Moketa da bide bakarra?

La ocurrencia no es mía: me contaron que lo dice un conocido político navarro y abertzale, me pareció brillante y vino a mi cabeza cuando leí la enésima crítica a Arnaldo Otegi desde la izquierda, esta vez, en Diario Socialista: Kolitza le acusa de “reducir” la “memoria antifascista a mero trampolín para Ajuria Enea, con el programa socialdemócrata como bloque dinamizador. Una maniobra calcada a la táctica del PSOE en Madrid”. Y entre otras patadas al tobillo, le lanza la de que, si alcanza Ajuria Enea, convertirá a la “Ertzaintza en un cuerpo policial de Netflix”. Y le acusa de querer “liquidar” a los “antifascistas” “de calle”.

Nos insulta a todas y a todos

El falso antifascismo de la izquierda abertzale en su conjunto, exhibido estos días sin vergüenza, me ha obligado a retrasar esta referencia a El Nacional: “‘Silencio, cerdita’: Trump pierde los papeles con una periodista que le pregunta sobre Epstein”. El insulto de Donald Trump a Chatherine Lucey no se quedó en el Air Force One, como hemos visto. La prensa estadounidense e internacional han reaccionado de un modo esperanzador, señalando al rey desnudo o, más ajustado en este caso, faltón y nervioso ante un caso de posibles abusos sexuales.

El fin de los partidos

Ya he escrito en esta columna que llevo tiempo preguntándome: “¿Cuándo empezó a torcerse todo?”. La llegada del Internet comercial es un buen momento para marcar el punto de inflexión hacia el abismo, pero el día en el que los partidos políticos tradicionales empezaron a perderse el respeto a sí mismos también está entre los candidatos. La pieza del Huffington Post sobre cómo Trump (el mismo que dijo eso de: “Silencio, cerdita”) y su movimiento MAGA han transformado el partido republicano, tal vez para siempre, me ha resultado sorprendentemente (dada la ligereza tradicional del medio) interesante.

¿Qué puede salir mal?

“Alemania levantará la restricción de exportar armas a Israel”, leo en el digital DW, siglas que significan “Deutsche Welle” u “ola alemana”, según DeepL Translate. “Alemania embargó las exportaciones de armas a Israel en agosto de 2025, medida que será eliminada a partir del 24 de noviembre”. Vamos, que ese embargo solo ha estado vigente cuatro meses. Ya sé que la culpa histórica alemana puede explicar el complejo de sus gobiernos y de su opinión pública, pero creo que el antifascismo consiste en recordar que el fascismo no se puede relativizar, ni justificar, ni, como dijo Durruti, discutir.

A ver, bien no le ha ido…

Es verdad que la semana de Pedro Sánchez podía haber sido mejor: la sentencia condenatoria al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha sido un golpe duro, sobre todo, en la línea de credibilidad del PSOE. Pero por mucho que quiera anotarse el tanto, Bosco Vallejo-Nágera (sí, es exactamente lo que parece cuando lees su nombre) amenazó en X con un mensaje pretendidamente ambiguo pero que ni por esas puede vincularse a la sentencia: “A Pedro Sánchez le han dado 72 horas para que anuncie su dimisión, de lo contrario se van a filtrar hasta videos…”. Esto tuiteó hace una semana el gallo.

Dejad que los videojuegos sean solo videojuegos

He decidido hacer observación participante y esta temporada juego a Sorare, un “fantasy” de fútbol (llevo jugando a este tipo de juegos desde que se hacía con lápiz, papel, sobres y sellos) con tecnología blockchain, posibilidad de pagar en criptomoneda (cero euros llevo gastados) y, por supuesto, la fórmula de “cajas botín” (así las llaman en Público). Es decir: abrir sobes con cartas virtuales, algunos, gratuitos; otros, de pago (mis equipos, evidentemente, son pírricos). Lo he hecho para ver cómo funcionan “las nuevas tragaperras”, el modelo de negocio terrible de algunos videojuegos: “Una adicción a comprar”. No se escapa ni el FIFA.

