¿Por dónde empezar?

Sortu Berriozar ha subido a X un vídeo en el que unas personas encapuchadas pintan un mural sobre una pared que no sabemos si está siendo vandalizada o ha sido cedida, en el que esas mismas personas y esa misma Sortu reivindican a dos miembros de ETA (asesinados injustamente por el franquismo, nadie puede negar eso), y en el que aparece un lema, “askatzera lotuak”, en el que Sortu (que firma el vídeo y el mural) avala esa unión, precisamente, entre la liberación de Euskadi y el terrorismo. ¿Por dónde empezar con lo que está mal en el vídeo y en la pintada? ¿Por qué lo hemos normalizado?

Y no se sonroja…

Reconozco que el título del anterior párrafo se lo he cogido prestado a Meredith Gay, que se ha hecho una pregunta parecida: “¿Por dónde empezamos?”. En su caso, no salía de su asombro ante la posibilidad de que, como en el caso de Sortu, hayamos normalizado estas barbaridades: “La hepatitis B se transmite sexualmente. No hay razón para ponerle a un bebé que casi acaba de nacer la vacuna contra la hepatitis B, yo diría que esperes a que el bebé tenga 12 años y este formado para darle la Hep B”. Negacionismo, sexualización de menores, idiocia desbordante… ¿De qué tiene más este tuit de Donald Trump?

Por cierto

“Por cierto. La escalera mecánica en la sede de la ONU se paró porque el cámara que le sigue siempre activó el sistema de seguridad yendo en sentido contrario. Pero mientras alguien honesto rectifica, para Trump es munición”. Lo tuitea Sandro Pozzi, que alza la voz acertadamente ante el victimismo del presidente de EE.UU., que asegura que la ONU le ha recibido con una escalera estropeada. La cantidad de tonterías que es capaz de decir Trump vara para récord Guinness, y la cantidad de chorradas que aguantamos de los fascistas de aquí, de los de allí y de los que habitan a media distancia, rebasa ya todos los umbrales del aguante.

Además

Cierro ya el bloque estadounidense, cansado de explicar lo más sencillo: que las vacunas salvan vidas y que los idiotas no gobiernan bien. Una más: es el periodista (o el presentador) el que controla al político, y no al revés (y puedo poner nombres y apellidos de imbéciles que en Euskadi han defendido lo contrario). No lo digo yo: “Jimmy Kimmel carga contra Trump en su regreso a ABC: ‘No podemos permitir que nuestro gobierno controle lo que decimos en televisión’” (Público). Siempre que lo que digamos en los medios no atente contra los consensos más básicos, porque eso no es opinión, es fascismo.

¿Por qué Vox sí puede?

X no permite que los partidos políticos generen anuncios en su red social. Aún así, vimos al PP hacerlo en unas elecciones (después ese anuncio fue cancelado) y, ahora, sabemos que también lo hace Vox. El pantallazo que ilustra esta imagen no está descargado de una web ni me lo han reenviado: lo he pegado yo después de ver el anuncio de Vox en mi timeline, algo que, insisto, no es una opción para el resto de partidos. ¿Por qué sí lo es para Vox? ¿Tiene algo que ver con que el dueño de X, Elon Musk, haya formado parte del gobierno de ultraderecha estadounidense? ¿Por qué seguimos en X las y los demás?

Este tipo tiene acceso a un botón nuclear

Donald Trump ha asumido esta cruzada como suya: “Las autoridades sanitarias de EE.UU. alertarán sobre una relación entre el uso de paracetamol en el embarazo y el riesgo de autismo en niños”. “Creo que hemos encontrado una respuesta al autismo”, ha dicho el propio Trump, adelantándose a “la recomendación de un fármaco llamado leucovorina como tratamiento contra el autismo”. Vaya, como si alguien quisiera vendernos algo… En Science Media Centre han recopilado varias reacciones profesionales negando la relación que ha afirmado, ya para siempre, el gobierno EE.UU. con su presidente al frente.

