Todo lo que está mal

La privatización del espacio exterior es una mala noticia, que quede en manos de millonarios como Musk o Bezos, es terrible. Su acción es una muestra estupenda de todo lo que está mal en nuestro planeta, por eso en El Diario han clavado el titular: “Daño en la Tierra para llegar a Marte: dentro del plan de Elon Musk que amenaza las aguas cristalinas de Hawái. Texas lleva mucho tiempo bajo la amenaza de los lanzamientos y explosiones de cohetes de SpaceX. Ahora Hawái se perfila como la siguiente víctima” (El Diario). Arrasarán nuestro ecosistema para vender habitaciones en su órbita. Me apuesto un pintxo de tortilla de los buenos.

No saben lo que son

Andoni Ortuzar me explicó hace ya tiempo que lo más importante en política es saber lo que eres. Justo lo contrario de lo que le pasa a Trump, que parece incapaz de saber cuál es su lugar en el espectro ideológico y que da bandazos entre el liberalismo y el intervencionismo sin que le importe: “EEUU ha comprado el 10% de Intel para salvarla de la quema, y eso planea un problema enorme. Uno llamado favoritismo” (Xataka). Entonces, ¿gastar dinero público está bien? ¿Recaudar para tener ese dinero está bien? ¿El dinero público bien gastado es el dinero público invertido en empresas privadas? ¿Lo hará con otras?

Por desgracia, da igual

Realmente, a Trump le dan igual la ideología o el intervencionismo. Él hace lo que quiere y tiene la habilidad de no perder gracias, sobre todo, al desistimiento de sus enemigos (a los que elige con instinto depredador): “La UE se rinde a Trump: retirará sus aranceles pese a que EEUU los mantiene en el 15%”, titulan en El Imparcial. No podemos negarlo: Europa está haciendo el primo, no sabe coger las riendas que soltó pensando que ejerciendo de cliente premium de EE.UU., Rusia, China y los árabes ya era suficiente. A estas alturas, Von der Leyen solo parece una mujer fuerte cuando se enfrenta a los presidentes de la Unión.

La derecha está perdida

Todo empezó a ir mal cuando los partidos conservadores en todo el mundo fueron devorados por la ultraderecha. No supieron cuándo dejar de dar de comer al monstruo, y uno de los ejemplos más claros es el de España: “El PP acaba en un callejón sin salida por los menores migrantes mientras Vox se frota las manos”, “Feijóo queda en tierra de nadie tras haber aupado un discurso radical que parece favorecer a Vox” (Público). Es evidente: ningún discurso podrá vencer al populismo con los temas que más favorecen, precisamente, al populismo. En el PP han ido de listos, de sobrados, y han recibido un revolcón que, ojo, solo es el primero.

Buena gente

Dice Galder Reguera que los aficionados al fútbol tenemos manchitas de colores en el corazón. El mío late rojiblanco, pero tiene brochazos morados y verdes. Y desde el miércoles también soy un poco del Slavia, rival del Athletic en Europa, otra vez. Valverde y los suyos viajarán a Praga, donde han anunciado el partido contra los leones evitando poner la bandera española junto al nombre del Athletic: un emoticono que sugiere complicidad sustituye a unos colores que muchos socios no reconocemos como los de nuestro país. En el Slavia lo saben y han tenido ese gesto que nos invita a pensar que el fútbol necesita más equipos como el checo.

3.500 viviendas

Leo este titular en El Diario: “Consumo notifica a Almeida la dirección postal de 3.500 pisos turísticos ilegales para que sancione a sus propietarios”. Y empiezo mi reflexión: ¿qué pasaría si en una ciudad como Madrid hubiese 3.500 casas más para vivir a disposición de la ciudadanía? Pero es que esos 3.500 pisos turísticos que el ministerio notifica al ayuntamiento son solo los ilegales. ¿Cuántas viviendas hay destinadas solo en Madrid para ser alquiladas por días a turistas? ¿Y qué pasaría (vuelvo al trigo) si estuviesen a disposición de la ciudadanía para vivir? Por eso urge el señalamiento social a quien especula y a quien consume Airbnb.

¿Qué tiene en la cabeza y en el alma?

