La izquierda se redefine

El texto de Ricardo Dudda en The Objective está lleno de pequeñas virguerías. Su punto de partida va en el encabezado: “Descartado el giro material, la izquierda seguirá construyendo su identidad ideológica a través de la defensa de causas cada vez más minoritarias”. Pero el mejor retrato de la izquierda española y vasca actuales es este: “La izquierda se ha profesionalizado, se ha vuelto urbana, formada y en cierto modo victoriana: cree que las reformas sociales más importantes son morales. En ese proceso ha perdido a la clase trabajadora, que ha identificado una superioridad moral y arrogancia en las élites progresistas”.

Nos lo pondrán de ejemplo

Me juego un café y un pintxo de tortilla con quien quiera (cuando podamos volver a los bares) a que el gobierno italiano tecnócrata se va a convertir en el ejemplo que nos van a poner muchos de esos que, sobre todo, despotrican de la política… Mientras buscan la manera de saltarse las normas para frenar la pandemia. Pero por mucho que sea un gobierno de tecnócratas, sigue siendo un gobierno italiano consecuencia de pactos y desastres previos. Además, ¿Draghi no tiene ideología o intereses? ¿No los tiene cada técnico o experto que se sume al ejecutivo? Y cuando pase la pandemia, ¿qué?

Aquí, sus primos hermanos

Da la sensación de que el problema no son los últimos acuerdos, sino la cultura política italiana. En cualquier caso, los primos de aquellos herederos del fascismo que gobernaron en Italia con Matteo Salvini como cabeza más visible, para vergüenza de Europa, también intentan contaminar la política española: Vox se presenta a las elecciones catalanas devorando a Ciudadanos y mordiendo al PP todo lo que pueda. Pero su candidato flojea. Preguntado en televisión por el presupuesto de la Generalitat, el candidato a president, Garriga, respondió: “Creo que eran 27 millones, o 70”. La periodista le corrigió: son 30.000.

La banca gana

Como en cualquier otra noticia sobre la bolsa, después de la euforia inicial y gracias a mecanismos correctores, finalmente las acciones de GameStop bajaron. Por el camino, algunos han perdido dinero (esta vez, los que suelen llevárselo) y otros lo han ganado, y la posibilidad de que la hazaña se repita se ha convertido en una amenaza. Pero el sistema corrector funcionó: la app que usaron los traders aficionados para comprar acciones no permitió hacerlo en el volumen necesario. Y el corolario parecía escrito desde el principio: “GameStop se hunde un 80% desde máximos al desinflarse el impulso desde foros de Reddit” (República.com).

De la muerte del PC… Al vaciado de stocks

En estos años que vivo más pegado a la tecnología he visto grandes anuncios y grandes fracasos: ni vamos todos por la calle con las gafas de Google y chamarras que miden nuestro comportamiento corporal, ni las tabletas han sustituido a los PC. Y no, no ha tenido que venir una pandemia mundial para que empiecen a venderse: muchos teníamos ordenadores en casa y, pese a eso, el ritmo de ventas ha sido tan alto que Lenovo, por ejemplo, está quedándose sin stock pese a que no han dejado de fabricarlos. Yo solo pido de esta época que aprendamos a detectar y a señalar las tonterías cuando las oigamos.

El relato

Lo bueno que tiene Twitter si eres un poco vago es que solo necesitas escribir 240 caracteres. También ayuda si lo tuyo es el populismo. Y es muy útil para quienes son hábiles con el mensaje-gancho pero no son capaces de desarrollar una idea. Así, el relato se nos ha reducido a su título y parece una verdad absoluta que Australia ha dominado el coronavirus con “millones de test y miles de rastreadores”, sin mencionar que es una isla aislada, que geográficamente convive con gobiernos muy férreos o que le basta con cerrar puertos y aeropuertos a países en los que la gente se manifiesta contra las restricciones.

¿La verdad? ¡Qué más da!

