No tienen ni idea de lo que es un trabajador autónomo

Después de quince años trabajando por cuenta propia creo que estoy capacitado para recomendar la “mili” del autónomo, especialmente, a quien va a tomar decisiones, por lo que parece, alegremente, sobre esta tipología. Porque es evidente que la ministra Elma Saiz, como todos sus predecesores, no tiene ni idea de lo que es un trabajador autónomo, una declaración trimestral, pagarte absolutamente todo, no coger una baja o no facturar en verano. “Que los que más ganan, paguen más” (Público) es el lema. Pero, ¿cuánto creen que ganan (y cuánto creen que cuesta) la inmensa mayoría de trabajadoras y trabajadores autónomos?

Un idiota

Tenemos que hablar claro porque, si no lo hacemos, los tramposos nos comen por los pies: Donald Trump es un idiota. Porque solo un idiota es capaz de tener delante a un presidente de un país (Zelenski) que ha visto morir a doscientos mil compatriotas solo desde 2022 (Israel ha asesinado a 65.000 gazatíes) y acabar gritándole porque no cede a un planteamiento que es una cesión a Rusia y, además, no soluciona nada ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo. Y como a un idiota hay que empezar a tratarlo. ¿Un idiota con poder? Sí. ¿Un idiota con dinero? También. Pero nada de eso, nada, le libra de la idiocia, y hay que afrontarlo con naturalidad.

Venga, vale, que sí, que es muy bueno…

Claro que me doy cuenta de que Pedro Sánchez es muy bueno llevando la atención a lo que le interesa (y por extensión, desviándola de lo que no quiere que se hable), pero eso no significa que Pedro Sánchez sea un buen político. De hecho, creo que no lo es: no es un socio leal, actúa irresponsablemente cebando a la extrema derecha para enfrentarse a ella porque le resulta más rentable electoralmente, ha sido el principal blanqueador de la vergüenza nacional de la izquierda abertzale y ha desvencijado al PSOE hasta proyectar la idea de que su partido no tiene futuro sin él. Que vaya a tumba abierta no significa que vaya en el camino correcto.

Llegó a vicepresidente del gobierno español

Pablo Iglesias y Rafael Hernando han tenido otro encontronazo en X, como si fuese casualidad. El del PP dice del de Podemos que “se ofrece como ‘matón de barrio’ pero no tiene ni media…”, y el que fue vicepresidente del gobierno español responde: “Ponlo, no te cortes: ni media hostia. Tú has ido prometiéndolas siempre, encarándote por los pasillos con otros diputados y llamando pijo ácrata al juez Pedraz. Yo no tengo ni media hostia pero me sobran agallas para decirle a un borracho como tú lo que es: un chulo asqueroso”. Pues este es el nivel discursivo y de diálogo entre políticos españoles en X.

Se llama Euskadi

Voy a dejar salir el hooligan que vive en mí, aviso: ahora que se aproxima el próximo partido aprovecho para recordar que no existe la “euskal selekzioa”, existe la Selección de Euskadi de fútbol a la que acuden jugadores de los siete territorios históricos, y que recibe el nombre histórico de un país sin estado y, por si fuera poco (que no lo es), de un equipo que jugó en México para recaudar fondos para las familias cercenadas por el fascismo español (del papel de la izquierda abertzale entonces ya hablaremos otro día, como siempre). Así que, sí, quien usa lo de “euskal selekzioa”, además de hacer el juego a Bildu, hace el ridículo. Sea quien sea.

«Ha sido ETA»

La frase que hizo famosa José María Aznar como la mentira más grande en política jamás contada fue lo primero que me vino a la cabeza cuando vi la respuesta de Consuelo Ordóñez a Rafael Hernando, el portavoz que Núñez Feijóo ha recuperado para el Congreso: la víctima de ETA afeaba la réplica en Twitter que había recibido del pepero. Hernando aseguraba que Gregorio, asesinado por el terrorista Txapote, hoy también gritaría “que te vote Txapote” a Sánchez. Y aseguraba también que “Goyo” fue su amigo. La de COVITE decía no conocer a Hernando y que, visto su tuit, él no conoció a su hermano.