“Santiago Abascal afirma que la educación en igualdad LGTBIQ+ es corrupción de menores” (Público). ¿Qué tiene Santiago Abascal en la cabeza? ¿Y qué tiene en el corazón? ¿Por qué está en contra de que a las y los niños, cuando alcanzan la pubertad y empiezan a sentir cosas diferentes a las que sentían hasta ese momento, les expliquen que esos sentimientos, sean los que sean, están igual de bien? ¿A qué tiene miedo Santiago Abascal? ¿Qué no entiende? ¿Cómo le han educado para que llegue a afirmar que “la corrupción de menores es algo que se practica en muchísimos colegios”? ¿Sabe lo que significan las palabras que ha usado?

¿Quién puede defender a Putin hoy?

En estos meses de invasión rusa sobre Ucrania hemos tenido que leer y escuchar una montaña de gilipolleces. Quienes las han pronunciado para intentar justificar a Putin, bien por una nostalgia de la URSS muy mal llevada, bien porque Putin les patrocinaba directa o indirectamente, no pueden irse como si nada, como si no hubiesen defendido lo indefendible, como si esto no fuera a pasar meses después: “Rusia lanza el mayor ataque aéreo hasta la fecha: más de 530 drones y misiles” (Euronews). Pues ha sucedido, como sus argumentos de mierda, que tienen que perseguirles. Ser gilipollas o malvado no puede salir gratis.

Todos los crímenes de guerra

Si esto que denuncian en Diario Socialista se confirma: “El Gobierno de Gaza ha denunciado el hallazgo de pastillas de oxicodona, un potente opioide, en sacos de harina repartidos como ayuda humanitaria por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), organización respaldada por Estados Unidos y el Estado de Israel”, estaríamos ante el último ítem de la lista de crímenes de guerra que podemos atribuir al gobierno y el ejército israelíes. De momento, lo ha denunciado “la Oficina de Medios del Gobierno en Gaza”, lo que invita a tomar la información con precaución, pero Israel ha sido capaz de horrores mayores.

Me ha leído el pensamiento

Me gusta el boxeo, que he practicado de modo muy incipiente. Lo dejo claro antes de escribir esto otro: ni me gusta ni entiendo el atractivo del MMA. Así que cuando vi la felicitación de Alberto Núñez Feijóo a Ilia Topuria pensé algo parecido a esto que ha escrito Raquel Marcos en Bluesky de modo inmejorable: “Es un chiste que Feijóo se apunte a la macarrada testosterónica de las artes marciales mixtas, un contagio más del movimiento MAGA y su búsqueda de votantes gymbros. Hace nada esto no era un deporte, era una macarrada para entretener a los que iban a Las Vegas”.

Alucino

Alucino con que unas y otras, unos y otros, estén intentando colocarnos su discurso en vez de averiguar cómo se puede evitar que se repita al apagón del pasado lunes. Visto lo visto, ojalá hubiese sido un ataque de Corea del Norte y Rusia. Las y los que van de progres, empezando por Sánchez y acabando por los medios del rojerío español (aquí también lo vasco es españolazo, lo hemos visto), dicen que fue todo culpa de las nucleares y las empresas privadas. A la derecha nos dicen que no, que precisamente necesitamos nucleares y la culpa fue de las renovables. Y en medio, la ciudadanía que no se cree nada.

¿Quiénes son los “operadores privados”?

Aunque desde la izquierda y la derecha nos traten como si hubiésemos nacido ayer, no lo hemos hecho y sabemos quiénes son esos “operadores privados” a los que Sánchez, como líder de la izquierda española y vasca (sí, se pongan como se pongan) echa la culpa. En Xataka han hecho una buena recopilación de hechos, fuentes y empresas: Iberdrola, Endesa, Naturgy, EDP y Acciona Energía. A alguno lo conocemos por aquí porque es uno de los grandes aportadores a la hacienda de Bizkaia. Esto también habrá que contarlo, ¿no? Quien crea que son empresas de santos o demonios tiene una tarea pendiente: madurar.

