¿Hay esperanza?

Es evidente que desde nuestro privilegiadísima Euskadi (por mucho que algunos quieran negarlo) vemos con un sesgo equivocado lo que pasa en Argentina, donde “Milei gana las elecciones legislativas” con un resultado extraordinario: “Pasa de tener 37 escaños a 93 en la Cámara Baja y en el Senado crece de seis a 19 representantes” (Público). No me extrañaría que en EE.UU. veamos crecer a los republicanos en las elecciones de “mid-term” mientras nos preguntamos: ¿cómo ha podido pasar? Pero no hay que irse lejos: las cataratas vascas que impiden ver el crecimiento del fascismo patrio muestran sus más claros síntomas en lo local.

Tonto esférico

La de dar un espray a un tonto es una tradición muy vasca. Llevamos décadas manteniéndola con esfuerzo: no importa lo que hayamos cambiado, el tonto con espray nunca falta. El último ejemplo de nuestro empeño lo mostraba Iñigo Ansola en su Instagram: “Zupuria, entzuuun, Euskadin, pim, pam, pum!!!” (sic). La pintada aparecía junto a otra que suelen hacer quienes no superan los quince años mentales a lo largo de su vida: “ACAB” (“all cops are bastards”, o “todos los policías son unos bastardos”). Lo de escribir mal el nombre demuestra que la tradición, gracias a nuestro empeño de mantenerla, ha sublimado la elección del tonto.

El señalamiento coral

Por supuesto, respeto la opinión de Bernardo Atxaga aunque no coincida con la mía. En este caso, creo que los que se presentaron como antifascistas en Gasteiz con la excusa de la Falange, son solo fascistas del otro lado. Y a que se enfrentasen violentamente contra la Ertzaintza y no contra los falangistas me remito. Atxaga opina lo contrario. Pues muy bien. Lo que me parece más discutible es que las opiniones sean arrojadas, como hizo Lander Iruin con la del escritor contra Zupiria, en X, solo unas horas antes de que Ansola denunciase la amenaza. El del señalamiento coral es otro peligroso viraje hacia el pasado.

El detector

Hay un detector de miserables infalible: el argumento del ataque de falsa bandera. Hay quien lo sacó cuando el lehendakari Pradales fue agredido en campaña. Algunos aseguran recurrentemente que Zelenski dispara sobre su propia población para culpar a Rusia. Lo vemos, hoy, con la pintada sobre Zupira que denunciaba Ansola. Suele pasar a quien usa ese argumento calla cuando Hamás ejecuta a gazatíes para evitar posibles disidencias con la excusa de la colaboración con Israel. Sí, estas personas sin empatía que revictimizan a las víctimas para que sus mierdas sigan teniendo sentido, existen y viven entre nosotros.

Celebramos pero no cumplimos

En este lodazal tampoco podía faltar Eneko Andueza, que ha lanzado durante el fin de semana en sus redes sociales un vídeo para celebrar el 46 aniversario del Estatuto de Gernika. Como ese trend de “escuchamos pero no juzgamos”, los socialistas celebran pero no cumplen. ¿Para qué haacerlo de una vez si desmenuzarlo permite al PSOE y al PP negociar con el PNV (Bildu cambió sus votos en paquete por el ayuntamiento de Iruñea y su histórica causa de los presos) cada ley o presupuesto? Y lo que importa en esta política de reel y tuit: un estatuto irresuelto permite ese vídeo de Andueza en el que habla a su móvil mientras le graba otra cámara.

Vives en un barrio rico

Si estás leyendo estas líneas en Euskadi te resuelvo rápidamente la pregunta que hace, a modo de gancho, El Diario: “El nuevo mapa de la renta, calle a calle: ¿vives en un barrio rico o pobre?”. Vives en un barrio rico. Porque si algo demuestra el mapa de la renta, como otros mapas y comparadores, es que Euskadi es un país, comunidad o territorio, da igual cómo lo llamemos para esto, próspero. Muy próspero. Mucho más que cualquiera de alrededor, también del norte. Aún así, el “mood” generalizado es que va fatal, que nada funciona y que todo está mal hecho. ¿Por qué? ¿A quién beneficia la mentira?

