Aunque no doy ni una cuando hago vaticinios o porras, ni políticas ni del Athletic, esta vez estoy absolutamente seguro de que Podemos va a ganar las elecciones en Euskadi otra vez el 26 de junio, y que en España van a superar al PSOE. En Vozpópuli leemos que las encuestas internas de los de Pablo Iglesias dicen lo mismo porque IU, definitivamente, suma, y porque a Podemos se le han dado muy, pero que muy bien las dos campañas que ha hecho hasta ahora.
Entonces, ¿quién les vota?
También estoy seguro de que el PP volverá a ganar las elecciones en España y de que Mariano Rajoy seguirá siendo presidente después de agotar la legislatura y tirarse nueve meses (hasta septiembre) en funciones. Pero, ¿quién vota al PP si la contestación ciudadana es tan fuerte que, como vemos en El Español, hasta en Valencia salen a silbar a Rajoy? Ser del PP hoy se sufre en silencio, más que nunca. Y eso, sinceramente, tampoco me parece bien.
Una ficción, cuestión de estado
Cuéntame ha llegado hasta hoy porque la han mantenido en antena incluso en sus peores fases como ficción. La serie, que nunca fue de mi agrado, es desde hace años un pestiño infumable que se mantenía pese a su elevado precio porque el serial más longevo tenía que seguir estando en La1. Hoy no solo su calidad es discutible, la gestión de la misma está en entredicho, e Imanol Arias y Ana Duato podrían haber estado cobrando de lo público sin pagar a lo público. La historia de España.
¿Declive?
Reconozco que los textos como el de Fareed Zakaria en El Confidencial, escrito solo para, dentro de unos años, poder decir que él lo escribió primero, me hacen mucha gracia. Al final, es fácil señalar un fin de ciclo sin poner una fecha límite, y jugar con los datos. Los que ofrece Zakaria sobre el supuesto declive de las “start-ups” en EE.UU. no parecen definitivos, precisamente. Personalmente, del asunto y en lo local solo me preocupa que los advenedizos de turno no pasen por start-up de moda.
Un postazo
Por posts como el que hemos leído en Magnet me encantan los blogs, en general, y esta bitácora en particular: hay tecnologías realmente obsoletas que, sin embargo, siguen siendo la base del funcionamiento de ciertos aparatos como los cajeros automáticos e incluso las centrales nucleares que siguen funcionando con sistemas operativos de Windows como el XP o anteriores, los sistemas de la hacienda estadounidense o el metro de Nueva York (en funcionamiento con la misma maquinaria desde los años 60 y 30, respectivamente), o los disquetes (han leído bien) que siguen usando en el Pentágono.