Peor es el que la manipula

Estoy seguro de Santiago Abascal no es tan mala persona como nos transmite con sus declaraciones: “Avisa de que los primeros votantes de Sánchez serán ‘violadores, pederastas, golpistas, Txapote y Mohamed’, en referencia al rey de Marruecos”, informan en Europa Press. Estoy seguro de que Abascal no es consciente de la gravedad de sus palabras, de lo que significa lo que pronuncia. De hecho, me preocupan poco él y sus burradas, y me preocupa mucho el que se las escribe, el que se las hace memorizar, el que le asegura que eso es lo que tiene que decir, ¿para qué? ¿Quién gana generando odio? Sí sé quién pierde.

Esto está mal

El boicot, provocado o accidental por una presión mal medida, de los trabajadores de Navantia en Cádiz a Yolanda Díaz, que estaba dando un mitin en la ciudad, está mal. Está mal, para empezar, porque lo dice la ley, que es clara sobre el derecho de la ciudadanía a ser informada durante una campaña de las intenciones de quien se presenta. Y está mal porque algunos sindicatos y, lo que es peor, los movimientos asindicales (según El Independiente, estos trabajadores de Navantia acudieron “sin estructura sindical”) se han alejado del posibilismo para acercarse a la extorsión, y han cambiado el largo plazo por el cortísimo.

¿Quién es Tamara Falcó?

Sé quién es Tamara Falcó, sé que trabaja en “El Hormiguero”, sé que es una estrella en Instagram, sé que es el clavo al que se agarran las revistas del papel couché para conectar con la siguiente generación y sé que la creación de las estrellas “del corazón” es un fenómeno arbitrario. Pero me ha sorprendido la cantidad de información que toda la prensa ha publicado de su boda. Lo que no me ha sorprendido es que, como tuitea Tortondo, “los invitados a la boda de Tamará Falcó son como la programación del Canal Historia: nazis y tiburones”. Niñas y niños pijos con empresitas y descendientes de fascistas declarados. Qué cuadro.

¡Ah, sí, el cara a cara!

Por supuesto, también sé que ayer se celebró el esperado “cara a cara” entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. No estoy tirándome el pisto, no tengo mucho interés en él porque sé que si uno y otro han hablado de Euskadi habrá sido para mencionar lo peor de nuestro país: ETA y quien justificándoles. El poco interés que tengo es puramente profesional: ver cómo dos políticos que aspiran a gobernar un país se fajan en un diálogo televisado. Por el mismo motivo, por lo genérico, la pieza en The Objective de César Calderón me ha resultado de las más interesantes de la previa: “Siete formas infalibles de perder un debate electoral”.

Una locura, ¿de quién?

Muchas y muchos hemos visto el vídeo de en el que en una trinchera ucraniana unos soldados abatían a otros. Me da igual la nacionalidad de quién mató y de quién murió. Me parece terrible que un ser humano pueda acabar con la vida de otro en segundos y a menos de un metro de distancia. Las víctimas se suman a las 222.000 bajas solo en el bando ruso que contabilizaban hasta ayer en The Kyiv Independent. Los miles de vehículos destruidos, incluso los edificios reducidos a escombros, con todo lo que eso conlleva, resultan hasta poca cosa. La locura de Putin, que es quien empezó y mantiene tanta pérdida, tiene que parar.

No todo vale

Alberto Núñez Feijóo cuenta con Borja Sémper y con Rafael Hernando. Así intenta ensanchar el PP pero la base se le tambalea: el donostiarra no pasa ya de parapeto ante salidas de tono como la de Hernando. Llamar “los viejos amigos de ETA” a Geroa Bai muestra una ignorancia o una maldad asombrosas. Dejarlo por escrito en un tuit lo que demuestra es que te da igual exhibirlas. Lo hace Rafa Hernando, capaz de lo peor, como ya sabemos, solo por mantener viva una discusión en la que cree que tiene algo que ganar. Pero sigue sin valer todo. La respuesta de Unai Hualde parecerá demasiado templada, pero es la que corresponde.

