Hoy es el segundo día de España. O tercero. Ya he perdido la cuenta: en España la Hispanidad, la Constitución o el día que se aplicó el 155 en Catalunya son fiestas de esas en las que se saca la bandera. Cuanto más grande, mejor. Y ayer en Madrid se envolvió en la rojigualda, para abrir boca, Cristina Cifuentes, que clamó como recogieron varios asistentes y miembros del PP: “España no se toca, España no se rompe. ¡Viva España!”. Por lo que parece, solo le falto soltar: “¡Coño!”.
No, no vale todo
Los hechos diferenciales vasco y catalán se comprueban rápidamente: cuando estas autonomías tienen elecciones los partidos españoles se ponen de campaña. Algo que no pasa con el resto salvo, tal vez, Andalucía. Así que el acto de Cifuentes de ayer en Madrid formaba parte de la campaña del PP en Catalunya. Y eso es una desventaja para los partidos solo catalanes, pero ni ante esa evidencia vale todo: vincular el atentado yihadista de Barcelona con la marca España es una bajeza.
España para los españoles
Sí, he elegido una frase para el titular que hasta a mí me resulta punzante. Pero es lo que merece el tema: según Vilaweb y varios tuiteros con acceso directo a la información, algo huele a podrido en Balsareny, donde la pareja supuestamente atacada por poner una bandera española (esa con la que habló Rajoy por teléfono) en su balcón no tiene nada de inocente. Al parecer, están vinculados con grupos de extrema derecha española y habrían amenazado a independentistas.
La vía vasca
“También os digo, catalanes ‘indepes’, habéis abierto la puerta a algunos buscavidas españoles que no os vais a quitar ni raspando con vinagre”, advierte mi admirado @MrInsustancial en Twitter a la ciudadanía de Catalunya. En Euskadi conocemos bien ese perfil de político que para hacer méritos en España venía por aquí una temporada, como algunos sociólogos o periodistas (algunos después de que ETA firmara la tregua, por si acaso y para contarnos “la verdad”).
Nuestro 5 de diciembre
Fue un 5 de diciembre de 1976, y como este año no coincide ningún aniversario redondo, casi pasa desapercibido, pero en Panenka han acertado recordándolo: Kortabarria e Iribar salían al campo cogiendo entre los dos una Ikurriña seguidos de los equipos de la Real Sociedad y el Athletic Club, que ambos capitaneaban, y dejaban para la historia la imagen de una valentía real, de un paso cierto a favor de un País, de una reivindicación que no negaba nada, de una emoción que aún hoy nos hace vibrar.