Una buena noticia. O casi

Cuando vi la última hora de Público en Twitter con este titular (“España registra la mayor cifra de empleo desde el tercer trimestre de 2008”), tuiteé que me parecía una buena noticia. Luego vinieron otros datos que relativizan las campanas que ya lanzábamos (yo, incluido) al vuelo. No soy nuevo en esto y sé perfectamente que medios, periodistas y redactores jefe titulan como les da la gana (no siempre de la misma manera dentro de la misma redacción, además), pero a estas alturas todavía me incomoda ver entrar a las cabeceras en campaña, la que sea, por voluntad propia y con más anticipación que los propios partidos.

El contexto

Hace años que un tuitero (me resulta imposible recordar quién fue) escribió “baja el paro, sube el pero”, una frase que he repetido casi cada trimestre bueno para el empleo vasco o español. Empeñado como estoy en distinguir una noticia buena de una mala (algo que no es tan fácil como parece en Internet), celebré la que leí en Público, hasta que empecé a leer otro tipo de titulares que ponían los datos en su contexto: “El paro sube en 60.800 personas en el tercer trimestre pese a crearse 77.700 empleos”, y no es República, precisamente, un medio de noticias tendenciosas ni especialmente duras contra el gobierno español.

Sí lo es

Que Euskadi cuente con selecciones oficiales en surf y pelota es una buena noticia. Sin duda. Sin reflexiones añadidas. Sin peros. Es un avance, y no uno pequeño. Por supuesto, todas y todos deseamos que la oficialidad se extienda a otras disciplinas y alcance rápidamente a los deportes mayoritarios, que son los que darán más visibilidad al País y a nuestra aspiración nacional. Pero atacar el logro solo retrata a quien lo hace. No hay apenas distancia entre quienes lo critican con una bandera de España en la muñeca y quienes lo hacen tras una pancarta por la oficialidad pero un pensamiento limitado, el que limita Euskadi a la CAV.

¿Nos toman por idiotas?

Este titular en El Diario es de esos que es mejor que no leas si tienes la tensión alta y la tolerancia a las gilipolleces, baja: “El PP rechaza cambiar en Madrid la calle Caídos de la División Azul porque homenajea a ‘voluntarios contra la dictadura comunista’”. El entrecomillado es de Borja Fanjul, que ha defendido con especial vehemencia, según la crónica, el rodillo del trifachito, PP-Vox-Ciudadanos, que ha impedido el cambio de nombre de calles en la capital de España con nombres franquistas. ¿Nos toman por idiotas?  Pues quien ha quedado de menos listo es quien defiende un revisionismo que no vamos a permitir.

No eran las palancas

La situación del FC Barcelona es terrible: endeudado hasta las cejas y sobreendeudado este mismo verano, vendiendo lo que aún no tiene, fiaba su carta de la viabilidad económica a su camino en la Champions League, la competición que más riega de millones a los equipos. Pero no ha sido así: una decepción tras otra han llevado al equipo a no pasar a la fase de eliminatorias, que es en la que se juega la pasta gansa. ¿Y ahora, qué? ¿Liga y UEFA van a seguir permitiendo al Club endeudarse aún más el próximo verano? ¿Podrá el Barcelona fichar en el mercado de invierno como si no pasara nada? Porque pasa.

Esto solo acaba de empezar

Esta semana Euskadi ha competido como un país más en sokatira y en kayak surf, y con éxito. Y en breve lo hará también en pádel. Tenemos que convertir estos movimientos en inercia y dejar que la piedra enorme ruede y se lleve por delante lo que se tenga que llevar, básicamente, la voluntad de que Euskadi no tenga presencia internacional y no debilite las selecciones respaldadas por el estado español. Pero esto, como muchas otras cosas, tiene que cambiar, y el momento es este, por lo menos, para poner la pica en Flandes. A ver si tirando de expresión castiza los que no quieren se dan por enterados.

