No podemos perder esto

Esto que escribe Mikel Segovia en El Independiente solo podemos leerlo de una manera, como una buena noticia: “El coste laboral medio supera los 3.300 euros en las comunidades más caras frente a los 2.300 que de media tiene el conjunto del tejido productivo en las comunidades del sur del país, donde también el desempleo es más elevado”. No podemos perder ese valor, ese reconocimiento y esos derechos logrados. Y para no perderlo primero tenemos que ser consciente de que lo tenemos, y la conflictividad laboral permanente no puede ser la venda en los ojos ni el tuit que intenta tapar las buenas noticias.

Tendremos que pagarlo

Estoy a favor de conservar nuestra manera de reconocer el valor en el trabajo, que mejora a la de nuestro entorno (aviso gratuito para navegantes: quien no quiera un trabajo precario que no llame a Glovo, Just Eat, Uber o similares). Pero todo eso tiene un coste y también tenemos que asumirlo. Si las condiciones laborales mejoran los precios subirán. Y así tiene que ser. Al respecto, en Pymes y Autónomos reflexionan sobre por qué las ofertas de empleo no se cubren: ya no solo es el salario, cuestiones como el teletrabajo o el manejo del tiempo propio empiezan a importar y a sumar como ingreso, pero también como coste. Así tiene que ser.

Y no como hace Amazon

Estamos hablando mucho de Elon Musk últimamente por su deriva neocón y su ansia de trascender por medio de Tesla y Twitter, pero Jeff Bezos, otro salvador del planeta que ha acabado amasando una fortuna infame (sí, hay fortunas infames, inmerecidas, vergonzantes, escandalosas e injustificables, como las de estos dos pollos), le coge hoy el relevo: mientras Bezos llega al espacio, su personal va huyendo de Amazon tan pronto como puede por las condiciones laborales. Y eso está empezando a suponerle un problema, especialmente en departamentos en los que hasta el 70% de sus empleados han abandonado.

¿Dónde está ese dinero?

No entiendo cómo funcionan las criptomonedas. Nadie lo entiende, realmente, salvo quienes están en el negocio. Y quien está en el negocio y gana dinero no lo hace por su conocimiento en tecnología, sino por su experiencia en especulación. Entiendo lo justo de cómo funciona este mundo como para saber que si alguien me dice que en bolsa también desaparece el dinero me intenta mentir o no tiene ni idea de lo que habla. Porque en bolsa el dinero siempre cambia de manos, y en las criptomendas, también: los 80.000 millones de pérdidas de estas semanas son las ganancias de algunos sinvergüenzas. Así funciona el mundo.

¿Y dónde está el sentido común?

Como dice mi amigo Igor Filibi: “La gente tiende a ser coherente”. Por eso no espero mucho sentido común de quien se ha autoerigido en defensora de la extrema derecha en Twitter, entrando en todos los barros que sean necesarios, como hace Cristina Seguí. Y si se tiene que ensuciar hasta el alma, lo hace: “La Fiscalía ha abierto diligencias de investigación penal contra la responsable de la organización Gobierna-te, Cristina Seguí, por la difusión de un vídeo en el que al menos una de las menores víctima de una agresión sexual en grupo en la localidad valenciana de Burjassot conversa con una amiga” (República.com). Correcto.

Tonterías del primer mundo

Vacunarte o no es una preocupación de niños y niñas bien. Solo quien tiene una situación laboral en la que puede esquivar el tema puede permitirse la disyuntiva. Es evidente. Pero Hibai Arbide va aún más lejos: “Estoy hasta el coño de oír a los antivacunas hablar de una gran conspiración global para obligar a vacunar a todo el mundo cuando la mitad del planeta no puede acceder a las vacunas porque las acapara el norte global. Ser antivacunas es una pijada de ricos”. De hecho, quienes se planteaban antes de la pandemia no vacunar a sus hijas e hijos lo hacían porque sabían que estaban en entornos seguros e higiénicos.

