Lo que no necesitamos

Ya sé que Isabel Díaz Ayuso es la presidenta de la Comunidad de Madrid y que, por ese motivo, sus declaraciones y acciones poco afectan a los lectores vascos de este periódico. Pero también es un ejemplo muy conocido, gracias a la omnipresencia de la política regional madrileña, de los políticos y las políticas (en genérico y en género) que no necesitamos: las de la soberbia (llega a decir a Silvia Intxaurrondo que lo que le pregunta no es cuestión para presidentes autonómicos), las ignorantes (no quiere o no quiere saber) y las que lo hacen todo para la puta foto (insiste en que es una buena noticia y punto).

Esto, tampoco

Casi cada lunes me propongo escribir esta columna de otra manera: disfrutando de la oportunidad de escribirla o acercándome más a “lo bonito” que al copia y pega del tuit y la reflexión sucinta. Pero reconozco que hay muy buenos tuiteros, como Sillonbowl, que me obligan a insistir en este estilo apresurado: “Me pregunto si todos los países están tan llenos de gilipollas como este, que cuando se prohíbe porque se prohíbe, cuando no se prohíbe porque no se prohíbe, cuando abren los bares que vaya foco de contagios, cuando se cierran pobres hosteleros y yo quiero mis cañitas, cuando…”.

Lo que sí necesitamos

Vuelve el estado de alarma. Eso no significa que vuelva también el confinamiento, pero sí que limitaremos nuestros movimientos. Un buen momento para recurrir al comercio de proximidad, no solo alimentario: “Son lugares donde no hay aglomeraciones y contribuiremos a la sostenibilidad”, argumentan en Pymes y Autónomos donde califican de “asignatura pendiente” que descubramos o redescubramos las tiendas de nuestros barrios o mercados más cercanos. Rompo las lanzas que sea necesario para que abandonemos Amazon y para que los grandes almacenes sean solo un recurso más.

Lo que nos hemos obligado a necesitar

China ha superado la pandemia y su economía se dispara. Pero, ¿qué hay detrás de estos dos milagros que parece que nadie más será capaz de imitar? Primero, una dictadura que mantiene su capacidad coercitiva sobre la población y que no entiende los derechos laborales como en Europa: “Ese crecimiento empieza dar síntomas de ser relativamente sano, al menos en la línea de lo que ha venido siendo considerado ‘sano’ en su modelo económico” (El Blog Salmón). Y detrás de ese abaratamiento vital y laboral han ido empresas y países que nos hacen depender de China como gran proveedor.

Una buena noticia

Que el sistema democrático funcione sin fricciones es una buena noticia. Aquí y en Sebastopol. Bueno, en Rusia funcionará como diga Putin… Lo que no es una buena noticia, claro. Pero mientras los vascos estemos insertados en los sistemas español y francés, y nuestros representantes tengan que acudir a Madrid y a París, lo mejor que nos puede pasar es que estos funcionen. Así que, sí, es una buena noticia esta de El Confidencial: “El juez archiva la causa sobre la supuesta ‘caja B’ de Podemos pero ve delito electoral”. Un titular capcioso porque el juez quiere seguir investigando, no hay condena.

Una buena noticia para empezar la semana

La nota de Europa Press es de hace unos días, pero entre la moción de censura y la pandemia, se ha ido quedando en la lista de candidatas a entrar en esta columna. No se me ocurre mejor momento para rescatarla que este lunes: “El apoyo a la independencia de Escocia se dispara a niveles históricos. (…) Un 58 por ciento de los encuestados ha asegurado que respaldaría la independencia escocesa, un apoyo que, tal y como indican sondeos anteriores, se encontraba en torno al 55 por ciento. (…) El Partido Nacional de Escocia se encuentra además a la cabeza en intención de voto de cara a las elecciones previstas para mayo”.

