Lo que a Sortu no le gusta

La final de la Europa League en San Mamés solo tuvo un lunar: que no la jugó el Athletic, que estuvo solo a un paso de lograrlo. Todo salió bien (salvo eso y que el partido no tuvo mucho fútbol, según las crónicas), eso no lo duda nadie. Bueno, alguien, sí: Sortu Bilbo se quejó porque los ingleses tomaron Bilbao… exactamente igual que las y los bizkainos hemos tomado Sevilla en varias ocasiones. Exactamente igual o peor, que nadie venga ahora de superdigno y supercivilizado, que algún pis vasco en la Giralda ya habrá caído. ¿O esto es como lo del turismo, que solo molestan cuando vienen porque en Sortu nadie es turista?

Son fachas

Solo era cuestión de tiempo: “Vox y Aliança pactan por primera vez en el Parlament” (La Vanguardia). Los fachas españoles y los fachas catalanes “acuerdan enmiendas en una moción del partido de Sílvia Orriols contra el uso del velo islámico en espacios públicos, que ha sido rechazada por la Cámara”. Lo que les une puede más que lo que les separa: el rechazo al diferente. Y ojo, no voy a poner paños calientes a que hayamos normalizado prácticas machistas que habíamos superado, por lo menos, en parte, y han sido importadas de nuevo. Pero a mí sí me importa quién lo denuncie y qué ha hecho y dicho antes.

Este, también

Donald Trump va de patriota pero no lo es (tampoco lo es Sílvia Orriols, y tampoco lo son muchos de Bildu que anteponen la izquierda al país). La decisión de su gobierno, que “bloqueó la inscripción de estudiantes internacionales en la Universidad de Harvard” va en su contra. Renunciar a capital humano de primer nivel intelectual y económico (becados o no, los cursos cuestan más de 50.000 euros, según varias fuentes) es un error evidente. Ahora tienen que moverse rápido las universidades europeas para atraer ese talento y para presentarse como oportunidades abiertas y estables a esas personas con mayor potencial que la media.

¡Ay, el colaboracionismo!

Quien colabora con el fascismo, con cualquier expresión del fascismo (y en Euskadi conocemos bien a las y los que lo han ejercido), es un colaboracionista. “Normalizar la brutalidad tiene un precio. Muy alto para las víctimas pero también para los victimarios. Cuando ocurrió en la Alemania nazi acabaron pagando hasta los aliados de Hitler como Ernst Röhm. Pensar que eso no ocurrirá en Israel es ignorar la historia”. Esto que escribió Javier Espinosa en Bluesky debemos llevarlo a la práctica lo más literalmente que podamos, en el caso del gobierno y ejército israelíes, y también en el caso vasco.

Un “eskerrik asko” empañado

Cualquier niña o cualquier niño que ha querido sacarse una foto con Óscar de Marcos ha podido hacerlo. Sin embargo, ayer, muy pocas niñas y muy pocos niños pudieron despedir al capitán del Athletic. La hora que impuso La Liga lo impidió. Un horario que también generó complicaciones a las y los adultos que quisieron quedarse a aplaudirle antes de volver a casa. Pero esta denuncia no debe empañar la trayectoria deportiva y el valor humano extraordinarios que ha demostrado cada temporada Óscar de Marcos. Una persona que encarna como pocas ese: “Herritik sortu zinalako maite zaitu Herriak”.

La memoria

Cada uno puede recordar a sus muertos como quiera, pero tiene que ser consecuente. Por ejemplo, Sortu puede creer que el recuerdo a dos terroristas hoy en Bilbao es algo importante para la ciudad y yo puedo opinar al respecto lo que me dé la gana después de que, en 15 segundos en Google, haya comprobado que Arkaitz Otazua tendió una emboscada a dos ertzainas e Iñaki Fernández de Nograro huyó de la justicia acusado de intentar asesinar a Juan Mari Atutxa. Lo que me preocupa es el silencio cómplice de quienes representan a Bildu y no dicen nada ante el tuit de Otegi y, en la misma semana, este doble homenaje en Bilbao.

