Zelenski se equivoca

Zelenski se equivoca cuando “insiste en que el misil caído en Polonia no es ucraniano pese a la versión de sus socios”. Si la OTAN ha llegado a esa conclusión, e incluso algún medio ucraniano así lo ha sugerido (desde que Rusia comenzó la invasión todos seguimos a varios medios ucranianos que publican en inglés), poco o nada aporta a la resolución del conflicto que el presidente del país agredido se enroque. Poco o nada aporta a su credibilidad. Y eso es importante, porque el crédito se gana con dificultad (aunque Putin haya ayudado, evidentemente) y se pierde con mucha facilidad.

Era el único que lo sabía

Arnaldo Otegi nos recuerda en Twitter que él hace ocho meses ya acertó con su solución para la invasión rusa sobre Ucrania: “Parar la guerra y salida diplomática negociada”. Por favor, todo el mundo el pie y aplausos para la iniciativa. ¡Cómo no se le ocurriría a nadie antes! ¡Cómo no ha llegado esta ideaza a oídos de Putin, que es el que sigue lanzando misiles por centenares sobre un estado soberano e independiente! ¡En qué piensan Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron u Olaf Scholz, que no han llegado a la misma conclusión que Arnaldo Otegi! Como casi siempre, saber estar callado es síntoma de inteligencia.

No es la oferta, es la demanda

“El precio de la luz cae este jueves hasta los 75,51 euros/MWh, su nivel más bajo desde el 23 de octubre” (Nius). ¿Por qué baja? ¿Acaso ahora las placas solares están captando más luz y los aerogeneradores, más viento? ¿Acaso hemos encontrado un país proveedor de gas más barato y eficaz? ¿Acaso la oferta se ha multiplicado, o es que ha caído primero la demanda y, con ella, los precios? Lo que se puede expresar de otro modo: las empresas suministradoras suben los precios con la oferta. No hay agentes externos, no hay condiciones climáticas, lo que hay es mucho cemento para las caras.

Yo ya estoy en Mastodon

Ya sabemos que Elon Musk no se ha convertido en el hombre más rico del mundo por sus ideas (su inversión en Twitter parece ruinosa), sino por cómo explota a las personas: “El ultimátum de Musk a los empleados de Twitter: ‘O aceptas trabajar mucho o te vas’”, leemos en El Periódico de España mientras recordamos las muchas noticias sobre cómo en Tesla es un jefe latiguero y la presión a la que somete a sus equipos en su proyecto de cohetes para el espacio. Así se hace el dinero: exprimiendo sin vergüenza a propios y extraños para lograr tus objetivos. Con respeto a esos trabajadores, yo ya he creado una cuenta en Mastodon.

Si quieren foco, que tengan foco

La agresión a un periodista danés en Qatar tiene que ser vista por todo el mundo. ¿No quieren el foco sobre ellos los jeques y para eso se han comprado un mundial? Pues que quede claro a todo el mundo el tipo de personajes que habita el país. Yo creo que esto es mucho más útil que el boicot informativo o el apagón de teles. Que lo veamos (gracias a la prensa), que veamos todas y todos que nadie viaja y tienen que contratar a inmigrantes para animar, que sus dirigentes siguen pensando que ser homosexual es una enfermedad, el papel de la mujer en el país y la soberbia de su clase más acomodada.

Memoria

No me resulta indignante que Irene González haya escrito un alegato a favor de El Valle de los Caídos, una mezcla de monumento a la memoria y de zona de esparcimiento especialmente reconfortante, según su relato. Tampoco me sorprende que lo haya publicado Vozpópuli. Pero sí me divierte que una columnista alineada con quienes crearon un “pensamiento único” para ahogar al nacionalismo vasco se queje de que “en España no se puede hablar de nada, no se puede aprender, ni discrepar, ni escuchar a quien tiene algo distinto que ofrecer. Intentaron privar a mi generación de aprender cualquier cosa distinta al relato político”.

