Podemos, en la moqueta y la pancarta

En Podemos pueden preguntar a los de Bildu qué tal les salió su estrategia en la Diputación de Gipuzkoa de estar a la vez en los despachos y en la pancarta, literalmente. Igual así se ahorran el esperpento que firmaba Pablo Iglesias esta semana: el vicepresidente del gobierno español animaba a los miembros de las asociaciones agrarias que se manifestaban en la carretera: “Seguid peleando, tenéis razón”. Igual que en su día Torra animó a los CDR: “Apretad, apretad”. Y todos sabemos el resultado. Jorge Matías respondía a Iglesias en Twitter lo que todos pensamos: “Que estás en el gobierno, colega”.

El morro de Isabel Díaz Ayuso

Isabel Díaz Ayuso saca pecho de la política recaudatoria de Madrid… Como si no fuera la comunidad de la capital de España, como si las grandes empresas de fuera de Madrid no recibieran presiones para trasladar su sede social o parte de su negocio a la capital, como si eso no supusiera un expolio a su querida (y cada vez más vaciada) España, como si no se enterase de nada o como quien miente a lo grande, sin ruborizarse. Díaz Ayuso lo que tiene es un morro infinito que le hace poner como modelo a la excepción y reprochar a los demás que no gestionen como ella: con todo de cara y la cara dura.

Acción, reacción y Torbe

Creo que Torbe sorprendió a muchos mostrando el libro de una de las fundadoras de Vox contra lo que ella llama “feminazis”. El productor, director y actor porno tuiteaba: “Qué grandes verdades las dichas en este libro. Cómo pone Cristina Seguí a cada una en su sitio. Muy recomendado”. Anteriormente ya había provocado a feministas más intransigentes (una provocación que no sorprende del personaje), pero alabar a la ultraderecha es otro nivel. Él sabrá. Pero, ¿qué opina Seguí de este apoyo? A los de Vox todo les vale (y Torbe es muy popular), pero, ¿dónde quedan los principios ultracatólicos?

EE.UU., a por algún récord

La población y los políticos de EE.UU. tienen que estar buscando un extraño récord que se me escapa. Solo así se explica que los principales candidatos para la próxima campaña superen todos los 70 años, como recuerda Dori Toribio en Twitter: Sanders y Bloomberg tienen 78 años, Biden tiene 77, Trump tiene 73 y Warren es el más joven con 70 añitos. Vale que los 70 son los nuevos 60 (y espero que los 40, los nuevos 30), pero me sorprende que nadie en torno a los 50 años (no pido millennials) haya podido presentarse con opciones. Por no hablar de que todos son, además, hombres. Bueno, ancianos.

La crisis de identidad digital del Barça

Iu Forn en su columna sobre el “Barçagate” o “Bartogate” escribe cosas muy interesantes. Por ejemplo, que el millón de euros que el club pagó a una empresa de monitorización de redes es, a todas luces, excesivo. 30.000 € ya es un buen precio. Por un millón tienen que hacer otras cosas… Como las que describen Ara y la SER: crear identidades digitales y corrientes de opinión favorables a un Bartomeu que, sin embargo y como recuerda Forn, no se presentará a las elecciones. El de El Nacional concluye que la filtración solo ha podido ser desde dentro. Y termina expresando sus dudas, ¿qué logra quién la ha hecho?

La tele que adoctrina

¿Se imagina al lehendakari Urkullu explicando a niños y niñas en un programa de televisión dedicado a él que los nacionalistas vascos queremos decidir por nosotros mismos y los nacionalistas españoles nos quieren imponer su decisión? ¿Se imaginan al president Torra haciendo esto en un programa de la TV3 y con los recursos del medio en redes sociales para mayor gloria suya? Pues lo está haciendo el nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, del PP, en Telemadrid, hablando de izquierdas y derechas. ¿Qué tele adoctrina? ¿Qué partidos políticos usan para sus fines lo público?