Vox ya no asusta

Lo que tiene claro Núñez Feijóo es que Vox no asusta a nadie. El mecanismo mental, aunque nos parezca increíble, es el mismo que el que mucha gente tiene en Euskadi: Bildu ya no asusta aunque esté controlado por Sortu y en la dirección de Sortu esté integrado hasta el último jefe de ETA. En España no hace falta votar al fascista de turno: basta con hacerlo al PP. En Euskadi, igualmente, votar a Bildu no es lo mismo que hacerlo directamente a quien sigue sin entender que matar a quien piensa diferente está mal. No hay diferencia alguna más allá que la geográfica, tampoco en el esfuerzo moral que tenemos que hacer los demás para aceptarlo.

Y el PSOE no convence

En Euskadi y en España el PSOE no convence, aunque los motivos son diferentes. Aquí no asustan sus acuerdos con nacionalistas vascos y catalanes, pero sí desencanta su falta de palabra, que vivimos en carnes propias. Porque Sánchez negocia y promete a los partidos de la periferia pérfida que queremos abandonar España pero luego legisla y ejecuta para España. Este titular en El Independiente es una buena muestra de ello: “Sánchez sólo ha cedido cinco transferencias a Euskadi de la treintena de materias pactadas”. Y sumamos la recentralización que PSOE con Podemos y Sumar han practicado.

Correcto

Se acerca el verano y se acerca el momento de hacernos trampas al solitario con compañías aéreas de bajo coste que acaban por ofrecer un servicio horroroso y con apartamentos turísticos que no salen mucho más baratos que un hotel y que sin embargo encarecen mucho la vida en las ciudades: preferimos pagar 10 € menos por noche, un par de noches, y pagamos 200 € al mes más por un alquiler toda la vida. Y eso por no hablar de quién es el propietario del Airbnb de turno. Así que sigo a favor de medidas como esta: “Nueva York aprueba una ley para acabar con los alquileres de corta duración” (Forbes). Así tendrá que ser.

¿Y a mí que me importa?

Soy tan viejo que pasé de Eurovision porque era un espectáculo para viejos y ahora lo hago porque es para la gente joven, así que no sé si el tercer puesto de Chanel en el concurso es justo porque no he visto su actuación completa y del resto, nada. Pero sí sé que la España eurovisiva, como las otras, también se ha roto: la izquierda despreció a la cantante cuando fue elegida por los expertos de RTVE (con gobierno de PSOE y Podemos), y ahora la derecha pone a Chanel en valor mientras la renovada izquierda (que en un año se actualiza), a golpe de veleta, intenta recolocarse entre Twitter y la televisión, con el feminismo de fondo.

Ya ha pasado todo

Parece que Juan Carlos I volverá a España antes de final de mes, y lo hará, no puede ser de otra manera, rodeado de sus más fieles amigos y como como el ricachón y vividor que es. Después de la primera foto, que será buscada con ahínco, y las primeras crónicas, todo volverá a ser como antes: el emérito hará vida en España y donde le venga en gana con las únicas limitaciones que las de su propia edad. Lo que peor llevo (porque siempre supe que saldría ileso) es que parte de la fiesta, aunque haya quedado acreditado que tiene una fortuna millonaria de origen entre incierto e indignante, la pagarán nuestros impuestos.

Gana España

El impulso independentista en Catalunya ya no es tan preocupante para España: la llegada al poder de ERC, para sorpresa de nadie, ha templado las calderas., y son las y los votantes de Junts y la CUP los que más se aferran ahora a ese sentimiento que, por lo que cuentan en La Vanguardia y muestra César Calderón en Twitter, ya no es efervescente. El modelo catalán de sociedad vira hacia la moderación en cuestiones punzantes como el castellano en las aulas, o más simbólicas, como la candidatura conjunta (con España) para los Juegos Olímpicos de Invierno. “El perfil de independentista: Hombre, viejo y rico”, destaca el consultor.

Rusia está perdiendo la guerra y eso es preocupante

Rusia está perdiendo en todos los frentes la guerra que empezó invadiendo Ucrania. La OTAN está más reforzada de lo que ha estado nunca, aunque el uso de materias primas rusas siga siendo hoy una necesidad y con ello las sanciones económicas les erosionan menos, Europa está preparándose para sustituirlo a medio plazo, hoy día solo les defienden los frikis, y lo que más duela a Putin: Ucrania está ganándole sobre el terreno con armamento del resto del mundo. Lejos de tranquilizarme, este ogro herido me da más miedo porque nada impide llevarse el mundo por delante a quien se siente derrotado.

