Ah, vale, los presos

Cero sorpresas: Bildu ha arrancado al gobierno español beneficios para los presos de ETA, otra vez. Por mucho que Mertxe Aizpurua se muestre categórica asegurando que esto no va como parece, me temo que lo explicó con claridad Arnaldo Otegi en Eibar después de la declaración pomposa en Aiete, y me temo también no es la primera vez que lo vemos. En este caso, además, llama la atención la colaboración del gobierno español: “Moncloa cuela la reforma exigida por Bildu para reducir la pena a 41 etarras, entre ellos Txapote”. “Viene de tramitarse una ley orgánica con efectos en el Código Penal por la vía de urgencia” (The Objective).

Mal momento para su ley

Sin entrar a valorar el morro con el que Bildu ha cogido una propuesta de reforma de ley del PNV, ha cambiado cuatro cosas y se ha anotado el tanto, es evidente que su propuesta de ley mordaza, que debilita la autoridad de las y los agentes (una de esas cuatro cosas que ha modificado Bildu, por supuesto) ha llegado en un mal momento, visto solo la actuación de los hooligans en Euskadi y alrededores: los ultras belgas en Anoeta, las trifulcas en Bilbao entre hinchas vascos y holandeses (con protagonismo también de los tontos locales) o lo que ha pasado en Coruña con los fachas malagueños no generan seguridad, precisamente.

Libertad para masacrar

Se cumple un año del condenable ataque de Hamás sobre población civil israelí. Un hecho que podemos y debemos repudiar y rechazar, igual que podemos repudiar y rechazar la masacre que Israel ha cometido sobre Gaza, y ahora extiende Líbano y Cisjordania con una impunidad vergonzante. Quien justifique uno u otro ataque, aunque haya diferencias claras entre ellos, sabe lo que hace y lo que es. Y condenar ambos no es equidistancia esta vez, es humanidad. Por mucho que llevemos un año viendo bombardeos, víctimas y ciudades arrasadas, no podemos caer en la indolencia: debemos denunciarlo cada día.

Ni un minuto más

El comunicado de las y los alumnos de la UPV/EHU que han denunciado que iban a tener como profesor a un homófobo, machista y catalanófobo, según los mensajes que muestran, y que ha publicado El Diario, me parece muy interesante: está bien escrito y bien planteado, y relata unos hechos intolerables. Además, el comunicado deja mal a quien ha querido apropiarse de la acción (un saludo para Ikasle Abertzaleak, que no ha cambiado nada en 25 años) y a quien se ha apoyado en la izquierda abertzale para girar el foco. Yo solo pido que lo sucedido sirva para revisar el sistema: lo que piensan las y los docentes, y lo que hayan dicho o escrito, importa.

No podemos hacer como que no está publicado

Volvería a denunciar desde esta columna la retención de Pablo González en una cárcel polaca sin que supiéramos (por lo menos, yo no los vi publicados) los cargos. Y volvería a reclamar que se levantara la incomunicación que denunciaba su propia familia en Euskadi. No me cabe duda. Pero después de que entrase en un intercambio de presos, como un agente ruso más, y de lo que está publicando El Mundo, con Xavier Colás, gran conocedor de aquel país, y que habla de un falso periodista y un espía ruso real, no puedo hacer como si esto no estuviera pasando. Lo estamos viendo y tenemos la obligación de contarlo. Si no, ¿en qué nos convertimos?

El respeto a nosotras y nosotros mismos

Pocos detectores de idiotas hay más infalibles que el “ACAB” o el repudio sistemático a la policía. Voy más lejos: una sociedad que respeta a sus fuerzas de seguridad es una sociedad avanzada. Pero para eso, claro, lo primero que hace falta es que las propias policías no se hayan perdido antes el respeto a sí mismas. Me centro, que me iba: no es violencia policial reducir a un delincuente, por mucho que se haga en un barrio con un porcentaje de migrantes mayor que la media. Necesitamos una policía empoderada y no una que dude, si queremos mejorar la sensación de seguridad en nuestra calle. ¿O alguien no quiere que mejore?

