MATARRAÑA / MATARRANYA (Teruel): La Toscana aragonesa

Del 26 al 29 de octubre, justo antes de que cambiaran la hora y desapareciera la tarde, hemos realizado la séptima y supongo que última escapada del año con destino Aragón, teniendo como objetivo la llamada Toscana aragonesa que no es otra cosa que la comarca turolense de Matarraña / Matarranya. Es una zona bastante montañosa situada en las estribaciones del sistema Ibérico y limítrofe con las provincias de Tarragona y Castellón, en la que se habla catalán. Toma el nombre del río Matarraña que la atraviesa, contando con pueblos con aire medieval y renacentista, teniendo como capital administrativa a la población de Valderrobres, cuya población ronda los 2.500 habitantes, aproximadamente el 30% del total de los 18 municipios de la comarca.

Distante 426 km de Leioa, el Parador de Alcañiz fue nuestro campamento base para esta escapada, alojándonos tres noches en ese monumental edificio que en los siglos XII-XIII fue el castillo-convento de los Calatravos. Antes de llegar nos detuvimos en el monumento al Tambor, instrumento emblemático de Teruel, dedicando parte de la tarde a una visita guiada, muy buena por cierto, que comenzó disfrutando de la pintura mural gótica de la Torre del Homenaje del castillo, para continuar por uno de los secretos de Alcañiz, una red de pasadizos subterráneos, concluyendo en la plaza de España, presidida por la excolegiata barroca de Santa María la Mayor y el conjunto que forman la Lonja gótica, de finales del siglo XIV, y la renacentista Casa Consistorial, edificada en 1570. Un buen comienzo de la escapada.

Dedicamos los dos días siguientes a la comarca de Matarraña / Matarranya, comenzando la jornada del 27 de octubre con uno de los puntos fuertes de esta escapada, desplazándonos al pueblo de Beceite, en cuyas proximidades se encuentra la Ruta del Parrizal/Parrissal un precioso recorrido al que se accede desde el parking nº 3. En total son unos 4 km de ida y otros tantos de vuelta, realizando los primeros 800 metros por una pista, deteniéndonos para contemplar las pinturas rupestres de la Fenellassa (3500 aC). Luego comienza el recorrido remontando el curso del río Matarraña, caminando con frecuencia por pasarelas de madera muy bien instaladas. Tras una buena subida por un sendero, se llega al tramo final, los majestuosos “Estrets del Parrissal” (Estrechos del Parrizal), un cañón de unos 200 m de longitud y paredes de 60 metros de altura que se recorre por una nueva ruta de pasarelas. Para acceder a esta lugar hay que pagar 5 € por persona a través de la web https://entradasbeceite.arteyocio.com/ruta-del-parrizal/. Hay cupos.

Tras tomar algo en el kiosoko del aparcamiento del Parrissal, como se había echado la hora de comer decidimos hacerlo en la capital de la comarca, Valderrobres, “uno de los pueblos más bonitos de España”. Antes de acceder a él vemos que destaca desde lejos el conjunto formado por el castillo y la iglesia de Santa María la Mayor. Tras comer unos robellones en el restaurante Salt, cruzamos el río Matarraña por el puente de Hierro, caminando por el casco antiguo hasta el puente de Piedra. Antes de cruzarlo nos encontramos con el Ayuntamiento y la puerta de San Roque. Tras el paseo monumental nos dirigimos al cercano Salt de la Portellada, una cascada de unos 20 metros de altura, sin una gota de agua, aunque el desplome del terreno merece la pena.

Concluimos la jornada en una pueblo mucho más pequeño, de unos 450 habitantes, pero mucho más “toscano”, La Fresneda, pues desde la lejanía se contempla en lo alto de la colina la iglesia de Santa María la Mayor y, sobre ella, las ruinas del castillo. Caminando por el pueblo vamos descubriendo su conjunto monumental, deteniéndonos ante el Convent de Mínimos, la Font de la Figa, la capilla de Ntra Sra del Pilar y, ya en la porticada calle Mayor, ante la antigua cárcel. Nos sentamos a tomar un café en la terraza del bar de la Plaza, situado en la Plaza Mayor frente al Ayuntamiento, edificio de estilo gótico-renacentista con una lonja de grandes dimensiones. En el techo de algunos soportales que se asoman a la calle Mayor vemos unas escaleras de madera, que nos indican que se utilizaban para varear las olivas. Con las últimas luces del día regresamos al Parador de Alcañiz, tras recorrer unos 110 km. Nos está gustando Matarraña.