“Desplazados climáticos”

Por mucho que estemos mejor (mejor y bien, para ser exactos), no descarto que en nuestro pequeño país también tengamos que hablar de “desplazados climáticos”. Leo en El Nacional que en Catalunya ya han empezado: un barrio de Alcanar, en Tarragona, será demolido y su población, reubicada porque se encuentra en una zona inundable que, con la fuerza que tienen ahora los temporales, se ha vuelto peligrosa. Esto es un drama, evidentemente, pero también un recordatorio: el de que no debemos cortarnos en señalar la estulticia de quien niega el cambio climático.

La vivienda

Tengo claro que hasta que no friamos a impuestos a quienes consideran que la vivienda es “un activo” no solucionaremos nada. Pero el de la vivienda es un problema tan grande que es necesariamente multifactorial. Estefanía Molina ofrece en su extenso tuit un punto de vista muy interesante: en realidad, no sobran casas y, si sobran, es porque hay despoblación. Sigue siendo necesario construirlas en Barcelona o Madrid, pero también en Donostia o Bilbao, porque no podemos transportarlas. Y la actual ley española de Vivienda lo que no resuelve es justo lo que importa: la oferta.

Y las personas

Necesitarán viviendas, por ejemplo, las personas migrantes que vendrán a trabajar a nuestras ciudades y las familias que formen o traigan. Sí, tenemos que contar con ellas porque las necesitamos: “Mientras el debate político se endurece en torno a la inmigración, los datos económicos revelan que el futuro del país depende, en gran medida, de quienes llegan desde fuera” (El Blog Salmón). Esto pasa en España y, seguro, pasa en Euskadi por extensión. Así que, además de por una cuestión básica de humanidad, que nadie cuente conmigo para señalar a colectivos migrantes: les necesitamos, como poco, tanto como ellos a nosotros. Cualquier cosa fuera de esta realidad es demagogia fascistoide.

“Made in China” ya no significa lo que creemos

“Muchos creían que el “Made in China” era sinónimo de barato y poco fiable: ahora es una etiqueta que inquieta a Occidente”, así de contundente es Javier Márquez en Xataka. El primer subtítulo concentra toda la pieza: “China ha pasado de ser la fábrica del mundo a un referente tecnológico global”. Dicho de otro modo: ha pasado “del ensamblaje a la vanguardia”. Y solo tenemos que mirar a nuestras carreteras (los coches eléctricos) pero también a nuestros móviles y relojes inteligentes de marcas chinas. Y como productores China sigue arrollando: “Fabrica el 57% de las baterías de coches eléctricos del mundo”.

¿A favor de qué?

Escribe Pello Otxandiano en su blog que él está “a favor de que el salario mínimo se decida aquí”. ¿Quién no va a estarlo cuando ese “aquí” significa un país mucho más próspero y sostenible que los de su entorno, al sur y también al norte? Pero la clave, como en todo, es precisamente el cómo, el modelo, las piezas que tenemos que poner una delante de otra para lograrlo. Y la iniciativa popular en el Parlamento (de Gasteiz, no de Iruñea), esa que avalan Otxandiano y ELA, no es el camino reglamentario. Lo saben (y si no lo saben, que se aparten, pero lo saben), como saben que el populismo y la política no son lo mismo.

A favor de la autoridad

Estoy a favor de que a la gente le suban el sueldo, de decidir en Euskadi todo lo que podamos, y también estoy a favor de señalar enseñar a respetar a la autoridad. La adaptación de todas las normas a los intereses propios y la puñetera manía de puntuar servicios y personas, están destrozándonos como sociedad. “Voy a trabajar con ganas de llorar”, dice Ana Lirio, profesora de secundaria, y recoge El Periódico en una pieza dura pero necesaria: “Voy al instituto con ropa lo más neutral posible para no darles motivos para que se rían de mí”, continúa. En el origen del problema: lo poco que valora el esfuerzo el propio sistema educativo.

Hasta a Vito Quiles le pareció demasiado

El acoso al que Bertrand Ndongo sometió a Gabriel Rufián fue tan excesivo e innecesario que hasta a otro propagador de mierdas de extrema derecha, Vito Quiles, le pareció “lamentable”. “Esto no puedo apoyarlo nunca”, concluía Quiles en su tuit que, por supuesto, fue respondido por Ndongo, porque la polémica en X es su gasolina. La de los dos. No negaré que ese reply es lo más sensato que le he leído nunca a su autor. Tampoco negaré que le leo y veo poco porque cada vez que lo hago me sube la tensión. Es lo que tienen los gilipollas, que aportan a la salud colectiva lo mismo chupar un salero.

