Segunda vuelta electoral

Ya no se juegan nada en Madrid y solo lo hacen en parte en Barcelona, así que a los de Podemos las elecciones municipales y forales le dan igual. A ellos lo que les preocupa es el Congreso (ni candidatos ni votantes hacen mucho caso a la elección directa en el Senado) y, sobre todo Moncloa. Pisar moqueta, el coche oficial, llevar un maletín de cuero con el nombre de un ministerio… Ya saben. Lo de ocuparse de la farola y la alcantarilla es para otros, para los de la vieja política. Por eso plantean esta campaña como una segunda vuelta de las Generales: para coger fuerza y forzar su acceso al Gobierno.

Una campaña virtual

Facebook y Google han sido un agujero negro de energía para los partidos políticos este mes: los cambios de las reglas de juego sobre la marcha han sido una tortura para los equipos de marketing digital de las campañas que, en nombre de la transparencia, han tenido que hacer piruetas. Transparencia que nos permite medir cuánto ha gastado cada partido: Podemos, medio millón de euros entre las dos campañas. ¿Para qué? Ellos sabrán, pero sus resultados no han sido llamativos en las Generales, precisamente. Hablemos claro: la hipersegmentación solo funciona combinada con mensajes políticamente incorrectos.

El PP, a la desesperada

Aunque mañana elijamos a quién va a organizar la recogida de nuestras basuras o por dónde se empieza a renovar el alumbrado público, en estas elecciones el PP se la juega al más alto nivel político: Pablo Casado podría estar hoy a solo un par de días de presentar su dimisión si pierde ciudades importantes y varias autonomías, que es el resultado que cabría esperar viendo que su giro político no ha tenido incidencia y ahora, además de un partido de derechas, parece un partido deshecho. Tan mal les va que el candidato a la alcaldía de Madrid promete la primera multa gratis si llevas dos años sin recibir ninguna.

Progres, pero no a la pública

Me gustan especialmente este tipo de noticias que rompen los mitos: en El Nacional leíamos esta semana, la última de la campaña, que los votantes de la CUP son los que más recurren a centros privados y concertados para llevar a sus hijos, y también un segmento que tira de medicina privada más que otros. Por desgracia, la mayoría de noticias buscan reforzar apriorismos, pero la sociología real desenmascara a más de uno y una: Podemos y Bildu son los partidos que eligen muchos funcionarios (también los de altos niveles) y los pobres, no se engañen, en España votan al PP.

Todos ricos

Saben por qué la Premier League es la mejor liga del mundo. Por una cuestión muy sencilla: hacen un reparto de beneficios por ingresos televisivos muy horizontal. Tanto es así que entre el Liverpool, que es el que más ha recibido (152 millones de libras) y el Huddersfield, que es el que menos (96 millones) no hay ni 60 millones de diferencia. Eso les permite que, de salida, puedan reforzarse o retener a sus estrellas en igualdad de condiciones. Luego habrá diferencias entre lo obtenido por patrocinios o lo que logren los millonarios de turno con ingeniería financiera, pero nos ganan por goleada.

¿Y esa “Ikurriña”?

Entiendo que New Balance estire la idea de las franjas rojiblancas dejándolas en tres o cubriendo la espalda de rojo. Entiendo que esto va de vender camisetas todos los años y que eso es bueno para el Club. Entiendo que el merchandising ha evolucionado y ya no solo se venden camisetas, medias, chándales, bufandas o gorras. Entiendo las referencias en el spot a los iconos de lo que es propio de Euskadi y Bizkaia. Y precisamente por eso no entiendo que nadie se invente una Ikurriña. Lo que no pudieron hacer los que ondeaban el Arrano Beltza y su historia inventada, ¿ahora lo intentan New Balance y el Athletic? No lo entendería.

Ahora, lo importante

En el PNV saben que estar en todas las instituciones supone también estar en todas las dianas. Es la penitencia de quien obra no un pecado, sino un milagro: concentrar todo el poder y mantener el apoyo de la ciudadanía (lo del Senado ha sido, simplemente, un baño al resto de partidos). Son muchos los que celebran los resultados cada domingo electoral, pero todos se cambiarían por el PNV. Lo que no tiene justificación ni defensa alguna son los ataques personales como la agresión en Ordizia, los carteles arrancados o, como denuncia Josu Bergara en Sestao, pintados con la palabra “maricón” escrita en la frente.

Una autocaricatura

En la época de los selfies Borja Sémper ha decidido hacerse una autocaricatura. El vídeo en el que ha grabado charcos en un día lluvioso (les juro que es verdad) es el icono perfecto de lo absurda que puede llegar a ser una campaña. En él, Sémper, que sigue escondiendo el logo del PP, habla incluso de “los partidos políticos” como si él no se presentara por el de Pablo Casado. Solo le ha faltado decir “la casta” y “la gente”. Sémper confía en la desmemoria de las y los donostiarras, en que no se acuerden de que compartió partido con Santiago Abascal, María San Gil, Antonio Basagoiti y que sigue haciéndolo con Alfonso Alonso.

