, con el trabajo que tengo, va a ser difícil: encontrar alternativas a X o Instagram es difícil. ¿La china TikTok es mejor? La alternativa a WhatsApp es rusa: Telegram. Algo podría hacer con el mail, pero llevo 12 años pagando a Google por servirme el mío. Mi página web está en WordPress y la red social a la que más tiempo he dedicado (18 años) es Flickr. Con todo, insisto: yo lo voy a intentar.

Siempre presente

Xavier Tomàs, uno de mis analistas políticos de cabecera, ahora en Bluesky, ha resumido muy bien “cuatro paradojas básicas” que definen nuestro tiempo: damos por hecho la democracia y la paz, también damos por hecho que algunos poderes contrarrestarán al político, buscamos soluciones simples y creemos que los más listos siempre están en el bando bueno. Nada de esto es cierto, lo estamos viendo: Putin y Trump son un riesgo para la paz y la democracia, están legitimados por las redes sociales y los poderes económicos, sus soluciones les sirven solo a ellos y las mentes más hábiles también están hoy a su servicio.

Los principios

Un compañero que sabe mucho más que yo me dijo el pasado viernes una frase estupenda: “Final solo hay uno, todo lo demás son principios”. Seguramente, la frase me gustó porque llevo años convencido del valor que tiene tener unos pocos principios firmes y basados en la bondad para, sobre ellos, construir. Sobre lo que no podemos construir es sobre esta inmundicia: “Un 65% de los israelíes apoya la limpieza étnica de Gaza. El colapso moral de un estado que se creó como respuesta a otra limpieza étnica, la de los judíos de Europa, es estremecedor” (Javier Espinosa en Bluesky).

Segunda parte

Precisamente por haber traicionado sus principios Enrique Dans cree que “el descenso a los infiernos” de Elon Musk es más pronunciado. Vende coches eléctricos para personas concienciadas con el medio ambiente y forma parte de un gobierno que apuesta por la contaminación. Y tiene una compañía para facilitar el acceso a Internet en espacios con más dificultades (desde la Ucrania invadida a países con pocas infraestructuras) y forma parte de ese gobierno que ha entregado Ucrania al invasor ruso y que va a ahondar en las desigualdades para beneficiarse económicamente.

Hemos venido a pasarlo bien

Soy consciente de que esta columna es un poco agria y de que tengo que redimirme. Y lo voy a hacer con esta web: itizso.itch.io/retrofab. Ya sé que parece un galimatías pero merece la pena escribir con cuidado cada letra y punto, y la barra, en el navegador de un ordenador (si no, en Microsiervos han puesto el link). Se trata de una web que recoge todas las “maquinitas” a las que hemos jugado o hemos visto jugar. Esas básicas con una cruceta y uno o dos botones, que hacía que nos arremolinásemos durante el recreo alrededor de quien había sacado una al patio. Cero nostalgia: la jugabilidad en la web es una maravilla.

El futuro de Internet

Yo veo como futuro de Internet lo que Enrique Dans ya ve en el presente. No puedo negarlo, me lleva años de adelanto (y por eso me resulta tan interesante): “Un internet cada vez más hostil hacia los humanos, plagado de spam optimizado para las búsquedas en Google, de artículos patrocinados llenos de estupideces y con títulos repletos de clickbait, de anuncios inútiles y de basura generada mediante inteligencia artificial generativa”. Él aboga por que Internet siga consistiendo en “diálogos entre personas” y por eso afirma que seguirá gestionando su bitácora y sus redes de manera personal y artesana. Me sumo.

No pasa por el Metaverso

El futuro de Internet no pasa por el Metaverso. No, por lo menos, como está concebido hoy. En 3D Juegos lo explican muy bien: primero hablan de que 2025 va a ser un año clave para el proyecto de Zuckerberg que hace aguas por todos los sitios. Después recuerdan que, en este tiempo en el que Meta lo intentaba con empeño, hay dos proyectos similares que sí han triunfado: Roblox y Fortnite, para los que no hacen falta esas gafas de 400 € que hay que tener para acceder al universo paralelo de Meta. Y hace ya unos cuantos años, Second Life tuvo más éxito que el Metaverso.

En época de aranceles…

Parece que Trump se ha pensado mejor lo de los aranceles a Canadá y México, pero por si acaso se pone chulo con Europa, nos vamos preparando: en Xataka han publicado una lista de “61 alternativas europeas a Google, X, Gmail, Chrome, Maps, DropBox, Google Drive, WhatsApp y otros servicios populares”. Algunas de ellas las conozco de primera mano y el manejo y la fiabilidad son equiparables a los de los servicios estadounidenses, y en los ordenadores es muy fácil utilizarlas. Pero mientras sigamos teniendo móviles de Apple o de Android, vamos a tener dificultades para evitar las que nos resultan más accesibles.