La derrota total de Vox

La derrota de Vox después de la moción de censura que este mismo partido impulsó es absoluta: no solo por lo que pudimos ver la semana pasada a un incapaz Santiago Abascal y a un hábil Pablo Casado para hacer sangre. Esta semana seguirán las consecuencias negativas para Vox (y por extensión, positivas para los demás) de su error: el gobierno español parte en mejor situación que hace solo 7 días para negociar los PGE después de que todos los partidos hayan votado ya juntos y todo el mundo haya visto que enfrente hay una banda de chalados de extrema derecha sin dotes para el gobierno.

Se acabó lo de Inda, ¿no?

Roberto García atinaba con su tuit sobre Eduardo Inda: “A un tío con esta capacidad de análisis le llaman de las teles para (supuestamente, ya sabemos que no) analizar la realidad política y social”, después de que el director de OK Diario dejara otra muestra de esa capacidad, al relacionar sin pudor al PP con Podemos, ERC y Bildu, por no apoyar la moción de censura de Vox. Inda no puede ser tomado en serio y su voz no puede seguir estando presente en los platós o los estudios de radio como si fuera la representante de una forma legítima de pensar. La broma de esta estupidez, genuina o forzada, tiene que finalizar.

La bandera de Díaz Ayuso contra el covid-19

No la he visto porque no he mirado, porque la bandera española que Isabel Díaz Ayuso ha desplegado para hacer frente al covid-19 debe de ser enorme: 25 metros de mástil, 75 metros cuadrados y 11 kg. de peso, apuntaba Luis Ángel Sanz en Twitter. Una medida que no parece especialmente útil para parar una pandemia pero sí para salir en una foto y disputar a Vox el voto populista y nacionalista español. Eso, en el primer lunes desde que Casado le dijera a Abascal: “Hasta aquí hemos llegado”. Si iba en serio, ya saben lo que tienen que hacer todos los del PP. Si iba de farol… Veremos más banderas trumpistas.

El curioso atractivo del bitcoin

Sigo sin entender el fenómeno de los bitcoins, esas monedas virtuales que se generan (en el argot, “se minan”) tras procesos matemáticos que requieren tanta energía como “un hogar de dos personas durante tres meses”. Shine McShine ha tuiteado otros datos importantes sobre el invento: “Casi el 15% de todos los bitcoins en existencia ha sido robados en algún momento”. Y lo más grave de lo que rescata seguramente sea que el mecanismo informático que los genera, conocido como “blockchain”, “se ha usado para esconder en los bloques pornografía infantil y ‘revenge porn’”.

¡A la mierda el clickbait!

En medio de una pandemia la ciudadanía necesita estar informada. Lo necesita, sí. No hablamos del derecho sino de la necesidad. Por eso el de periodista es un oficio importante. Desprestigiado (sobre todo, vía sueldos) pero importante. Lo que no necesita nadie, ni ciudadanía ni periodistas, es la mierda del clickbait que lleva a casi todos los medios a llamar la atención en redes sobre el voluntario que ha fallecido durante la experimentación de la vacuna contra el coronavirus que ha adquirido España… Sin advertir de que había recibido placebo y no medicamento. RTVE (público y bien pagado) ha sido una honrosa excepción.

Abascal diciendo cosas nazis

Voy con los últimos coletazos de la moción de censura de Vox. No podía dejar pasar el contraste que vivimos al inicio de la misma: por la mañana, Carlos Herrera afirmaba que Vox no era extrema derecha. Lo sé porque vi el mensaje tuiteado con énfasis y alborozo. Solo unas horas después, el propio Santiago Abascal le contradecía abrazando todos los movimientos nazis europeos: “En todas partes de Europa están creciendo fuerzas y movimientos patrióticos, que no se van a quedar de brazos cruzados mientras unas oligarquías degeneradas convierten naciones enteras en estercoleros multiculturales” (Huffington Post).

Antes de la moción

La moción ha impedido que podamos comentar otras pinceladas de la actualidad política como el intento de subir el sueldo de diputados y senadores (parece que iniciado por PSOE y Podemos) abortado por PP y Vox. Lo curioso del tema es que sus conservadoras señorías, más bien señoritos y señoritas de cuna, despreciaron ese aumento (algunos fueron más de complementar sueldos con sobres que les daban en las sedes, otros cobraban pasta gansa en chiringuitos sin funciones) para la foto… Y acabaron discutiendo en redes sobre quién estaba más en contra, como Ana Beltrán (PP) y Macarena Olona (Vox).