Tontos de campeonato

Este fin de semana, Euskadi se ha llevado triunfos en sokatira, kayak surf e idiocia: las y los miles de jóvenes que se concentraron en el parque Doña Casilda de Bilbao comparten el preciado trofeo a tontas y tontos de su pueblo, villa o capital del mundo. Y no, no estoy criminalizando a la juventud, que no se me pongan estupendos quienes aprovechan el Pisuerga y cualquier otro río revuelo cada día: estoy señalando a quienes sí estuvieron pasándose por el forro las recomendaciones y el esfuerzo de muchísima gente desde el comienzo de la pandemia. La mejora también es imparable, pero tiene que llegar.

No quisieron pararlos

Nadie quiso parar a los fascistas que se manifestaron en Chueca, es evidente. La investigación del gobierno español para saber cómo se permitió la marcha facha no reparará el daño hecho, sobre todo, a la imagen de España en el mundo. Porque lo que vimos fue, sobre todo, chusco, como muestra Juan Soto Ivars en Twitter: “La carta de José Luis Roberto, líder de España 2000 contra Abascal por llamarlos ‘cloaca socialista’”. Es precioso el momento en el que Roberto intenta que los manifestantes parezcan las víctimas porque, según su relato, un “marica oso” “con barbas hasta las tetillas” les llama fascistas desde un balcón “golpeando una sartén”.

La idiotez rebosa

Prefiero pensar que quien ha cortado el vídeo que se ha viralizado en Twitter (para cloaca, esta), en el que Isabel Zubiaurre parece que “pide consejo para ver ‘cómo se apaga un volcán’”, es solo un tonto en busca de popularidad. Prefiero pensar que no hay maldad en esa manipulación, porque como recuerda Luis Cortés también en Twitter, esta “doctora en física y meteoróloga” “es consciente de que la pregunta, así formulada, no tiene sentido. Añade al instante: ‘No cómo se apaga un volcán, obviamente”. Es decir: el vídeo ha sido cortado con mala leche para dejar mal a Zubiaurre… Y para demostrar cómo es el día a día en Twitter.

Claro que es el momento

La erupción del volcán en La Palma conlleva la destrucción de todo lo que pille la lava a su paso. La famosa “fuerza de la naturaleza” sobre la que tantas veces hemos leído estamos viéndola ahora a unos pocos miles de kilómetros de Euskadi. Y es aterrador. Pero lo que vemos es también absolutamente excepcional y tiene un punto de belleza innegable, así que sobren las críticas, sobre todo, en redes sociales, por que haya fotógrafos e incluso periodistas que estén buscando las imágenes que construirán nuestros recuerdos futuros y por acercarse a la ladera en plena evacuación. No se trata de turistas con un móvil, no les tratemos así.

La UEFA nos rechaza

La noticia en DEIA sobre el rechazo de la UEFA a la oficialidad de la selección de Euskadi llegó a la portada de Menéame gracias a quienes siempre están dispuestos a apoyar a los pequeños y, por supuesto, a quienes rechazan que en la península haya otras selecciones que no sean la española, la portuguesa, la andorrana y la gibraltareña. ¡Ay, Gibraltar! Pero la “nocturnidad” de la decisión (unas horas antes de la final de la Eurocopa), la previsibilidad de los argumentos y, sobre todo, el camino recorrido, invitan a pensar que podremos doblegar esa voluntad. Porque la oficialidad de Euskadi y de otras selecciones solo es cuestión de voluntad.

Ganó Europa

Por supuesto que voy a hablar de la Eurocopa: el torneo que acabó el domingo fue uno de los mejores de su propia historia y demostró varias cosas. La primera, que el fútbol en abierto sigue siendo irresistible. La segunda, que el fútbol sigue siendo ese milagro que permitió a Europa odiarse sin destruirse: la victoria de Italia fue celebrada hasta por Ursula von der Leyen, que, aunque iría con Alemania hasta que fue eliminada, no dudó en agitar la bufanda italiana porque era también la europea. Sí, el fútbol también es política porque es sociología. Yo he de reconocer que tenía el corazón dividido y que vi el partido con un whisky… Irlandés.