Siguen entre nosotros

Por desgracia, no cumplieron su palabra, Marcelino Madrigal nos lo recordaba estos días: “¿Se acuerdan cuando todos estos se iban a ir a Gab o Parler porque Twitter ‘les censuraba’ y ‘no tenían Libertad de expresión’? No se ha ido ni uno. Y aquí los tienen vomitando odio e insultos. Ni Twitter los quería parar ni ellos querían irse a un sitio donde solo están ellos”. Así es: convivimos con todos aquellos fascistas, aspirantes a serlo y colaboracionistas que, siguiendo la ola trumpista (porque originales tampoco son), aseguraron que sortearían la censura en otras páginas web. Pues no hay censura pero sí discursos de odio en Twitter.

De hecho, ganan

No solo la fachenda no se ha ido de Twitter, sino que está muy activa: “Vox lidera la batalla política en las redes sociales”, presentan como “exclusiva” en La Política Online, en una pieza que encabezan con el sobadísimo: “El mundo digital es hoy el epicentro de las campañas políticas”. De los tres entrecomillados solo puede ser cierto el primero, y siempre en clave española, claro. Curiosamente, en Euskadi son los fascistas de aquí, los que justifican todavía hoy a quienes atentaban contra las y los que pensaban diferente, los más activos en las redes sociales, especialmente, en Twitter, como los de Vox.

¿Un español, un voto?

Lo mejor de la aparición de la alternativa conocida de momento como la de “la España vaciada” es que va a romper muchos mitos de los que se acusa a los llamados “nacionalismos periféricos”: la sobrerrepresentación de territorios más despoblados de la que hasta el momento se beneficiaban sobre todo PSOE y PP puede jugar ahora en su contra. Una compensación totalmente lógica porque si se aplicase el famosísimo “un español, un voto”, los partidos nacionalistas mantendrían su representación pero la perderían las extensas regiones españolas con baja densidad de población por las que Casado solía presentarse, por cierto.

Un cohete, una vida

“El turismo espacial de Bezos y Branson sale caro: cada vuelo emite tanto CO2 como una persona en toda su vida”. El titular de Xataka es de esos que te impiden subirte al trineo navideño de buenos pensamientos, esperanza y reconciliación con el resto de gente del planeta. El egoísmo sideral de estos megamillonarios que lo son gracias a la economía virtual que permite el agigantamiento de empresas y fortunas, machacan los intentos que haré en mi vida, y los de toda mi familia, por un mundo más sostenible. A veces dan ganas de mandar todo a la mierda. Nos conformaremos con mascullarlo.

Cuba se mueve

No sé en qué acabarán las movilizaciones de la ciudadanía cubana y, sinceramente, soy muy pesimista, pero Cuba se ha movido estos días como no lo ha hecho nunca, que yo recuerde. La dictadura vive sus días más flojos no porque Díaz-Canel no sea ya un Castro, sino porque las nuevas generaciones de cubanas y cubanos no tragan ya con la propaganda del régimen. A quienes allí viven ya no les vale la excusa del bloqueo porque reciben móviles de sus familiares en EE.UU., por ejemplo. Así que no entiendo por qué la siguen usando fuera de Cuba quienes defienden una dictadura solo porque se autodefine como socialista.

Y la dictadura hace lo de siempre

La dictadura castrista, aunque ahora lleve otro apellido, es absolutamente indefendible, desde siempre, por dictadura, y ahora porque “Díaz-Canel llama a combatir las protestas contra el gobierno” (Euronews). El heredero de Fidel y Raúl Castro no duda en atacar a su propio pueblo con su propio pueblo, que es exactamente lo que ha hecho el régimen desde hace 60 años. ¿Cómo van a defender esto los fanboys del socialismo sin elecciones ni oposición tan típico cubano? Lo harán como todo lo demás, ya lo sé, pero no puedo evitar preguntarme cómo hay tanto irresponsable que excusan la opresión solo porque queda lejos.