Uno de los nuestros

Ser del Athletic te cambia la forma de ser y de vivir: lo haces con tus propias normas, lo haces contra todo y todos si es necesario ni te importe, lo haces con un plus de idealismo y fe, y lo haces admirando a quien tiene su estilo o a quien hace del romanticismo su forma de vida. Por eso la despedida de Mark Noble del West Ham United, el club de toda su vida (además de dos cesiones de juventud), nos importa. Porque es alguien que ha luchado por algo que ha creído y que ha logrado hacerlo en el sitio en el que más lógica tenía para él ese esfuerzo. Noble es uno de los nuestros porque se retiró llorando en su campo, en su casa. ¡Qué manera de vivirlo!

El día del miedo

El Día Internacional del Orgullo es para muchos un día de miedo: tienen miedo. No sé a qué, pero el rechazo a quien piensa o ama diferente que muchos expresan, estoy seguro, se basa en el miedo. “Tan macho no serás si te asusta un arcoíris”, sentenciaba Elías Gómez en Twitter con absoluto acierto. Y lo hemos visto claramente la semana pasada y en durante un evento sobre el que están puestos todos los ojos: la Eurocopa, en la que la UEFA se ha asustado y ha prohibido que los estadios se iluminen con ese arcoíris que nos representa a todos porque también es un símbolo de solidaridad, de apoyo y de amor.

Machirulo

También en Twitter y también a modo de sentencia, Carlos Martínez Gorriarán escribía: “Y además, nenazas”, sobre el tuit en el que se veía a Sánchez Galán emocionado después de recibir el aplauso de sus compañeras y compañeros, que le apoyaban pese a las críticas por no ser cruel contra los presos políticos indultados. El ex de UPYD, que nunca se corta en dar lecciones de ética y moral, solo unos días antes del 28-J, exhibía machirulismo y tufo a señor viejo de ideas antiguas, mezclando esa emoción con un exabrupto que tiene todo que ver con el género y con cómo eran señalados los que hoy tienen algo que celebrar.

Lo políticamente condenable

Ni Martínez Gorriarán ni los que apoyan que no se exhiba el arcoíris en la iluminación de los estadios son políticamente incorrectos: son rancios reaccionarios a los que hay que combatir como nos enseñan los que hoy celebran, como amor, con humor y con a quién le importa. Pero sin olvidar que sí importa porque Vox ha elevado a la categoría de política internacional “su apoyo a Hungría por ‘no arrodillarse ante la embestida de la ideología LGTB’” (El Plural). Insisto: esta posición no tiene nada que ver con la incorrección política o las verdades del barquero. Esto rompe el consenso y rasga la humanidad. La de todos.

El “grave error” de la iglesia

Curiosamente, la presión sobre sectores tradicionalistas viene estos días de la derecha española: primero fue el ataque a Felipe VI por firmar los indultos (los más monárquicos llegaron a hacer trending topic “Felpudo VI”), después, a Sánchez Galán por no mostrarse claramente contrario a esos indultos, y ahora, en boca de Rafael Hernando (el más peligroso de los portavoces), a los obispos por el mismo motivo. Nada les preocupa que la Iglesia haya expresado ideas reaccionarias sobre gays, lesbianas o transexuales, por no hablar de los abusos documentados y denunciados. El “grave error” es otro.

No saben qué es un derecho

Precisamente esos sectores, los principales defensores del estatus quo, llevan décadas demostrando su incapacidad para entender qué es un derecho: “La ley de eutanasia entra en vigor en España a pesar de los intentos de la derecha para tumbarla”, leemos en Público. Esta noticia es un ejemplo estupendo de lo que sucede: el PP repite la palabra “libertad” hasta el aburrimiento para ganar unas elecciones pero, después, recurre leyes como la de la eutanasia, la del matrimonio entre personas del mismo sexo y, en su día, la del divorcio. Ni entienden la libertad ni entienden lo que es un derecho. Y viven de la política.