El Josep Maria de cada casa

Cuenta Montserrat Dameson en El Nacional que “en Catalunya tenemos a una especie de cuñado propio, nuestro Josep Maria. Es alguien que siempre aprovecha la mala gestión política e institucional para girarlas contra la política y la institucionalidad”. En su columna, Dameson da con la diestra y la zurda a quienes intentan “infantilizarnos”, “populistas y mediocres, pero con las propuestas de su marco ideológico”. Si queremos evitarlo necesitaremos hacer un “esfuerzo para distanciarse del populismo y la mediocridad de la política sentimental que no da nunca respuestas”. Qué envidia me da no haber escrito yo esto.

Sí, Pablo

Pablo Iglesias tiene que ser un peñazo de tío. El típico que dice que se va pero siempre está ahí, que asegura que confía en ti pero te observa detenidamente, que te jura que no se inmiscuirá pero luego publica en su medio un editorial diciendo qué es lo que tiene que hacer Podemos. Resumo lo obvio: superar a Sumar, que ha sido un bluf, con la palanca del rearme. Podemos, según ese mismo editorial, estaría pensando en volver al gobierno para a PP y Vox, aunque no dice cómo. Lo que sí expresa es su desprecio por a algunos socios, como el PNV, que le hicieron vicepresidente. Seguro que Iglesias se tiene a sí mismo por un tipo humilde.

¿De dónde salió todo el dinero todo el tiempo?

Leo en Vozpópuli que “el Tribunal de Cuentas multa a Vox con 862.000 euros por recibir donaciones irregulares”. Se trata de una infracción “muy grave” y los hechos van de 2018 a 2020. “Más de 330.000 euros” los recibió Vox “en cajeros automáticos como ‘actividades promocionales’”. En total casi un millón de euros que, vaya, es muchísimo dinero. Yo lo que sigo esperando es a saber quién financió el chiringuito durante los años anteriores, en los que Abascal vivía muy bien aunque parecía un friki, y su banda de apandadores iba formándose en sigilo. Ese vivir, esos acercamientos, costaban dinero, ¿de dónde salió, visto lo visto?

Cuánta maldad junta

He estado tentado a escribir una columna de asueto, pasar de la actualidad perversa que cada día tenemos que soportar desde diferentes frentes. Pero no puedo hacerlo y menos en el día en el que una gran parte de la maldad del planeta se ha concentrado en el mismo despacho: la reunión entre Trump y Netanyahu es el encuentro de dos seres a los que las y los humanos les damos igual. El titular que han destacado en Público del evento me parece un gran ejemplo: “Trump dice que Gaza ‘es un terreno inmobiliario increíblemente importante’ e insiste en que Estados Unidos asuma el control de la Franja”. Lo dijo, sí, delante de un genocida.

Ha terminado

En poco más de un minuto, el nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney, explica con claridad que, sencillamente, “ha terminado” el mundo tal y como lo conocíamos, con EE.UU. como colaborador comercial y en materia de defensa. Su intervención, que Davor Mimica ha llevado a Bluesky con subtítulos en castellano, sirve para abrir los ojos y mirar de frente una nueva realidad. Una realidad en la que vamos a sufrir una subida de precios injusta y una quita en nuestros ahorros que no hemos decidido, y en la que la sombra de la guerra total va a planear sobre nosotras y nosotros recurrentemente. Este es el mundo de hoy. Afrontémoslo.

Primera protesta

No soy muy optimista con la reacción del pueblo americano antes la sociopatía de Trump. El presidente estadounidense cuenta con muchos medios a su favor: desde la Fox a X pasando por todos los digitales ultras y conservadores, en pantalla, en podcast o en vídeo, y dentro de nada, TikTok, por supuesto, que esa nacionalización forzada implicará que quien se quede con la mina de oro le deberá un favor. Además, los republicanos acaban de barrer en las elecciones, hace solo tres meses. Pese a ello, en la web de la BBC informan de que “miles de personas protestan en EE.UU. en la primera movilización masiva contra el gobierno de Trump”.

Otro ridículo

Al que tampoco le va mal en las encuestas, para mi sorpresa, es a Santiago Abascal. Vox resiste los empellones de Trump mejor que la economía mundial. Todas y todos esperamos, empezando por las y los del PP, que esto se corrija y que el presidente estadounidense del color de los Risketos sea un submarino para la ultraderecha del mundo, pero de momento, los ultras españoles están envalentonados: “Vox se ofrece a mediar con Estados Unidos por los aranceles en nombre de España ‘si dimite Gobierno y convoca elecciones’” (Electomanía). Es una gilipollez, sí, sin duda, pero a ellos les vale.

