Los medios importan

Es evidente que el gran momento que vive la extrema derecha en todo el mundo no es una suma de casualidades y que el efecto contagio tampoco explica una disposición tan bien estructurada y replicada. Hay un plan, un plan que beneficia a los ultrarricos y perjudica a la inmensa mayoría del planeta, y en el que esto que denuncia Diario Red tiene un papel: “Las siete personas más ricas del mundo se han adueñado de algún medio de comunicación global”. Hablamos de medios tradicionales (Warner, Paramount, CNN, CBS, Nickelodeon) pero también de nuevos medios (¿quién va a quedarse con la división estadounidense de TikTok?).

También forma parte del plan

Los ultrarricos compran medios tradicionales y nuevos medios y, al mismo tiempo, “Trump cumple su amenaza y reclama a la BBC hasta 5.000 millones de dólares” (El Imparcial). Esto también forma parte del plan: debilitar los medios que no pueden controlar (empezando los medios públicos) y fortalecer los que pueden comprar y convertir en sus altavoces. Tenemos que defender las otras voces: los medios públicos pero también los más pequeños y outsiders, como DEIA. No hay que ir más lejos, en el día a día podemos hacer mucho para fastidiar a quienes quieren uniformizarnos: abandonar X o leer medios que no son de grandes grupos.

A su minúscula escala

Invertir en agitación es rentable. Para ellos, claro. Y ellos son los ultrarricos y ultraderechistas. Lo hacen los que tienen miles de millones (enriquecidos por modelos de negocio que requieren de una legión de gilipollas que les admiran) y los que ejercen de ultras a una escala minúscula (comparada con los Trump, los Putin y los Musk): “Alvise Pérez habría pagado 13.140 euros a Vito Quiles en plena gira del agitador ultra por las universidades públicas” (La Sexta). Vamos, que aquella gira fue patrocinada y los que iban de antifascistas (que aprovecharon para romper algo, como siempre) fueron los extras de aquel sainete.

Que quede claro

Escribe Juan Tortosa en Público que “son cobardes y menos de los que creemos”. Sí, se refiere a quienes “hacen mucho ruido y cuentan con instrumentos potentes”. En el caso español, son las “las doscientas familias” que se ubican “en la parte de arriba de la pirámide” y “reúnen la mayor parte del dinero y el poder”. También recuerda que “esta Europa que ahora se desmorona nos ha salvado de unas cuantas arremetidas”, y manda un recado: “¿Cómo es posible que el Partido Socialista se haya empeñado en ponérselo tan sencillo a sus adversarios, en facilitarle tanto la tarea de acoso y derribo?”.

El último ingrediente

“Una docena de evaluadores de IA, trabajadores que verifican la precisión y fundamento de las respuestas de estos sistemas, dijeron a The Guardian que, tras ser conscientes de cómo funcionan los chatbots y los generadores de imágenes, así como lo erróneos que pueden ser sus resultados, han comenzado a instar a sus amigos y familiares a no usar IA generativa en absoluto”. Este párrafo en El Diario es solo un ejemplo de los que publican en su reportaje sobre cómo los expertos (desarrolladores o usuarios avanzados) no recomiendan el uso de la inteligencia artificial: “Es un ‘no’ rotundo” al último ingrediente del mix mediático ultra.

Me obligan a volver a X

Mi intención era no volver a X, una red social en la que los fascistas se ceban entre ellos, pero el tuit en el que Arnaldo Otegi homenajea a José Manuel Pagoaga, alias Peixoto, me obliga a regresar. El líder de EH Bildu le agradece sus enseñanzas, protección y amor. Las crónicas le atribuían ayer otra actitud: las torturas a los jóvenes gallegos que fueron a Iparralde a ver ‘El Último Tango en París’ y acabaron secuestrados y asesinados después de que les confundieran con policías. Según las crónicas, además, Peixoto fue el responsable en ETA del impuesto revolucionario. Puro amor, guía y protección. A Arnaldo, sí, por lo que sea.