Hablemos como personas adultas

De la misma manera, por supuesto que necesitamos saber que, si llega el caso, vamos a poder defendernos del agresor. Una Euskadi independiente necesitará unas fuerzas de defensa e integrarse en pactos internacionales por la seguridad. ¿Alguien lo duda? ¿Por qué? ¿Quién nos ha generado esa duda? ¿A quién apoya el que nos la genera? Voy a un caso concreto: “La falsa disyuntiva armas-para-protegerte/hospitales-para-tratarte resuelta en una sola foto”, tuitea Xavier Colás sobre la foto de las y los niños, pacientes oncológicos, que han tenido que continuar su tratamiento en la calle de Kiev después de que Rusia lo bombardease.

También en Catalunya

En Catalunya especialmente necesitan que las y los políticos, y los medios, hablen, por fin, a la ciudadanía que vota como si fuera adulta porque lo es. Esto de El Independiente es positivo: “PSC y ERC avanzan para investir a Illa con el consorcio tributario como pieza clave”. Lo es porque supone un avance hacia la conformación del gobierno gracias al diálogo y lo es porque Puigdemont debe mover ficha sin esperar a una repetición electoral. El momento es ahora: lo que tienen en común y lo que no los partidos debe quedar claro ya. Y las consecuencias, por cierto, también deben ser asumidas de una manera adulta, y no con pataletas ni vendettas.

Por ejemplo

ERC tiene que tomar una decisión difícil: perder parte de su reputación facilitando que Illa sea presidente y mantener el número de escaños, o llevar a Catalunya a una repetición electoral sin mácula pero preparándose para recibir un tortazo electoral con la mano abierta. De nuevo una encuesta en Vozpópuli muestra una caída del socio de Bildu tan brusca que a Illa no le darían los números para ser president con ERC y los Comuns. ¿Y después, qué? ¿Una situación de bloqueo permanente? Porque Junts tampoco ganaría tanto en esa repetición ni podría maniobrar con holgura. Toca resolver el acertijo y asumir lo que venga.

Y esto, de fondo

Curiosamente, ERC se ha puesto el palo en la rueda de su propia bicicleta: el partido hermano de la izquierda abertzale en Catalunya “afronta una nueva semana en el fango del caso de los carteles del alzhéimer en plena negociación para la investidura”. Hablamos de la denuncia de Ernest Maragall, que se vio en unas fotos despectivas en la calle junto a su hermano, Pasquall, en una acción de fuego amigo, ya que señaló a Tolo Moya, el director de Comunicación de ERC. Según Público, el partido intenta frenar la sangría por este “escándalo” cuanto antes para poder avanzar hacia la negociación y evitar, así, una repetición electoral con tanta fragilidad.

Cosas de alcaldes y alcaldesas

A nadie se le escapa que Joseba Asiron tiene un problema gordo sobre la mesa con los encierros y las corridas de toros durante San Fermín. Pero la cara nunca puede ser más grande que el problema. Así que, no, no vale que el alcalde de Iruña diga en Euskadi Irratia que a él no le corresponde decidir sobre cómo serán las fiestas más famosas del mundo mientras su partido, Bildu, no se corta en exigir a otras alcaldesas y alcaldes a que eliminen las ferias taurinas de sus programas. Ojo, que puedo estar de acuerdo con esa supresión y la de las plazas (pocas obras civiles habrá más feas), pero no con la hipocresía y el morro de algunos.

No, así, no

No, no tiene ni una pizca de gracia el vídeo de Óscar Puente para agradecer el “premio limón” con chistes que solo le gustan a él, a quien se lo ha escrito y a quien le aplaude con el carné del PSOE entre los dientes. El ministro español de Transportes no puede exhibir ese nivel argumentativo, ese serpenteo entre bromas e insultos, hablando de asesores que toman gintónics. Yo no niego que los tomen ni que podamos comentarlo en confianza, pero un vídeo en X no es el lugar para sugerirlo. La política española está en un nivel bajísimo, solo era pero cuando Iglesias era vicepresidente, y Puente está dispuesto a escarbar.

Milei, a topísimo. Sánchez, encantadísimo

Mientras Óscar Puente nos dejaba chistes sin gracia que a él le parecían perlas, Javier Milei daba un baño a todo el PSOE con su estrategia en X: “El hashtag #PedroVigilaATuEsposa fue lanzado por el equipo digital de Milei que dispone de más de 50.000 cuentas falsas y al que se sumó algún influencer más en Argentina y España. Tiene casi 500.000 tuits y Milei lo retuiteó 58 veces hasta el momento. Presumió en sus redes de ser trending topic mundial”, explica Julián Macías. Pero no creo que Pedro Sánchez esté demasiado preocupado: al contrario, está encantado con lanzar la campaña del PSOE a las europeas con la ayuda de Milei.