Los medios que señalan

Tiene razón el president del Parlament, Roger Torrent, en que están intentando criminalizar el nacionalismo catalán. Será porque en Euskadi sabemos cómo funciona la caverna (ahora está de moda llamarlo “cloacas”), pero huele muy mal ese chorro de opinión e incluso información acrítica que señala a un movimiento que ha dado ejemplo como pacífico y civilizado (sobre todo a unos cuantos vascos que ahora intentan arrimarse como sardinas al ascua). Incluso aunque los detenidos quisieran atentar (cosa que sigo dudando leído todo lo leído) tendríamos que hablar de hechos aislados. ¿O lo importante es manchar el nacionalismo?

Podemos se rompe en mil pedazos

Hay varias elecciones dentro de las del próximo 10-N: las del sentido común contra el de supervivencia de Sánchez, las del PP para reunificar voto del bloque de derechas y extrema derecha, las elecciones propiamente dichas, entre ese bloque ultraconservador y el resto, y las elecciones entre ex y actuales miembros de Podemos y contra Podemos. Lo que está claro es que el partido morado se ha roto, y la maniobra de Equo, que se va con el partido de Errejón salvo su fundador y alguna federación, que se quedan con Iglesias, es el mejor ejemplo de lo hecho trizas que llega Podemos a la campaña.

No necesitamos a Glovo

Por mucho que lo intente no voy a ser capaz de expresar mejor que Jorge Matías en Twitter mi opinión sobre Glovo y el resto de empresas similares: “Un payaso como el de Glovo amenazando con llevarse inversión a otros países si no le dejan hacer lo que le sale del nabo con los trabajadores. Pero qué coño es esto. Que es Glovo, un puto cagao de app. Ni que fuera General Motors. Pero si sois el Candy Crush de la pizza, payaso”. Lo que más me sorprende es la cantidad de personas con condiciones laborales mejorables (la mayoría) que no muestran problema en contar con estas empresas que explotan a sus “riders”.

Tampoco este periodismo

No sé si me parece bien que Julio Maldonado arremeta contra programas deportivos como El Chiringuito después de que cancelaran el suyo, diametralmente opuesto. Sí sé cuál es mi opinión sobre este periodismo deportivo de falsas exclusivas, espectacularización extrema de la anécdota, forofismo garrulo y empoderamiento de periodistas que dudo que sean capaces de escribir una buena crónica. Y sí creo en el buen periodismo deportivo que disfruto más en los medios generalistas y en alguna publicación especializada y cuidada que se aleja de chiringuitos y sus copias. Necesitamos sosiego hasta en el fútbol.

Ciudadanos se marca un UPyD

Gregory, un usuario de Twitter, ha hecho una comparación muy sugerente entre cómo terminó UPyD y lo que está pasando en Ciudadanos: “Remake de la autodestrucción de UPyD: Ciudadanos en el papel de UPyD. Albert Rivera es Rosa Díez. Marcos de Quinto como Carlos Martínez Gorriarán. Toni Roldán es Irene Lozano. Toni Cantó interpreta a Toni Cantó. Manuel Valls es… Albert Rivera”. Reconozco que me han hecho especial gracia las líneas de De Quinto y Gorriarán (los dos soberbios en Twitter, confiados en sus éxitos personales) y la de Toni Cantó, pero toda la lista de personajes es muy divertida.

La justicia condena a Espinosa de los Monteros a pagar

No recuerdo a qué periodista se lo leí pero me rindo y le doy la razón: mientras Santiago Abascal siga al frente de Vox podemos estar tranquilo. El día que el partido de extrema derecha sea liderado por Iván Espinosa de los Monteros tendremos un problema mayor. De momento, el que está cogiendo las riendas de Vox en el Congreso, ha sido condenado por la Justicia a pagar las obras de reforma de su propia casa, con el recargo de las costas del juicio, después de que el político intentase rehuir la factura por medio de una sociedad que luego cerró. Esas son las trampas, según Eldiario.es.