El colector que la IA atasca

Internet es una herramienta extraordinaria, revolucionaria, maravillosa. La internet comercial es, posiblemente, lo peor que nos ha pasado como humanidad. Sin ella, algunos ultrarricos hoy serían vendedores de crecepelo. Y esa internet comercial es peor desde que la inteligencia artificial se ha puesto a disposición de cualquiera: “La basura digital emanada de la IA está infestando las redes sociales, que están fracasando además estrepitosamente a la hora de etiquetar adecuadamente este tipo de contenido” (Marketing Directo). Ya hemos puesto nombre a esta práctica: “‘AI Slop’ o basura digital emanada de la IA”.

La IA que mata a Internet

Antonio Ortiz, cuyo blog sobre IA es posiblemente el más interesante que se puede leer hoy en castellano, ha escrito un largo tuit sobre cómo “se está esfumando el tráfico y las visitas humanas a Wikipedia”. El motivo, evidente: esos resumencitos que encontramos en Google que nos evitan hacer “clic” en un link: “Cada vez más usuarios obtienen la información del sitio a través de chatbots de inteligencia artificial en lugar de visitar directamente la plataforma”. La pregunta es: ¿cómo pretende Google ganar dinero si ya nadie sigue enlaces? ¿Y cómo pretende Google que sobrevivamos los generadores de contenido, empezando por este diario?

Las cifras reales

Esta internet comercial que convierte los videojuegos en tragaperras virtuales y que atasca las redes sociales con basura generada por inteligencia artificial y estupidez real, tiene otro elemento negativo: el reparto de riqueza es inexistente y la parte del león y hasta el chocolate del loro se lo zampan las grandes empresas. El humorista Álvaro Casares ha hablado de cómo “monetiza” sus contenidos: “El vídeo tiene 12 millones de reproducciones y me han pagado 465 euros” (Huffington Post). Esta es la cifra real. Hago la pregunta que siempre, siempre hay que hacerse: ¿cuál es el modelo de negocio? Las colaboraciones con marcas.

La defensa

Explica Alberto Soler en su canal de Instagram que “los Nokia están de vuelta. Pero no por nostalgia. En países como Noruega, Suecia o Finlandia, los dumbphones (teléfonos ‘tontos’ sin Internet) se están vendiendo como nunca. Cada vez más familias los eligen como primer dispositivo para sus hijos, evitando la exposición temprana a redes sociales y pantallas”. De hecho, incluso hay asociaciones de pediatras que recomiendan teléfonos sin Internet (para hacer llamadas, a la antigua) como primeros móviles para las y los más pequeños, porque “un móvil conectado no es un juguete, es una puerta abierta”. Esto hay que llevarlo tatuado.

La imagen

“Sánchez estrena gafas de Christian Dior de más de 250 euros para distraer la atención de su comparecencia”, titulan en El Debate. Pues vale. Me da igual que sean de marca y el precio. No me importa si las estrena, ni me importa si es otro de esos inventos de Sánchez y su equipo para generar conversación. Lo que menos me importa de lo que pasó ayer, de hecho, fue la propia comisión en el Senado para que Sánchez compareciese. Ya lo ha hecho, ¿y qué? Ahora vamos con lo que me importa: el bajo nivel de las y los senadores, a la vista de cualquiera, como el desprecio sistemático del presidente español a quien no está con él.

Las palabras

“Félix, ¿tú también te has llevado algún sobre?”, tuiteaban ayer en la cuenta del PP mientras Pedro Sánchez comparecía en el Senado, a petición del mismo PP. Era su respuesta a este tuit de Félix Bolaños: “El acoso, la violencia verbal, la grosería y el intento de encerrona contra el Presidente en el Senado es su descrédito definitivo. Responsabilidad única del PP, que no le importa arrastrar las instituciones democráticas por el barro. Ni rozan a un Presidente honesto”. Una respuesta en forma de pregunta curiosa, porque resulta curioso, sí, que en el PP hablen de llevarse sobres como si no supiéramos lo que sabemos del PP y de los sobres.