Y Cerdeña

En la celebración del equipo italiano el portero Salvatore Sirigu llevó consigo una bandera sarda, después, Nicolò Barella se sumó a la foto con la Eurocopa. Esa bandera era la suya pero también era un poco la de todos los que, por ejemplo, lamentamos la noticia con la que abrimos la columna sobre el rechazo a la oficialidad de Euskadi. El nacionalismo sardo no es equiparable al vasco, al catalán o al corso, con el que suele confundirse, pero sigue siendo un símbolo de Europa: el de la diversidad, el de la reivindicación nacional, el de la cabida de todas las sensibilidades en un continente que quiere más y no se conforma.

La autonomía británica

El gobierno vasco fue firme con las medidas sanitarias que aplicaría durante la Eurocopa y el bilbaino fue muy hábil reclamando y consiguiendo una compensación por la huida de la UEFA facilitada por instituciones españolas. Y el gobierno británico, al final del periplo futbolístico, ha hecho lo que le ha dado la gana, como podíamos esperar: las imágenes del campo lleno y, sobre todo, de antes del partido o de la salida, con miles de personas unas junto a otras, son sorprendentes e indignantes a partes iguales, incluso aunque todo el mundo supiese que en Gran Bretaña iban a ser, como siempre, soberanos en sus decisiones.

Allá, lejos

Igual que los británicos son predecibles cuando se trata de que ellos siempre harán lo que consideren, lo son los japoneses en cuanto al orden. Así que cuando anuncian que los Juegos Olímpicos serán a puerta cerrada podemos esperar que así será porque la situación de la pandemia es grave en cualquier caso y la diferencia está solo en cómo se actúa. Y esto vale para gobiernos, instituciones deportivas y cada una y cada uno de nosotros. Ahora, la gran pregunta: ¿qué preferimos, ver esas imágenes de Londres tomada antes y después del partido, y el campo, lleno, o la precaución y el eco en los estadios?

La (buena) noticia del año

2020 nos está regalando muchas malas noticias. Pero también alguna buena: el camino que ha emprendido la Federación Vasca de Fútbol de la mano del Gobierno de la CAV hacia la oficialidad es necesario porque responde a una demanda y a un sentimiento muy importantes, difícil y, sin duda, precioso, en un sentido estricto. El proceso va a estar lleno de trabas, sobre todo, políticas, que serán útiles para que se retraten y nos retratemos: también quienes quieren dejar sin nombre a la selección de Euskadi porque no pudieron manipularlo cuando nació (no estaban allí) ni cuando se recuperó (estaban a otras cosas).

Periodismo ridículo

No creo en el periodismo objetivo. Nunca lo he hecho. Creo en un periodismo riguroso y honesto que se practica desde posiciones políticas legítimas. Pero una cosa es hacer las crónicas y las columnas de opinión desde un punto de partida, y otra es insistir en el ridículo, que es lo que hacen quienes se empeñan en explicarnos no ya que Trump todavía tiene opciones, sino que su batalla legal por retener la presidencia va bien. Podríamos decir que de lo suyo gastan pero luego nos encontramos a los que se dedican a molestar en Twitter con esos argumentos inverosímiles, haciéndonos perder el tiempo a los demás.

Vascos contra fachas

Si hablamos de vascos que logran cosas, por un lado, y por el otro de fachas populistas, es lógico que terminemos hablando de Aitor Esteban, que daba la vuelta a un tuit que intentaba destacar la actitud de Macarena Olona. El diputado abertzale respondía así: “A mí me encanta la foto. EAJ-PNV enfrentando de cara al facherío”. No solo a ellos: el PNV parece ahora el enemigo a vencer, por supuesto para Vox, UPN y Bildu, pero también para Podemos, que intenta dejarle fuera de la suma, e incluso desde algunos escaños del propio PSOE, como si la negociación fuera rendición. Pues que exploren las alternativas.

Y el gobierno español, contra sí mismo

He vuelto a leer con cierta fidelidad las columnas de Fernando González Urbaneja porque creo que sus análisis son eso, análisis, y no simples elucubraciones: para él, la subida del SMI es lógica, más que la que han asignado a los funcionarios, pero no por ello deja de ser un caballo de batalla más de Iglesias. “Se trata de proponer objetivos que confronten con la posición de Calviño para luego someter el dilema a la mediación o decisión del presidente Sánchez”, escribe en República.com, donde también apunta que el problema de fondo no lo ataja tampoco este gobierno: los bajos sueldos en España.