Ya no vale

Hace bien Jorge Matías en responder, vía Twitter, a Ana Pastor cuando esta se muestra sorprendida ante el último exabrupto de uno de Vox. Matías le recuerda que “no vale sorprenderse” cuando precisamente en el debate electoral que organizó el grupo televisivo de la periodista querían llevar a Vox. A estas alturas, la ingenuidad no cuela. Ya les conocíamos y no creo que Pastor no se entere cuando, sin ir más lejos, en ese mismo grupo televisivo dan voz a diario a los de Vox, así que, ¿a qué viene la sorpresa? Parece que muchos tuiteros han respondido al estilo de la red social a este intento de quedar bien.

Dar de comer al monstruo trae esto

¿Qué pasa cuando en las televisiones generalistas (y en medios deportivos, incluso) tratan a Vox y a sus líderes como si se tratase de un partido más? Que un grupo de chavales de un colegio de Mallorca acaba posando para una foto haciendo el saludo fascista y con una bandera española con el logo de Vox. Esto es Vox. No lo decimos nosotros: lo hacen sus propios seguidores. Y la excusa de que “hay que mostrarlo” deja de servir la segunda vez que se le trata con normalidad mediática. Ellos, los que alzan la mano junto a la bandera de España, no tienen duda de a quién siguen y ensalzan.

Sonreír al final

Uno de los momentos más importantes que vamos a vivir en el Mundial de Fútbol de Francia, por lo que significa, lo ha protagonizado Marta Vieira, todavía en el campo pero con el partido ya finalizado: la jugadora brasileña no habló de sí misma cuando le preguntó el periodista de turno, pidió poner en valor lo logrado por todas las jugadoras que han conseguido que las veamos jugar, y pidió a las jóvenes futbolistas brasileñas que cojan el relevo, que no lloren cuando se acaba la participación de Brasil en el Mundial, sino cuando todo empieza para “sonreír al final”. Se dirigió a ellas, pero el mensaje debemos oírlo todos.

Lo importante

El conflicto que llevamos arrastrando sobre cómo intenta atajar el gobierno de Pedro Sánchez el exceso de horas extras lo ha definido mejor que nadie Jorge Matías: “Solo tenemos una vida, y es demasiado valiosa como para desperdiciarla con horas extras sin pagar”. Es así de sencillo, y acabar con este abuso es tarea de todos. Creo que la apuesta de Magdalena Valerio por el fichaje es claramente insuficiente ya que acercarse a fichar para seguir en el puesto de trabajo es una opción realmente sencilla. Esto va más allá: hace falta concienciación y frenar a quienes se han acostumbrado a tratar con esclavos.

Esto sí está bien

Sigo sin creerme a Borja Sémper. Me sigue pareciendo un político que esconde lo que sabe que no gusta pero a él no le incomoda, y eso me suena más a engaño que a cualquier otra cosa. Pero también creo que solo habla bien de él reconocer la labor del responsable de su campaña, la que le ha llevado a ser el único candidato del PP que ha ido a más… Escondiendo la marca del partido (no abandonándolo, que es diferente). El televisivo Juan Baroja con apoyo de César Calderón, como este último también ha reconocido en Twitter, son los responsables de una excepción. Y vistos los resultados solo cabe felicitarles.

Exhibiendo la ignorancia

No he entrado en el link para no generar tráfico en OK Diario, y les invito a que no lo hagan porque tampoco hace falta ya que el titular que tuitea Eduardo Inda ya lo dice todo: “La tesis de Errejón tiene más de 200 párrafos autoplagiados de siete artículos suyos”. Primero, no existe el autoplagio, esa idea es una tontería importante. Segundo, mucho menos existe en una tesis doctoral: cualquiera que se haya acercado a una lo sabe. Tercero: lo que sí existe, por desgracia, es el panfleto que se hace pasar por medio de comunicación y el mamporrero que se hace pasar por periodista. Qué asco.

Sí, «obrones»

Ya saben que me gusta encontrar en Twitter, Instagram o, en menor medida, Facebook, a esas personas que no son estrellas en sus pequeños ecosistemas digitales pero dan en el clavo. Por ejemplo, Miguel, que analizaba la derrota de Carmena de un modo descarnado y desde posiciones próximas a la alcaldesa: este tuitero recomienda a la izquierda que se sacuda los complejos y, sobre todo, las ideas prefijadas, y que sea consciente de que el gasto millonario en “obrones” es necesario muchas veces para atajar problemas complejos en las ciudades. El rechazo de la izquierda a esta evidencia solo perjudica a la propia izquierda.

