Es por lo suyo, no por el futuro

Al principio, el movimiento de las y los pensionistas vascos llamó mi atención: estaban bien organizados, movilizados y tenían objetivos claros. Poco a poco, empezamos a ver en las portavocías a viejos conocidos (incluso del omnipresente tema de “los presos”), y a ver que sus peticiones poco tenían que ver con garantizar el sistema, sino con su retribución (“España es el país que más ha prometido a sus pensionistas aún sabiendo que estamos cerca de la quiebra del sistema”, según El Blog Salmón). Es legítimo, por supuesto, pero no es solidario ni universal: algunos pensionistas cobran más que muchos cotizantes cuya pensión futura está en riesgo.

Fomentando

La semana pasada una compañera me preguntaba si le recomendaba que se diese de alta como autónoma (he pasado 15 años de esa manera) o que hiciese unas oposiciones. Al principio no supe qué responder: las y los autónomos son un colectivo absurdamente explotado. Apenas hay facilidades y las dificultades se acumulan, desde el principio hasta el final: “Dos de cada tres autónomos jubilados cobra menos de 1.000 euros de pensión” (Vozpópuli). Y si te va bien y contratas, espera, porque Yolanda Díaz va a hacer su campaña con tu dinero (nadie niega el valor de las mejoras, pero sí el idealismo mágico).

¿Quién va a pagar la fiesta?

No sé lo que hará mi amiga, aunque yo le animé a darse de alta como autónoma si no tenía que hacer muchos números. Lo que sí sé es que estamos fomentando un tipo de sociedad poco realista: “Uno de cada cuatro puestos de trabajo que se creó en el último año fue en el sector público” (The Objective). ¿Quién va a pagar la fiesta? Porque las cotizaciones del funcionariado no dan para todo: hay que dinamizar la economía y la inversión, y facilitar la creación de empleo, especialmente el privado porque es el que generan las empresas que también aportan por medio de otras tasas. Esta es la realidad, lo demás es buscar votos en elecciones.

¿Por qué lo hace?

Nadie se atreve a hacer una afirmación más allá de la política interior: ¿por qué hace lo que hace Netanyahu? ¿Qué gana arrasando Gaza y, ahora, también Líbano y Cisjordania? ¿De verdad que está acabando con miles de vidas por una huida hacia delante de sus propios problemas con la justicia israelí? La de matar moscas a cañonazos, cuando las moscas con supuestos terroristas y los cañonazos, reales, dejan miles de víctimas inocentes tampoco es una explicación. ¿Cree que modificará el orden establecido en la región, como sugieren en El Confidencial? Puede arrasar ciudades enteras, pero el sentimiento antisemita estará más vivo.

Soy viejo

¿Tienes facilidad para usar los emoticonos en WhatsApp? ¿Te gusta buscar el GIF más adecuado para una respuesta graciosa, como ese de Mr. Bean bailando? Pues tengo una mala noticia para ti: vas a vacunarte de la gripe y el coronavirus en unas semanas. “Hablar por fotos, la nueva forma de comunicarse de los más jóvenes”, explican en Photolari. Y, además, “con la opción de visualización única”. Es el paso lógico después de los stickers, esos trozos de fotos que sustituyeron a los emoticonos y los GIF. Lo cierto es que me divierto con estas disonancias: las caritas sonrientes ya no son lo más. Porque se sigue usando “lo más”, ¿verdad?

La inmigración

Si algo muestra el último CIS es que la sociedad española, exactamente igual que la vasca, es muy permeable a los temas que machacamos los medios. Así que, sí, compañeras y compañeros, si la inmigración es la principal preocupación de la ciudadanía es porque hemos enfocado el tema muy mal (y muy bien para algunos partidos y empresas). Porque la inmigración, en sí, no es un problema, porque necesitamos que vengan de fuera a cotizar si no tenemos más hijas e hijos, porque la mayoría de migrantes hacen trabajos invisibles (cuidados, cocinas, etc.) y porque delinque quien delinque, venga de donde venga y sea de donde sea.