Los que ganan

La política en España está tan mal que en Valencia es Felipe VI quien tiene menos mácula, y por eso es el único que puede salir y hablar sin que le abucheen. Así estamos (o así están): la monarquía cose España. Qué planazo. Porque si en el funeral de Estado por la DANA salía a hablar Sánchez, seguramente, no terminaría su alocución y, si salía Mazón, lo más probable es que no la empezaría por los abucheos y los insultos. Por supuesto, no voy a dejar de señalar el mal rato del presidente autonómico valenciano, consecuencia de una ausencia injustificable aquella tarde, de una soberbia inexplicable y de un sostenimiento que nadie entiende.

Lo que pasa en Sudán

“Mueren más de 460 personas en un ataque sobre un hospital de maternidad de El Fasher, en Sudán”, titulan en el Huffington Post. Si esta masacre llega a suceder en Gaza o en Ucrania, donde decenas de miles de personas han sido asesinadas a misilazos y dronazos lanzados por los ejércitos israelíes y rusos, respectivamente, abriría informativos de radio y televisión, y periódicos. “Desde el inicio del conflicto en abril de 2023, la OMS ha documentado más de 1.200 muertes derivadas de 185 ataques contra objetivos médicos”. Según varias estimaciones, 150.000 personas han sido asesinadas en el país africano en este tiempo.

Sí, la IA tiene ideología

El texto de Antoni Gutiérrez-Rubí sobre cómo “la IA impulsa a la extrema derecha en los Países Bajos”, es interesantísimo porque pone en duda el beneficio de la medida europea de prohibir a los partidos hacer publicidad en redes sociales. Sin esa posibilidad, ¿qué queda? “Mucho ruido”. “En manos de las extremas derechas, una IA desbocada y con potencial de recrear realidades y verdades, impondrá una alucinación artificial capaz de explotar miedos y prejuicios sin límites”, y en Países Bajos, “Wilders ha hecho de su campaña, basada en el uso de la IA, una factoría de bulos y tergiversaciones con gran efectividad”.

Están allí

Critiqué la presencia en la Flotilla de la Libertad de algunas personas que siempre, siempre han mostrado cierto gustirrinín al verse en televisión, pero ahora mismo creo que todas ellas, les mueva lo que les mueva, tienen un gran mérito. Ada Colau, por ejemplo, ha dado una entrevista telefónica al Huffington Post: “El plan de Trump atenta contra la humanidad”, asegura. Yo tengo mis contradicciones porque cualquier medida que pare el aplastamiento israelí sobre Gaza me parece buena y, al mismo tiempo, el plan de Trump me parece una canallada. Pero qué sabré yo. Colau, por lo menos, está allí, haciendo más que muchos.

Juicio y condena

Benjamín Netanyahu, los miembros de su gobierno ultra y la cúpula militar que diseña los ataques sobre Gaza tienen que ser juzgados y condenados por tribunales internacionales. Cualquier futuro diferente será otra muestra más de que nuestra civilización no solo está colapsando, es que merece que le suceda. “Ataques israelíes matan a 16 en Gaza mientras el mundo espera respuesta de Hamás al plan de Trump”, titulan en Independent. ¿Qué más tiene que pasar? ¿Cuánta tragedia más vamos a soportar? ¿Cómo puede haber gente que asiste a este goteo de vidas humanas cercenadas y que justifica a los asesinos?

El ejecutivo

Donald Trump no es un buen político. Es un filibustero que obstruye al poder legislativo y busca controlar el judicial para tener las manos libres y ser un pequeño dictador en un país con amplias oportunidades (sobre todo para sus negocios familiares). Según Público, “el fracaso de Trump para lograr sacar adelante la financiación de la administración lleva a un cierre de Gobierno en EE.UU.”. Esta es la realidad de un país que tiene un líder mediático que habla a la ciudadanía como si fuera idiota y que toma decisiones basándose en intereses diferentes al bien común. Lo flipante, lo significativo, es que a mucha gente le parece bien.

Señales

No entendí que el gobierno español tan progresista se embarcase en la organización de un mundial de fútbol con la dictadura marroquí. Por cierto, en esa foto también sale Portugal, tan modélica, según algunos, cuando gobierna la izquierda. Queda mucho todavía hasta 2030 y, quién sabe, igual es Feijóo el que preside el palco (o Díaz Ayuso), con permiso de Felipe VI (los borbones no fallan en ninguna proyección), y la compañía de Mohamed VI puede resultar pesada como una losa: “Los jóvenes toman las calles de Marruecos en las mayores protestas de los últimos años: ‘No queremos el Mundial; queremos hospitales’” (El Independiente).

