Si los bombardeos rusos sobre Ucrania nos sobrecogen, y si los medios publicamos historia como la de Victoria Amelina, la escritora fallecida en uno de los últimos ataques a misilazos sobre población civil ordenados por el Kremlin, para que podamos empatizar, deberíamos de hacer lo mismo, exactamente lo mismo, cuando es Israel el estado que bombardea la ciudad de Cisjordania y deja nueve víctimas. Nada justifica los ataques sobre Ucrania, de la misma manera que nada lo hace sobre Palestina. No caben equidistancias, no caben los “si, pero…”, no caben las medias tintas: un antifascista lo es siempre y en todo lugar.
“El tiempo que viene”
Si mi hijo y/o mi hija dedican parte de su tiempo a la política, tengo claro que sus rivales van a ser las y los fascistas. Es “el tiempo que viene, si no se le pone freno”, como escribe Enric Juliana en Twitter después de ver la lona que Desokupa ha colocado en Madrid con un mensaje dirigido a Pedro Sánchez: “Tú, a Marruecos; Desokupa, ¡a La Moncloa!”. ¿Se presenta la empresa a las elecciones? ¿Se ve plenamente representada por una de las opciones que prometen desalojar al del PSOE de la presidencia? ¿Por cuál? En su tuit, Juliana también atina con esta descripción: “Pequeñas compañías Wagner fabricando temor”.
El PP ha comprado el marco a Vox
Lo explicaba muy bien Andoni Ortuzar en Radio Euskadi ayer: el verdadero problema de Europa es que los partidos de derechas están haciendo suyo el discurso de la extrema derecha y ya no hay manera de distinguir entre ellos. En España esto está siendo muy evidente: “El PP exhibe con Vox su negacionismo climático a las puertas de las generales”, leemos en Público, donde citan uno de los elementos que más sorpresa me genera: ¿qué tienen de malo o de comunista los carriles-bici? Que Vox imite a Trump sin pensar lo puedo entender, que el PP compre el marco y vea el mundo a través de él me resulta incomprensible.
Bildu sigue sobre la ola
Bildu sigue sobre la ola y la está surfeando. Hace lo que debe, ni más, ni menos. De aquí al 23 de julio intentará no cometer errores y, sobre todo, esperará a qué Vox, PP y PSOE le aupen en campaña, como sucedió durante las municipales y forales pasadas. Con los “agentes sociales” habiendo hecho bien su trabajo de desafección y hartazgo social, precisamente, y por primera vez con portavoces en Madrid reconocidos en Euskadi, Bildu va a por el “sorpasso” al PNV que ya lograra Podemos en unas generales anteriores. A Bildu le va bien con la abstención y al PNV, con la movilización. Básicamente, la pugna electoral vasca se resume a eso.
Un impacto mundial
Sigue el Tour aunque haya abandonado el País Vasco (volverá a entrar a Zuberoa en alguna etapa de Pirineos), y seguimos viendo los coletazos de la visita de la carrera a nuestra tierra: Rafael Anchía, el congresista estadounidense de origen vasco, compartía en su Twitter la noticia del The Guardian sobre cómo las y los vascos habíamos arropado a los ciclistas y a todas las personas (muchísimas) que hacían todo el montaje. El impacto del paso del Tour por Euskadi ha sido mundial, y ha sido positivo: nuestro paisaje geográfico y humano ha salido bien retratado. Solo nos falta creernos lo que somos capaces de ser.