Junqueras tenía inmunidad

Esto es lo más importante del ajetreadísimo día de ayer: Oriol Junqueras tenía inmunidad por su condición de electo para el Parlamento Europeo en el momento en el que fue juzgado y sentenciado por su participación en el proceso de independencia que ninguno llevó a cabo. Así lo ha determinado el Tribunal de Justicia de la UE. Y así Europa también ha ratificado que hablamos de presos políticos que entraron en la cárcel y siguen en ella por sus ideas, después de un juicio que se basó en lo que podían haber hecho y no hicieron… Y después de que el TJUE diga que Junqueras no debió ser condenado. Más claro, imposible.

España insiste en su error

Cómo ha reaccionado España a un varapalo judicial sin precedentes en el que Europa señala que un Estado miembro mantiene en la cárcel a políticos que no debieron ser condenados, quedará para la historia: “La Fiscalía ha dado una respuesta contundente a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Pide que Oriol Junqueras siga en prisión, se ejecute su inhabilitación de trece años y se le impida tener acta de eurodiputado”, leemos en La Vanguardia. Es decir: la fiscalía se pasa por el forro (no se me ocurre una expresión más amable) los derechos de un ciudadano y eurodiputado electo.

Y la justicia española, también

En este escenario, con la justicia española corregida de la manera más drástica por la europea, aparece por la derecha una nueva sentencia contra un político catalán: Quim Torra, condenado a año y medio de inhabilitación y 30.000 € de multa por no quitar los lazos amarillos a petición de la Junta Electoral. Por no quitar un símbolo de solidaridad con políticos que, hasta dicho por Europa, no deberían de estar en la cárcel. Y todavía hay más: porque Puigdemont y Comín también son europarlamentarios electos y no han sido juzgados, por lo que deberían de poder recoger su acta a pesar de la justicia española.

La gran vergüenza nacional

No va a ser fácil para algunos saber que los periódicos de todo el mundo con la suficiente visión como para valorar el calado de la sentencia europea, hoy están dando con la mano abierta a la justicia y política españolas. En El Nacional ya nos mostraron ayer cómo enfocaban en sus webs: la mayoría eran descriptivos (que ya les debería de provocar suficiente sonrojo) pero algunos iban más allá como Le Monde (“un gran revés para la justicia española”), Repubblica (“tiene que ser liberado de la prisión”) o The Guardian (“La sentencia supone un impulso para el movimiento independentista catalán”).

Han abierto el cajón de los más tontos

Y para colmo del esperpento, los ultras (empezando por Espinosa de los Monteros, siguiendo por periodistas necesitados de atención como Cristian Campos y terminando por el ejército de tuiteros para liberar España de la masonería), heridos en la soberanía española, lanzan su campaña para que España abandone la UE: “Spexit”, lo han llamado. No llegan al kilo ni para poner un nombre atractivo a su iniciativa idiota. Pero si quieren seguir que sigan. Yo lo tengo claro: Escocia tras el Brexit y la montaña de atontados que no distinguen si su bandera tienen o no aguilucho, nos marcan el camino.

La foto del «no»

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La foto del “no” la sacó la agencia ‘France-Presse’, y la vimos en el ‘The Guardian’, el ‘Financial Times’, el estadounidense ‘The New York Times’, los franceses ‘Le Figaro’ y ‘Sud Ouest’, y el catalán ‘Ara’. No fue la única que se repitió, pero sí la más significativa porque expresaba una explosión de júbilo contenido y, lo que es más relevante, mostraba por fin alegría en las filas del “no”. Medios en papel y on-line han tenido que esperar a la madrugada siguiente a la gran jornada del 18 de septiembre de 2014 para mostrar la negación como algo positivo.

Con esa imagen o con otras, la mayoría de medios internacionales recogieron en sus portadas digitales el resultado del referéndum. El sistema de recuento escocés, sometido gustosamente a la burocracia y las formas, como explicaba Oier Llinás en ‘Onda Vasca’, impidió que viéramos cómo grafistas y diseñadores intentaban sorprendernos con las primeras en papel. Un ejercicio que, previendo esta circunstancia, abordaron en el Reino Unido el mismo jueves. La recopilación de portadas que difundió Juan Antonio Giner esa misma mañana por medio de Twitter fue, sencillamente, espectacular.