Otro modelo… De blanqueamiento

Si Cuba es una dictadura a la que solo defienden los hooligans de la utopía socialista, la dictadura china posee la “virtud” de ser defendida por la izquierda y por la derecha que admira de China su capacidad para producir y consumir. Pero seguimos hablando de un régimen sin libertad (salvo la de los millonarios para ganar más dinero) que ejerce de tal: “Nada de activismo feminista ni LGTB: China los ha prohibido masivamente en redes sus sociales” (Magnet). Por supuesto, “el Gobierno está endureciendo los controles propagandísticos y sofocando a los grupos que critican sus políticas”.

Más cerca, también

Si Cuba es justificada por la izquierda y China es blanqueada por unos y otros, Hungría es el país al que defienden, incluso furibundamente, en la derecha. En Europa, la extrema derecha, y en España, Vox y el PP son los que justifican a ese país que genera noticias como esta: “Una cadena de librerías, multada en Hungría por un cuento que muestra familias LGTBI” (Eldiario.es). La justificación es para leerla con detenimiento: la sanción es “por no indicar que la historia del libro ilustrado era protagonizada por ‘una familia diferente a la normal’”. Sí, en la Europa de hoy hay países que definen que familia es “normal”.

¡Que se vayan a la mierda!

La nueva carrera espacial, en este mundo con la economía virtual que hemos creado y hemos establecido, tenía que ser entre millonarios: Richard Branson (Virgin) ha adelantado su vuelo privado al espacio para superar a Elon Musk (Tesla). Ambos, junto a Jeff Bezos (Amazon), compiten por ser la compañía que ofrezca experiencias de este tipo a quien tenga más de 250.000 dólares para cumplir este sueño. La ciencia, la capacidad del ser humano de alcanzar nuevos horizontes, ya no son el fin de compañías espaciales públicas. Ahora, la ambición y el selfie a precio de oro son el motor… De ellos, los que pueden.

Por la boca muere el pez

C-5, uno de los tuiteros que más tiempo llevo siguiendo por sus sarcasmos sobre las cosas del día a día, incluidas las compañías eléctricas, publicaba ayer: “Menos mal que ahora tenemos un ministro de consumo para que la luz no suba en plena ola de frío”. ¿Y qué tuiteaba el ministro Garzón? Sus críticas a la extrema derecha en EE.UU., que no deja de ser importante para un secretario general de IU, pero que no es lo que debía de ocuparle: cuando gobernaba Rajoy, Pablo Iglesias tuiteó que si la luz subía en plena ola de frío el gobierno español era cómplice, y en campaña, Podemos anunció que pararía este atraco.

Gobernar es tomar decisiones difíciles

Alfredo García, operador nuclear y divulgador científico, recuperaba precisamente el tuit en el que el hoy vicepresidente español acusaba al gobierno de Rajoy de ser cómplice por la subida de la luz durante una ola de frío en enero de 2017. A estas alturas de la legislatura, Iglesias, Garzón y Sánchez ya deberían de saber que gobernar consiste en tomar decisiones difíciles como la que sugería García en su tuit: “Sin las centrales nucleares, el aumento de precio y emisiones sería mayor y habitual. Si las cierran por ideología, ustedes serán cómplices”. Pero más fáciles tuitear, y en el gobierno lo hacen mucho.

Volvemos a EE.UU.

Me temo que va a ser inevitable hablar estos días de lo que sucedió el miércoles en EE.UU. porque Twitter y los digitales, básicamente, están centrados en tres temas: el que acabo de mencionar, las nevadas y la vacunación. Sobre el primero, me ha resultado muy interesante este tuit de Begoña Beristain, a la que no se le ha congelado el olfato para atrapar noticias e historias: “Facebook suspende la cuenta de Trump hasta que termine su mandato. Sube 2 puntos en bolsa. Twitter le devuelve mañana su cuenta en pro de la libertad de expresión. Baja 1.9”. Ser antifascista cotiza al alza: buena noticia.

¿Por qué?