¿Y qué?

Sabemos que el FC Barcelona partía con una deuda terrible que a cualquier otro club le hubiese impedido fichar u ofrecer contratos tentadores. Ahora sabemos que, además y pese a haber ganado la liga, “pierde 17 millones en 2024-2025 y confía en volver a beneficios con el Spotify Camp Nou” (2 Playbook). Otros 17 millones que no importan, como no importa, al parecer, que no haya “precisado en qué cifra se situó la facturación del pasado ejercicio”, o que no haya descrito “una serie de costes extraordinarios” sin los que “Laporta asegura que habría logrado un beneficio ordinario de 2 millones”. Todo vale. Al Barça, sí.

Mi superhéroe favorito

Conocí a Alain Arteagabeitia cuando era un tiarrón y un “echado para delante”. Hoy, con un historial médico que asustaría a Elijah Price (el antagonista de El Elegido) y una silla de ruedas, sin duda, sigue siendo ese chaval que puede con todo. Su historia, su Instagram, son para no pasarlos por alto. Su mirada del mundo y su optimismo, tampoco. Ha convertido sus graves problemas de salud en la motivación para sacar su mejor versión y, ahora, participa en combates de boxeo adaptado… Aunque el mundo no siempre se adapta a los valientes como él, según relata en su última crónica en sus redes sociales.

La villana

“El Lehendakari le ha dicho a Ayuso ‘Ayuso entzun, Euskadi euskaldun!’ y ella dice que le ha dicho ‘pim pam pum’, y que le ataca usando el euskera con violencia”. Lo tuitea David Segovia, que afea a la presidenta de la comunidad de Madrid tanto la manipulación como el victimismo. Después de que en el mismo Alderdi Eguna, Aitor Esteban alertase del tufillo que llegaba a Euskadi con el viento sur, pillamos al PP con las bombas fétidas en la mano. De lo suyo gastan, pero hoy Isabel Díaz Ayuso es la villana más perfecta de la política española con su rostro de adamantium como principal arma. ¿Les renta?, como dice la chavalada.

Un riesgo menos. O casi

La injerencia de Musk en el Reino Unido y la de Putin en Moldavia (cuñas de la misma madera, que nadie se despiste) han acabado en desastre: “Moldavia ha dado un paso crucial hacia Europa justo cuando Rusia incrementa su presión contra Occidente. El gobernante Partido Acción y Solidaridad (PAS), partidario del rumbo europeo de Moldavia, ha ganado este domingo las elecciones legislativas” (El Independiente). Pero no podemos ocuparnos todavía del siguiente problema: tenemos que esperar con atención a la reacción posterior del Kremlin porque a Putin, bien lo saben las y los ucranianos, no le gusta perder.

Ni un día

Mientras algunas y algunos buscaban (o esperaban) argumentos para justificar la invasión rusa sobre Ucrania, otros señalábamos y denunciábamos desde el primer minuto el aplastamiento que Israel ejecutaba en la franja de Gaza, y lo seguimos haciendo: “El 90% de la Franja de Gaza ha sido destruido. Más de 2,2 millones de personas enfrentan hambre extrema, bombardeos, desplazamientos masivos y destrucción sistemática de vidas y bienes” (Diario Socialista). No puede pasar ni un día sin que recordemos lo que (casi) todo el mundo llama ya genocidio: si 65.000 asesinatos televisados no te mueven no eres un ser humano.

Tontos muy tontos

Vivimos tiempos muy llamativos: personajes como Putin o Netanyahu son defendidos en público (en redes sociales, en medios o en mítines) pese a sus acciones injustificables, y otros como Donald Trump, más tonto que malvado, es incluso admirado. Por suerte, hay quien usa esos mismos altavoces para señalar esa idiotez y esa maldad, como el farmacéutico Guillermo Martín, que respondía al presidente estadounidense, que relacionaba el autismo con el uso de paracetamol durante el embarazo: “El autismo se identificó por primera vez en 1911. El paracetamol se comercializó en 1955. Fin del debate” (Huffington Post).