Otro

Que X es el sitio en el que los fascistas se alimentan está hoy fuera de toda duda, por eso quiero huir de él. Otro ejemplo: “Enhorabuena por la abrumadora victoria de José Antonio Kast. Los chilenos han elegido libertad”, tuitea Alberto Núñez Feijóo. Como si Kast no fuera un pinochetista declarado, como si no fuera el equivalente de Trump o Milei en Chile, y como si su gesto de pedir respeto a sus rivales fuese suficiente para sacudirse lo anterior. Pero ahí está Feijóo, dispuesto a atribuirse cualquier victoria de la derecha en el mundo, pero la extrema le está comiendo la tostada. “Libertad”, dice el que va a ser el esclavo de Vox…

Solo queda Bildu

El PNV ha dejado claro a Pedro Sánchez que no puede seguir como si nada de lo que está pasando no estuviese sucediendo, Podemos hace tiempo que le boicotea, BNG ya en noviembre le avisó de que no iba a darle un cheque blanco y ayer, por fin, Gabriel Rufián le ha exigido “una reunión” “para saber qué hará para ‘regenerar’ el PSOE y el Gobierno” (El Nacional). Solo queda Bildu, su socio más dócil, el que más fácil se lo ha puesto a cambio de que cumpla con los presos de ETA y, sobre todo, con el blanqueamiento exprés del que se benefició directamente Joseba Asiron, el que solo es taurino del 7 al 14 de julio.

“Vox conocía las irregularidades de Revuelta”

Según El Plural, que fue el que destapó que Revuelta hacía “uso de fondos recaudados para causas solidarias como la dana”, Vox “conocía las irregularidades” y “trató de frenar el escándalo antes de que estallara”. Según publica ahora El Mundo: “La secretaria general adjunta de Vox, Montserrat Lluis, admite ante el secretario general de Revuelta, Pablo González Gasca, que Santiago Abascal estaba al tanto de los ‘pormenores del caso’ y que había dado instrucciones para solucionarlo”. Por cierto, “los audios también confirman la estrecha relación política y operativa entre Vox y Revuelta”.

Prohibirlo debe ser una opción

 “Consumo multa a Airbnb con 64 millones de euros por anunciar viviendas turísticas sin licencia” (El Diario). Lo celebro pero iría más allá: prohibir Airbnb debe ser una opción real. “Un total de 65.122 anuncios en Airbnb” contravenían “las obligaciones impuestas en la mayoría de las normativas autonómicas”, como la vasca. “La compañía se negó durante meses a eliminar” esos anuncios, y no lo hizo hasta el pasado verano, cuando las reservas ya estaban realizadas, obviamente. El comportamiento de la plataforma sigue siendo infinitamente menor que el daño que hace su actividad en la sociedad, así que, es indiscutible que hay motivos.

Ucrania, hoy

Javier Espinosa está firmando unos reportajes interesantísimos desde Ucrania. Además, desde allí, actualiza su cuenta en Bluesky con lo que va viendo (que es parte de sus reportajes después). Este fin de semana ha publicado una foto y un vídeo estremecedores: “Túneles antidrones y escuelas ‘enterradas’ a 7 metros de profundidad”, así acuden a las aulas en Zaporoyia hoy. En esos mismos “colegios ‘búnker’”, profesorado y alumnado reciben “clases de primeros auxilios”. En el vídeo se ve cómo aprenden a taponar heridas sangrantes con una naturalidad ante el horror que, a esta distancia del frente, sorprende sobremanera.

Un aplauso a quien genera empleo

Quien genera empleo en los pequeños y medianos negocios, típicos de Euskadi, merece un aplauso diario. Y esto no entro a discutirlo. Por supuesto, podemos discutir la mejora de las condiciones laborales de las personas trabajadoras, pero también las ayudas, la legitimación y el reconocimiento que reciben las personas empleadoras (que no todas, ni mucho menos, encienden puros con billetes de quinientos euros), que tienen que enfrentarse a esto mientras el “mood” general les señala como los enemigos: “Emplear hoy cuesta un 28 % más: la factura de crecer para pymes y autónomos sigue subiendo” (Pymes y Autónomos).

Luego, se lo gastan estos

Lo único bueno que tienen los fascistas es que hacen lo que esperas que hagan: “Los audios internos de Vox no solo revelan cómo se hablaba de “liquidar” Revuelta para cerrar una crisis incómoda, sino que colocan a Manuel Mariscal, uno de los principales diputados del partido de extrema derecha, en el centro de las reuniones donde se discutía el destino del dinero recaudado para las víctimas de la DANA. Unas conversaciones que, lejos de centrarse en la ayuda a los damnificados, muestran debates sobre cómo desactivar la organización, justificar gastos y evitar que el escándalo salpicara a la dirección” (El Plural).