Mira, tú, no

Del mismo modo que en Euskadi algunos quieren lavar su pasado fascista con el asesinato de 65.000 personas a manos del gobierno y el ejército israelíes, otros quieren lavar su imagen de intervencionistas denunciando muy alta la censura de Donald Trump hacia periodistas como Jimmy Kimmel. Yo, desde luego, no me dejo: me parece de un cinismo monumental que en Diario Red, el digital que dirige Pablo Iglesias, aprieten los puñitos cuando diferentes voces (y veces) en Podemos han abogado por un control de los medios de comunicación. Ser antifascista es mejor que ser fascista. Ser coherente también es mejor que ser fascista.

La vida loca

Según The Objective, “Ábalos presentó al PSOE 800.000 euros de gastos para ‘complementar su salario’”. Durante sus últimos 30 meses como secretario de Organización habría presentado cerca de 27.000 euros mensuales”. En la exclusiva que dicen manejar este digital aseguran que “el partido habría sido utilizado como herramienta para blanquear capitales”. Cómo no, “la persona que presentaba esos gastos en nombre del ministro era Koldo García”. En resumen, en The Objective hablan de “una operativa que describe una presunta financiación ilegal del PSOE” Pero mi frase favorita es: “Ábalos siempre se quejaba de que no tenía dinero”.

Pero tú separa la basura

Europa ha quedado retratada en la foto de la invasión rusa sobre Ucrania, y en la inacción contra Israel, pero también en la urgencia climática que, más allá de la atrocidad de la guerra, vivimos: “El mundo sigue abrazado al carbón, el petróleo y el gas: los grandes productores planean sacar más, no menos. Estados Unidos, Rusia, India, Arabia Saudí o Brasil extraerán hasta 2030 más del doble de combustibles fósiles de lo que permitiría limitar los peores efectos de la crisis climática: lluvias torrenciales, sequías o grandes incendios” (El Diario). Eso, sí, a buenistas y a separar la basura no nos gana nadie.

También tenemos lo nuestro

Los vuelos baratos, Airbnb, Glovo, y las compras on-line, son las “comodidades” que están destrozando nuestro planeta, nuestra sociedad y nuestros umbrales éticos. Somos peores personas y peor colectivo humano desde que hemos instalado en nuestras vidas estos falsos avances que nos obligan a cerrar los ojos ante nuestro propio impacto, facilitando que neguemos nuestra participación en lo peor que nos pasa. “Los españoles devuelven una de cada cuatro compras en las tiendas en línea” (El Imparcial). ¿Cuál es el impacto medioambiental de esta “comodidad”? ¿Por qué no nos paramos a pensarlo ni un segundo?

Independencia y ETA

Tendría su guasa si no hablásemos de algo que nos tomamos en serio muchas y muchos (la independencia de Euskadi y tener que cargar con una ETA que mataba para lograrla), que la Bildu más española (a su gira estival con los partidos de izquierdas de España me remito) jalee a unas juventudes que, cómo no, se manifestaron de la misma por “por la independencia y en recuerdo de Txiki y Otaegi” (Bizkaia Gaur). ¿De verdad hoy, tantos años después usando la misma fórmula, les funciona la mezcla? Estoy más de acuerdo con el aclarado que hizo Eneko Andueza en X: no hubo una ETA buena y una ETA mala.

La realidad no le estropea un tuit

“Trump intensifica la persecución política tras el asesinato de Charlie Kirk y anuncia que ‘mucha gente de izquierdas está siendo investigada’” (El Diario). Y punto. La culpa la tiene quien él dice, sin juicio, sin discusión pública. No lo opino solo yo, solo hay que tener ojos en la cara: el asesinato de Kirk es algo que nunca tuvo que pasar y que nadie puede justificar, pero es el fruto, también, de la defensa de la posesión de armas hasta de largo alcance, de la polarización y de un relato bélico tan irresponsable como peligroso. Es decir, todo lo que impulsaba el propio Kirk, cuya muerte es en todo punto condenable.

Libertad… para darle la razón

Empezó con bloggers e influencers desplazando a los periodistas tradicionales en la sala de prensa de la Casa Blanca, y sigue por aquí: “Primero Stephen Colbert…, ahora le toca a Jimmy Kimmel. El canal estadounidense ABC suspende el programa del humorista tras hacer comentarios sobre el asesinato de Charlie Kirk” (Huffington Post). “El caso Jimmy Kimmel se suma así al de Stephen Colbert, cuyo Late Show desapareció de la parrilla en julio tras más de tres décadas en antena. Extraoficialmente, el runrún en la industria apunta al mismo fenómeno: la voluntad de congraciarse con la Casa Blanca”. Sin periodistas no hay discusión.