Nunca tuvieron vergüenza

Este tuit de Enric Juliana, que por culpa de la moción de censura pasó desapercibido, me dejó bastante sorprendido: “Salir de la prisión y empezar a dar lecciones a la Unión Europea. Rodrigo Rato se estrena en un periódico económico. La fisiología de una clase dirigente”. Pero el texto, en efecto, existe, y en Expansión (que es el medio que lo publica) lo presentan así: “El autor reclama cambios en las economías de la UE y de España en particular para ganar atractivo para la inversión extranjera”. Así es Rato, un hombre al que la cárcel no ha apaciguado, como a El Torete, ejemplo de una generación en el PP.

Trapero, como icono

Josep Lluís Trapero empezó a ser conocido fuera de Catalunya cuando un periodista abandonó una rueda de prensa porque el propio Trapero respondió en catalán a una pregunta hecha en ese idioma. El mayor de los Mossos d’Esquadra le despedía con aquel: “Bueno, pues molt bé, pues adiós”. Después, le vimos dar un paso al frente cuando Catalunya fue atacada por el yihadismo. Finalmente fue acorralado y señalado por la justicia española, por su papel en el 1-O. Hoy es un hombre libre, absuelto, al que alguien tendrá que restituir y reparar, y abre una vía: nada de aquello fue delictivo… Salvo la violencia policial.

¿Y mañana, Pablo?

Pablo Casado aprovechó ayer el tiro en el pie que se ha dado Vox con la moción de censura. ¿Y mañana? ¿Pablo Casado va a romper el lunes los acuerdos que tiene firmados con Ciudadanos y Vox en las comunidades de Madrid, Andalucía o Murcia? Porque si no lo hace, su discurso acertado (para su parroquia) de ayer solo se queda en palabrería. Casado dio un paso adelante, dibujando un país en el que Vox y el gobierno de PSOE-Podemos forman parte del problema en el que el PP es la solución. Pero los discursos no son nada sin acciones, así que si le queda algo de honestidad, o rompe con Vox o colabora con Vox.

¿Qué izquierda?

Juan Carlos Monedero despreciaba en Twitter el breve discurso de Aitor Esteban durante la moción de censura con este argumento: “Si hay menos fascistas en Euskadi es porque la gente de izquierda les ha plantado cara”. ¿Qué gente de izquierdas? Los batallones de gudaris que se enfrentaban a los golpistas eran del PNV, ETA nació para sustituir a los jeltzales durante el franquismo, errando principios y fines ya desde su creación; y en democracia los fascistas eran los que mataban a quien no creían en una Euskal Herria de izquierdas nacida sobre balas y explosivos, y quienes les justificaban, por supuesto.

Abascal está amortizado

La columna de César Calderón en Economía Digital sobre el papel de Santiago Abascal me parece de las más acertadas: “Como si de un Donald Trump enloquecido se tratase, ha ido recorriendo todas las magufadas posibles del universo conocido para componer un paisaje dialéctico más propio de la cabeza de un adolescente con problemas de socialización”. Y coincido plenamente en que “Abascal marcó su tope”. El de Amurrio está amortizado después de su papelón en la moción de censura. Tal vez él no lo vio venir, pero creo que sí lo hicieron quienes le empujaron al estrado desde su propia bancada.

El ídolo de Santi

Cualquiera que siga mínimamente las políticas estadounidense y española se ha dado cuenta de que Santiago Abascal intenta copiar las formas a Donald Trump. Pero quien le escribe los discursos al líder de Vox es incapaz de diferenciar qué puede tener efecto en España de lo que sí lo tiene en EE.UU.. Si continúa este seguidismo, dentro de poco veremos a Abascal asegurar que lo malo de los gobernantes actuales, desde Urkullu a Sánchez, es que hacen caso a los que saben, pue este es el último argumento de Trump contra Biden: “Si votáis a Joe Biden, escuchará a los científicos” (Huffington Post).