Para lo que va a servir…

Europa tiene un problema de foco: la imagen de la rendición recurrente ante Trump es una pesada mochila, y la sensación de inacción, de una ligereza insoportable, al mismo tiempo. Ahora la Unión anuncia “otro paquete de sanciones a Rusia a las puertas de la cumbre con Zelenski” (France 24). Pues muy bien, pero en la misma nota leemos que será el decimonoveno paquete sancionador. ¿Qué tal han ido los otros dieciocho? Porque Sánchez, el mismo que busca el cuerpo a cuerpo con Netanyahu y Trump, ha convertido a España en un buen cliente de Rusia mientras caían las sanciones. Por comentar.

¿No se salva nadie?

A veces pienso que esta civilización merece colapsar. Esto en Xataka no es indignante, es desesperanzador: “Tres años y medio después del inicio de la invasión, Ucrania sigue desguazando los últimos misiles y drones rusos y encontrando dentro decenas de miles de piezas fabricadas en Occidente, la mayoría de sus ‘aliados’ (microcontroladores, sensores, conectores, conversores) procedentes de países que en teoría han embargado el suministro: EE.UU., Reino Unido, Alemania, Suiza, Países Bajos, Corea del Sur, Japón, Taiwan”. Rusia compra los componentes a Irán y Corea del Norte, que los importan pese a los embargos.

Intolerable

Me voy a controlar y no voy a escribir lo que pienso sobre Bertrand Ndongo. Me limitaré a describir una de sus últimas acciones que, para él, por lo que parece, supone un nuevo éxito: micrófono en mano, ha perseguido a un político que, puede gustarte más o menos, ha sido elegido por la voluntad popular; le ha acosado con un tema personal y lo ha grabado todo. Esto no va de que el periodista controle al electo, porque Ndongo no es periodista (es otra cosa). Pero sí voy a hablar del político acosado, Gabriel Rufián, y admirar su temple para no soltar a Ndongo la hostia que se merece porque ese nunca, nunca es el camino.

Ellos tampoco quieren perder la vida

La invasión rusa sobre Ucrania ha supuesto que más de doscientas mil personas pierdan la vida. Doscientas mil. Pero Trump ha cancelado su reunión con Vladímir Putin porque no quiere “perder el tiempo” (DW). Si para el presidente estadounidense sus ratitos son valiosos, para las y los ucranianos invadidos son algo que se puede acabar en cualquier momento por un bombazo o un dron enviado por orden del Kremlin. Lo acojonante es que estemos en sus manos, que hayamos dejado (por incomparecencia de la Unión Europea) en ese cerebro que solo sabe hacer dinero la resolución de los grandes conflictos en el mundo.

El problema es el lujo

Uno de los mayores problemas de nuestra civilización es que hemos permitido a los hijos de puta que hagan lo que quieran. Por eso el fascismo están en su mejor momento (empezando por Euskadi). Por eso existen los ultrarricos y el mercado del lujo, asqueroso, nauseabundo, a erradicar por la siguiente civilización que nos sustituirá. Porque el problema no es que un diputado de La France Insoumise (Louis Boyard) se haya quitado un reloj de lujo para salir en televisión y le hayan pillado haciéndolo, el problema es que existan relojes que superan los doscientos euros. De hecho, empiezo a pensar que ese es el origen de todos nuestros males actuales.

El problema son las Leires

Yo no tengo ni idea de si lo que cuenta “el exfiscal del Caso Villarejo” es verdad o no: “Dice que Leire Díez le aseguró actuar bajo conocimiento del Gobierno” (Euronews). Pero sí sé que es preocupante que resulte verosímil. El problema, en el caso del PSOE en este momento, pero de la política, en general, es que existan personajes como Leire Díez, que empezó defendiendo en X (entonces se llamaba Twitter) con uñas, dientes y pésimas formas al gobierno vasco de Patxi López, y termina asistiendo a un “encuentro en sustitución de Cerdán” con la “orden de limpiar y de revertir la situación, caiga quien caiga”, según Ignacio Stampa.