Los encantados

¿Que a qué me refiero con que hay partidos y empresas encantados con la manera con la que los medios tratamos el tema de la inmigración? A esto en The Objective: “Vox cree que los datos del CIS respaldan su apuesta por la inmigración y la ruptura con el PP”. Hemos comprado el tema y el marco a los malos, así que ahora no podemos echarnos las manos a la cabeza, rasgarnos las vestiduras o preguntarnos mientras mordemos la patilla de las gafas: ¿cómo habrá pasado? Por supuesto, algunos medios han colaborado activamente en proyectar esta visión sesgada y criminalizante de la inmigración. Pero la mayoría podemos hacerlo mejor.

La demagogia

Cada vez que tengo que hablar del PSOE y la vivienda me acuerdo de que el único lehendakari que propuso vender el parque de VPO a un fondo buitre fue Patxi López. Dicho esto, la política de vivienda de los socialistas se basa, básicamente, en la demagogia. No lo digo yo: la inversión del gobierno español en VPO es hoy la mitad que hace 20 años, según El Blog Salmón, de hecho, es “el único gasto público que ha disminuido” en estas dos décadas. Además, España es “el tercer país europeo con menor inversión”. Claro que pueden hablar de transferencias, pero a la luz de los números, solo la CAV y Nafarroa, en menor medida, han hecho lo suyo.

El clima

Personalmente, me preocupa más la emergencia climática que “la inmigración”. Aunque hay elementos dentro de ese cajón de sastre que me ocupan especialmente, como el trato a las personas migrantes, los abusos y, por supuesto, la delincuencia y la violencia de los inadaptados, a los que hay que perseguir, castigar o expulsar. Pero vuelvo al inicio: me preocupa la emergencia climática. “Al menos 22 personas ya han muerto en Austria, Polonia, República Checa y Rumanía” por las inundaciones. “Todo es agua”, titulan en El Confidencial no sin alarmismo, pero en este caso el alarmismo me parece necesario.

El terror

euronews.com La serie de acciones terroristas contra la población de Líbano (sin juicio, sin acusaciones concretas y por autoridades competentes, no voy a asegurar yo que se trate de delincuentes que deban ser mutilados, heridos o asesinados) debe ser objeto de una investigación internacional urgente y neutral. Si ya fue grave detonar “buscas” sin importar los “daños colaterales”, detonar walkie-talkies que han estallado en funerales de las víctimas del primer ataque me parece ensañamiento. Nada lo justifica. Y como en el caso de la inmigración, mal hace Euronews en dar por hecho y publicar que esos dispositivos eran “de Hezbolá”.

Es así

No discuto ni uno de los “508 euros por hacer guardia un festivo” (El Independiente) para las y los santiarios vascos. Pero parece que cuando hablamos de reclamaciones laborales en lo público (esta y otras) hablamos de eso: “Con este acuerdo se pone fin a una reivindicación que había llevado a cerca de 600 médicos a renunciar a realizar estas guardias”. Además, “no es el único incremento relevante acordado”. Mikel Segovia recuerda que el vasco “es uno de los sistemas sanitarios públicos más caros. El presupuesto roza los 4.000 millones de euros, ­casi 11 millones de euros cada día. Su coste en personal absorbe cerca de la mitad de ese importe”.

No va del futuro, va del presente

Ninguna persona que trabaja y cotiza hoy lo hace para su jubilación: lo hacemos para la pensión de quienes ya están fuera del mercado laboral por su edad, merecidamente. Y quienes vendrán lo harán por la nuestra, si es que la caja da, claro. A estas alturas ya sabemos cómo es la pirámide poblacional y lo aterradoras que resultan las previsiones. El resumen de la situación que hacen en El Blog Salmón es claro y me parece acertado: “El estado lleva 10 años tratando mejor al pensionista que a los jóvenes. Aun así, los jubilados planean protestas”. No luchan por el futuro de todas y de todos, luchan legítimamente por su presente. ¿Es justo?