Una pandemia es una forma de guerra, solo que contra un enemigo minúsculo que diezma a la población. Y como en toda guerra, la verdad es una de las más tiroteadas. Sobre todo, en Twitter. Pero hay quien se desenvuelve con verdades a medias y mentiras a tres cuartos también delante de un micrófono: “Madrid anuncia su desescalada el mismo día que Sanidad pide a las comunidades que sean más duras” (La Voz de Galicia). En efecto, Isabel Díaz Ayuso está exhibiéndose como una política muy hábil para ser responsable solo de las buenas noticias. ¿Eso es ser una buena política? Yo no he dicho eso. Ni lo pienso.

Hasta las mejores sufren

Todos los sistemas sanitarios, también los mejores, están sufriendo durante la pandemia. Del mismo modo, todos los gobiernos sufren el desgaste de una gestión complejísima en una situación de gran sensibilidad social y personal. Incluso la primerísima clase bruselense se ve impotente para frenar los contagios o, lo más básico, hacer cumplir los contratos a proveedores farmacéuticos a los que ha inyectado dinero. “Crecen en la UE las críticas a Von der Leyen por la mala gestión de la crisis de las vacunas”, lo que “empuja a varios Estados a exigir la entrega rápida de los fondos europeos”, leemos en República.com.

Sobre la libertad de expresión

El tiempo y lo que he visto y leído me refuerzan en la idea de que la libertad de expresión está mal explicada: no se trata de que puedas decir lo que te da la gana, sino de que puedas decir lo que es legal que digas (también puedes forzar esa legalidad, ahí está el nudo gordiano). Y como es debemos defenderla: nadie nos puede coartar si queremos decir lo que podemos decir. Víctor Lenore tuiteaba lo que pretendo expresar de un modo muy gráfico: “La libertad de expresión es un principio irrenunciable, que debemos defender incluso para artistas tan mediocres y políticamente tóxicos como Pablo Hasel”.

Más sobre el contrato de Messi

Sigo pensando que ese mantra de “genera más de lo que gana” que ha vuelto a hacerse oír después de que conozcamos al detalle el contrato de Leo Messi solo busca que el torrente de dinero que genera el fútbol no deje de correr. No niego que Messi atraiga más contratos publicitarios a corto, pero sí creo que a medio plazo su salario hace que el sistema se vuelva insostenible. Al respecto, Borja Barba tuiteaba con acierto: “A la gente le parece normal que sus clubes firmen contratos que después no pueden pagar. Y todo es por un único motivo: nunca hay consecuencias. Tampoco me sorprende”.

Schwarzenegger marca el camino

Arnold Schwarzenegger ya se ha vacunado: en su coche y en un estadio, a la americana. Lo ha hecho porque tiene más de 70 años y le ha tocado. Además, ha decidido recibir su inmunidad contra el coronavirus dando ejemplo: se ha grabado, lo ha tuiteado e incluso ha tomado prestada una frase de Terminator muy adecuada, dadas las circunstancias: “Acompáñame si quieres sobrevivir”. Cada vez son menos los que tienen dudas sobre la conveniencia de la vacuna, y esta es una magnífica noticia, gracias a prescriptores como Schwarzenegger y a la acción de los políticos en Euskadi y España. Y ya.

“Cerdas”

Es lógico que en los sistemas de representación vasco y español, en el que se votan listas, se cuelen algunos especímenes que salgan rana. En la siguiente convocatoria electoral, si esos batracios siguen estando en las papeletas cada uno es libre de reelegirlos o no. Concreto: muchos no conocíamos a Rocío de Meer, aunque cualquier que fuera en las listas de Vox era potencialmente un animalillo verde. Hoy sabemos que se trata de una diputada que llama “cerdas” en un tuit a Irene Montero y Cristina Fallarás por una reflexión sobre que la menstruación o el parto pueden seguir siendo tabú.