De lo dicho y los hechos

Me da igual que sea en el Senado, en el Congreso o en un mitin del PSOE, pero considero urgente que Pedro Sánchez desmienta el dato que hemos leído en The Objective: “De enero a agosto el crecimiento es aún más importante. Los datos del ministerio indican que las importaciones de Rusia llegaron a los 5.347,4 millones, lo que supone un 49,2% más respecto a los ocho primeros meses del año 2021”. ¿Dónde está la parte de bloqueo a Rusia que toca a España después de la invasión de Ucrania? ¿A qué se debe esta disonancia entre lo anunciado y lo ejecutado? ¿Quién paga los drones iraníes contra la población civil en Kyiv?

La guerra total

Ya he escrito lo mal que me parece que en San Mamés alguien ondeara una bandera prorrusa del Donbás y que quienes lideran la grada de animación dejasen de apoyar al Athletic. Y no, no lo he hecho de la foto de los misiles con supuestos mensajes de militares ucranianos nazis contra el nacionalismo vasco. Simplemente, no me lo creo. Me parece fruto de la misma propaganda que denuncia Marcelino Madrigal: “En la Wikipedia también están en guerra Rusia y Ucrania. Más de 80 cuentas falsas editaron más de 600 veces la página de la Wikipedia referente a la invasión rusa de Ucrania intentando colocar la narrativa pro rusa”.

Que alguien tome las riendas

La situación de la hasta hace poco opción política mayoritaria del nacionalismo catalán es muy preocupante. Y esa no es una buena noticia porque ese espacio ideológico existe y se frustra cada vez más ante la falta de respuesta de quienes deben representarlo. Después de perder su hueco en el gobierno (Puigdemont anunció que votaría a favor de salir de él, desde Waterloo), fían su capacidad de colocar sus mensajes políticos a una televisión de la TDT, 8TV, según El Independiente. Un canal en el que Rufián tiene su propio espacio de entrevistas, a imagen y semejanza del que tuvo Pablo Iglesias. Porque algunos valen para casi todo.

Juan Carlos I, Franco y un magnate en busca y captura

Juan Carlos I se va de boda. Sin salir de Abu Dhabi, que así no tiene que conducir y puede beberse el chupito de orujo de hierbas después de comer. “El enlace unirá a Juan José Franco, bisnieto del dictador e hijo de Francis Franco Martínez-Bordiú, con Khali El Assir, hija de uno de los amigos más íntimos del emérito y que también vive a los Emiratos Árabes”, leemos en El Nacional, en el que también recuerdan que el padre de la novia “fue acusado de defraudar de 75 millones de euros y en febrero de 2019 se dictó una orden de busca y captura”. Cuestión de pares y de tríos: Franco, Juan Carlos y el magnate se van de boda.

«La ignorancia es muy atrevida»

Tiene razón Ricardo Marquina con la apostilla de su tuit (“La ignorancia es muy atrevida”) sobre lo sucedido en la grada de animación de San Mamés el pasado sábado, cuando la Ertzaintza se vio obligada a retirar una bandera prorrusa del Donbas. “Estos palurdos pasarían el resto de su vida en la cárcel si defendieran posiciones separatistas de cualquiera de las minorías lingüísticas, étnicas o religiosas de Rusia”, recordaba el periodista desde la propia Rusia. Me temo que es tan sencillo como eso: la falta de ideas propias es sustituida por ideas incrustadas por medio de una propaganda burda que no penetra en la mayoría.

La Ikurrina ya fue perseguida

El fascismo no entra dentro de la libertad de expresión. Ya lo explicó Popper en su famosa paradoja: si dejas espacio a cualquier tipo de fascismo, por pequeño que sea, en San Mamés o en Euskadi Irratia, ese fascismo acaba por comerte. Por lo tanto no vale apelar a esa libertad, ni mucho menos equiparar una bandera prorrusa del Donbás a la Ikurrina. Porque la Ikurrina no será perseguida mañana: ya lo fue. Y no solo por Franco. La Ikurrina fue una bandera despreciada y vetada por quienes intentaron desde los fondos del antiguo San Mamés pretendían sustituirla como símbolo por un águila negra sobre fondo amarillo.