Caballero, suélteme el brazo

“¿Eliminar el impuesto sobre la renta? Trump afirma que podría hacerlo gracias a los aranceles”, leo en Voz.us, la página web que traduce al castellano de España el trumpismo. Una vez más, el presidente estadounidense tira de grandilocuencia pero, llamativamente, no de concreción: “Estamos recaudando cientos de miles de millones de dólares como nunca antes lo habíamos hecho. Y parte de ese dinero se devolverá a nuestra gente en forma de dividendos, pero la mayor parte se destinará a reducir la deuda”, “el dinero que estamos recaudando va a ser muy grande”. Qué pesado.

Hay que decirlo más

Donald Trump, Vladímir Putin, Elon Musk odian Europa porque no la entienden. No entienden que la ciudadanía tenga derechos y servicios sociales basados en la fiscalidad progresiva. Tampoco entienden nuestros estándares de calidad: “El informe TÜV 2025 señala al Tesla Model Y como el coche más defectuoso de Alemania en su franja de edad. Fallos en suspensión, frenos y luces lo dejan en mal lugar frente a sus rivales. Mercedes, Volkswagen y Mazda dominan los rankings por fiabilidad” (Foro Coches Eléctricos). “Casi uno de cada seis coches no pasó la inspección obligatoria”. Y “el Model 3 no queda mucho mejor”.

Que el último tuit sea para esto

Voy a intentar por todos los medios que el último tuit al que hago referencia en esta columna (salvo que la reflexión sea brillante y esté solo en esta red social) sea este de Borja Sémper: “Tras cuatro meses de tratamiento, llevo ya cuatro semanas sin quimioterapia. Empieza a salir pelo y poco a poco recupero ánimo y fuerzas para afrontar lo que queda por delante. De momento todo va bien. Agradecido por tanto afecto y ánimos imposibles de responder uno a uno. ¡Gracias!”. No me gusta cómo Sémper ejerce la política, pero celebro que esté cada día más cerca de volver a darme motivos para escribir sobre ello. Aurrera, Borja!

Este es el de la “inteligencia”

El creador de la inteligencia artificial (o el que la puso a disposición de cualquiera), “no puede imaginarse ‘cómo criar a un recién nacido sin ChatGPT’” (Business Insider). Lo confesó Sam Altman a Jimmy Fallon, que le respondió: “Claramente, la gente lo hizo durante mucho tiempo sin problema”. Pero me centro en Altman, que preguntaba a la inteligencia artificial si es normal que su bebé se ría cuando tira un trozo de pizza al suelo o si debe llevarlo al médico porque otros niños de su edad ya gatean. Si la inteligencia artificial creada por Altman triunfa, entregamos el mundo a idiotas. Si es puro hype, les hemos hecho ricos a cambio de nada.

Chorradas

“Marco Rubio declara la guerra cultural a las tipografías y la Times New Roman desplaza a la Calibri por considerarla una letra ‘woke’”. Cuando leí este titular comprobé dos veces que estaba leyendo El Diario, y no El Mundo Today. Pero es así, es cierto, uno de los hombres fuertes de Trump, precisamente el que se enfrentó a él y ha acabado asimilando sus chorradas más y mejor que nadie, ha declarado la guerra cultural… ¡a una tipografía cuyo uso extendió una empresa tan conservadora como Microsoft! No, no nos estamos volviendo todos gilipollas, pero sí están volviéndose ellos, en Calibri, Times New Roman o Comic Sans.

Hablando de letras

Nunca fui de Extremo Duro, pero siempre quise ser el “so payaso” de alguien, como todos los chicos (señores que peinan canas en la barba, ya) de mi edad. De hecho, el grupo de Robe Iniesta siempre me pareció un poco “blando”, pero reconozco lo que ha aportado su líder y su música. Como suele sucederme, lo que pienso lo escribe mucho mejor que yo Raúl Díaz: “Creo que, en mi entorno y mi generación, nadie hizo más por la poesía que Robe. A finales de los noventa, los tíos de la margen izquierda de Bizkaia que se creían más duros y que pasaban de estudios y lecturas, flipaban con sus letras y sus poemas. Y, para mí, eso es mucho decir”.

