Qué es populismo

La política y las elecciones no son lo mismo desde que todos, absolutamente todos, tenemos Internet en la palma de la mano y muchos tenemos presencia en redes sociales digitales… O WhatsApp. El principal cambio es que el populismo lo tiene más fácil. Populismo como el de Salvini y todos sus equivalentes por el mundo: el líder de la ultraderecha europea se tiró más de 45 minutos posando para selfies con sus admiradores después de un mitin la semana pasada. ¿Qué dijo? No importa, esas fotos fueron lanzadas por sus protagonistas a toda su red, haciendo que Salvini lograra su objetivo: pescar incautos.

Qué es una estupidez

Una estupidez es lo que dijo Iván Espinosa de los Monteros a Ana Rosa Quintana: “Pasamos miedo cuando vamos a la cafetería y nos encontramos a ciertos especímenes de Podemos”. El de Vox quiso responder así a Pablo Echenique (otro que destaca en eso de decir cosas inapropiadas), que previamente se había expresado así: “Miedo me dan los jueces que podría proponer Vox”, según Vertele. Pero entre ambas afirmaciones, a estúpida gana la de Espinosa de los Monteros, claramente. Ese es el nivel de algunos líderes españoles: el desprecio por el desprecio y la falta de ideas por bandera.

Que no lo hubiera contado él

Un popular usuario de Twitter, Anacleto Panceto (más de 190.000 seguidores) reflexionaba hace unos días: “¿Dónde vive Abascal? ¿Quién es la pareja de Casado? ¿Qué lavavajillas usa Arrimadas? ¿Dónde compra sus camisas Pedro Sánchez? ¿Qué música escucha la pareja de Felipe VI? Si no sabes responder a esto, deberías preguntarte por qué sabes estas respuestas sobre Pablo Iglesias”. Lo sabemos por un único motivo: porque Pablo Iglesias lo ha contado. Porque él nos mostró su VPO heredada y las camisas compradas en grandes almacenes, y porque rompió vía Facebook con su anterior novia.

¡Qué pesadez!

Comparto con Pablo Batalla Cueto su hastío por las personas adultas que tienen quejas adolescentes constantes contra el poder. El escritor criticaba así una cita del actor George Carlin, que aseguraba no creerse nunca nada de lo que diga el gobierno. Y me sumo a la crítica: hay protestas que uno tiene que superar cuando cotiza y cuando elige a quienes gestionarán los impuestos de todos. Incluso aunque su opción no sea la mayoritaria y no gobierne. Echar la culpa a quien gobierna, sea quien sea, a quien gestiona, al empresario en genérico, está bien a los 15, pero después, cada año que pasa suena peor.

Que me estás contando

Después del “éxito” de las bitcoin y de oír a muchos que se supone que sabían algo del tema que ya nada volvería a ser como antes en el mundo financiero, Facebook anunció su propia moneda. La red social ya había intentado captar fondos de los usuarios antes, esta vez lo hacía con grandes partners: Visa, MasterCard, PayPal, eBay, Stripe, Booking Holdings, Mercado Pago o Vodafone, entre otros. Después de la salida de la empresa de telecomunicaciones, todos los mencionados han abandonado el barco de Libra, y el segundo intento de Facebook de captar fondos parece que acabará como el primero.

La explicación

El Gudari José Moreno tuvo que luchar por su libertad y la de sus conciudadanos en una guerra, ¿qué supondría para él un simple tuit? Nada. Pero el intento de Josu Estarrona de blanquear la nube negra que les cubre no logra pasar de largo: el parlamentario de Bildu comparó a Moreno con el militante de ETA Txabi Etxebarrieta, diciendo que también los de la banda armada eran gudaris. El ejemplo de que no es así es que el propio Moreno pudo haber empuñado un arma de nuevo pero supo distinguir entre un ejército legítimo y una banda de asesinos que nunca lograrán legitimarse.