Los dueños de los derechos

Pero si hay un partido del que no nos fiamos los vascos es de Ciudadanos. No se trata solo de lo que dicen de nuestro Autogobierno o las herramientas que lo articulan, no se trata solo de cómo desprecian que paguemos más impuestos y reducen nuestro mayor gasto a que nos llevamos del Estado más de lo que nos corresponde (cuando es justo al revés). Se trata de que no nos engañan, de que sus formas y sus fondos nos resultan conocidos y, por tal, rechazables, como el modo agresivo en el que Jordi Cañas habla del “gobierno okupa” de Manuela Carmena, dando por sentado que ellos sentencian. No a nosotros.

Trump contra todos

El lío no es pequeño: Huawei es la segunda empresa que más móviles vende en el mundo detrás de Samsung y por delante de Apple. En teoría, no por eso, sino por posible espionaje y por el modo en el que lideran el desarrollo de la red 5G, Trump ha decidido ahogar a la marca: varios proveedores estadounidenses no podrán venderles tecnología como procesadores (Intel) o el propio sistema operativo (Android/Google). Al final, el país más neoliberal (al menos, cuando se trata de que el resto del mundo consuma) se vuelve intervencionista gracias al populismo, el cortoplacismo y la querencia por la supremacía.

Lo que opina un andaluz

Si siempre es interesante leer a Antonio Agredano, esta vez su condición de andaluz y socialista militante solo suman. No se lo pierdan: “No tengo miedo a Vox, pero sí una profunda tristeza. Si Vox es una alternativa, es que las opciones eran realmente pobres. (…) Vox es más consecuencia que causa. Algo esperable. Un síntoma más de estos tiempos líquidos. Informarse a través del WhatsApp. Individualismos insostenibles. Vileza en los partidos políticos. Medios de comunicación privados al servicio del espectáculo y las audiencias”, escribe casi como si nada.

Por esto

Si Vox ha alcanzado un resultado tan tremendamente bueno, como bien apunta Agredano, es porque algunos medios que alardean de situarse en su contra les han dado espacio (y han provocado saltos mortales ideológicos de miles de votantes). También porque medios serios hablan de lo que a Vox le interesa (inmigración, discriminación positiva, Europa). Y porque, vaya, hay muchos españoles que consumen esa ideología: en Libertad Digital anuncian con orgullo que el programa de Federico Jiménez-Losantos es uno de los podcast más descargados del año en iTunes.

Pan y circo

No, no soy uno de esos que van de listos y aseguran que tanto fútbol y tanta tele atonta. Al contrario, creo que si algo nos vuelve más tontos es el terreno de juego de los que van de listos: Internet. Pero sí me parece sintomático que entre los vídeos de YouTube más vistos del año en España abunden los de actuaciones de OT o Factor X. Al final, la televisión para adolescentes ocupa tiempo por partida doble: en la propia tele y en los millones de revisionados en Internet. Por cierto, el que más tiene (20 millones de reproducciones) es el famoso “Cómeme el Donut”.

Google nos posee

El paso de gigante de Google fue integrar nuestro correo electrónico con su navegador: hoy abrimos sesión cuando nos conectamos a Internet, directamente, y Google va recolectando información sobre nosotros, casi, uva a uva. Pero le damos tanta sin darnos cuenta que, según ADSL Zone, Google ya es capaz de reconocernos cuando nos sentamos delante de un ordenador y, sin abrir sesión, empezamos a operar: lo que buscamos, lo que hacemos, cómo lo hacemos, permite a Google establecer un patrón. Pero la mayoría no hacemos nada malo, así que, ¿de qué preocuparse?

El trumpismo en una noticia

Espero que Donald Trump no revalide su mandato y pierda su reelección precisamente: una salida dolorosa es lo mejor que podría pasarnos a todos para evitar también a futuros Trumps. Un tipo insensible, encerrado en sí mismo, y que ha dado alas y dinero a los Bannon de turno que recorren Europa vertebrando y dando aliento a la extrema derecha. Un tipo que no se da cuenta de que una inmigrante ilegal como Victorina Morales es la que le hace la cama, limpia su baño y quita el polvo a sus trofeos de golf en el club para millonarios en el que practica este deporte.

Carmena manda… Y mandará

Podemos se ha pegado un tiro en el pie en Madrid, pero va a sangrar en toda España porque precisamente la capital española es su feudo, y si ahí falla (y ha fallado), malo (y mal lo ha hecho). La situación, absolutamente enloquecida, perjudica a Manuela Carmena, al actual equipo de gobierno y a la izquierda madrileña en su conjunto, pero quien mejor lo tiene es la alcaldesa: si no la quiere Podemos en sus listas, se va a otras (PSOE o una propia) o a su casa (que tiene 74 años). Y si la quieren en una lista con varios partidos, como ahora, Carmena va a poner condiciones.

Y Willy Toledo hizo bien

No le quito la razón a Cifuentes cuando se queja de los escraches que sufrió: están mal y siempre lo han estado, en cualquier caso y lugar. Pero el que hizo bien fue Willy Toledo (que para todo lo demás me cae como una patada en la espinilla) cuando mandó al garete a dos fascistillas con pinta de que les gusta Taburete. La extrema derecha está desatada y la tentación de protagonizar un vídeo viral dando una lección al famoso de turno es para algunos irresistible. Si a esta combinación le añades un cerebro blando (el de un chaval de extrema derecha), ahí tienen el resultado.

