De la nueva política a la vieja cuota de partido

He podido seguir de cerca el proceso que iniciaron PSOE y Podemos para seleccionar al nuevo consejo de administración de RTVE, y con quienes he hablado de ello saben que siempre lo he definido del mismo modo: una filfa. Ahora, con el nuevo consejo nombrado ha quedado claro que aquello solo era pose y que esto, el resultado, es lo que buscaban: Podemos ha colocado a su hombre y ya está todo solucionado. Y en el CGPJ pasará lo mismo. La nueva política era meter la cuchara en las cuotas de los partidos y eso no me parece mal, pero que hayan intentado engañarnos en eso hace que nos preguntemos: ¿y en qué más?

No podemos regalarles una excusa

La mayoría de jóvenes no han participado en los actos de vandalismo con la excusa de la detención de Pablo Hasél. Y no podemos regalar una excusa añadida a quienes sí lo han hecho, por mucho que sea evidente que los sucesivos gobiernos de España han colocado a la cola del empleo juvenil a uno de los países más envejecidos. La mayoría de las y los jóvenes han cumplido con creces durante la pandemia, siguen estudiando o trabajando (empalmando malos trabajos, es completamente cierto) y no caen en la tentación de la violencia. Hacen lo que hicimos otras mayorías y saldrán adelante más empoderados que otras generaciones.

Y a los nazis, menos

Esta semana ha corrido por Twitter un vídeo en el que aparecen varios de los jóvenes valores de la derecha extremada en España haciendo una emisión en directo a tres pantallas. En un momento, abren una cuarta y aparece una joven y detrás de ella una esvástica. La joven corta la comunicación para arreglar lo que parece su habitación mientras los otros tres empiezan a reírse ante el despiste de su compañera. A esta banda de nazis de mierda tampoco hay que regalarles excusas, ni blanqueamientos, ni un poco de margen a ver si mejoran porque no lo harán: son los cachorros de los que siempre han estado ahí.

San Google redentor

La existencia de jóvenes de nazis 75 años después es el máximo exponente de que en hay gente con la que falla el sistema. Pero no es el único ejemplo: también convivimos con quienes vandalizan usando excusas tan importantes como la libertad de expresión o quienes niegan la existencia de la pandemia o de la efectividad de su vacuna. Isaac Sánchez señala con acierto a estos últimos: “Me sigue fascinando enormemente que crean que todo es un plan de Bill Gates y el nuevo orden, que controlan todos los medios de información, pero encuentren la verdad buscando en Google. Se les olvidó controlar Google. Mira”.

Ejemplos de todo lo contrario

Para asegurarnos de que seguiremos contando con jóvenes que no se aprovechan de excusas regaladas, que no abrazan el fascismo o que no caen en modas absurdas como el negacionismo, es importante conocer y explicar bien a la juventud de dónde venimos. Sabino Arana Fundazioa sigue usando sus redes sociales para que jóvenes y ya no tanto conozcamos a quienes nos precedieron: en vísperas de otro 8-M han reivindicado la figura de Haydée Agirre, enfermera y propagandista del nacionalismo vasco durante la República, la Guerra Civil y la dictadura, que estuvo en prisión, con los soldados del frente y en el exilio.

Cabalgando contradicciones. Primera parte

Decía Pablo Iglesias que en política es necesario cabalgar contradicciones y, al paso que va, le va a doler el culo de hacerlo. Primera contradicción que nos encontramos un día cualquiera: una importante, de las que hacen que se escuchen crujidos en el barco del gobierno, es este tuit de Ione Belarra, hoy secretaria de Estado, a la ministra Robles, de su mismo ejecutivo (por si alguien lo dudaba al leerlo): “Cuando eres la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con VOX, quizá estés haciendo daño a tu gobierno. Ser humilde es no dejarse adular por la derecha mediática”. ¡Toma castaña!