Se llama Selección de Euskadi

Los mismos que blanquean tienen otra manía: la de toquetear para intentar apropiarse de todo a lo que llegan tarde. Por ejemplo, la selección de Euskadi. Del mismo modo que los gudaris tienen que ser los suyos (que no) porque los Gudaris de la Guerra Civil no lo eran, la verdadera selección vasca tiene que ser la de ahora porque cuando surgió la original ellos ni existían. Pero miren, no: no podemos ser el único país sin nombre porque algunos (minoritarios, por mucho ruido que hagan) no llegaron a tiempo. En octubre Argentina se enfrentará a Euskadi. No a “la selección vasca”. ¿O es que quieren ser como “la roja”?

En el otro extremo

Carlos Salvador quiso hacer una crítica al PNV en Twitter y le salió todo lo contrario. Primero, porque señaló como némesis de UPN a los nacionalistas vascos. Segundo, porque difundió una foto positiva para los jeltzales, la de Urkullu estrechando la mano al Papa Francisco. Tercero, porque sin quererlo puso el foco en el motivo de la visita: una propuesta humanitaria y bien acogida. Y cuarto y último, porque además señaló que esta proximidad a la Iglesia no está reñida con posiciones no enrocadas sobre el aborto y la eutanasia. Parece que Salvador sigue sin admitir la derrota y que eso le ciega. Allá él.

Sánchez, te toca

Una de las mejores crónicas sobre la propuesta humanitaria del lehendakari Urkullu la ha escrito Enric Juliana en La Vanguardia, pero le traigo a esta columna por otro motivo: su hilo estupendo sobre las consecuencias para España de la nueva situación política de Italia. En el país de más allá de los Alpes han logrado formar gobierno sacudiéndose a un Salvini que se queda fuera del foco. Europa respira y centra su atención ahora en España, donde Sánchez tiene la llave para parar unas nuevas elecciones que pueden reforzar a la extrema derecha. No vota Europa, pero los jefes de allí toman nota. ¿Lo hará Sánchez?

Reino, sí. Unido, no

En el Reino Unido la reina ha mandado disolver el parlamento en un momento clave para el Brexit. Ha tomado una decisión que en ninguna democracia realmente moderna podría ser tomada, ha dilapidado el crédito del parlamentarismo inglés, se ha puesto al servicio de un tipo que parece que está loco, como Johnson, y lejos de unir a sus súbditos, ha puesto a toda máquina la centrifugadora. Irlanda del Norte y Escocia están muy atentos para ver si es necesario dar un salto y alejarse, y la ciudadanía (empezando por sus representantes y los periodistas) se ha arremangado para echar un pulso y demostrar quién manda.

La derechita victimista

Vox, que inventó eso de “la derechita cobarde” para referirse a PP y Ciudadanos, y diferenciarse de ellos, va a acabar siendo la derechita victimista, si no algo peor, cuando la Junta Electoral ratifique los datos de las elecciones que, con los argumentos más incongruentes, sus partidarios están poniendo en duda en las redes sociales digitales. Lo que están dejando claro también los de Vox es que tienen poca práctica en esto de votar y contar votos: trampas en los colegios electorales, interpretaciones ridículas de las cifras y quejas constantes por los resultados. ¿Esta era la “batalla” que anunciaron en Twitter?

La España vaciada vota y cuenta

Desde la cuenta en Twitter llamada Tanta han hecho esta curiosa comparativa: “Habéis oído eso de ‘¿qué barato es conseguir escaños en Euskadi?’. PNV: 394.627 (6 escaños). Bildu: 212.200 (4 escaños). Castilla y León, PP: 394.658 (10 escaños). Ciudadanos: 286.288 (8 escaños). ¿Dónde es más fácil? ¡Os manipulan como quieren!”. Por supuesto, tiene toda la razón, pero el problema no está en la ponderación del voto y que algunos como los de los castellanos valgan más que otros, sino en la manipulación que se da con esa realidad: sin ese reparto la “España vaciada” no tendría quien le hiciera caso.

Pero, ¿qué dices, Pablo?

