La realidad

Leo en Diario Socialista que “Hamas pierde el contacto con dos prisioneros israelíes por los bombardeos”, y me pregunto: ¿solo dos? La realidad es que quien dio la excusa a Netanyahu no va a poder devolver a esos “prisioneros” ni a las personas que secuestró desencadenando el aplastamiento israelí sobre Gaza. ¿Qué va a pasar entonces? ¿Qué va a detener al gobierno y el ejército capaces de un genocidio televisado? En cualquier caso, cuando los asesinatos por fuego israelí se detengan, tendremos que revisar el papel de Hamás con el control de las imágenes, de los recursos y de las personas secuestradas.

Un mundo militarizado

Netanyahu es una amenaza global que, de momento, solo sufre rozando el exterminio la población de Gaza. Putin también lo es. Y por supuesto, debemos tomarnos a Donald Trump como una amenaza para el mundo. Los tres tienen algo en común: la militarización de sus sociedades. Al estadounidense no le importa aparecer, además, como un fan de los gobiernos totalitarios (para que tomemos la medida al problema): “Trump dice que las ciudades estadounidenses deben ser ‘campos de entrenamiento’ para los militares” (New York Times). La pregunta es: ¿qué podemos hacer en el resto del planeta?

El business sobre todas las cosas

La red social que Trump creó cuando los anteriores propietarios de X le banearon, Truth, tiene cada vez más publicidad. Yo solo entro para ver, desde fuera y sin loguearme, el perfil del presidente, y entre cada actualización hay un módulo publicitario actualmente. No le había dado mucha importancia hasta que leí esto: “La nieta del presidente Donald Trump, Kai Trump, publicó una serie de fotos y videos tomados en la Casa Blanca para promocionar las sudaderas que vende en su sitio web. La joven de 18 años tiene millones de seguidores en redes sociales” (CNN). El business va por delante de todo en la familia Trump.

Gol de la Real en TikTok

Llevo décadas observando profesionalmente las redes sociales digitales y no soy optimista, menos cuando veo noticias como la de Kai Trump, que saca negocios de la nada. Sin embargo, reconozco que me vengo arriba cuando observo que a mi alrededor también hay personas o instituciones que saben aprovechar la situación: en Trecebits han publicado el rakning de los “equipos de fútbol de La Liga EA Sports con más seguidores en TikTok”, y la Real Sociedad está en el cuarto puesto, solo detrás de Real Madrid, Barça y Atlético. El Athletic no aparece hasta el octavo. Y Osasuna y Alavés, en el 14 y el 15, respectivamente.

Don Juan Carlos

Mi objetivo para el curso es muy claro: ser mucho más positivo. Empiezo hoy: “Don Juan Carlos reina en Nueva York” (Vanitatis), donde han creado la Copa Rey Juan Carlos, como premio a una regata. Para celebrarlo, una cena “tipo cóctel, los invitados de etiqueta y un ambiente de esos que combinan la elegancia del deporte con la camaradería marinera”. Desde aquí puede olerse el olor a mar (o a marisco descongelado). “Entre los asistentes, armadores y regatistas llegados de medio mundo, todos en pie con una copa en la mano y muchas ganas de charlar con Juan Carlos I, que se mostró distendido, repartiendo sonrisas y anécdotas”.

Todos y todas lo sabían todo

Estoy viejo ya para las falsas sorpresas, prefiero el pragmatismo de Miquel Roig en X: “Itziar Ituño tiene todo el derecho del mundo a ir a las manifestaciones que quiera. Una empresa tiene todo el derecho del mundo a contratar o prescindir de Itziar Ituño para sus campañas publicitarias en función de si cree que eso beneficia o perjudica su imagen”. Yo sumaría otro par de evidencias: Ituño sabía que vendía su imagen a marcas sensibles a ciertas corrientes (que hablamos de Iberia y BMW, por favor), y estas empresas sabían qué pensaba Itziar Ituño. Pero ni a una ni a otros les importaba que circulara el dinero si nadie ponía el grito en el cielo.