No vuelve YouTube porque nunca se fue

Por muchas herramientas que aparezcan y nos fascinen, y por muchos cambios que algunos pongan en marcha en viejas plataformas, seguimos buscando y usando refugios, también digitales: Microsoft, Facebook (Andoni Ortuzar ha publicado en esta red sus últimas cartas, puede que las más importantes de su carrera política) o YouTube son fortalezas difíciles de derribar. Ahora vemos, después de la eclosión de Twitch (que no fue para tanto) y TikTok (que sí tiene mucho volumen, pero de porquería), que streamers e influencers refuerzan su presencia en YouTube: “De Ibai a Emma Chamberlain”, titulan en Público.

Ya veremos

Ya he sobrevivido a otros impactos de asteroides fulminantes contra la Tierra. De hecho, ni recuerdo cuántos han sido ya. Ahora viene otro: “La NASA alerta sobre el asteroide 2024 YR4: riesgo de colisión con la Tierra en 2032” (The Objective). Pues bueno, pues vale, pues me alegro, como escribía Ivà en Makinavaja. Ojo, no estoy despreciando la labor de NASA y ESA, al contrario: su trabajo es monitorizar y avisar, y lo están haciendo a la perfección. Lo que me hace tirar de sorna es más el mensaje alarmista de los medios (va un poco de autocrítica, sí), cosa que no hace Brenda Alonso en el digital citado, la verdad.

Feliz equivocación

La columna de ayer empezaba con un error: pedía al Athletic que actuase después de la queja en voz alta de Unai Simón. Y mi petición fue amplia y felizmente superada: “El Club ha decidido prohibir la entrada al campo a las dos personas que instaron coactivamente a varios integrantes de la Herri Harmaila a cesar en la animación”, leemos en su web. Solo puedo admitir que me equivoqué (por exigir poco) al pedir que le quitaran la bonificación si la tenía y el acceso a las entradas que pudiese tener, y que me alegro de la decisión que ha tomado el Athletic. Podemos sacar a los fascistas de San Mamés y debemos hacerlo. Es ahora.

La clase alta de siempre

“Mucha herencia y subvenciones, poco emprendimiento: así se han hecho ricos Musk y los que serán los primeros billonarios”. Así de contundente es el titular que leemos en Pymes y Autónomos sobre la nueva clase alta, que de alta tiene mucho pero de nueva, poco: han perfeccionado “sistemas diseñados para favorecer a una minoría” que ya conocían gracias a sus fortunas familiares. Pero hay más sentencias: “La base del éxito financiero de Musk ha sido el gobierno de Estados Unidos”. Así de claro. La innovación “parece haberse olvidado de aquel viejo mantra que pretendía erradicar la pobreza y buscar la equidad”.

Que nos engaña como siempre

“Ni TikTok se fue, ni Trump la ha traído de vuelta, ni ha pasado, en realidad, nada de nada”, explica Enrique Dans en una columna contundente contra el populismo de Trump (el “más patético que existe”) y quienes le imitan. Su definición es muy precisa: “En la cabeza de un populista solo hay una cosa: convertir cada acción en una forma de captar votos”. Y esas cabezas populistas están allí pero también aquí, es fácil reconocerlas en cada huelga, en cada idea básica que nunca dicen cómo van a lograr: educación pública y gratuita para todos, vivienda pública y barata, sanidad sin límite de gasto y subida de sueldo generalizada.

Esto es lo que nos intentan colocar

El populismo de Trump y Musk es patético, pero funciona: “Los devastadores incendios que asolan Los Ángeles han hecho que, tras los políticos, todos los ojos estén sobre los responsables de los bomberos” (Voz.us). “Kristin Crowley, lesbiana y activista LGBT, cuyo principal objetivo para su mandato era ‘fomentar una cultura diversa, equitativa e inclusiva dentro del LAFD’”, que perseguía, según el digital trumpista, “la entrada de más mujeres en el cuerpo como cupo de igualdad incluso si eso podía poner en peligro la vida de hombres por las características biológicas propias de ambos sexos”. Y con estas mierdas ganan las elecciones.

No importa nada

En el Huffington Post han hecho una pieza de las suyas, muy ligerita, sobre “qué dicen en Israel y Alemania del gesto de Musk que pareció un saludo hitleriano”. Lo llaman “un saludo romano”, recuerdan los vínculos de Musk con la extrema derecha y destacan lo bien acogido que fue aquel gesto entre nazis declarados: “Voy a disfrutar de las lágrimas que me desbordarán”, “la Llama Blanca se alzará de nuevo”. La gravedad es máxima, pero la noticia será sepultada por decenas que buscan mejor el clickbait en el digital. En el mundo real, en nuestra memoria el gesto también será sepultado para alborozo de los fascistas.