El viraje que ha pegado Pablo Casado no le va a salvar del precipicio. Al contrario: un bandazo como el que intenta colocarnos, pasando de ofrecer ministerios a Vox a criticar las políticas de este partido con el que, además, mantiene un pacto de Gobierno en Andalucía, no se lo cree nadie. Y en política ser infiel a ti mismo se penaliza. ¿A quién vas a convencer de que eres una opción segura para el voto de nadie si ni siquiera te respetas a ti mismo? Por otro lado, ¿qué sería peor, mantenerse en esa pelea por ser la derecha más derecha o rectificar? Seguro que también hay un término medio para eso. Pero Casado no parece de pararse a pensar.

El voto de castigo

Terminamos ya la semana electoral hablando de una idea que hemos oído pronunciar menos que lo esperado: la del voto de castigo. La debacle del PP ha sido de tal magnitud que sus votantes no se han refugiado en otras opciones, es que han huido despavoridos ante un discurso rancio. Según el análisis de Enric Juliana en Twitter, solo en Catalunya ha habido algo parecido: “Han sido derrotados el 155 perpetuo y los independentistas partidarios del cuanto peor, mejor”. La lectura del hilo completo es interesante, pero la de esas dos líneas debería de ser obligatoria para que algunos se despierten de una vez.

El “cine” on-line

El esperado último capítulo de Juego de Tronos ha venido con decepción: no por lo argumental (o no solo por ello) sino por lo técnico. Iñaki Ortiz lo explica muy bien en dos tuits: “Las plataformas solucionarán la compresión del negro, pero el 8×03 destapó otro problema: en casa, es el usuario el responsable de la calidad de ‘la sala y la proyección’, y no es un profesional de ello. El capítulo de esta semana tenía más cine que la mayoría de los estrenos recientes pero ha quedado patente cuál es el lugar más apropiado para ver cine”. Parece que se nos ha olvidado que el cine no es solo la historia.

Cuando todo te da igual

A Hermann Tertsch todo le da igual. La vida, en general, le da lo mismo. No le importa qué está bien y qué está mal, y pasa de los valores y los principios. Es un iconoclasta en el peor sentido de la palabra, que dice lo primero que se le pasa por la cabeza. Les escribo todo esto para no poner, directamente, que es un imbécil peligroso capaz de tutear esto sobre el 11-M: “Sin aquellas bombas y sus casi 200 muertos, Zapatero hoy no compraría casa en Aravaca ni Iglesias la tendría en La Navata. Sánchez sería un parado de larga duración. Nadie conocería a Puigdemont y PNV y ETA no se repartirían los ingresos fiscales vascos”.

No nos chupamos el dedo

Igual que Pablo Iglesias hace política cabalgando contradicciones, Arnaldo Otegi la hace cabalgando mentiras. Mentiras, cada vez más gruesas y ante las que solo asienten quienes quieren mantener su puestito. Porque cualquier contraste con la realidad, con la calle (que no es lo mismo que una Herriko), le pondría en su sitio. Iñaki García Arrizabalaga, víctima del terrorismo, tuiteaba sobre la negativa de Otegi a decir que fue injusto: “Si a estas alturas no son capaces ni de suscribir algo tan básico como eso, ¿qué hay que entender? ¿Que justifican todo lo que pasó? A veces a uno le entran ganas de borrase de ser vasco, la verdad”.

Puigdemont, contra todos

Miren, lo que hace Puigdemont es muy sencillo, todos lo vemos y todos lo sabemos. Pero a algunos les interesa más cubrirle para no reconocer que siempre han estado equivocados o, como en el caso de la izquierda abertzale, porque cuanto peor, mejor. El PDeCat tenía tres opciones para las Europeas: o sin Puigdemont (y por eso quisieron adelantar un acuerdo con el PNV), o con Puigdemont (parece que así será) o contra Puigdemont (que es con lo que amenaza el President: con ponerse por su cuenta). Lo que es indefendible es que en su huida hacia delante el catalán arremeta contra Urkullu, que le defendió en el juicio del procés.

De insincero en insincero

De Tertsch a Otegi, de Otegi a Puigdemont, y de Puigdemont a Rivera. Este no es el juego de la oca, sino el de “la trola”, porque no ninguno está contando la verdad. Y solo con ver los hechos con un pelín de pausa cada mentira, cada manipulación, cada justificación de lo injustificable, cada maniobra electoral capciosa, cae por su propio peso, como la que señala Ícaro Moyano en Twitter sobre lo sucedido entre Silvia Clemente y Francisco Igea: “Cómo de facha no se habrá vuelto Ciudadanos para hacer un autopucherazo que buscaba quitar a uno de los suyos para poner a una del PP”.

