Así les ve Steve Banon. El que fuera mano derecha de Trump desde que la campaña para la presidencia se puso seria, y ya en la Casa Blanca hasta que, como todo en ese gobierno de circo, tuvo que salir airadamente, pretende articular un movimiento de extrema derecha en Europa con Le Pen, Farage, Orban, Salvini… Y Pablo Casado, según El Diario. Banon llegó a la campaña de Trump desde una web de noticias con un enfoque ultraconservador, precisamente, y ahora intenta extender su modelo a Europa… Como modelo de negocio, que también son ultraliberales.
Esto va en serio
Luis Arroyo también alerta del peligro de la ultraderecha: Donald Trump despreció la investigación del New York Times sobre el modo que el presidente había recibido la fortuna de su padre, cómo había defraudado para conservarla y cómo había mentido con un relato de hombre hecho a sí mismo que tapa la realidad de heredero millonario y caprichoso. “Ni el más admirable trabajo del New York Times puede con el mensaje envenenado de un cretino”, concluye Arroyo. Y también alerta: la extrema derecha penetra hoy mejor en la sociedad con argumentos simplistas.
Muy en serio
No me cansaré de repetirlo: el futuro será enfrentarse a la extrema derecha. Esto no tiene vuelta atrás. Y la extrema derecha de hoy, además de tener una mayor facilidad para colocar sus mensajes, tiene armas más potentes y más baratas para acabar violentamente con quienes no pensamos como ellos. En Alemania, donde el horror del fascismo fue mayor que en ningún otro Estado, han detenido a los miembros de un comando que pretendía atentar contra sus “enemigos políticos”. Esto va en muy en serio, con los Banon, los Salvini, los descerebrados y quienes les lavan la cara.
Volvemos a casa
Bueno, a la casa del vecino. Esta semana hemos visto cómo en El Español disfrutaban haciendo leña del árbol caído llamado Puigdemont. En este digital han tenido acceso a una pieza muy menor: el correo electrónico que dos personas cruzaron asegurando que Gaspart había ofrecido a Mas su red de contactos para legitimar las elecciones anticipadas que hubieran salvado a Catalunya del 155 y quién sabe si incluso el procés. Ya conocemos lo que ocurrió después: Puigdemont no fue valiente, acabó exiliado; sus compañeros, en la cárcel, y Catalunya, en un callejón de difícil salida.
Sobre el Concierto y el Cupo
Este primer domingo lluvioso del otoño es perfecto para recuperar mi serie de recomendaciones para leer tranquilamente en su tablet. Y empiezo por el artículo de Pedro Luis Uriarte en Ctxt sobre el Concierto y el Cupo. En esencia, nada que no sepamos los vascos, pero resulta interesante cómo el hombre pelea por explicarlo en España donde muchos, simplemente, no quieren entender. No quieren entender que pagamos más impuestos, que corremos más riesgos, que ingresamos más porque generamos más y que lo repartimos mejor. Le pese a quien le pese.