El imbécil

No importa cuánto te esfuerces en evitarlo: siempre va a haber algún imbécil. Pero por lo que parece nadie ha ganado a tonto a quien creyó que era una buena idea tocar el culo a Isa Balado, una periodista que hacía un directo desde la calle para un programa de Cuatro. El gilipollas ha sido detenido. Bien. Pero solo es el eslabón más débil en la cadena de trogloditas. Creo que Naiara Pinedo resume muy bien lo que sucede en su tuit: “Los discursos negacionistas alientan la osadía de los machistas”. El agresor actuó de la manera que lo hizo porque la extrema derecha legitimada por el PP alienta esos comportamientos.

Las elecciones

Yo cada vez veo más clara la repetición electoral en España: Núñez Feijóo es un globo pinchado y Santiago Abascal, un friki. Yolanda Díaz suma tan poco que es irrelevante y, lo que más importa en el cálculo de Sánchez, con unos escaños más Sánchez puede librarse de necesitar el apoyo de Junts, por ejemplo. “El PSOE no descarta ya elecciones y cree que cuenta con un discurso ganador”, leo en El Independiente y confío sobre todo en que Isabel Rodríguez quiera lanzar un mensaje a Puigdemont y su equipo para que rebajen sus exigencias. Pero la expectativa de una repetición electoral que solo beneficiaría a Sánchez da miedo.

El mal

Un mundo tan globalizado como el actual, en el que todo se parece tanto entre sí y apenas hay ya diferencias culturales, comerciales e incluso gastronómicas, está perfectamente preparado para un gobierno, una justicia y un legislativo igualmente globales. Una democracia plena que castigue a quien no se integre y vele por la ciudadanía aplastada por militares, paramilitares y jeques. Un mundo que no permita que haya un Vladímir Putin y un Kim Jong-un capaces de reunirse para hacer el mal. Y que no me vengan con otanismos y zarandajas. Estamos hablando de delincuentes, de saqueadores y extorsionadores con camisas blancas bien planchadas.

Un error

Creo que el Athletic se ha equivocado respondiendo a Rafa Alkorta. Puede disentir (y es lógico que lo haga) con las declaraciones del exdirector deportivo en Onda Vasca. De hecho, algunas cosas que le escuché a mí tampoco me gustaron. Pero Alkorta tiene derecho a expresar su opinión con el respeto que él considere que merece la situación. Si el Athletic entra en la guerra de los desmentidos, como bien avisa Iker Fernández en Twitter, no va a dar abasto, y además, creo yo, rebajará el nivel de la institución para ponerla a la altura de la polémica de la que se quiera defender. Y eso, simplemente, no puede suceder.

El modelo festivo que mejora

Conocí tarde la Aste Nagusia y cada año que pasa me gusta más. Llevo 20 años disfrutando de las txosnas, los conciertos, los bares, los restaurantes y, en las últimas ediciones, el txikipark, las barracas, los gigantes y los cabezudos porque creo, sinceramente, que cada año la Aste Nagusia es mejor gracias a un modelo festivo que combina lo del ayuntamiento con lo de las comparsas y lo de las empresas privadas (desde el teatro a la hostelería), y que evoluciona: “Asistencia flojísima en la plaza de toros de Bilbao a pesar de intensa publicidad” (Bilbao Hiria), que han pagado los promotores, al contrario de lo que dicen los bulos interesados de algunos.

No otros modelos

Consumo y disfruto en las txosnas: voy a las que hacen convivir sus reivindicaciones con la fiesta y evito las que ponen por encima lo primero. Pero yo soy un viejo: las txosnas las llenamos hoy quienes ya leíamos hace 20 años los mismos mensajes. “Mucha policía, poca diversión” siguen cantando algunos mientras los robos y los hurtos se han disparado en los últimos años en esa zona, precisamente, y los agentes son señalados sin rubor. No sé si la película que cuenta Ane Lindane en Twitter es cierta, pero sí sé que cada vez cuesta más defender a unos cuerpos policiales que se han perdido el respeto a sí mismos.

Cosas de fascistas

Hay dos modos de hacer política en una txosna: reivindicando lo tuyo o haciéndole la campaña a Sortu (directamente) con sus filias y fobias históricas. Yo prefiero el primer modelo, que en estos 20 años me ha hecho sonreír sin complejos ante alguna pegatina o decoración. Casi todo es compatible si recuerdas que la Aste Nagusia de Bilbao se trata de una fiesta de todas y todos, no solo tuya o para tus mierdas: el cartel para anunciar unos conciertos con Santiago Abascal recibiendo un tiro en la nuca (la primera vez que lo vi pensé que era un tomatazo, lo reconozco) es tan fascista como lo que pretende denunciar.