Cabalgando contradicciones. Segunda parte

Una contradicción muy habitual del gobierno español, por lo que hemos visto hasta ahora, es la de un fondo pretendidamente bonista y unas formas un tanto grotescas. Miguel Ángel Heredia, senador del PSOE por Málaga, tuiteaba sobre la educación concertada: “Ni hay que educar a pijos con dinero público. Ni hay que mantener los privilegios educativos de unos pocos con el dinero de todos. Quien quiera el elitismo de una educación privada que se lo pague con su dinero. Y el dinero público para una buena educación pública y de calidad”. Espero que sepa que está mintiendo burdamente.

Cabalgando contradicciones. Tercera parte

Cómo cabalgan esta contradicción en Podemos nos lo van a tener que explicar muy despacio y con mucho esmero, porque todos podríamos imaginarnos qué estarían diciendo desde la oposición si, como parece, la expulsión de inmigrantes previa agrupación en campos, como en Lesbos, es la solución que plantea el gobierno español para los inmigrantes que llegan a Canarias. El desastre es evidente, ya que el ejecutivo no ha intervenido hasta que el problema ha alcanzado unas dimensiones indecentes. Y la solución será aún peor, de cualquiera de las maneras. Así que es deber de todos atender a las explicaciones.

Cabalgando contradicciones. Cuarta parte

No puedo culpar al gobierno español ni a ningún otro de la Unión que haya tomado o apoyado esto: “La supresión de patentes que permitiría a los países pobres acceder a las vacunas contra la covid” (Púbico). Desde marzo en esta columna llevo alertando de las decisiones que habría que tomar en altas instancias. Decisiones desagradables que iban a implicar ponernos por delante a nosotros antes que a otros. Pero cuando los partidos del gobierno, especialmente Podemos, han hecho de la pureza del alma y el apoyo a los pueblos oprimidos su bandera, esta decisión chirría. Y, no, mirar para otro lado no es una opción.

Cabalgando contradicciones. Quinta parte

“Las cosas claras” es una castaña de programa. También es verdad que nunca encontré la gracia a “Al rojo vivo”, así que su copia tiene todas las papeletas para no gustarme. Pero el programa de Jesús Cintora cumple con dos circunstancias muy concretas: lleva a la La1 la agenda que le interesa al ala más izquierdista del gobierno y pone una pica en Flandes para que las productoras privadas hagan contenido informativo para el ente público. Vaya, vaya. Según El Independiente, los sindicatos están bastante mosqueados. Según mi experiencia, esta contradicción es de las gordas. Ya ni ladramos cuando cabalgan.

¡A la mierda el clickbait!

En medio de una pandemia la ciudadanía necesita estar informada. Lo necesita, sí. No hablamos del derecho sino de la necesidad. Por eso el de periodista es un oficio importante. Desprestigiado (sobre todo, vía sueldos) pero importante. Lo que no necesita nadie, ni ciudadanía ni periodistas, es la mierda del clickbait que lleva a casi todos los medios a llamar la atención en redes sobre el voluntario que ha fallecido durante la experimentación de la vacuna contra el coronavirus que ha adquirido España… Sin advertir de que había recibido placebo y no medicamento. RTVE (público y bien pagado) ha sido una honrosa excepción.

Abascal diciendo cosas nazis

Voy con los últimos coletazos de la moción de censura de Vox. No podía dejar pasar el contraste que vivimos al inicio de la misma: por la mañana, Carlos Herrera afirmaba que Vox no era extrema derecha. Lo sé porque vi el mensaje tuiteado con énfasis y alborozo. Solo unas horas después, el propio Santiago Abascal le contradecía abrazando todos los movimientos nazis europeos: “En todas partes de Europa están creciendo fuerzas y movimientos patrióticos, que no se van a quedar de brazos cruzados mientras unas oligarquías degeneradas convierten naciones enteras en estercoleros multiculturales” (Huffington Post).

Antes de la moción

La moción ha impedido que podamos comentar otras pinceladas de la actualidad política como el intento de subir el sueldo de diputados y senadores (parece que iniciado por PSOE y Podemos) abortado por PP y Vox. Lo curioso del tema es que sus conservadoras señorías, más bien señoritos y señoritas de cuna, despreciaron ese aumento (algunos fueron más de complementar sueldos con sobres que les daban en las sedes, otros cobraban pasta gansa en chiringuitos sin funciones) para la foto… Y acabaron discutiendo en redes sobre quién estaba más en contra, como Ana Beltrán (PP) y Macarena Olona (Vox).