28 de octubre. Ha vuelto a tocar madrugar, pues a las 9 de la mañana nos viene a buscar el guía con el que estuvimos recorriendo Alcañiz. Antes de desplazarnos a Matarraña vamos a visitar con él el Abrigo de Val del Charco del Agua Amarga, situado a unos 18 km y casi media hora de viaje por una polvorienta pista de tierra. De la mano de Eduardo (creo que era su nombre), un excelente profesional, vamos descubriendo las pinturas rupestres de uno de los cuatro yacimientos más importantes de Aragón, incluido dentro del arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Nos ha parecido un visita muy interesante, siendo el precio hasta 5 personas de 40€/grupo. A partir de 6 personas, 7€/persona. Es imprescindible concertar previamente las visitas en los teléfonos 693 861 136 / 665 585 555.

La primera cita de la jornada en Matarraña la tenemos en un pueblo de 555 habitantes que no tenía claro si iba a visitar y que me ha encantado. Se trata de Cretas, que conserva de maravilla un aire medieval y renacentista, a modo de museo al aire libre. Accedemos al casco antiguo pasando junto al cementerio medieval, de donde nos dirigimos a la iglesia de la Asunción, para continuar hasta la Plaza Mayor, presidida por la picota, a la que se asoma la Casa Consistorial. También hay que ver la Casa Turull y, junto a ella, el monumental portal-capilla de San Antonio de Padua, concluyendo la visita con unas compras en el horno de leña Llerda.

En Matarraña/Matarranya hay más cosas de interés que los pueblos, así que camino de Calaceite nos detenemos en la interesante ruta de los túmulos funerarios iberos. En tan sólo 1,5 km de pista podemos contemplar los de Mas de Toribio, siendo el más interesante el I por estar parcialmente reconstruido, y de Vinya d’en Valle. Más adelante, justo a la entrada de Calaceite, un desvío nos conduce al interesante poblado ibero de San Antonio, de los siglos V a III aC. Muy cerca, al final de un vía crucis tenemos la ermita de San Cristóbal, desde donde se contempla nuestro siguiente destino.

Al llegar a Calaceite vemos que se ha echado la hora de comer, optando por un rico bocadillo de txistorra en el restaurante del Hotel Los Cazadores, situado junto a la estación de servicio. Con el desayuno que nos metemos en el Parador, procuramos que las comidas sean rápidas y ligeras. Dejamos allí el coche y subimos la cuesta que nos conduce al casco antiguo de “uno de los pueblos más bonitos de España”. Con casi un millar de habitantes, es uno de los conjuntos urbanos mejor conservados del Matarraña, deteniéndonos a contemplar la airosa torre de la iglesia de la Asunción, el conjunto monumental de la Plaza Mayor, con el Ayuntamiento y la Lonja, y el portal y capilla de la Virgen del Pilar.

Concluimos nuestro recorrido por Matarraña/Matarranya en el pueblo más pequeño de cuantos visitamos, pues Ráfales sólo cuenta con 144 habitantes. Pese a ser el menos monumental de todos, está lleno de encanto por su peculiar arquitectura. La iglesia de la Asunción nos da la bienvenida a nuestro recorrido urbano que continuó por la plaza Mayor, el Ayuntamiento y las diferentes arcadas y portales abiertos en la antigua muralla, caso de los de San Roque, de la Villa y de Boira, despidiéndonos el pequeño Monumento a las Comarcas, de José Miguel Abril. 36 km después estábamos de nuevo en el Parador, listos para la cena.

El 29 de octubre, nuestros amigos madrileños y nosotros teníamos que pasar por Zaragoza, así que optamos por despedirnos tras comer en la capital aragonesa, no saliendo de la plaza del Pilar, en las que había unas competiciones de baloncesto delante del Ayuntamiento. Dejamos el coche allí mismo, en el parking Indigo y nos acercamos al precioso edificio de la Lonja para visitar la exposición “Zuloaga, Goya y Aragón. La fuerza del carácter”, que permanecerá abierta hasta el 8 de enero. No se puede tomar fotos de las obras expuestas así que las he obtenido de Internet. Menos suerte tuvimos con La Seo, completamente cerrada y la Basílica de Ntra Sra del Pilar, parcialmente, por sendas bodas.

En Zaragoza concluyó esta última escapada, aunque todavía teníamos por delante 316 km para llegar a Leioa. Como es más que probable que sea la última escapada del año, este blog viajero pasará a publicarse cada dos semanas durante los próximos tres meses, más o menos.

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