Correcto

El dinero público es limitado: si las y los médicos o las y los conductores de autobús ganan más, de algún sitio se quita. Si viajamos por la mitad de precio en transporte público, de algún sitio se quita. Si suben las pensiones, de algún sitio se quita. Es necesario que las y los gestores sean responsables y que la ciudadanía sea consciente. Y por eso me parece muy bien esto: “La justicia francesa avala la retirada de ayudas públicas a un medio por difundir bulos sobre la salud” (El Diario). Claro que pido control (recorte, no: control), y por supuesto que estoy dispuesto a empezar por lo mío. Quien necesite que use, quien no hace lo que debe que sea sancionado.

Que actúen

Llevo haciendo información política, de una u otra manera, toda mi vida profesional desde que dejé mi breve paso por la información deportiva local, y porque sé en qué consiste la política (y lo dura que resulta para quien la ejerce) soy muy exigente con las y los gestores (y también con la sociedad). Por ejemplo, me parece perfectamente exigible el fin de los pisos turísticos: “Airbnb declara un 32% más de ingresos en España en plena pugna por los pisos turísticos”, leo en 20 Minutos y pienso en las negativas consecuencias que conlleva ese incremento de ingresos. También pienso en el extraordinario ejercicio de hipocresía que implica.

¿Y nosotras y nosotros, qué?

No creo que el lobby de las mascotas tenga tanto poder, y aunque huyo siempre de teorías de la conspiración, sí pienso que no puede ser casual el impulso global de nuestra civilización que empuja a la juventud a no tener descendencia (y preferir perros o gatos). Por supuesto que sé que las malas condiciones laborales y perspectivas económicas influyen y no invitan a la natalidad, pero tampoco debe servirnos de excusa global: “Con la natalidad hundida, los surcoreanos siguen comprando miles de cochecitos para bebé. Solo que ya no lo usan bebés”. “En 2023 se vendieron más carros para mascotas que para niños” (Xataka).

La Ley de Vivienda cumplió su función (electoralista)

Es evidente a estas alturas que la Ley de Vivienda cumplió su función: dio un gran argumento de campaña a PSOE, Sumar, Bildu y ERC, que anunció un recurso de invasión de competencia después de las elecciones. Un argumento que, pese a que el resultado de la ley ha sido un desastre, siguen usando como si su iniciativa electoralista no fuera la causante de que el precio del alquiler “ha crecido un 50%, de 845 a 1.268 euros mensuales” (El Blog Salmón). La Ley genera esto: “La escasez de oferta y los numerosos requisitos exigidos a los propietarios para evitar impagos, está expulsando del mercado al segmento poblacional más vulnerable”.

Sigue resistiendo

Sánchez ya ha terminado con su manual de resistencia y va ya por el vals del obrero de Ska-P: podemos imaginarle cantando en Moncloa “¡resistencia, desobediencia!”, antes de adelantar el congreso del PSOE un año para “proyectarse como detentador absoluto e indiscutible de los valores y símbolos del PSOE”, como explica César Calderón en The Objective. El consultor cree que Sánchez vencerá con el traje de guardián de los valores socialistas, y que eso le permitirá colocar una ejecutiva federal de afines que vayan socavando a los barones socialistas que hoy son críticos, especialmente, con la financiación singular de Catalunya.

¿Qué puede salir mal?

“Trump designará a Elon Musk para liderar un comité que audite las medidas de su Gobierno”, leo con asombro en El Confidencial. El expresidente y candidato anunciaba que la idea había surgido del dueño de X y que este le había dado “su apoyo total y completo”. Lo que buscan ambos es que el dinero de los contribuyentes se gaste “correctamente”, por supuesto, desde su visión privilegiada y ultraliberal de la vida. Después de este anuncio yo tengo aún más claro que votaría a Kamala Harris si fuese estadounidense. Pero como no lo soy, lo que me toca es tener claro qué ideas favorece Musk desde X.

Quim Monzó se jubila

Me he enterado por medio de Bernat Dedéu en El Nacional de que Quim Monzó ha anunciado que dejará de escribir sus columnas en La Vanguardia “porque está cansado y aburrido tocar los mismos temas”. Antes ya había anunciado que también dejaba de escribir novelas. Dedéu avisa: “El tedio monzoniano no es un paripé y, justamente por eso, hay que tomarlo como una advertencia”, “entiendo perfectamente que Quim cuelgue las botas justo ahora, cuando Barcelona vive uno de sus periodos de decadencia más evidentes y Catalunya se enfrenta a un nuevo intento de pacificación autonomista”.