Esta época

Lo dijo el lehendakari Pradales el jueves: estamos viviendo un cambio de época. Es cierto: el mundo no es como lo conocimos ni será como es, de hecho, no sabemos cómo va a ser. Lo que tenemos claro es que no nos gusta (a muchas y muchos) lo que estamos viendo y que Enric Juliana describe muy bien: “‘Gaza es una mina de oro inmobiliaria que nos repartiremos con Estados Unidos’. Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas de Israel. La novedad de esta época es su brutal desgarramiento”. 65.000 personas muertas a bombazos para construir resorts y nadie se sonroja. Al contrario: algunos hasta se enorgullecen.

Otro cambio

Otro rasgo de cambio de época es cómo nos alimentamos: necesitamos un código de colores visible para saber que unos doritos son menos saludables que un yogur y la mierda incomible de los reels nos acecha cada segundo. Y seguimos: “De momento, las cifras dan la razón a Juan Roig: Mercadona eleva su cuota de mercado al 27,3% y es gracias a los platos preparados” (Directo al Paladar). El gran empresario de los supermercados dijo ya hace tiempo que las cocinas no iban a ser necesarias en nuestras casas, y parece que estaba acertado, pero no es menos cierto que él tiene la sartén de la oferta por el mango.

Ciudadanos vuelve a vincularse con el PP

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Al principio teníamos pocas dudas de que Ciudadanos era, como parecía, la “marca blanca” del PP. El refugio al que irían todos sus votantes desencantados pero que, después de las elecciones, ofrecería votos y escaños a los de Rajoy. Pedro Sánchez consiguió hacernos creer lo contrario para mostrar su transversalidad: él sería capaz de pactar con ellos tanto como con Podemos. Pero en la última semana volvemos a ver la cara derecha de Ciudadanos, que vuelve a ser vinculado al PP insistentemente por los medios.

Y el PP, a dar lecciones de clase

No me gustan los rebuznos, así que no sigo a Sigfrid Soria. Pero gracias a Javi Vizcaíno y su talento para encontrar el rebuzno más sonoro llego a este tuit del mencionado, que presumía de ser alto cargo del PP hasta hace bien poco, para más señas: “Si los datos de paro y de afiliación son fabulosos en septiembre, en diciembre serán para cagarse por la pata abajo. ¿QUEDA CLARO?”. Las mayúsculas, como el autorretrato grosero, son suyas, por supuesto.

La persona más rica del mundo

Se dice y escribe con facilidad, pero si nos paramos a pensar lo que supone, da hasta cierto reparo: Amancio Ortega es la persona con más dinero de este planeta. Un tipo que nació en León, vivió en Tolosa y formó una familia y una empresa textil en Galicia “supera a Bill Gates con un fortuna de 71.892 millones de euros” (‘Diario Crítico’). Sin herencias y lejos del sector tecnológico, el cálculo de Forbes le coloca en lo más alto de la pirámide de los millonarios.

El helicóptero y la gasolina

El ejército español del aire tiene, desde esta semana, un helicóptero menos. Uno de los buenos, además. El motivo puede ser, agárrense, el combustible que se usa. En esta época de recortes los cálculos no siempre salen bien y, si se confirma la gasolina como el motivo de que un cacharro que vale una millonada haya acabado en el fondo del mar, habrá que revisar las cuentas. Sobre todo porque (y esto es lo único que me importa) el nuevo helicóptero de guerra lo pagaremos entre todos.

Al final, sí, regresaron a nuestro futuro

Confieso que me hizo mucha gracia descubrir que en el programa de Jimmy Kimmel (una especie de Buenafuente, para que me entiendan) apareció el DeLorean de Marty Mcfly y Doc Brown. Michael J. Fox y Christopher Lloyd se prestaron a mantener un diálogo con el presentador metidos en sus personajes de 1985 y se sorprendían con las novedades de nuestro presente como el smartphone de Kimmel… O de que no hubiera coches voladores.