Otro viejo rockero

Martin Parr sí ha sido, sin duda, mi fotógrafo favorito. Su técnica (pocos sacaban los colores como él) y su intuición (nadie veía la belleza en lo cotidiano como él, y muy pocos lo lograrán) era verdaderamente extraordinaria. Por eso su pérdida deja un hueco tan grande en la cultura y el arte, en general, y en la fotografía, en particular. Martin Parr nos sacaba una sonrisa con su trabajo, y eso nunca está suficientemente valorado, pero también ha retratado una generación y un modo de vivir. Nos hemos reconocido en sus fotos porque perseguía la cotidianeidad hasta en sus sesiones extraordinarias, con todo controlado y provocado.

Esas juventudes de las que usted me habla…

Curiosa semana ha sido esta que empezó con Pello Otxandiano diciendo que Bildu no tiene que responder por las acciones de Ernai, y termina con Vox intentando “desligarse de la organización juvenil después de conocerse que habrían desviado fondos de las donaciones para la DANA para uso personal” (Diario Red). En ambos casos podemos tirar de ironía y cierto rajoyismo: “Esas juventudes de las que usted me habla” no les representan ahora. En el caso español, “Vox borra de su web una carta de Buxadé que ensalzaba a Revuelta y pedía donaciones por la DANA”, según el digital que dirige Pablo Iglesias.

¿Qué premio Nobel de la Paz?

Mientras Donald Trump amenaza cada día a Venezuela y su ejército asalta barcos de aquel país frente a sus costas ilegítimamente, María Corina Machado se da un baño de masas después de recibir (más bien, su hija) el premio Nobel de la paz, y se permite decir chorradas como esta: “Venezuela ya está invadida por Rusia, Hezbolá y bandas” (The Objective). No me gusta Maduro, que gobierna después de unas elecciones cuyos resultados no ha hecho públicos, pero si el objetivo del Nobel era debilitar su régimen, lo que está consiguiendo es todo lo contrario: nada bueno sale del entorno de trumpismo, y Machado está nadando en él.

El fútbol que odiamos

El fútbol es un deporte precioso que nos hace vibrar, lleno de historias apasionantes de aficiones, ciudades, equipos, jugadores o entrenadores. Un deporte perfecto si no fuera por los hooligans y quien organiza los campeonatos: Liga, RFEF, UEFA y FIFA. Lo de Infantino otorgando el “Peace Prize” de la federación internacional a Trump es un chiste. Uno de los malos. Por supuesto, es un agradecimiento por las oportunidades de negocio que el presidente de EE.UU. abre al de la FIFA, pero si lo pensamos fríamente, el modo en el que todo el mundo trata a Trump, como si fuera un niño mimado e idiota, es para echarse a reír.

Ponernos en valor

Me ha encantado este hilo en Bluesky de Elías Fraguas: “Yo lo que quiero es que vuelvan los blogs” porque “no necesito verme un vídeo de un minuto para algo que puedo leer en diez segundos”. Como él, “quiero micrositios de temas específicos” y también creo que “la gente más joven no tiene ni idea de lo que ha perdido”. Porque hubo un Internet mejor, previo a esta “mierdificación, que ahora es abiertamente fascista”, en el que leíamos, dedicábamos tiempo a buscar la mejor información, en el que todos intentábamos aportar y en el que salían adelante los proyectos con más valor. Y Fraguas ha sabido recordarlo brevemente.

Hoy se sale. O no

A finales de los 90 y en la primera década del siglo XXI no lo dudábamos: era sábado y por la noche salíamos. En mi cuadrilla éramos más de bares que de ligar, pero recuerdo reírme mucho con ella, y eso es algo que deseo que les pase a mi hija y mi hijo: que se rían hasta que les duela la tripa con sus amigas y sus amigos. Pero lo harán fuera de esos bares a los que peregrinábamos en Portugalete: “Los jóvenes se vuelven abstemios: las ventas de alcohol caen en la hostelería y se hunden un 8% en el súper” (El Economista). El ocio se ha diversificado y, ahora, ya como aita, no me parece mal.