Esta vez importa el cómo

Ya no nos importa el qué, algo hemos avanzado: nadie duda de que Juan Carlos I se benefició de su puesto de jefe de Estado, recibió generosos regalos, ocultó su capital y no pagó impuestos, usó testaferros o pantallas para moverlo, ni de que se lo gastaba con alegría y con amigas en lo peor de la anterior crisis económica. Ahora importa el cómo: Nicolás Murga, coronel retirado del ejército del Aire, ha sido llamado a declarar porque era el titular de la cuenta corriente oculta en la que el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause ingresaba el dinero que se gastaban los descendientes del emérito.

Donde las dan…

En Podemos no pueden pensar que solo ellos van a lanzar golpes en el gobierno de coalición. No es lo normal, desde luego, pero esta pelea interna no la empezó el PSOE. Y en un combate las dos partes salen heridas, por mucho que Iglesias se ponga parches preventivos en LaSexta. Después de varios puñetazos de los de Podemos, es ahora a la parte morada del gobierno española a la que le toca encajar: “El PSOE presenta unilateralmente la ley de Igualdad de Trato sin Unidas Podemos y a espaldas de Igualdad”. Este es el elocuente titular en el digital promovido en las redes de los de Iglesias, Montero y Echenique.

¿Ya tenemos presidente?

A mí tampoco me caía bien Trump y yo también creía que un cambio en la Casa Blanca era necesario, pero me sorprende la cobertura mediática que ha tenido, a tantos kilómetros como estamos, la llegada de Biden, supongo que por los vínculos económicos y afectivos que hay entre EE.UU. y Euskadi, básicamente. Más allá de hecho noticioso y la información espectacularizada, el demócrata ya manda, y no ha tardado ni un segundo: “El nuevo presidente de EEUU ha firmado hasta 17 órdenes ejecutivas de su Gobierno horas después de acceder al cargo”, leemos en República.com con alivio.

Feminismo. O no

Hace unos días escribía sobre los despidos en Podemos y sobre que no era una cuestión de formas, pese a lo que pudiera parecer, sino de fondo. Y la audiencia provincial de Madrid parece que lo ratifica cuando “concluye que no hay pruebas contra el que fuera abogado del partido de los delitos por los que fue expulsado de la formación”. Ojo, que el delito es este: “Podemos se inventó un caso de acoso sexual y laboral para despedir a José Manuel Calvente”. La resolución judicial debería de hacer temblar la sede de Podemos y hasta el gobierno español, en el que hay una ministra de Igualdad del partido de Pablo.

Las cosas del comer

Cuando más sé de Pablo Iglesias menos fiable me parece. Y de Pedro Sánchez solo me fiaría porque sé que es un superviviente y que a su lado, en un naufragio, siempre aparecería un tablón al que agarrarse. Pero ahí están, dirigiendo un país porque la alternativa es aún peor. Entre ellos, el de la confianza también parece un tema delicado: “Sánchez premia a Montero y castiga a Iglesias en el plan de gestión de los fondos europeos”, titulan en La Política Online, donde también explican que la gestión de esos fondos se hará entre gobiernos… Y no en sede parlamentaria como pretenden los del “todo mal” en la CAV.

La pandemia es cosa de todas y todos

Una pandemia mundial nos afecta y nos responsabiliza a todos. Por eso es una pandemia. A todos: a los que mantenemos el trabajo, a los que lo pierden, a los que tienen que negociar condiciones, a los que tienen que tomar decisiones y a los que les da todo igual y solo quieren salir de fiesta. Pero creo que solo una minoría está siendo verdaderamente responsable ante la situación: “Dos de cada tres españoles reclaman medidas más duras”, titulan en La Información. Y donde pone “españoles” podemos leer con total tranquilidad “vascos” que, cuando las restricciones aumentan, también aumentan sus quejas.

Uno que es responsable

Joe Biden será un presidente de EE.UU. al uso: participará en guerras, tomará decisiones neoliberales, será duro con los inmigrantes latinoamericanos (que no sean venezolanos o cubanos) y, por supuesto, tendrá que afrontar tiroteos y enfrentamientos raciales. Y con todo mejorará el histrionismo de Trump. Antes de dormir en la Casa Blanca, Biden se ha puesto la vacuna contra el coronavirus afirmando que “no hay nada de qué preocuparse” (República.com). De momento, empieza haciendo lo que es necesario. En Euskadi, seguro, veremos una foto similar con Urkullu.

