El jardín de Eguiguren

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Con todo lo que hemos encontrado en los medios digitales, blogs y Twitter, sobre Jesús Eguiguren, no me he querido meter demasiado por una cuestión muy sencilla: lo que menos necesita Euskadi es el enésimo salvapatrias enrareciendo el ambiente. No con armas, por suerte, pero sí con argumentos sobradamente conocidos que, porque los descubre Eguiguren, ahora hay que tratar como novedades absolutas. Creo que Esther Esteban en ‘La Voz Libre’ lo radiografía muy bien, pese a la tendencia a la exageración de derechas del medio, y pone el acento en la gran pregunta: ¿por qué sigue siendo presidente del PSE?

Ser del PP como Paquirrín

Más de la mitad de los votantes en España confió en el PP. Muchos de ellos, seguramente, se arrepientan de ello. Otros, legítimamente, no lo harán. Entre estos últimos parece que lo tiene claro Paquirrín, ahora conocido como Kiko Rivera: “Me cae muy bien el Rey, soy del PP” (‘Estrella Digital’). Juancarlista y de derechas, como más de la mitad de los españoles, el hijo de una tonadillera y un torero que jugó en los infantiles del Real Madrid, es hoy un tipo gracioso que se pasea por los platós, pone música en grandes discotecas, y si quiere cantar, canta. España es así.

Libertad de expresión

La noticia que hemos encontrado en ‘Vertele’ emerge varios debates relevantes. Lo primero, los hechos: Twitter suspende temporalmente la cuenta de un asesor del PP en materia de redes sociales en Valencia, Luis Salom, por hacer un chiste sobre Ana Pastor y Zapatero. Lo segundo, los debates: ¿es libertad de expresión hacer cualquier chiste con un profesional de la información, por tendencioso que nos parezca? ¿El PP considera que es un buen asesor quien usa las redes sociales para desprestigiar? ¿Cuánta fuerza tiene en Twitter el progresismo al estilo socialista que puede provocar suspensiones temporales de cuentas, si se lo propone? ¿Tiene Ana Pastor que asumir esas bromas o puede señalar a quien opina diferente a ella?

La cara oculta de Messi

Replico el titular de ‘Vozpópuli’ porque me ha llamado poderosamente la atención: “La cara oculta de Messi: cuando no le apetece, no se entrena y se queda en el vestuario… jugando a la Play”. Es el momento de hacer leña del Barça caído, no cabe duda. Y esto sí que es un proceso natural de los medios, las instituciones y la propia sociedad. Ahora leeremos rumores como los que desgranan en la noticia: que Messi hace lo que quiere, o tantos otros que llenan los titulares de los medios digitales, sobre el FC Barcelona.

Y la cartera de Apple

Sí, tengo algún producto de Apple, y reconozco que me gusta. Pero no soy un evangelizador ni un defensor de esta marca, como muchos de sus usuarios. También consumo productos de Google, pero no por ello defiendo a ultranza sus bondades, que tendrán tantas como fallos. Como cualquier otra marca. Por eso me sorprende quien defiende estas marcas como si le fuera algo en ello. Marcas que, como hemos visto con sorpresa en ‘El Blog Salmón’ tienen cantidades ingentes en efectivo dispuesto para lo que quieran: Apple cuenta con “159.000 millones de dólares en su cuenta de reserva de efectivo, cantidad muy por encima de la de Microsoft (84.000 millones) o Google (59.000 millones)”.

A jugar al bridge

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En serio, ¿quién juega al bridge? Esperanza Aguirre sí que lo hace. Por lo menos, de un modo benéfico. Esa es una de las múltiples excusas y versiones de los hechos que ha dado la presidenta del PP de Madrid: que tenía prisa porque iba a jugar una partida en un acto benéfico “en el Real Club la Gran Peña, en el número 2 de Gran Vía, a beneficio del hospicio de la Hermandad del Refugio. Cada uno de los 130 participantes aportaba 30 euros”, según ‘El Boletín’. Pero no fue. De hecho, se dirigió apresuradamente a su domicilio, al que entró por el garaje. O lo que es lo mismo: pobres niños del hospicio, que por culpa de una multa no pudieron contar con Esperanza Aguirre.

¿Y si nos “deflacionásemos”?

Tengo que reconocer que cuando escuché la noticia en ‘Onda Vasca’ no me pareció tan mala: si entramos en deflación bajarían los precios. Bueno, teniendo en cuenta que ya han bajado los sueldos, no estaría tan mal, por lo menos temporalmente, ¿no? Pero yo, como la mayoría, no tengo ni idea de economía (creo que de eso se aprovechan “los mercados”). Sin embargo, me he encontrado un argumento similar en ‘El blog salmón’, donde sí saben de qué va esto: “Un poco de deflación no nos vendría nada mal”, dice Onésimo Alvarez-Moro. Y añade otro factor: los márgenes de las empresas no han variado y podrían apretarse.

Algunos ya lo han hecho

Me refiero a lo de aprovecharse de la bajada de los precios: “La Iglesia paga 30€ por una mezquita de 23.000 m2 y más de 1.200 años”, como denuncia ‘Vozpópuli’. Se trata de la Mezquita de Córdoba, que le reporta un beneficio de “un total de 9 millones de euros libres de impuestos. Los 8 euros de la entrada se consideran un ‘donativo’”, según el mismo medio. “Pero este no el único caso, ni mucho menos. Como la Mezquita de Córdoba hay más de mil propiedades y monumentos del Patrimonio Histórico cuya titularidad -y explotación- está en manos de la Iglesia Católica, que -en el caso de Córdoba- había tardado unos cuantos siglos en pasar por el registro para reclamarla”, y cuando lo ha hecho se ha encontrado con saldos… por ser la Iglesia.

Otros, lo contrario

Celebro que José Antonio del Moral haya dedicado un post al “sufrimiento del emprendedor”, en el que ha recopilado las declaraciones propias de varios autónomos que, como él, se lanzaron y se lanzan todos los días a la piscina creyendo que el cálculo del agua que han hecho es el correcto. Según avanza el extenso post de ‘Gananzia’, se habla más solo de negocio y pérdidas económicas, pero los primeros párrafos también hablan de sacrificios personales del emprendedor… y de quienes le rodean. Historias de valores y superación, de éxito en equipo y fracaso en soledad, que deberían conocer quienes ponen palos en las ruedas a quienes trabajan todos los días de la semana.

La mano negra del FC Barcelona

Si lo piensan fríamente y pasan de los grandes hitos recientes: el magnífico juego de Messi, las clases magistrales de Guardiola, etc., la historia de los presidentes del FC Barcelona es tremebunda. Desde Bartomeu a Núñez, pasando por Rosell, Laporta y Gaspart, nos encontramos con un repóker que da miedo. Y de aquellos polvos acumulados, estos lodos: sanciones ejemplares, pérdida de valores e identidad… y búsqueda constante de manos negras que, según algunos, realmente son blancas. Una pena, en todo caso, para lo que podría ser la gran marca internacional, incluso, de un país europeo.