Enemigos íntimos

Así están las cosas: una crisis internacional, con todos los descalabros que supone diplomáticos, comerciales y bursátiles, está siendo utilizada por los presidentes de los países implicados como una oportunidad para mejorar su notoriedad y valoración. Sánchez lo hace en clave electoral, y Milei en clave interna: “El empleo y los salarios se derrumban en Argentina mientras Milei desata un conflicto con España”, titulan en El Diario como si esta noticia y la crisis internacional no estuvieran conectadas. A mí lo que me pasma es la cantidad de periodistas que compran la mercancía en España y en Argentina.

Lo que dice Moscú

No puedo aportar nada a este tuit de Xavier Colás: “Cada vez que Moscú dice algo, nuestro trabajo es recordar qué dijo antes. 2008: Crimea no es un objetivo, es un caso distinto a Osetia del Sur. 2021: Ucrania no es un objetivo, es un caso distinto a Crimea. 2024: los Bálticos no son un objetivo, son un caso distinto a Ucrania”. Vladímir Putin ha ido atacando territorios, invadiéndolos a golpe de misil, tanque, soldados y, ahora, drones de combate. Mientras hacía esto, desequilibraba Europa políticamente azuzando tensiones internas y a la extrema derecha, y contaba y cuenta con una legión de tontos útiles que no reconocen a un fascista.

¿La carrera del euskera o de las movidas?

Tuvo que llegar la Korrika a Bilbao, y no puede ser una casualidad, para que en las fotos empiecen a aparecer siluetas de personas de ETA presas, banderas que reclaman su regreso a casa, no a Euskadi, e incluso una bandera de Ernai cuando Iribar coge el lekuko en San Mamés. Esas banderas no han aparecido ahora: cuando pinchabas el streaming aparecían casi en cualquier momento. Esas banderas, esas siluetas, se han dejado ver ahora en las fotos oficiales, esa es la novedad, ahora, insisto, qué casualidad, que acaba la Korrika y a su paso por Bilbao. ¿Le conviene a Aek, como empresa privada, asociarse a estas marcas?

Bien tirado

Me parece difícil negar que el tuit de Esan, el sindicato de la Ertzaintza, para protestar por los ataques a las sedes de la policía vasca, estuvo bien tirado y tuvo su gracia: “ESAN solicita un nuevo modelo de Izquierda Abertzale. ESAN quiere denunciar la campaña de acoso y criminalización a la que se está sometiendo a la Ertzaintza por la autoproclamada Izquierda Abertzale”. Quien siga esta columna sabe que tengo muchas dudas con el “nuevo modelo policial”, porque no sé qué policía sigue un modelo distinto al de la Ertzaintza y porque ese debate evita que hablemos del que importa: la seguridad.

El régimen ruso

Tenía guardado para esta columna un tuit de Xavier Colás en el que respondía a una periodista prorrusa y le afeaba cómo se plegaba al régimen de Putin. Pero no me ha dado tiempo a sacarlo: el corresponsal de El Mundo y Telecinco en el país ha anunciado en X que “las autoridades rusas han rechazado a última hora renovar mi visado de periodista y sólo he contado con 24 horas para salir del país”. Colás ha informado con crudeza tanto de la invasión sobre Ucrania como de sus consecuencias, mostrando a las familias de los militares muertos en el frente y la represión del régimen contra las protestas. Por eso Putin ha muteado su voz.

No, España no va tan bien

En este caso, no podemos decir que lo que aparece en El Economista sucede en España y es extensible a Euskadi. Porque no lo es: la CAV y Nafarroa suben notablemente la media de los sueldos en el conjunto del estado español. Por lo tanto, este es un problema es español: “Su brecha salarial con los vecinos europeos se duplica desde 2008”. Los subtítulos son muy claros: “Los trabajadores españoles cobran un 23% menos que la media del Viejo Continente. La retribución por hora trabajada en España es de 18,3 euros, frente a los 23,8 de la UE”. Y eso que la subida del SMI ha tirado hacia arriba la estadística.