La locura de las ligas Fantasy

Llevo años jugando alguna liga “Fantasy”: lo he hecho ya en casi todos los formatos y plataformas, buscando, cada temporada, una un poco más tranquila que la anterior, y pensaba que era una cosa del viejo que el domingo por la noche necesita la emoción de averiguar si acertó comprando a Iñaki Williams en vez de a Nico. Para mi sorpresa, este tipo de juegos está de moda entre la chavalada, como explican en EPE: el propio Marcos Llorente reconoció en una entrevista que jugaba. Lo malo es que esa generación traslada todo a las redes sociales, y su furia por un mal partido la dirigen a los futbolistas sin control.

Bien hecho

“FACUA lanza una web que vigila a diario la evolución del precio del aceite de oliva en seis grandes cadenas de supermercados”. Tan pronto como lo leímos en la web de FACUA lo probamos, claro, y está muy bien: no solo porque aporta información, sino también porque Mercadona, Carrefour, Eroski, Día, Hipercor y Alcampo tienen una lupa sobre el precio de sus alimentos más básicos (aceite de girasol, aceite de oliva y leche). Así, si hay oscilaciones tendrá que haber explicaciones (o por lo menos, podremos exigírselas con datos en la mano), lo que otorga cierta sensación de control a las personas consumidoras.

Para algo ya ha servido

2024 y vuelvo a ver en X diatribas recientes contra quienes quieren acabar con el anonimato en Internet. Llevo leyéndolas desde que X se llamaba Twitter y nos conocíamos (o reconocíamos) todas y todos. Incluso después de ver, como hemos visto, lo rápido que se propagan bulos como el falso origen africano del asesino en Mocejón, hay quien defiende que ese anonimato es positivo. Sí lo es, pero para la extrema derecha, esa misma que luego se rila con facilidad: “Varios difusores de bulos racistas cierran sus cuentas de redes sociales tras el anuncio de la investigación de la Fiscalía” (El Diario). Los valientes.

Ey, criptobro

“Más del 65% de las criptomonedas que se han lanzado al mercado han fracasado”, aseguran en The Objective. Solo “Bitcoin o Ethereum siguen una tendencia alcista en el largo plazo, mientras que la mayoría de criptomonedas se quedan por el camino con depreciaciones del 90 o incluso el 95%”. Un negocio “estupendo”, a todas luces. ¿Y ahora, qué? ¿Qué pasa con el dinero invertido? ¿Dónde está? ¿De verdad tenemos que creer que se ha volatilizado? Todas estas preguntas sin respuesta acaban en un único sitio: “Un desinterés generalizado por parte de los inversores”. ¿Quién querrá meter pasta en este sector si no es para esconderla?

Un mercado que ya ha cambiado

No entendí la euforia por las criptomonedas, no entiendo esa defensa cerrada al anonimato en las redes, y no entiendo por qué “Las marcas europeas de coches creían que no íbamos a confiar en el coche chino barato”. Como bien escribe Sergio Delgado en El Blog Salmón: “Estaban muy equivocadas”. Hoy día, el precio de un eléctrico europeo es, de media, el doble que el de uno chino. Así que la industria (importantísima en el continente y en Euskadi) y la UE tienen un severo problema: quienes nos han asegurado que eran fiables los componentes orientales no pueden decirnos ahora que sus productos acabados no lo son.

Mucho tienes que vender…

“Comienzan a llegar las primeras multas por vender ropa y objetos de segunda mano en Vinted y Wallapop”. Leo esto en El Economista y me sorprendo, claro. Yo que nunca he vendido nada en estas plataformas, ahora que no puedo me siento interesado, como siempre. Pero la verdad es que el titular cumple su función de llamar la atención: tienen que declarar sus ingresos quienes “hayan vendido 30 artículos o más en un año, con un importe de más de 2.000 euros en las ventas”. Y eso solo es posible si uno usa estas plataformas como tiendas encubiertas, por lo que las sanciones son absolutamente lógicas y garantistas.