¿De qué pasta está hecho?

Llamamos fascista al que increpó a Willy Toledo porque lo es: un chaval que no llegará a los 30 años con el pelo largo y desaliñado, barba y jerséis combinados con camisetas de Vox, admirador de Franco y Albert Rivera hasta que Santiago Abascal se convirtió en mainstream. Como les he dicho en el párrafo anterior, me lo imagino sabiéndose además todas las canciones de Taburete, el grupo del hijo de Bárcenas, de moda entre los jóvenes de derechas españoles. ¿Qué hay en la cabeza de un chaval para admirar a un dictador y dejarse arrastrar por la extrema derecha?

Sí, algo está pasando

El atolondrado del que les acabo de hablar es, si quieren, un friki de la política: un niñato que ha crecido oyendo historias de fachas en su casa y que se las ha creído, incapaz de reconocer el dolor que genera el fascismo. Pero la presencia de los ultras no es anecdótica: en Sevilla han pasado de un acto con cien personas en el que Abascal acabó esquivando piedras a reunir a 3.000 asistentes en un auditorio. La extrema derecha crece, aparece en las encuestas de intención de voto y compite y gana en las redes sociales a los partidos de base democrática. Esto hay que pararlo.

¡Pues claro!

Es evidente y es un aviso a navegantes: Google, Amazon, Facebook y Apple (que según Marcos Sierra en Vozpópuli forman el horroroso acrónimo: GAFA) repercutirán directamente el impuesto que España sí aplicará a las empresas que, como las mencionadas, facturen 750 millones en total y 3 solo en España por publicidad. Ese 3% de impuesto añadido será el porcentaje en el que incrementen los costes por colocar publicidad. Es decir: lo pagaremos los usuarios. No me parece mal el impuesto, pero sí el mecanismo de estas empresas y la candidez (o irresponsabilidad) del estado recaudador.

Sí, Gmail lo permitía

La noticia no es que haya dejado de hacerlo: espero que para muchos el sobresalto lo provoque que lo haya hecho hasta ahora. Por eso lo traigo al inicio de la columna: sí, unos robots leen nuestros e-mails y por eso cuando planificamos un viaje nos asalta la publicidad después. Google siempre ha asegurado que esos programas no leían nuestros correos, que no comprendían lo que decíamos y que solo buscaban palabras y combinaciones clave para mandarnos publicidad. ¿Y si esa tecnología la usan también para espiarnos a otros niveles? Ahora en Gmail no podrán leer nuestra bandeja de entrada.

El “enemigo”, en su “casa”

No es una cuestión de vascos y catalanes insatisfechos con la gestión y la tutela de una España que solo sabe sacar la fusta: casi la mitad de los españoles ve necesaria una reforma profunda de la Constitución, según Público. Esto va mucho más allá en número y en concepto, porque está claro que la transición y la democracia bipartidista infectada con los gusanos de la corrupción ha generado una gran insatisfacción. Jubilado Juan Carlos I hasta la figura del Jefe de Estado por herencia genética está en duda. Lo más sorprendente es que todos en España prefieren negar la evidencia.

Menos excusas

“Si por culpa del independentismo catalán te has vuelto de extrema derecha y vas a votar a Vox, igual es que un poco bastante fascista ya venías de serie, amigo”. Con este clarísimo mensaje, Iván Payá ha conseguido más de 6.000 retuits. Casi tantos como seguidores tiene en la red social. Todo un éxito basado en una verdad como un templo porque vamos viendo ingresos en Vox como el de Sigfrid Soria (un tipo demasiado friki hasta para el PP) que no corresponden ni a perfiles moderados ni a posiciones centradas. Los que van son ultras, son extremos y son de derechas.

Italia como referencia

Cuando digo (y soy consciente de que lo repito mucho últimamente) de que el peligro de la ultraderecha en el mundo es real me refiero a dos cosas a la vez: es real que es un peligro al que tenemos que enfrentarnos ya. Y es real que la extrema derecha supone un peligro para el sistema democrático que hoy conocemos. En Italia la influencia del partido de Salvini ya se nota: con sus amenazas a Europa logra que la Unión se desestabilice y, en el caso de que el continente decida dejarle caer le da igual. Volverá la lira, disparará la inflación y el descontento… Y seguirá ganando.

El tacto del papel

Desconozco si están leyendo esta columna en el periódico o en Internet. En cualquier caso, gracias. Por suerte, ya no supone ninguna diferencia y los periodistas vamos asimilando nuestra convivencia con las pantallas con cierta dignidad. Pero el papel sigue teniendo ese “algo” que lo hace diferente al resto de soportes: mientras el CD y el DVD han desaparecido, los libros siguen imprimiéndose y distribuyéndose en librerías, como recuerdan en Xataka. Y el periódico, por mucho que ahora todos cambien la fecha, ya estaría muerto según muchas predicciones. Ya sabíamos que el papel lo resiste todo.