¡Cómo no!

Creo que a nadie ha sorprendido este titular: “Vox ficha a Juan Carlos Girauta para las elecciones europeas” (The Objective). Antes que en Ciudadanos, Girauta militó en el PP (de hecho, empezó a ser conocido por defender mucho más allá de lo defendible la tesis del 11-M de José María Aznar). Y antes que en el PP, estuvo en el PSOE, de donde salió airadamente, según él mismo ha reconocido en alguna ocasión. De esta manera, ha completado el parchís de partidos españoles, como alguien tuiteaba ayer mismo. Y no ha fichado por los de Abascal solo para la foto: saliendo el número tres en la lista al parlamento europeo, es fácil que llegue a Bruselas.

¿Dónde están?

Pocos tuits habrá como este de Bildu, de una entrevista a Arnaldo Otegi en Radio Popular, que dejen tan claro el viraje de la izquierda abertzale. El líder sin caducidad se pregunta: “¿Dónde están los foralistas navarros?”, ante la transferencia de Tráfico fallida que pactó su grupo en el Congreso. ¿Y dónde estaba la izquierda abertzale, que acaba de darse cuenta de cómo funcionan las negociaciones y las transferencias? Sentencia Otegi: “La judicatura en española está en modo golpe de estado contra el gobierno de Sánchez”. Para velar por España ya está su agrupación, que quede claro. ¡Ay, cómo pesa el plato de lentejas!

No pasa nada. O sí

Hablando de la izquierda española desde el PSOE a la pared, podemos percibir que su obsesión por el gobierno español está haciéndoles perder la perspectiva territorial. El PSOE es hoy un partido instrumental para que Sánchez siga en Moncloa. Y Sumar, una marca para las elecciones generales. A los hechos me remito: “Yolanda Díaz rescatará a Marta Lois tras el naufragio de las gallegas” (EPE). Candidatas que van y vienen a Madrid, designadas a dedo y reubicadas al dedillo, no resultan convincentes ni atractivas. ¿Quién se queda en Galiza para luchar porque Sumar sea una fuerza parlamentaria, como Democracia Ourensana, por ejemplo? ¿Qué perciben las y los votantes?

Mientras tanto…

Mientras hablamos de las elecciones gallegas, de cómo el PP ha tenido un resultado extraordinario y los partidos de izquierda españoles se disuelven como azucarillos en el café de los partidos que les apoyan, el gobierno español, ese tan progre, el de Sánchez que pide líderes fuertes y el de Díaz que recoloca a sus apuestas, “ya piensa en que trabajemos más allá de los 70 años mientras cobramos pensión de jubilación. Una más baja, claro” (El Blog Salmón). ¿Es acaso esto progresista? ¿Quién se va a beneficiar de esta idea en mayor medida, taponando la escalada de personas más jóvenes a altos cargos empresariales?

Se llama Yulia Navalnaya

Xavier Colás, corresponsal de El Mundo en Rusia y Ucrania, lo tuitea así de bien: “Se llama Yulia Navalnaya. Se une a X tres días después de que matasen a su marido, Alexey Navalny. Anuncia que quiere continuar su labor”. La labor del opositor que ha fallecido en una durísima cárcel rusa le llevó, precisamente, a esa cárcel, y presumiblemente, a ser envenenado y atacado en varias ocasiones. Yulia ha aceptado tener encima una espada de Damocles en forma de arma oficial de las fuerzas del orden del Kremlin, y lo ha hecho porque alguien tiene que hacerlo: alguien tiene que dar esperanza de futuro al pueblo ruso.

TikTok avanza

Me parece que la pieza de Business Insider sobre el futuro de TikTok es demasiado pesimista: en el digital creen que “cabrear a los usuarios obligándoles a ver anuncios podría ser su perdición” aunque reconocen que “la red social ha ganado anteriores batallas gastándose miles de millones de euros y poniendo en práctica movimientos empresariales inteligentes”. En resumen: la incorporación de Biden a TikTok (pese a haber señalado repetidamente los posibles perjuicios de la red) coincide con campañas comerciales intensas que hacen que se quejen sus usuarias y usuarios. Es decir: lo de siempre, otra vez.