Racistas, ¡fuera!

La crónica de Salvador Sostres sobre el partido entre el Barça y el Ferencvaros es infame por la referencia que el columnista y cronista de excepción incluyó sobre Ansu Fati, al que define así: “Mantero jovencísimo y negro que de repente veías corriendo por el Paseo de Gracia cuando alguien al grito de: ‘¡Agua, agua!’, anunciaba que la Guardia Urbana había llegado” (Abc). Ante semejante muestra de racismo, Antoine Griezmann reaccionaba en Twitter: “Ansu es un chico excepcional que merece respeto como cualquier ser humano. No al racismo y no a la mala educación”, y el Barcelona demandará correctamente a Sostres.

Si Vox marca la agenda…

Si Vox pretende marcar nuestra agenda, adelante. Así que, hablemos de Vox y de Santiago Abascal: “Tres meses después de haber adquirido un chalé de 185 metros cuadrados con garaje, jardín de 100 metros, localizado en una zona de alto nivel al norte de Madrid y de precio desconocido pero sujeto a una hipoteca de nada menos que 736.000 €, Santiago Abascal sigue sin actualizar su declaración de bienes. El Congreso obliga a los diputados a hacerlo (…). La compra se formalizó ante notario seis días antes de que Abascal anunciase su intención de presentar la moción de censura” (InfoLibre).

La noticia que no lo parece

A estas alturas, no resulta “noticioso” que Vox maneje cuentas falsas o automatizadas en redes sociales. Es lo esperable, es lo que hemos visto o barruntado e incluso tengo la sensación de que lo ha leído antes. Lo grave es el hecho en sí que describe el equipo de César Calderón: que la extrema derecha haya montado una estructura digital para difundir sus mensajes extremistas y populistas, por ejemplo, para calentar una moción de censura que solo busca los focos, porque no busca realmente los votos. No podemos permitirnos que el fascismo coja el micrófono. La historia nos lo ha enseñado.

Iglesias se apunta

Curiosamente, esta moción de censura va a ser más incómoda para el líder del principal partido de la oposición que para el presidente del Gobierno. De hecho, Sánchez estará encantado de enfrentarse, con todas las cámaras enfocándoles, a Santiago Abascal. Tan claros están los beneficios para el gobierno de la maniobra de Vox que se ha apuntado hasta Pablo Iglesias. De este modo, Podemos tendrá doble turno, como el PSOE (la portavocía del grupo parlamentario y el gobierno) y ayudará a alimentar al monstruo con cierta irresponsabilidad. A la extrema derecha, ni agua. Y mucho menos, voz y atención.

Y Casado tiene al enemigo en casa

Haga lo que haga, Pablo Casado va a generarse un problema. Así que solo le queda medir bien y decidirse por el menor de todos. En El Nacional explican que “el diario La Razón se aventura a asegurar categóricamente que el PP votará ‘no’”. Hoy lo sabremos. Pero ese rechazo hará que Vox tense la cuerda (el lunes leíamos en República.com que podría pedir entrar en los gobiernos madrileño y andaluz) y que el partido cruja por la derecha: Cayetana Álvarez de Toledo pedía en su canal en YouTube que el voto no fuese negativo, liderando una corriente que el PP ahora minimiza pero antes impulsó.

Arrimadas, ¿por la moderación?

Voy a ser bueno y voy a pensar que Inés Arrimadas está siendo sincera en sus deseos: a la de Ciudadanos le gustaría ser la centrada y moderada durante la moción de censura, pero su historial indica otra cosa. Arrimadas, como muchos otros en su partido, entendieron la nueva política como la de la puesta en escena de la tensión artificial. Ya sin ETA, la tensión había que crearla acudiendo al desfile del Orgullo después de haberse asociado con un partido homófobo como Vox o montando teatrillos para insultar a compañeras de hemiciclo. La tensión creciente en la política española tiene padres y madres que ahora se esconden.