Es el momento

“Suspendidos los pedidos anticipados de Switch 2 en Estados Unidos por los aranceles de Trump”, este en El Plural es un ejemplo estupendo de las oportunidades que se nos plantean en Europa: aprovechar la situación del mercado para mejorar precios y suministros, e impulsar nuevos sectores. Necesitamos crear alternativas a Apple, Google y Microsoft, a Amazon y Netflix, a X y Meta, pero también a Levis, Johnson & Johnson. Y sobre todo necesitamos aprovechar las que ya tenemos: nuestro whisky es mejor, nuestro vino es mejor, nuestros cereales son mejores y, por supuesto, nuestras hamburguesas son mucho mejores.

El honor

Arnaldo Otegi acudió al 45 aniversario del primer pleno del Parlamento Vasco como líder del principal partido de la oposición. Publicó en Facebook una foto amable junto a Aitor Esteban y, según sus propias palabras, fue “un honor” para él compartir el acto con los primeros parlamentarios de Herri Batasuna en la cámara. Por supuesto, no dijo lo que hicieron: ningunear a la institución (no recogían sus actas, lo hacían pero no acudían, lo llamaban “vascongado”, etc.) y presentar a Juan Carlos Yoldi como candidato a Lehendakari, en prisión preventiva, y antes de pasar 16 años en la cárcel por pertenecer a ETA. Menudo “honor”.

No es verdad

“Los sindicatos de Educación aseguran que ‘está claro que si no hay huelgas, no hay voluntad de negociar’”. Ese es el titular en la web de EITB me parece muy representativo de la situación que vivimos en Euskadi. No es cierto, hay que decirlo con claridad. De hecho, la huelga sustituye a la voluntad de negociar porque hablamos de una huelga política (lo saben todas y todos los docentes, quienes están a favor y quienes están en contra). Y de paso, es capcioso hablar de los convenios sin actualizar como si no hubiese incrementos salariales (la primera reivindicación) o inversiones para adaptar los centros a las necesidades.

¡Claro!

El máximo responsable del blanqueamiento exprés de la izquierda abertzale (luego Pedro Sánchez ha recogido las nueces, como popularizaron socialistas y populares vascos en la época del pensamiento único en Euskadi), Pablo Iglesias, “da por ‘muerto’ a Sumar y se niega a que Podemos lo salve” (Vozpópuli). ¡Claro! Yolanda Díaz es ya una zombie política, y los que abandonaron Podemos con ínfulas (como entraron, no vamos a engañarnos), ¿cómo van a regresar? ¿A dónde? Iglesias, en RNE (¿el tertuliano VIP nace o se hace?), también vaticina que veremos traspasos de Sumar al PSOE. Pocas dudas tengo yo al respecto.

De Trump a Putin, pasando por Salvini

Hasta Abascal ha mostrado su apoyo a Marine Le Pen, no falta ninguno: desde Trump a Putin, pasando por Salvini u Orban. Toda la extrema derecha del mundo, todos los totalitaristas de moda (solo echamos de menos a Netanyahu) están con ella. Su inhabilitación es una “declaración de guerra” (France 24). Un buen punto de partida para su argumentario de llantina y dignidad impostadas: si algo se le da bien a los populismos de base fascista, lo sabemos en Euskadi, es la victimización. Es la carta que va a jugar Le Pen mientras ceba a Jordan Bardella: mucho más joven y urbano que la hijísima.

Hablando del Risketos

A las horas a las que se están imprimiendo estas líneas (sigo pensando en el periódico en papel, soy así… de viejo), ya sabremos qué aranceles ha impuesto Trump al mundo. Yo lo veo de otra manera: Trump ya nos habrá dado lo que espero que sea un impulso definitivo al nacionalismo europeo. Menos Ford, menos Coca-Cola, menos Google, menos X… Este dato que hemos leído en El Economista es muy interesante: “Wall Street sufre el peor trimestre desde la era Reagan frente al resto de bolsas”. Tenemos las alternativas y ahora tenemos el deseo de buscarlas y usarlas. Hagámoslo, cambiar algunos hábitos es realmente fácil.