En el contenido, sin embargo, no hubo muchas diferencias. La mayor parte de la prensa mundial, no podía ser de otra manera, estaba con el imperio y la metrópoli londinense. Algunos no han cambiado demasiado desde que, en 1707, Escocia accediera a unirse al Reino Unido agobiada por sus problemas económicos. Ayer, en la “home” de ‘The Guardian’ no hicieron diferencias entre las ediciones escocesa y “no escocesa”. Con algunos mensajes sibilinos hacia Cameron, el módulo principal mostraba el éxito unionista. Para ‘The Scotsman’, lo importante era que los propios escoceses habían apostado por el “no”. ‘The Times’ ponía el foco en lo mismo: que el resultado de la votación lo habían decidido los propios escoceses, y que esa era su voluntad frente al “sueño” de Salmond. ‘Financial Times’ era el único que llevaba a portada las reacciones de las redes sociales digitales, pero su preocupación central eran los cambios que afrontará el Prime Minister en cumplimiento de su promesa, y sus consecuencias. Finalmente, entre los grandes medios británicos, la portada de la ‘BBC’, muy criticada por su clara posición unionista, reflejaba fielmente el alivio que generaba el resultado: la foto de una mujer entre el llanto y la alegría incontenibles, junto a otras personas con los brazos en alto, resultaba de una honestidad atronadora. Al mismo tiempo, la web de la radiotelevisión pública británica parecía deseosa de pasar esta angustiosa página: noticias ajenas al referéndum iban ocupando los espacios de privilegio.

Por su parte, el ‘Herald Scotland’, uno de los pocos que se mostraron abiertamente favorables al “sí”, anuncio que ha generado un incremento en sus ventas, recogía en primer lugar el dato de participación (un 84%), y después el resultado del referéndum. En este medio, los dardos apuntaban al ministro principal de Escocia: “¿Hemos visto lo último de Salmond?”, se preguntaban con evidente intención.

El principal medio de los vecinos de Irlanda del Norte, el unionista ‘Belfast Telegraph’, daba carpetazo al asunto, y la única noticia destacada añadida al “no” escocés era la promesa de Cameron. Las cuestiones de transferencias y reformas, en el norte de Irlanda, siempre generan cierto interés por la parte que les puede tocar. Si atravesamos el “peace line” vemos que el ‘Irish News’, que no destaca por su capacidad de reacción, seguía centrado en la controvertida figura de Ian Paesley junto a sucesos locales.

Pese a la diferencia horaria, al otro lado del charco, sobre todo en EE.UU., el asunto no pasó de largo. La ‘CNN’ hacía un juego de palabras con “un reino unido”, ‘The New York Times’ hablaba de “jornada histórica”, y ‘USA Today’ era, posiblemente, el que más jugaba con la emoción. En concreto, con la de Cameron y su “corazón roto” si Escocia se hubiera independizado. Sin embargo, en el ‘Washington Post’ hablaban del corazón roto del nacionalismo escocés. En una ciudad habitada por descendientes de emigrantes irlandeses y escoceses, ‘The Boston Globe’ también celebraba el unionismo. En estos medios, por un lado, era posible leer con naturalidad la palabra “rechazo” para referirse a la independencia, y por otro lado, en todos ellos el análisis y la contextualización estaban presentes: el nacionalismo como palanca de la independencia es un fenómeno que, por incomprendido, les fascina.

La noticia también llegó al primer puesto del principal agregador de noticias en inglés, ‘Reddit’, y a la portada de la versión inglesa de ‘Al Jazeera’, que incluía dos despieces: uno sobre el voto joven (independentista), y otro sobre lo que ellos llamaban el “efecto Québec”. Precisamente en ‘Le Journal de Québec’ eran muy escuetos: “Victoria del ‘no’ en Escocia”. Junto a esta información, otra que versaba sobre la presencia de Pierre Karl Péladeau, hombre del negocio informativo y miembro del partido “québécois” que afirmaba que se había trasladado hasta Escocia para aprender.

En la América castellanoparlante, ‘Clarín’ ubicaba la noticia por detrás del déficit fiscal y la victoria de Boca Juniors, con un tono muy aséptico, y destacaban más las ausencias (como la de ‘Venezolana de Televisión’) que las presencias. Y en el resto de Europa, ‘Le Figaro’ conjugaba el rechazo escocés con la mano tendida de Cameron, cuestión que ‘Libération’ llevaba como tema principal. Para ‘Le Monde’ la noticia era que Escocia “no será un país independiente”, con un enfoque similar al del ‘Sud Ouest’. También, el catalán ‘Ara’ y el italiano ‘Corriere della Sera’ llevaban ese “no” en portada, pero en el diario romano el tema quedaba relegado después de uno más local. En cualquier caso, ninguno de estos medios hacía mención a una posible salida de los escoceses de la Unión Europea.