Lo de siempre

El modelo festivo de Bilbao, que es capaz de reunir lo público, vía ayuntamiento; lo ciudadano, vía comparsas pero también el jolgorio espontáneo de quien sale a la calle; y lo privado, vía hoteles, restaurantes o teatros, me parece extraordinario y a preservar. Un modelo, ya lo he escrito, que evoluciona, no solo en lo ético y lo estético: la Aste Nagusia se celebra hoy en muchos más espacios que antes y para mucha más gente. Lo que menos ha avanzado, también lo he señalado, es precisamente lo que aporta Bilboko Konpartsak. Y seguirá así, me temo, mientras asociaciones como COVITE puedan denunciar año tras año lo mismo.

Hablemos de los precios

En Aste Nagusia hay mucho que ver, tanto que lo que menos miramos es el bolsillo: salimos, bebemos, comemos, vamos a las barracas, al teatro… Sabiendo que, en algunos casos, estamos pagando de más. De más pero muy democráticamente: pagamos tanto como las y los turistas y, además, pagamos como turistas (todas y todos lo somos, que no me venga nadie con ese rollo del “viajero”) cuando salimos de Bilbao: “Los hoteles cobran precios récord en julio: un 5 estrellas cuesta un 84% más que en 2019”, leo en El Independiente y pienso si será culpa de Putin o de Airbnb. Mejor lo pienso mañana que todavía queda un día de Aste Nagusia.

ELA debilita a un equipo… y al país

Va por delante mi reconocimiento a todas las personas trabajadoras que reclaman una mejora justa de sus condiciones laborales. Pero en este caso me dirijo a ELA, que firma todas las pancartas y ha intervenido para generar un ruido constante en la puerta del hotel Occidental de Bilbao, en nombre de las y los empleados, donde se aloja el Soudal-Quick Step. ¿Sabe ELA el esfuerzo colectivo que muchísimas personas hacen para que haya huéspedes durante la “grand depart” y de vacaciones, para que haya hotel, para que haya sector? ¿Sabe el dinero público que se gasta en que haya un equipo del Tour allí? Lo peor es que sí que lo sabe.

Actualización a día de la fecha: en el hotel Occidental de Bilbao, además del Soudal-Quick Step se ha alojado el equipo del Jumbo-Visma.

Tienen la fuerza, no la razón

Es evidente que la Ertzaintza se ha excedido en los fondos y en las formas. Yo sigo haciendo mías las apelaciones al diálogo, pero solo las que reconozcan que al otro lado también hay personas. Y esas son pocas, por desgracia. Xabier Lapitz, blanco de la ira y chulería de quienes la muestren con preocupante facilidad (desde perfiles anónimos, además), lo dice alto y claro: “¿Sabéis por qué hay que poner orden? Porque no puede ser que los que tienen la fuerza bruta vayan contra la mayoría parlamentaria. Y sí, me refiero a la Ertzaintza”. Quien no entienda esto (y no son todos, ni tampoco la mayoría) tiene un problema.

Así les va

Mientras en Euskadi sufrimos una policía “jupolizada” (no tanta como parece, estoy convencido), en España empiezan a librarse de ese sindicato: Jupol deja de ser el mayoritario, según El Diario. Quién nos lo iba a decir: la policía española (la misma que pide las condiciones laborales de la Ertzaintza) parece que va por delante de la autonómica vasca. Pero no se trata solo de los policiales: los sindicatos no posibilistas, mayoritarios en Euskadi, a medio plazo complican la vida de todas y todos, no solo del empresario, el patrón o la institución pública que no gasta en lo que el sindicato (y algunos asindicados) reclama.

Hablemos de esto

¿Son muchos 110.000 euros brutos por soportar la presión de ser el líder de la oposición de un país como España? A mí no me parece excesivo, la verdad. Un directivo de una empresa con una responsabilidad siempre menor ganaría mucho más. Esta es la verdad. Y tendremos que abordar en algún momento que las medidas populistas de que las y los políticos cobren poco acaba perjudicando a la democracia y al acceso a esta de quien menos tiene. La política tiene que ser atractiva para que las y los mejores no dejen hueco a las y los mediocres. Lo que no ayuda en nada al debate es el juego de esconder la bolita de Núñez Feijóo y el PP.