Pero no tanto con “la gente”

De Pablo Iglesias me gusta, sobre todo, que para él el medio es importante. Los fines son las consecuencias de su estrategia, sus pulsos y su capacidad para resistir. No me gustan sus métodos pero respeto esa devoción por hacer el camino. Los que nos obsesionamos con ello, por desgracia, no sabemos disfrutar de los logros. Pero el camino de Iglesias tiene curvas porque su gobierno, el de “la gente”, el del juego de tronos sin fin, es el que plantea subir hasta los últimos 35 años trabajados para calcular la pensión de cada trabajador, ahorrando una pasta al erario quitándosela al currela. Así de claro.

¿Qué se creen que es una pandemia?

Quienes se manifestaron el jueves y volverán a hacerlo hoy, según parece, contra el toque de queda y las normas que solo buscan frenar la pandemia son los más tontos de Bilbao. Pueden excusarse en el negacionismo, las teorías de la conspiración, lo que ellos consideran mala gestión o el hartazgo, que da igual: en esencia son tontos del bote. Y lo demuestran cuando dicen que se manifiestan por la libertad. ¿Libertad? ¿De quién? ¿La de las amamas y aitites que están confinados en las residencias? ¿La de quienes no saldrán de casa hasta que bajen los contagios? ¿La de quienes decidimos sí cumplir las medidas?

Y peor si es la autoridad

Especialmente perjudicial para la salud de todos es quien se manifiesta abiertamente en contra de estas medidas y tiene una responsabilidad e incluso autoridad públicas. Y más peligroso resulta si, además, participa activamente en un partido político. Este tipo perjudicial del que hablan en Eldiario.es lo tiene todo: “Félix Rodríguez, vicepresidente del Comité Ejecutivo Vox en Valladolid y policía municipal en la ciudad, ha llamado a la ‘rebelión social’ en su cuenta de Twitter contra el estado de alarma”. ¿Y qué va a hacer Rodríguez si se enfrenta uniformado a altercados como los que han sucedido en Bilbao? ¿Intervendrá o les animará? Si hay que llamar a alguna rebelión es contra los idiotas.

¿Y cuando se cierre el grifo europeo?

No seré yo quien agüe la fiesta parlamentaria. Al contrario, soy plenamente consciente de que es mejor tener un presupuesto, aunque sea circunstancial como serán los Generales del Estado, que no tenerlo. Pero no por eso hay que dejar de criticar las debilidades de este plan, sobre todo sabiendo que a Pablo Iglesias le gustan tanto los DAFO (y aún así los hace mal): como indica la economista María Cadaval, el presupuesto está basado únicamente en el chorro de millones europeos y condiciona a futuro partidas muy importantes a la existencia de ese recurso… O de una subida de impuestos brutal para todos.

El ritmo no para… En Podemos

Con lo difícil que tiene que ser llegar al gobierno español y hacerse con las riendas, y más en estas circunstancias, no deja de sorprenderme la capacidad que tienen en Podemos por mantener el ritmo de su Juego de Tronos particular. Después de las maniobras contra Garzón (ministro y líder de IU al que quieren obligar que disuelva su partido en el morado) y del lío con el abogado al que despidieron acusándole de un abuso sexual inexistente, llega ahora la expulsión de Teresa Rodríguez y otros siete parlamentarios de su grupo en Andalucía después de que los ochos abandonaran la disciplina de Podemos.

Se es o no se es

La noticia de que la selección de Euskadi va a volver al terreno de juego siempre es buena. El partido de la tricolor ante Panamá supone tanto riesgo sanitario como cualquiera de los otros encuentros de selecciones o cualquier partido de Champions o Europa League de los que se han disputado esta semana. Pero lo que más me ha gustado del anuncio, además de la noticia en sí, es cómo se la han tomado en Eibar, donde Euskadi jugará este año: “Gure selekzioa Ipuruan izango da azaroaren 16an. Nuestra selección jugará en Ipurua el 16 de noviembre”, tuiteaba la SD Eibar. ¡Bien por los que son y lo demuestran!