Nunca tuvieron vergüenza

Este tuit de Enric Juliana, que por culpa de la moción de censura pasó desapercibido, me dejó bastante sorprendido: “Salir de la prisión y empezar a dar lecciones a la Unión Europea. Rodrigo Rato se estrena en un periódico económico. La fisiología de una clase dirigente”. Pero el texto, en efecto, existe, y en Expansión (que es el medio que lo publica) lo presentan así: “El autor reclama cambios en las economías de la UE y de España en particular para ganar atractivo para la inversión extranjera”. Así es Rato, un hombre al que la cárcel no ha apaciguado, como a El Torete, ejemplo de una generación en el PP.

Trapero, como icono

Josep Lluís Trapero empezó a ser conocido fuera de Catalunya cuando un periodista abandonó una rueda de prensa porque el propio Trapero respondió en catalán a una pregunta hecha en ese idioma. El mayor de los Mossos d’Esquadra le despedía con aquel: “Bueno, pues molt bé, pues adiós”. Después, le vimos dar un paso al frente cuando Catalunya fue atacada por el yihadismo. Finalmente fue acorralado y señalado por la justicia española, por su papel en el 1-O. Hoy es un hombre libre, absuelto, al que alguien tendrá que restituir y reparar, y abre una vía: nada de aquello fue delictivo… Salvo la violencia policial.

Tres meses

Podemos contar los días que llevamos sin que Pablo Iglesias salga a algún medio, se rasgue las vestiduras y vuelva a su torre de marfil ministerial. Pero los que seguro que cuentan cada jornada son los solicitantes del Ingreso Mínimo Vital que llevan tres meses sin respuesta ni ingreso. Si lo llamaron “vital” supongo que lo considerarían “urgente”, pero lo que fue, sobre todo, es mínimo y, en muchos casos, inexistente. Un escándalo. Se pongan como se pongan, sobre todo Iglesias, cuando sale en coche oficial a hacerse el indignado en alguna entrevista. O gobierna o hace oposición. Y si elige gobernar, que lo haga.

Menos de uno

Aunque para las elecciones presidenciales en EE.UU. falta menos de un mes me temo que se nos va a hacer largo: Donald Trump vive de salir en la tele y, aunque esté confinado, lo logrará. Igual de Twitter da el salto a YouTube. Cualquier cosa puede pasar y, por supuesto, si no lo ha hecho ya, en nada empezará la guerra de las “fake news” y los mensajes que, medio falsos o medio ciertos, volarán por las redes y los teléfonos móviles, vía WhatsApp. Facebook (propietaria de su red, Instagram y WhatsApp) volverá a jugarse su prestigio: ¿dejará hacer… O dejará de hacer lo que supone un riesgo para todos?

El sexo mueve Internet

Hace años, un compañero que sabe mucho de Internet, me explicaba que, posiblemente, el 50% de Internet estuviera dedicado al sexo y el otro 50%, a todo lo demás. Creo que hoy el porcentaje de lo primero es aún mayor cuando veo, por ejemplo, que Savannah Solo, una chica normal pero voluptuosa, tuiteaba hace unos días que se había comprado una casa enorme después de abrir su OnlyFans (para mostrar su voluptuosidad en escenas cotidianas) hace solo unos meses. “¿No es precioso que la sociedad haya encontrado una manera tan fructífera de generar dinero con las pajas?”, se preguntaba Mr. D.

Estafas de toda la vida

Ni todas las noticias que hemos visto en Internet ni la posibilidad que nos da de indagar sobre una persona nos vuelve invulnerables ante estafas de toda la vida, como la del inversor que hace una vida ostentosa gracias a sus aciertos como “trader” y que se ofrece a invertir por ti. Y no me refiero solo a poner su nombre en Google y entrar en los primeros tres o cuatro links, que pueden corresponder a sus propias redes sociales: hasta 56 inversores que le habrían confiado dos millones de euros se han visto estafados por Raúl B., que mostraba su tren de vida en Instagram, Facebook y Twitter… Hasta que se fugó.