Justifícame esto

No en el Donbás, pero sí en Jersón, territorio ucraniano ocupado por Rusia de la misma manera, por la fuerza, han asesinado “al director de la Filarmónica después de negarse a tocar para los invasores” (El Nacional). Igual el portador de la bandera en San Mamés puede justificar las razones de la ejecución de Yuri Kerpatenko en su propia casa, evidentemente, sin ningún tipo de juicio ni sentencia previa. El músico se había negado “a actuar ante las tropas invasoras en un concierto pensado para mostrar ‘la mejora de la vida en Jersón’” (El Nacional). Si tengo que elegir bandera, elijo la de Kerpatenko.

El amigo de Rusia

La valentía de las mujeres iraníes y la dura represión de su régimen no han recibido la necesaria respuesta internacional mientras el país se veía como un posible aliado para reducir la dependencia hacia Rusia. Pero eso ha cambiado con el uso que podría estar haciendo Putin contra la población ucraniana de drones con carga explosiva de fabricación iraní, lo que ha permitido que pongamos la lupa en la batalla por los Derechos Humanos más básicos. Así que toca señalar el cinismo previo y, después, difundir titulares como este: “Detenida por el régimen de Irán la escaladora Elnaz Rekabi tras competir sin velo en Seúl” (República).

Se larga porque quiere

Uno que ha dejado claro cuál es su bandera es Martin Varsavsky, que dice sentirse “acosado fiscalmente” y por eso “tengo que irme” (El Confidencial). Juanma López Zafra, por su parte, asegura en Twitter que el inversor “se larga, porque lo echan”, en referencia a los impuestos. Y ante semejante colección de tonterías yo solo puedo aportar que Varsavsky se va porque quiere y porque su única patria es su dinero. En esta situación ni es la víctima ni tiene que ser el modelo a seguir. Al contrario: señalar sus contradicciones (a ver en qué país acaba, a ver cuándo regresa a España) y su insolidaridad es una obligación.

Que se vayan

Si voté en contra de la grada de animación en San Mamés no fue porque la idea me pareciese mala, que no me lo parece, sino porque estaba convencido de que no iba a tardar en ser manipulada por los de siempre. Es decir, por esa gente que no distingue entre China y una dictadura y entre Putin y un tirano, y que va a intentar confundirnos con sus mierdas en todo momento y lugar. Un partido en La Catedral, incluido. Y así acabó la grada de animación como acabó el sábado, cuando el Athletic más necesitaba los ánimos: callada y con un vacío significativo después de que se retirara una bandera del prorrusa del Donbas. Que no vuelvan.

La pancarta se la come quien la pone

La marcha y el silencio porque en San Mamés se retirase una bandera fascistilla vino precedida por otra polémica: la de las y los espectadores que pretendieron vivir como el resto los minutos previos al inicio del partido pero no pudieron hacerlo porque una gran pancarta se lo impedía. Por supuesto, no faltaron en Twitter quienes aireaban, como si fuera una cuestión de clase, que los que quisieron retirar el banderón eran del anillo VIP. Borja Barba acierta con su idea: “El próximo día el tifo que quite visión a la grada ‘de animación’”. ¿O eso no puede ser? ¿Quién decide qué asistentes, socios o no, se comen la pancarta? ¿Con el permiso de quién?

“Vivan los leones”

La afición de San Mamés, desde quienes van a la grada de animación a animar y no se pliegan a los mafiosos de turno, a las y los tribuneros que simplemente vamos, animamos, nos comemos un bocadillo y nos llevamos el papel con el que lo envolvemos (sin pipas ni basura bajo nuestros asientos), somos los herederos de los que aparecen en la foto que, justamente ayer, en la cuenta Historia del Athletic, difundían en Twitter: unos aficionados de 1942 apretados tras una pancarta de “aupa Zarra!”. Los que no vienen de ahí son los manipuladores y las hordas de tuiteros anónimos que entonan el Bella Ciao y abanderan la obra de Putin.

Fascista y terrorista

Me hace gracia, empatizando con la tragedia previa, que una parte de la juventud que se autoproclama de izquierdas, en Euskadi y en España, se empeñe en defender a Putin y lo que está haciendo en Ucrania, cuando el presidente ruso ha mostrado sus lazos claros con la extrema derecha de todo el mundo. Putin es un dictador, un fascista, un desestabilizador, el extorsionador más grande del mundo y un terrorista. El ataque con drones sobre Kiev y los ataques a las fuentes de energía de Ucrania para diezmar a la población con el frío, son crímenes injustificables y que deberán ser juzgados por las autoridades supranacionales.