En el extremo más opuesto posible a Beristain encontramos a Elena Berberana, que se ha convertido en el mejor ejemplo de periodista trumpista en España. ¿Por qué? ¿Cómo llega alguien a erigirse en máxima defensora de un tipo que gobierna a miles de kilómetros, que ha recibido un varapalo en las urnas y que ha empujado a una banda de frikis a tomar un parlamento con el resultado de cinco personas muertas? Me gustaría que algún día Berberana explicase los motivos. Y ser un verso suelto no cuenta: negar lo que hoy es innegable y apelar a conspiraciones tiene que pagarse muy bien.

Ricos por lo que no cuentan

Echo de menos aquellos años en los que la persona más rica del mundo era Bill Gates, el hombre que nos colocó un PC en cada casa con un sistema de licencias de software que disparó sus ingresos. Hoy, el que más dinero gana es Elon Musk, el fundador de una marca de coches eléctricos deficitaria, y sustituye a Jeff Bezos, el fundador de una empresa de comercio electrónico que sigue declarando pérdidas. Entonces, ¿de dónde sacan la pasta? De los inversores que sueñan con rentabilidad y de los negocios rentables que no cuentan: Musk vende sus cuotas de contaminación y Bezos, servidores virtuales.

Revelaciones de un marciano

El relato se construye solo: José Antonio Campoy dirige una revista en la afirma que el cáncer se desarrolla por motivos temperamentales, que la quimioterapia no es efectiva o que el ébola no es una enfermedad real. Esa revista, según El Español, llega a facturar 500.000 euros anuales difundiendo semejante contenido, sugerido, y aquí viene lo más interesante, por las revelaciones que en los años 90 sufrió Campoy en sus repetidos encuentros con los extraterrestres. Él lo cuenta, él se lo cree, él se lo guisa y se lo come gracias a quienes coleccionan sus mentiras.

Vox crece

Veremos si finalmente materializan alguno de esos escaños o concejales que diferentes fuentes dan al partido de Abascal, pero es evidente que Vox crece en número de afiliaciones y donaciones: de 3.000 afiliados que tenía en julio de 2017 habría pasado a 11.000 actualmente, según El Plural. Y en lo que vamos de año habría ingresado un millón de euros en donaciones para, entre otras cosas, cambiar su sede a una mucho mayor. Cómo ha logrado llegar hasta aquí, fracaso electoral tras fracaso electoral, es un misterio. Pero el contexto europeo les ayuda a seguir creciendo.

Pérez-Reverte es la valentía

Arturo Pérez-Reverte empieza a convertirse en un personaje delirante, un tipo duro que ha visto más horrores que nadie y que ha estudiado más guerras cruentas que ninguno. Un hombre de acero, como las espadas y las bayonetas de sus personajes de novela. Un tipo capaz de despreciar a Picasso porque, entre otros motivos, nunca estuvo en una guerra. Dejando a un lado el talento para lo suyo del pintor y el escritor, no me parece muy inteligente desacreditar a Picasso como persona que hizo frente a una dictadura creando una obra icónica y convirtiéndose en un modelo cultural.

Otra burbuja

Ahora que ha pasado el verano esos pisos de alquiler ocasional de los que tanto hemos hablado tienen mucha menos actividad y, por lo tanto, generan menos ingresos (y problemas). Ahora, en definitiva, el cuento de la lechera cambia y podemos echar un ojo a otro tipo de cálculos más conservadores: en El Confidencial leemos que solo dos de cada diez pisos que se ofertan en Airbnb generan más ingresos que si estas viviendas tuvieran un alquiler tradicional. Pero el daño ya está hecho y el negocio, para los de la App y otras empresas, generado y ganado.

Una inmensa burbuja

Bill Gates está teniendo una madurez muy interesante: después de reinventar el negocio del software y manejar casi un monopolio informático, se ha asentado como un interesante filántropo y un empresario que supo definir el negocio de los intangibles y hacer mucho, muchísimo dinero con ello. Tanto que ha sido el más rico del mundo… Hasta este año, que le ha desbancado Jeff Bezos. La fortuna de este último no tiene nada que ver: está basada en la especulación (la promesa de lo que Amazon será), el abaratamiento constante de costes y un marketing gigantesco.