Si ayer nos preguntábamos en esta columna de dónde sacaba Juan Carlos I tanto dinero hoy lo podemos explicar en parte: volvió de Kazajistán, donde había estado en un viaje privado alegrándose la vida, con cinco millones de dólares en efectivo y en maletines, cortesía de Nursultan Nazarbayev, entonces presidente del país. Era el año 2002 y según relataban las fuentes gubernamentales de allí a las que ha tenido acceso Eldiario.es, le regalaron la pasta porque el Borbón les había dicho que no tenía nada pese a ser el jefe de Estado español. Al final, va a ser verdad que con sus amigos era un campechano.
Otros tienen menos
Javier Salvador preguntaba en Twitter: “¿Cómo era eso de venderse por un plato de lentejas?”, después de ver la foto de Mertxe Aizpurua y Oskar Matute en la ronda de contactos con el gobierno español para aprobar los PGE. Ayer mismo, Otegi anunciaba el voto favorable a las cuentas pero no anunciaba, al mismo tiempo, ninguna contrapartida. Así que el famoso “plato de lentejas” con el que la izquierda abertzale siempre ha acusado al PNV que sí negociaba en Madrid, en su caso, no pasa de plato de sopa del cocido. Un cocido que igual sabe a rancio, como siempre fueron los comentarios que hoy resuenan.
Pero, ¿qué es esto?
Yo gruñendo porque hay partidos que no sacan nada políticamente salvo fotos y gobiernos más pendientes del selfie que de la realidad, y Telecinco tuiteando que “el 39% de los españoles asegura que sonríe más que antes del confinamiento, y el 90% se siente valiente y positivo”. Pues será en España, porque en Euskadi la gente está bastante mosqueada, cansada y sin ganas de reír. Y menos si leemos noticias como la de Juan Carlos I, que ya parece una caricatura de sí mismo… Pero que trincó sin declarar millones a paladas, según van publicando los distintos medios. ¡Pero si solo se ríe él!
Jon Rahm, también
Si alguien tiene motivos para sonreír es Jon Rahm, que ha celebrado su cumpleaños con un hoyo en uno (el segundo en dos días) que ha dado la vuelta al mundo porque la pelota cruzó un laguito de agua dando botes. El golfista de Bizkaia es un auténtico fenómeno que nos da alegrías en esta época de tristeza y agotamiento. Así que, bienvenidos esos vídeos, esos tuits y esas proezas que tienen que aliviarnos y, si es posible, inspirarnos. A estas alturas nadie pide hacer un hoyo en uno a la vida, y menos con un obstáculo en medio, pero sí que podemos intentarlo y, sobre todo, apreciarlo.
Bannon, no
Al que se le habrá borrado la sonrisa es a Steve Bannon tras comprobar que Twitter le ha cerrado la cuenta después de sugerir “que el Dr. Anthony Fauci y el director del FBI, Christopher Wray, deberían ser decapitados” (CNN). Durante mucho tiempo he echado de menos más implicación de las redes sociales digitales, y creo que es justo reconocérsela ahora. Bannon, además, marca el camino a Trump aunque ahora estén alejados: en cuanto el presidente (que considera que Twitter es su altavoz) abandone la Casa Blanca su cuenta pasará a ser una más, y tendrá que ajustarse a las normas como todos.