Cuatro veces nos hemos enfrentado este año al Valencia de Bordalás y ninguna de ellas hemos sido capaces de ganarles.
Ayer un empate a cero que sabe a derrota, porque hemos perdido la oportunidad de meternos de lleno en la lucha por Europa como absolutos protagonistas, teniendo las riendas de las posibilidades en nuestras manos. Pero un equipo asqueroso que no quiso jugar ni un solo minuto en San Mamés, nos la volvió a liar. Ayudado por supuesto por un árbitro incapaz e incompetente, que en todo el partido estuvo, él mismo, favoreciendo las pérdidas continuas de tiempo. Le tomaron el pelo hasta límites insospechados. Y ni una tarjeta por retrasar los saques de banda, falta, área,… Daba igual, cualquier oportunidad era buena para dejar pasar los minutos a lo tonto, o para desplazar el balón en las mismas narices del colegiado que miraba para otro lado. Lamentable Bordalás, porque el Valencia es así por él. Penoso el Valencia, que teniendo los jugadores y la calidad que tiene, se dedique a esto, que ni es fútbol ni es nada, es triste. Y horrible el árbitro, que encima cobra muchísimo por ser así de malo. Empate a 0 porque el Valencia no quiso más. Tuvo dos tiritos a puerta en todo el partido. No se puede ser más rácano.
El Athletic lo intentó pero no lo logró.No les puedo echar en cara nada porque fueron a por el triunfo sin descanso. En ambos tiempos se le dominó al equipo Che, pero en la primera parte con menos ocasiones y quizá un juego más deslabazado. Una de Williams, otra de Raúl (por cierto, en la lista de jugadores con más partidos en la Liga, se ha puesto en tercer lugar, Zorionak!)
En la segunda, hubo más combinación y unas cuantas oportunidades, pero Iñaki, sigue en sus trece de fallar casi todo lo que le llega. Ayer unas cuantas muy buenas. Él ayuda con sus desmarques, pero… cuando se pone cara a puerta o al portero, en un uno contra uno, se le funden los plomos y se empeña en fallarlos. Así ayer unas cuantas. En el descuento, remató de cabeza picado, pero el portero, de nombre impronunciable, Mamardashvili, se la sacó de manera impecable.
Tengo que destacar la aportación de Villalibre, que saltó al terreno de juego en el minuto 64 y todos los balones que tocó aportaron algo. Reactivó a sus compañeros y en casi todas las recepciones que hizo puso en problemas a la defensa valencianista. Marcelino, también lo reconoció en rueda de prensa posterior, y así mismo comentó, que había sido una pena que no consiguiese ese gol, con su remate de cabeza que fue al travesaño. Una pena, como es una pena también que nuestro entrenador le utilice tan poco. Se va a acabar la Liga y casi no le hemos visto, y lo que ha participado, a mí no me hace más que confirmar, que se le deberían dar más minutos.
Sobre Marcelino y la semana de declaraciones de unos y otros sobre su continuidad en el equipo la temporada que viene, decir que yo si fuese él también estaría cabreada, por el hecho de que los candidatos no hayan hablado con él en primer lugar. Me parece falta de tacto y de saber estar, así que mal empiezan los futuribles presidentes… Barkala ha hablado con él esta semana pero no parece que con mucho entusiasmo. Así que Marcelino muy contento supongo que no estará. Desde mi punto de vista, debería seguir un año más, sin dudarlo. Conoce los jugadores, ha iniciado el relevo generacional, también ha conseguido buenos resultados y seguimos con posibilidades de entrar en Europa. ¿Quién mejor que él? Es que no tengo ni media duda. Y encima, se oye cada cosa… incluso esta semana han dicho que uno de los candidatos quiere… ¡traer a Bordalás! Espero que sea broma…
Por otro lado, me hubiese encantado conseguir los 3 puntos, no solo para acercarnos a Europa, y fastidiar al entrenador del Valencia, sino también para que los recibiesen con alegría, allá donde estén, dos Athleticzales que nos han dejado esta semana. Uno de ellos, el socio 92, José María Artola, de 91 años, muy conocido en Bilbao, porque tuvo una carnicería en Licenciado Poza, que desde hace tiempo lleva su hijo. Super aficionado, como lo era también Antón Arieta, que además de aficionado, fue jugador del Club durante la friolera de 10 años, hermano de Eneko Arieta (ya he comentado alguna vez, mi padrino), con el que coincidió jugando un par de años.
Antón era 12 años más joven. Tanto a José María como a Antón les hubiese encantado un triunfo, pero… El pequeño de los Arieta además del puntito recibió el cariño del público en el sentido minuto de silencio que se guardó en La Catedral. Desde aquí un abrazo enorme a los familiares y amigos de ambos.
Y para acabar, recordar que este mismo martes, vuelve la Liga, en este caso en Granada, contra un equipo que se está jugando las habichuelas de seguir en Primera y en un campo que se nos da fatal, salvo por el recuerdo imborrable que tengo de traernos de allí la clasificación para una de las finales de Copa. Para conseguir una victoria, hay que seguir en la línea de los dos últimos partidos pero, eso sí, afinando la puntería. ¡A por el Granada! Y…
¡Aúpa Athletic!