La fiesta de la hipocresía

Dicho lo anterior y contrastadas las contradicciones de todos los agentes que participan en un conflicto moral que a nadie importó hasta que alguien alzo la voz (el linchamiento a Ituño no tiene justificación en ningún caso), tiene razón Gorka Mostajo en que hay tuits y opiniones que han envejecido mal: quienes critican ferozmente y condicionan a artistas para que no muestren en público que sus opiniones políticas no son las mismas que las de Arnaldo Otegi, como hizo Hasier Arraiz, son hoy las y los máximos defensores de la libertad de expresión y manifestación. A menudo jolgorio de la hipocresía estamos asistiendo.

Es su cultura y hay que respetarla

Si el partido republicano de EE.UU. quiere que su candidato a presidente del país sea un septuagenario al que las y los votantes ya sacaron de la Casa Blanca, que muestra sin rubor sus lazos con la extrema derecha, que es un neoliberal extremista, que ha sido condenado por abuso sexual y por fraude fiscal, que ha puesto en duda el sistema democrático y ha acusado a su rival de manipular un resultado electoral sin pruebas, y que está siendo investigado por instigar un asalto al capitolio estadounidense en el que murieron cinco personas, tendremos que respetarlo. Y actuar en consecuencia sobre la cultura de aquel país, por supuesto.

Vox cita a Unamuno

Sigo hablando de la extrema derecha porque esto en The Objective hay que leerlo: “El sector crítico dentro de Vox ha vuelto a emitir un manifiesto –la declaración de Fuenteovejuna– con motivo de la nueva cúpula confeccionada por Santiago Abascal para su candidatura a la Asamblea General Extraordinaria del próximo 27 de enero, en la que blinda aún más su núcleo duro”. Los críticos “hacen suyas las palabras de Miguel de Unamuno –‘venceréis pero no convenceréis’”. A mí, que Unamuno acabe citado por Vox, sinceramente, me parece hasta justicia poética con retraso. “Nuestro momento llegará”, culminan.

El look de hacer que trabaja

Tampoco tiene desperdicio esto en Vanitatis: Letizia Ortiz elige un “look working” para volver al trabajo después de las vacaciones de navidad en “el que es su único acto de la semana”. El día elegido fue el martes (16 de enero), y la hora, las 10:30 de la mañana. La chaqueta, camiseta y pendientes que eligió formaban “un estilismo working” con el que cumplió con su labor: “Estar informada acerca de los principales proyectos de la Asociación Española Contra el Cáncer para el año 2024”. Menos mal que se puso una camiseta porque seguramente la sudó. Solo me queda una duda: el iPad que portaba, ¿formaba parte del look?

«Madrid no se apaga»

No sé si el plan del gobierno español para el ahorro energético es suficiente o se queda corto, no sé si el del Gobierno Vasco lo mejorará, y no sé si Díaz Ayuso tiene razón cuando avisa de que son medidas cosméticas. Pero sí sé que el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid genera confrontaciones mejor que nadie: “Madrid no se apaga” es un claim estupendo que permite a la líder madrileña exponerse como la que defiende a la ciudadanía. Destruir es fácil. Destruir con arte merece un reconocimiento. Pero lo verdaderamente difícil es construir, y Ayuso ha demostrado que cuando genera oportunidades lo hace solo para una parte.

Otro frente

Definitivamente, el mundo se nos ha hecho mucho más pequeño: hoy, un conflicto entre China y Taiwán tiene efectos directos e inmediatos sobre nuestras vidas, por eso y porque los medios emiten información desde el lugar de los hechos, estamos pendientes día a día de su evolución. Pero, ¿qué sucede? El texto de Pablo Bustinduy en Público, “¿Por qué es tan peligroso el viaje de Nancy Pelosi a Taiwan?”, me ha resultado muy aclarador, aunque como muchos otros, por bien construidos que estén, sigue sin entrar en el antecedente más importante: cómo China quiere neutralizar a su competencia comercial.

No hay Ley Sálica, hubo otra cosa

Estos días he aprovechado para leer un par de textos, alguno de hace varios años, sobre la Ley Sálica en España y las posibilidades de que Leonor reine. Pues bien, puede hacerlo perfectamente y, de hecho, en Moncloa ya están planificando su “juramento” como princesa cuando cumpla 18 años (podría coincidir con las elecciones). Por lo tanto, cuando Juan Carlos I eligió a Felipe VI como su sucesor, no se trataba de que un pene tuviese que sustituir a otro pene como portador de la Corona, la jefatura de Estado y los business. Se trataba de otra cosa que estaría bien que nos contaran ahora que se rasga el velo sobra la monarquía española.