Sí, necesitas una página web

El 78% de las PYME en España no tienen página web. Aunque suponía que el dato era muy alto no pensaba que lo era tanto. Y no lo entiendo. Los gastos iniciales para ponerla en marcha hoy son muy baratos: un dominio, una plantilla y un diseñador que acople todo, incluso un correo electrónico (ya que tienes el dominio). Luego, los gastos anuales son también bajos: el dominio y el correo, y un mantenimiento mínimo. Pero así podrás responder a las búsquedas en Google de los clientes potenciales con una dirección, un número de teléfono y tus servicios. Sí, es así de sencillo. Y, sí, creo que es necesario. Para todas y todos.

España descubre la RGI

La nueva renta mínima española está disparando unos autorretratos estupendos. El ejemplo más claro es el del fundador de Idealista e inversor inmobiliario, Jesús Encinar, que tuiteaba tirando de sarcasmo: “¿Dónde hay que apuntarse para la renta esa que regalan? Es para un amigo”. Esa renta mínima es una garantía contra la exclusión y está dirigida a personas que no podían ahorrar y, por lo tanto, no pueden hacer frente a un mes sin trabajo ni ingresos. Quien piensa que es un dinero regalado para tocarse las gónadas muestra que carece de empatía y, sobre todo, que es una persona muy alejada de la realidad.

Pablo, no te flipes

Esa renta mínima hay que explicarla con mucho cuidado. No para que la entiendan los Jesús Encinar de España, esos grandes inversores que no van a querer comprenderla, sino para que la entienda la clase media que paga impuestos y no va a necesitarla. Lo que nadie necesita son mensajes de tertuliano de Pablo Iglesias: “Ese dinero no se va a ir a paraísos fiscales”. No puedes sembrar la sombra de la duda sobre todo menos sobre lo que no haces tú porque la cosecha es siempre para todos, también para los espíritus blancos. Es posible estar a favor de la RGI y estar en contra del populismo político.

La gran estafa española

La gran estafa española no son los impuestos, aunque los liberales se quejen de que los cobren y los que reparten carnes de progresista extiendan la duda sobre su uso salvo cuando los gastan ellos. La gran estafa española es la factura eléctrica. Y en plena crisis del coronavirus sumamos una prueba más: “El mercado eléctrico español sigue alejado de Europa: medio continente ‘disfruta’ de precios negativos este Lunes de Pascua mientras sube el ‘pool’”, es el enésimo titular indignante que leemos en El Periódico de la Energía, junto a gráficos que muestran que Alemania produce más energía solar que nadie.

No, no es un chiste

Joan Baldoví acertaba a criticar a Cayetana Álvarez de Toledo, que respondió varias veces a la pregunta sobre qué opinaba de cómo Rajoy se había saltado el confinamiento. La portavoz del PP se limitó a repetir lo que para ella era “un chiste”: cuánto más conoce a este gobierno, más quiere a Rajoy. El tema no es en absoluto una broma, ni mucho menos la que habla en nombre del principal partido de la oposición puede limitarse a volver a contarla. El tema es que la derecha española tradicional siempre ha pasado de las normas y de quienes critican su prepotencia. Ellos hacen lo que les da la gana. Y punto.

Pero esto no tiene un pase

Después de comparar a Rajoy con un perro al que se quiere más cuanto más se conoce a algunas personas, que en eso consiste el chiste, en el PP empezaron a defender con ahínco la figura del expresidente. Lo hicieron después de que en un programa educativo de RTVE, explicaran lo que es la incoherencia con varios ejemplos de alocuciones de Mariano Rajoy. El ministerio español de Educación, responsable último de la emisión, lo explicó en Twitter como “un error involuntario”. Parece que nos toman por tontos unos y otros, y parece también que a PSOE, Podemos y PP les falta, sobre todo, altura política.