¿Y con este qué hacemos?

Quien justifica a Putin suele tener problemas también para reconocer la dictadura china. Lo que hemos visto en todos los informativos y webs, incluso las más favorables al régimen comunista, era un acto de partido único, ausencia de democracia y clasismo severo, a todas luces. También asistimos a una nueva amenaza: “Xi Jinping advierte: no renunciará ‘a la fuerza’ para lograr la reunificación de Taiwán” (Vozpópuli). El país elegido por EE.UU. para no depender tanto de China se ha convertido en un objetivo militar del gigante asiático, y ya estamos asistiendo a la justificación, vía injerencia extranjera, de una nueva ocupación por la cara.

Claro que pasan estas cosas

Si algo hemos hecho por encima de nuestras posibilidades es empoderar a tontos. Y esta vez no hablo de Elon Musk (que lo haré): las y los activistas que han decidido que destrozar una pintura icónica de Van Gogh echando sopa de tomate sobre ella es una buena idea para llamar la atención sobre el uso de combustibles fósiles, evidentemente, son tontas y tontos. No hay que darle más vueltas. Tontas y tontos empoderados porque esta juventud de cristal, según los empoderadores, merece su oportunidad, maneja otro lenguaje, crea contenido y llama la atención mejor que los viejos, sabe lo que quiere y en nombre del ecologismo todo vale.

No noto la diferencia

Quien también me parece infantil aunque esté hablando de algo tan serio como el acoso y tenga la edad suficiente para ser padre es Pablo Iglesias. Su tuit, que rebosa odio hacia Ana Pastor (periodista sobrevalorada y crecida a partir de su propia estima), es injustificable. Tanto como lo que sufrieron Pablo Iglesias, Irene Montero y sus hijos e hija. Aunque el exvicepresidente está acostumbrado a mezclar cosas en sus argumentos este tuit le ha salido demasiado ecléctico: lo que sufrió su familia no le da patente de corso para llamar hipócrita a la periodista, que está siendo acosada por su parte en Twitter, porque Inda sale en LaSexta.

La estrategia de siempre

Pablo Iglesias señala a hipócritas en Twitter mientras en su programa de televisión on-line no es capaz de reconocer a quien repite la propaganda rusa palabra por palabra. Lo hace Sara Serrano en Público cuando habla de “un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance contra blancos energéticos, militares y de comunicaciones ucranianos”, y se refiere a las decenas de víctimas civiles ucranianas de esta semana. También replica sin rubor los argumentos del terrorismo ucraniano contra Rusia y Bielorrusia para justificar más despliegue militar (del lado del Kremlin, por supuesto). Sí, esta mierda tenemos que leerla cada día.

La patria de Musk

Al final, sí, he acabado hablando de Elon Musk en esta columna sobre tontas, tontos, personas que mezclan cosas y otras que copian la propaganda rusa: al propietario de Tesla y futuro de Twitter no le ha gustado que un miembro del gobierno ucraniano le mandase a la mierda en la red social que va a adquirir y, como venganza, empezará a pasar la factura (al gobierno estadounidense) de su sistema de satélites, que utiliza Kiev para coordinar a sus tropas. Musk recibió la invitación para irse al guano después de sugerir que la guerra se acabaría si Ucrania cedía terreno a Rusia. Él, por si acaso, no va a ceder más sus dólares, que son su única patria.

Buena noticia

Me parece una buena noticia que “tan sólo una veintena de presos de ETA cumple ya condena fuera de Euskadi”. Y me parece también muy bien cómo la cuenta Mikel Segovia en El Independiente: repasando los asesinatos de los miembros de la banda que van a cumplir el resto de su condena donde les corresponde, cerca de sus familias. Segovia menciona los nombres y apellidos de las víctimas, muertas de forma injusta y a la manera fascista: quien pensaba diferente era el enemigo y era sentenciado sin juicio y por la ley de la fuerza (en este caso, balas y explosivos). No olvidemos quiénes vienen aunque celebremos que lo hagan.