Por ejemplo

Me ha sorprendido mucho el reportaje en Vanitatis sobre las intenciones de Victoria Federica de Marichalar y Borbón de dedicarse al mundo de la moda sin tener formación específica. En su currículum puede exhibir que ha conseguido fichar por una agencia de influencers y que a su padre le ha gustado mucho el mundo de la moda desde siempre. Pues ni con esas: las y los consultados por el digital han coincidido en que tiene que acreditar más méritos y más concretos. Una respuesta, insisto, que me ha sorprendido después de crecer leyendo loas a cualquier Borbón que se fijara un mínimo objetivo en la vida.

La burbuja se pincha… Por su parte más débil

Que el fútbol actual sobrevive porque está instalado en una burbuja en la que el dinero no puede dejar de moverse es evidente. Y la venta de derechos audiovisuales futuros lo demuestra. Que esa burbuja va a estallar porque es insostenible es evidente. Que si lo hace empezará afectando a los más débiles también es evidente. Y ha sucedido: el fútbol humilde sigue sin tener quien lo retransmita la temporada que ya empieza porque Rubiales exige unas cifras y unas condiciones inasumibles para las operadoras porque, como recuerdan en El Independiente, esos partidos no generan el retorno suficiente.

«Carta abierta a Camilo José Cela»

En Vanitatis han abierto un concurso de literatura infantil llamado así: “Carta abierta a Camilo José Cela” y Marina Castaño, su eterna viuda (aunque ahora Enrique le llena el vacío), ha escrito un modelo para que las y los pequeños vean cómo se hace. Prefiero pensar eso, aunque no haya ni una sola prueba de que ese concurso existe, a admitir que Castaño se haya ofrecido voluntaria a ponerse en ridículo con un texto infantil, hilarante para cualquiera que lo lea y logre salir de la estupefacción, en el que mezcla un aparente simplismo mental con una esperada ideología algo más que conservadora y que, por dejar, deja mal hasta a Cela.

Libertad para elegir tribunal

En este frío domingo de enero otra mujer se presta a rescatarnos del aburrimiento con su particular estilo: “Ayuso se equivocó de tribunal al presentar su recurso contra el Gobierno por el reparto de los fondos europeos”. En concreto, “presentó un recurso en la Audiencia Nacional cuando tenía que haberlo registrado en el Tribunal Supremo”. Lo más gracioso, o todo lo contrario, es que se queja de haber recibido poco menos de mil millones cuando “de esos 994,6 millones de euros, solo ha ejecutado, por el momento, 18. Parte de este dinero ha sido utilizado para ahorrarse el dinero destinado a las becas universitarias” (Público).

Que no sean de chiste

Candidatos hay muchos pero si tengo que elegir el texto me ha arrancado una carcajada esta semana me quedo con este en El Mundo Today: “Elena de Borbón pregunta si la mujer con la que está Urdangarin es ahora su hermana”. No solo eso: “Pide que, de ser así, se la presenten ‘porque necesito saber si ella es la hermana mayor o la menor’”. En el digital satírico siguen: ‘¿Nos llevamos bien?’, ha preguntado con curiosidad”. Y añaden: “Hasta que se aclare este asunto, Elena de Borbón no se hablará con Cristina de Borbón ‘porque si no es mi hermana no quiero tener nada con ella y además no quiero que intente aprovecharse de mi familia’”.

Necesitábamos a Daniel Fernández

Si los chistes sobre la casa real española hacen un poco de justicia al gasto que nos generan, los que hace Daniel Fernández los necesitábamos: el cómico está acertadísimo con su serie de vídeos en los que comenta los muchos consejos que pululan por TikTok. Jóvenes que no saben nada de la vida pero con miles de seguidores dan lecciones con una seguridad que genera cierta ternura y ganas de guasa. Y de esto último Fernández tiene para hacerte reír hasta llorar. Su canal en TikTok, precisamente, es un éxito, pero su salto a Twitter ha sido definitivo para que le conociésemos casi de casualidad y nos enganchásemos a su personaje.

