El relato en la versión web de Diario16 es espeluznante: “Ni Las Vegas ni Tarantino: el PP en Baleares. Cocaína, palizas a prostitutas, sobornos, sesiones en clubes de putas solo para políticos y agentes de policía… El sumario del juez Penalva no tiene desperdicio, y lo del Partido Popular con las putas ya huele a infección. No hay trama de corrupción que salpique al PP donde no aparezcan cuerpos de mujer usados a cambio de unos euros. A veces ni euros. Fue un tal Alejandro Halffter, siendo viceconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, de la panda de Esperanza Aguirre y Francisco Granados –qué gran pareja perdió el género chico cuando lo encerraron–, quien soltó aquello de: ‘Hay que celebrarlo con un volquete de putas’”.
Y aún hay más
Después de saber que los diputados del PP, Gustavo de Arístegui y Pedro Gómez de la Serna usaban sus influencias para cobrar por trabajos ficticios y, después, movían el dinero para no pagar a Hacienda, parece un pecado menor que el propio De Arístegui, diputado y ex embajador en India con el PP, cobrara con normalidad sus trabajos de “asesor” por medio de una cuenta en Marruecos. El “figura” ya había tenido problemas con Hacienda, así que, en vez de regularizar la situación, emigró la entrada del dinero (El Español).
La telebasura funciona… por nuestra culpa
No se lleve las manos a la cabeza: es así de simple. Si la telebasura es una mina de oro es porque tiene espectadores y atrae a publicistas. Tampoco vale señalar a España: en Euskadi este tipo de programación triunfa. Woody Allen ya decía que en Hollywood no sacaban la basura a la calle, que le emitían por la tele, y aquella ironía sigue estando vigente. Uno de los mejores en este “arte” es Paolo Vasile, al que en La Voz de Galicia dedican una columna deliciosa: puede parecer que le defenestran, pero no, reconocen su mérito de hacer una telebasura cada vez mejor.
No hay mito, solo trabajo
Observo que las cifras de altas de autónomos no dejan de crecer: cada vez son más los que quieren creerse que hay una recuperación económica y que el modo más ágil de intentar aprovecharla es como trabajador autónomo. Así que celebro el post en el blog Pymes y Autónomos que, precisamente, desmonta el mito del trabajador superior. Al contrario: derechos laborales rebajados sin que (añado yo) los sindicatos hagan algo realmente útil por nosotros.
Una declaración muy bonita
Bonita… Y poco más. No sirve de absolutamente nada que “The International Consumer Protection and Enforcement Network” (pueden pronunciarlo exagerando el acento inglés para que tenga algo de gracia) haya publicado una normativa que “impide” que los que nos colocan publicidad encubierta desde las redes sociales sigan haciéndolo. El texto es muy bonito, y pide, claro, que se especifique que estamos viendo publicidad. Pero no hay sanciones ni forma de obligar a que dejen de intentar engañarnos. Así que, como declaración, preciosa. Pero inútil.