Mirar para otro lado es delito

Aunque no me fío nada de las “lecciones” que regalan en Menéame cada día, esta vez tengo que traerles este relato de un abogado (o procurador): su cliente ha denunciado a una chica que compró un iPhone por 200 € y asegura no saber que era robado. Pues bien, la jurisprudencia parece clara: “El tribunal no se chupa el dedito. Sabe que no eres subnormal, sabe que nadie da duros a cuatro pesetas, y sabe que tú lo sabes”. Esa es la conclusión del autor del post (bastante bien escrito, por cierto), que recomienda algo lógico: que no compremos material que sospechamos que es robado porque, además, es delito.

Ridiculizar es ridiculizar

Andreu Buenafuente y su equipo de guionistas y producción están a otro nivel muy superior a cualquiera que dirija, escriba o presente. Su reciente monólogo, al estilo Hamlet, sobre si hay que hablar o no de Vox (y la extrema derecha en general) es digno de guardarlo para siempre. El genial presentador y actor viene a concluir algo muy sencillo: no hay debate sobre la necesidad de votar ni sobre que ridiculizar las ocurrencias de Vox es eso, ridiculizar, y también es necesario hacerlo. Así que ni el postureo del “yo no les menciono”, ni legitimarles hablando de ellos con normalidad: contra los ultras hay que actuar.

Así que, al lío

No necesitábamos que lo dijera Buenafuente porque es obvio, pero es innegable que su respaldo ayuda a acortar algunos debates estériles e ir al grano: “El problema no son los antecedentes. El problema es que son nazis. Y ya no lo pueden ocultar”, tuiteaba Jorge Matías sobre cómo vamos conociendo la incorporación de ultraderechistas a las filas de Vox y el posterior rebote de Ortega Smith. De Vox y sus ramificaciones (como la que hemos visto en Bilbao) no hay que hablar como de un partido más, sino señalar constantemente lo que son y el peligro que nos vuelven a traer.

¿Qué quiero decir?

El auge de la extrema derecha no puede traer nada positivo. Absolutamente nada. Y si pese a las evidencias históricas alguien necesita comprobarlo en persona, se lo preguntamos en unos meses a cualquier andaluz. Pero sí tendremos que aprovechar su presencia para tomar notas y decisiones. Pepe Colubi, por ejemplo, tuiteaba esto hace unos pocos días: “Ayer puse La Sexta en tres momentos distintos del día y en los tres difundían ampliamente las declaraciones homófobas y negacionistas del Holocausto del candidato regional de un pequeño partido ultraderechista. Eso no es información, eso es promoción”.

Ni centro-derecha, ni pamplinas

Con la extrema derecha reaparece otro término, el de colaboracionista. Lo son los medios que blanquean esta opción y lo son los políticos que hablan de “centro-derecha” e incluyen a Vox. Lo es, por supuesto, Pablo Casado, el único de los líderes de la derecha española ultra que se atreve a hablar claramente de la relación entre los tres partidos. Casado presenta a su PP como bisagra, como pegamento para que los rancios y los que añoran el franquismo se sientan representados por un espacio político que, si no aglutina, se conforma con liderar. Ojalá el PP se estrelle con esta estrategia y a Casado le devoren los suyos.

“Derechita cobarde”

A José María Aznar podemos echarle en cara muchas cosas pero no que se esconda: él es de derechas. Y si tiene que escoger, no escoge precisamente el centro-derecha porque eso era un invento de Rajoy. Es más: si tiene que partirse la cara con Abascal para defender la posición conservadora hasta lo casposo de su formación, se la partirá. Aznar, por supuesto, se siente cómodo con el discurso de Casado, que para algo es su delfín (hay quien asegura que hasta su marioneta), y le ayuda a ubicarse con el músculo que al expresidente nunca le ha faltado porque él va de frente, va de cara, va de cara al sol.