Juliana tiene razón

Al respecto de lo que comentaba Ícaro Moyano, Enric Juliana hace un apunte también en Twitter de lo más interesante: “Lo de Ciudadanos en Castilla y León le pasa a Podemos y el auto sacramental no se apaga hasta abril de 2020”. Y tiene toda la razón: cómo en Ciudadanos han impulsado a una tránsfuga nada menos que del PP y han intentado manipular unas primarias de un modo bochornoso, puede ser un buen ejemplo de cómo actúan en Ciudadanos. Pero si los hechos, tal cual, hubieran ocurrido en Podemos estaríamos hablando sin parar de lo sucedido, que más que grave, es chusco y sintomático.

La posverdad según Girauta

Juan Carlos Girauta nos toma por tontos, como todos los que quieren construir esa posverdad por medio de mentiras que algunos admiten para reforzar sus posiciones. En este caso, se quejó de que era “calumnia y demagogia” su pertenencia a los peones negros, esos que se manifestaban pidiendo que se diera por bueno que el 11-M lo hizo ETA. En El Diario han sacado un vídeo de él en una manifestación de ese grupo y declaraciones a favor de esta tesis aunque acataba la sentencia que decía que el atentado nada tenía que ver con ETA. Ahora, Girauta quiere borrar su pasado pero no va a poder.

¡Pero si has votado con ellos, Pablo!

Otro que quiere imponernos su posverdad es Pablo Casado, que después de tumbar junto a Ciudadanos, Bildu, PDeCat y ERC los presupuestos del gobierno español antes incluso de discutirlos, tuiteaba: “Hoy en las Cortes españolas se ha producido una moción de censura de facto contra Sánchez. A través de la movilización ciudadana hemos conseguido revertir las negociaciones que se estaban produciendo con los secesionistas. Han negociado y estaban dispuestos a seguir haciéndolo”. ¡Pero si es el PP el que ha votado con los catalanes y Bildu para tumbar a Pedro Sánchez!

¿Por qué?

Pedro Vallín ha escrito en Twitter un hilo imprescindible sobre ese voto en contra de PDeCat y ERC. Se lo resumo al máximo: solo Puigdemont (y seguramente Torra) creen que cuanto peor, mejor. Junqueras, el resto de presos y la mayoría de los políticos catalanes saben que la situación sería más favorable con Sánchez. Pero ambos partidos han acabado tumbándole por el mismo motivo: el miedo a explicar a la ciudadanía catalana que esto se ha acabado, que la independencia nunca se declaró, que tienen que negociar dentro de España y ser posibilistas, a contar la verdad.

“Hasta los c… de todos nosotros”

Otro cronista de La Vanguardia, Enric Juliana, recordaba ayer en Twitter a Estanislau Figeras, presidente de la Primera República que acabó dimitiendo y expresando: “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Lo hacía previendo que hoy puede que sepamos la fecha de las próximas elecciones. Sea la que sea, con la cita del 26 de mayo confirmada, propios y extraños van a acabar hartos de la política española y de los políticos incapaces de ponerse de acuerdo, y esto va a afectar a unas elecciones que nada tienen que ver con eso, como son las municipales, forales y europeas.

Lo moderno es atacar una librería

Lo moderno no es montar una cafetería para tomar cereales con leche, ni poner en marcha una librería para editoriales y escritores alternativos, lo más moderno es atacarlo, quejarse, hablar de gentrificación mientras miras de reojo el móvil para ver si te han dado el OK para el piso que has contratado en Airbnb para Semana Santa. Lo moderno es pintar “moríos, modernos” en una librería que ya ha sido atacada (sí, “atacada”) con pintura y carteles anteriormente. Lo liberador, lo transgresor, lo que es más moderno que lo moderno es, como han leído, atemorizar a quien vende libros.