El fin del humor, en esto, es buena noticia

Llevo tantos años convirtiéndome lentamente en un viejo cascarrabias que nunca me gustó ese tono pretendidamente gamberro y gracioso de las marcas en redes sociales. Nunca. Incluso reconociendo el acierto de algunos chistes aislados la estrategia me parecía absurda: una marca en Twitter o Instagram tiene que informar de sus novedades y ya. Ahora empieza a haber cierto consenso: en Trecebits leemos que “un estudio llevado a cabo por la compañía Real Talk, señala que la mitad de los usuarios de Twitter considera que emplear el humor en la red social, por parte de empresas y cuentas corporativas, es algo que está ‘pasado de moda’”.

«El Santander gana»

No nací ayer y odio los personajes maniqueos hasta en las novelas, pero a estas alturas todas y todos tenemos claro que si el Santander gana 5.849 millones en un año, alguien ha perdido algo de dinero. Esta noticia, simplemente, no podemos permitírnosla como sociedad. Un banco, con todas sus particularidades, no puede nadar en beneficios que salen de las cuentas de usuarios atrapados en hipotecas, préstamos o condiciones draconianas que han ido variando unilateralmente desde la entidad. Y a la excusa de que muchos pequeños accionistas también se benefician solo podemos calificarla como engañabobos.

“El hombre más rico de la historia”

Tampoco podemos permitirnos que una persona que ha demostrado rasgos evidentes de sociopatía se haya convertido en “el hombre más rico de la historia con 271.000 millones de dólares”, según José Ángel Abad en Twitter. Musk seguirá ganando mucho dinero colándosela a no pocas y pocos con su empresa de vehículos eléctricos y sus delirios de grandeza espaciales, pero no pasa de ser un gran prestidigitador contemporáneo que saca sus más jugosos beneficios vendiendo su derecho a contaminar a otras empresas automovilísticas mientras se disfraza de visionario y salvador del planeta.

Otros que ganan dinero a nuestra costa

Lo que yo escriba en esta columna siempre podrá ser tachado por quien quiera hacerlo con la excusa de que soy un viejo cascarrabias, nacionalista y conservador. A ver si lo que tuitea Iñaki Méndez tiene un poco más de recorrido: “Parece que el tema del gas argelino está en que los argelinos nos lo envían a través de Marruecos y estos se quedan con su parte… O se envía directo y luego hay que enviar a Marruecos su parte… y si no nos llega le compramos a Francia”. Ahora, a ver cómo defienden las y los de los imposibles que esta fórmula es más sostenible que explorar nuestro propio gas o aprovechar nuestro viento y sol.

¿Cuestión de Estado? Vale

Vale, doy por bueno que los noviazgos de Felipe VI eran cuestión de Estado y, como lo apruebo, hasta me parece bien este titular en Vanitatis: “El CNI espió a Eva Sannum, Gigi Howard y Letizia Ortiz por orden de Juan Carlos I”. Pero si tenemos que destinar recursos a observar (todavía no sabemos si su salud, su expediente académico o su comportamiento social) quién va a engendrar al próximo Jefe de Estado tiene que ser investigado, ¿cómo demonios nos explican juancarlistas y monárquicos que no podemos investigar dónde mete la mano el Rey? ¿No es esa una cuestión de estado igual de importante, por lo menos?

Todas y todos lo hacemos

El Black Friday como autoengaño no me parece mal: lo hemos pasado muy mal estos dos años y nos merecemos estrenar una cámara de fotos, tener otra bolsa de tela o acumular otro par de zapatillas. Pero que nadie me argumente que ha hecho un chollo comprando modelos viejos de productos que caducan muy rápidamente. Cada persona que se gaste lo que quiera, pero que no se sume al aburrimiento soberano que me genera la publicidad on-line de esta jornada de falsas oportunidades. Mientras tanto, las tiendas que pagan impuestos aquí y generan puestos de trabajo a vecinas y vecinos tienen esta sensación: “Hacemos el canelo”.