Vamos bien

“LaLiga cancela el partido de Miami entre Villarreal CF y Barça por la ‘incertidumbre en España’”, según 2 Playbook. En Euskadi, por cierto, tampoco nos gustaba que un partido de fútbol se jugase sin aficionados locales ni que el Barcelona fuera a generar ingresos incluso jugando de visitante. No vamos mal si se ha vuelto a frustrar el intento de la empresa de Tebas de jugar con nuestro fútbol. Dice el referido que perdemos oportunidades de negocio. ¿Quién las pierde, porque como socio de unos de los clubes que participan en su competición, yo no ganaba nada? El fútbol sigue yendo de amor.

No tienen ni idea de lo que es un trabajador autónomo

Después de quince años trabajando por cuenta propia creo que estoy capacitado para recomendar la “mili” del autónomo, especialmente, a quien va a tomar decisiones, por lo que parece, alegremente, sobre esta tipología. Porque es evidente que la ministra Elma Saiz, como todos sus predecesores, no tiene ni idea de lo que es un trabajador autónomo, una declaración trimestral, pagarte absolutamente todo, no coger una baja o no facturar en verano. “Que los que más ganan, paguen más” (Público) es el lema. Pero, ¿cuánto creen que ganan (y cuánto creen que cuesta) la inmensa mayoría de trabajadoras y trabajadores autónomos?

Un idiota

Tenemos que hablar claro porque, si no lo hacemos, los tramposos nos comen por los pies: Donald Trump es un idiota. Porque solo un idiota es capaz de tener delante a un presidente de un país (Zelenski) que ha visto morir a doscientos mil compatriotas solo desde 2022 (Israel ha asesinado a 65.000 gazatíes) y acabar gritándole porque no cede a un planteamiento que es una cesión a Rusia y, además, no soluciona nada ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo. Y como a un idiota hay que empezar a tratarlo. ¿Un idiota con poder? Sí. ¿Un idiota con dinero? También. Pero nada de eso, nada, le libra de la idiocia, y hay que afrontarlo con naturalidad.

Venga, vale, que sí, que es muy bueno…

Claro que me doy cuenta de que Pedro Sánchez es muy bueno llevando la atención a lo que le interesa (y por extensión, desviándola de lo que no quiere que se hable), pero eso no significa que Pedro Sánchez sea un buen político. De hecho, creo que no lo es: no es un socio leal, actúa irresponsablemente cebando a la extrema derecha para enfrentarse a ella porque le resulta más rentable electoralmente, ha sido el principal blanqueador de la vergüenza nacional de la izquierda abertzale y ha desvencijado al PSOE hasta proyectar la idea de que su partido no tiene futuro sin él. Que vaya a tumba abierta no significa que vaya en el camino correcto.

Llegó a vicepresidente del gobierno español

Pablo Iglesias y Rafael Hernando han tenido otro encontronazo en X, como si fuese casualidad. El del PP dice del de Podemos que “se ofrece como ‘matón de barrio’ pero no tiene ni media…”, y el que fue vicepresidente del gobierno español responde: “Ponlo, no te cortes: ni media hostia. Tú has ido prometiéndolas siempre, encarándote por los pasillos con otros diputados y llamando pijo ácrata al juez Pedraz. Yo no tengo ni media hostia pero me sobran agallas para decirle a un borracho como tú lo que es: un chulo asqueroso”. Pues este es el nivel discursivo y de diálogo entre políticos españoles en X.

Se llama Euskadi

Voy a dejar salir el hooligan que vive en mí, aviso: ahora que se aproxima el próximo partido aprovecho para recordar que no existe la “euskal selekzioa”, existe la Selección de Euskadi de fútbol a la que acuden jugadores de los siete territorios históricos, y que recibe el nombre histórico de un país sin estado y, por si fuera poco (que no lo es), de un equipo que jugó en México para recaudar fondos para las familias cercenadas por el fascismo español (del papel de la izquierda abertzale entonces ya hablaremos otro día, como siempre). Así que, sí, quien usa lo de “euskal selekzioa”, además de hacer el juego a Bildu, hace el ridículo. Sea quien sea.