Tenemos que volver a ser nosotros mismos

“Si no se consigue la inmunidad de rebaño no será por falta de borregos”, tuitea C-5. La frase tiene su gracia pero también guarda una de esas verdades molestas: esta pandemia nos ha aborregado. Durante el confinamiento se nos llenó WhatsApp de mensajes que intentaban manipularnos, y desde el verano se nos ha llenado la televisión y el periódico de voces que nos infantilizan y tutelan. Lo peor es que muchos se han dejado y, en efecto, están aborregados, quejándose a la vez de la relajación y la dureza de las medidas y señalando a políticos por no hacerlo a sí mismos en la terraza del bar.

La (buena) noticia del año

2020 nos está regalando muchas malas noticias. Pero también alguna buena: el camino que ha emprendido la Federación Vasca de Fútbol de la mano del Gobierno de la CAV hacia la oficialidad es necesario porque responde a una demanda y a un sentimiento muy importantes, difícil y, sin duda, precioso, en un sentido estricto. El proceso va a estar lleno de trabas, sobre todo, políticas, que serán útiles para que se retraten y nos retratemos: también quienes quieren dejar sin nombre a la selección de Euskadi porque no pudieron manipularlo cuando nació (no estaban allí) ni cuando se recuperó (estaban a otras cosas).

Periodismo ridículo

No creo en el periodismo objetivo. Nunca lo he hecho. Creo en un periodismo riguroso y honesto que se practica desde posiciones políticas legítimas. Pero una cosa es hacer las crónicas y las columnas de opinión desde un punto de partida, y otra es insistir en el ridículo, que es lo que hacen quienes se empeñan en explicarnos no ya que Trump todavía tiene opciones, sino que su batalla legal por retener la presidencia va bien. Podríamos decir que de lo suyo gastan pero luego nos encontramos a los que se dedican a molestar en Twitter con esos argumentos inverosímiles, haciéndonos perder el tiempo a los demás.

Vascos contra fachas

Si hablamos de vascos que logran cosas, por un lado, y por el otro de fachas populistas, es lógico que terminemos hablando de Aitor Esteban, que daba la vuelta a un tuit que intentaba destacar la actitud de Macarena Olona. El diputado abertzale respondía así: “A mí me encanta la foto. EAJ-PNV enfrentando de cara al facherío”. No solo a ellos: el PNV parece ahora el enemigo a vencer, por supuesto para Vox, UPN y Bildu, pero también para Podemos, que intenta dejarle fuera de la suma, e incluso desde algunos escaños del propio PSOE, como si la negociación fuera rendición. Pues que exploren las alternativas.

Y el gobierno español, contra sí mismo

He vuelto a leer con cierta fidelidad las columnas de Fernando González Urbaneja porque creo que sus análisis son eso, análisis, y no simples elucubraciones: para él, la subida del SMI es lógica, más que la que han asignado a los funcionarios, pero no por ello deja de ser un caballo de batalla más de Iglesias. “Se trata de proponer objetivos que confronten con la posición de Calviño para luego someter el dilema a la mediación o decisión del presidente Sánchez”, escribe en República.com, donde también apunta que el problema de fondo no lo ataja tampoco este gobierno: los bajos sueldos en España.

Pero no tanto con “la gente”

De Pablo Iglesias me gusta, sobre todo, que para él el medio es importante. Los fines son las consecuencias de su estrategia, sus pulsos y su capacidad para resistir. No me gustan sus métodos pero respeto esa devoción por hacer el camino. Los que nos obsesionamos con ello, por desgracia, no sabemos disfrutar de los logros. Pero el camino de Iglesias tiene curvas porque su gobierno, el de “la gente”, el del juego de tronos sin fin, es el que plantea subir hasta los últimos 35 años trabajados para calcular la pensión de cada trabajador, ahorrando una pasta al erario quitándosela al currela. Así de claro.