No es un pulso

Estamos viendo a Núñez Feijóo, precisamente, y a Pedro Sánchez, en los programas de televisión con más audiencia o mejor consideración (que no siempre coincide). Si pudieran, Esteban, Aizpurua, Abascal y Díaz harían exactamente lo mismo. En la mayoría de esos espacios, la o el entrevistador se ha erigido en estrella, pero para mal. Este tuit de Quique Peinado es una lección para la profesión: “Hace años, no es de ahora, asistimos a un tipo de entrevista en el que la gracia está en ver quién gana. Y eso no es una entrevista: es un choque de egos. A mí, y es mi opinión, no me interesa nada ese rollo”.

«¡Árbitro, comprado!»

Después del partido en San Mamés, Xavi Hernández pedía no hacer juicios anticipados al FC Barcelona por la hostilidad del público ante lo que estamos sabiendo sobre el “caso Negerira”. Mi duda es si hace la solicitud como entrenador del equipo actual o como capitán de aquel equipo que pudo haber sido directamente beneficiado por el dinero que el club pagaba. Un dinero que, después, el exárbitro sacaba en metálico del banco y con el que “Hacienda sospecha que Negreira usó 550.000 euros que recibió del Barça para pagar a terceros” (República). Yo solo sé que lo que pasó en el campo y en el VAR el domingo no es normal.

No sabe ni dónde vive

Uno de los que sufrió el domingo pasado en San Mamés, sin duda, fue el alcalde de Bilbao. Solo unas horas antes, Juan Mari Aburto había acertado con un tuit en respuesta al candidato de Vox para arrebatarle el puesto: Diego Setién comentaba la noticia de los “asaltos” al restaurante El Vivero de Artxanda, cuyo dueño señala a menores no acompañados, y pedía a Aburto: “Apártese y deje que Vox haga lo necesario”. El alcalde respondía: “Ese suceso no ha sido en Bilbao. Es otro municipio vizcaíno que se llama Lezama”. Vamos, que el candidato ultra no conoce Bilbao. Y el medio que echa la carnaza, por cierto, que se lo haga mirar.

Primero, el baño de masas

Como me hizo notar una persona mucho más sagaz que yo, en los actos de “escucha” que ha montado Sumar, principalmente, a la que se ve hablar es a Yolanda Díaz. Hablar, recibir aplausos y protagonizar selfies. Primero, el baño de masas (por cierto, cada vez menos concurrentes, según las fotos) y, después, el resto. Como la negociación con Podemos: ya no tienen excusas para empezar a dar forma a la agrupación porque Sumar ha anunciado que ha acabado el proceso, que “la primavera de 2023 va a ser decisiva”  y que “pronto nos veremos en Madrid” porque si algo es la izquierda española es centralista hasta aburrir.

Y la propaganda, claro

No sé quién está detrás de la cuenta “En la retaguardia”, pero espero que le paguen bien por tuitear: “‘¡No queremos morir por Bandera!’, ‘¡no es nuestra guerra!’. En la ciudad de Bydgoszcz, los polacos tomaron las calles contra las acciones del gobierno polaco”. Según Ricardo Marquina, entre otros, el vídeo no es del fin de semana ni del país: “La propaganda rusa intentando pasar un video de Ámsterdam, en enero de 2022, por una protesta polaca contra el apoyo a Ucrania. Se inventa hasta las frases”. Que en la ropa de los agentes ponga “Politie” (“policía” en neerlandés, en polaco es “policja”) es ya una gran pista.

Menos mal que son las y los más listos

La caída de Silicon Valley Bank ha dejado una cuestión muy importante en evidencia y que en Activos escriben muy clarito: “Los problemas de liquidez de este grupo financiero revelan que la subida de tipos también disminuye el valor de los activos de los bancos y eso puede afectar a su liquidez”. Es decir: si los tipos dejan de subir no es porque a la mayoría nos apriete la hipoteca, sino porque los bancos pierden valor en las bolsas de todo el mundo. No nací ayer: ya sé que, aunque no me guste, el sistema bancario mundial no puede colapsar. Y porque lo sé me pregunto: ¿no habían decidido lo de los tipos altos personas muy listas?