España va bien, que lo dice Permach

El mismo Joseba Permach al que oímos y vimos explicar que ETA atentaba porque había una estrategia represora del estado español, hoy se ha reconvertido en profesor de la UPV/EHU, tuitero y defensor de las virtudes de España y el PSOE: “La economía del estado creció un 2,5% en 2023, cinco veces más que la eurozona. La afiliación a la Seguridad Social alcanza los 21 millones de personas. Las personas en paro son 2.572.121 la cifra más baja en agosto desde el 2008”. Así comienza su hilo para alertar de la amenaza de la ultraderecha en ese país, contra una realidad que Permach resumiría como José María Aznar: “España va bien”.

Cuéntanos más, Joseba

Joseba Permach sabe mucho de lo que pasó en aquella época en la que él era el tipo duro de la izquierda abertzale. Y ahora que es profesor en la UPV/EHU su sabiduría será desbordante. Por eso, en el mismo hilo que comienza con sus loas a España, nos ilustra con la estrategia que tienen todos los populismos de base fascista, como el de la extrema derecha y el que él mismo practica desde X: “Se llaman ‘Agenda Setting’ y ‘Framing’. Son métodos para incidir en la opinión pública, condicionar los temas de debate y la forma de representarlos”. “Si imponen los temas y nos comemos sus marcos, la opinión pública va a variar a pasos agigantados”.

Maduro te explica Internet

Otro que en el pasado fue un látigo y hoy es manso es Juan Carlos Monedero, que tuvo que soportar la mirada y la vergüenza mientras Nicolás Maduro, junto al que se sienta para cederle la palabra, explicaba a su público cómo funciona Internet. Una serie de ideas sin conexión y fundamento, mezcladas para señalar a EE.UU. y, sobre todo, la ignorancia del propio Maduro. Y ahí estaba él, Monedero, aguantando el tipo ante una colección de estupideces. No le niego que intentó corregir algo, pero tímidamente. Porque a los dictadores, al final, todo el mundo les trata como tal. Y a los colaboracionistas, por cierto, también.

Tampoco ellos creían que estaban comiéndose la propaganda rusa

Marcelino Madrigal y Emilio Doménech mantuvieron una conversación muy interesante sobre la noticia de que Rusia montaba directamente agencias de noticias en EE.UU. para desinformar, y para ello usaba a influencers de esos que dicen que estamos todos comiéndonos información gubernamental cuando hay una verdad que ellos conocen porque la buscan. Pues bien: se estaban jamando propaganda rusa a cucharadas (conscientemente o no). Lo ha investigado, documentado y acreditado el departamento de Justicia estadounidense, pero sucederá en más países, como sugería Nanísimo. No eran más listos, eran todo lo contrario.

No es un dislate

El anuncio que ha hecho el propio Alvise Pérez (“he votado ‘no’ a subvencionar el espectáculo del toro de lidia, pese al apoyo total que PP y Vox han dado a dicha financiación pública”) ha sido mal interpretado. Por supuesto, sectores muy conservadores en España, en los que también pesca votos él, le han criticado con furia. Pero me parece más interesante pensar en quién lo aplaude: Dani Desokupa, el líder de este negocio, es un abierto animalista, y si Alvise ha decidido votar así y exponerlo es porque sabe que hay una nueva generación de ultras que mezcla lo liberal con lo antitaurino, entre otras ideas que parece que no pegan, pero sí.

No es la inmigración

Pocas exposiciones más claras sobre el relato político que este tuit de César Calderón: “Estos son los datos de la emigración en Alemania. Como pueden ver, Turingia y Sajonia son dos de los estados con menor porcentaje de todo el país. Es decir, el resultado de la AfD no se debe a la emigración en sí, sino a que han ganado el relato sobre la misma”. El problema no es la inmigración, el problema es que mientras buscábamos lo políticamente correcto hemos dejado la puerta abierta a los populismos de base fascista. Y así nos va: en Alemania pero también en Euskadi, donde el relato actualizado (en este caso, lo mal que está todo) tapa al pasado.

No ha funcionado

Sobre el triunfo de la AfD en Alemania, Antoni Gutiérrez aporta un dato muy llamativo, también en X: “La extrema derecha gana unas elecciones en Alemania por primera vez desde la II Guerra Mundial. Fue en Turingia. Entre la Generación Z, consiguieron 5 puntos más de apoyo. Fue el grupo que más los respaldó”. Es decir: entre los 18 y los 24, entre quienes votaban por primera vez, la ultra fue la opción más elegida. Coincide con la generación más desinformada por TikTok, Instagram, WhatsApp y Telegram, y por supuesto esto no es casualidad. No llamar “nazi” a los nazis y llamar “fascista” a cualquiera no ha funcionado.

No informan

Si no queremos acabar viendo a los populistas que esconden su pasado fascista gobernar Euskadi, tenemos que empezar a avisar seriamente de la desinformación. No solo la hacen los Alvise y Negre en España, aunque estos la subliman, como expone el ministro Óscar Puente en X: “El año pasado acudí al festival Mad Cool con mi hija, entonces menor de edad. Negre y Alvise difundieron fotos mías con ella insinuando que era mi amante o algo peor. Hoy la Agencia Española de Protección de Datos ha condenado a Negre a pagar 5.000€ de multa”. “Este año su medio ha vuelto a hacer lo mismo difundiendo un vídeo. La respuesta llegará”.

Viajarán las y los ricos

En el manual del buen populista vasco de base fascista, antes que el de la inmigración, sobre la que posturean (manteros, refugiados) pero en campaña no dicen nada, aparece el capítulo del turismo. Lo puto peor que le ha pasado a Euskadi, según estos lobos con piel de cordero. Sí creo que Airbnb es uno de los principales problemas de nuestra sociedad, de mucho más calado de lo que parece, pero también soy consciente de que si regulamos el turismo solo viajarán las y los ricos, como va a pasar en Italia, donde van a imponer “tasas más altas y en más lugares para los viajeros” (Xataka). “Hasta los 25 euros” por noche y turista.

Ni Barça, ni Madrid…

Pablo Fornals se ha convertido en la voz de quienes estamos hartos de que en la prensa deportiva o las secciones deportivas de los medios generalistas, hasta cuando mencionan a nuestros equipos, acaben hablando de Real Madrid y FC Barcelona. Hasta los balones hemos acabado en Bilbao de Laporta, Deco y Flick. Y ahora parece que toca hablar de Mbappé, marque o no marque. Si por algo nos gusta el fútbol es por las miles de historias que guardan aficiones, equipos y jugadores. Si solo hablan de un futbolista y de dos clubes, las y los compañeros se estarán equivocando.

¿Qué puede salir mal?

¿Qué puede salir mal si PSOE y PP insisten en su estrategia compartida de meter en el ajo político a las familias de sus líderes? Eso es algo que, hasta ahora, hacían otro tipo de partidos como Vox, Podemos o Bildu, y que las y los de Núñez Feijóo y las y los de Sánchez han llevado a un nivel superior. ¿Quién va a querer prestar su conocimiento a la política si sabe que será linchado en redes, expuesto en los medios, con un regreso difícil a su sector profesional y ahora, también, que pone en riesgo lo que puedan conseguir profesionalmente sus parejas o sus familiares? ¿Hay alguien en PSOE y PP que sea capaz de mirar hacia el medio plazo?

Y luego, ¿qué?

Llevo meses diciendo que Sánchez y Puigdemont se parecen mucho en política: ambos han hecho del cortoplacismo y el golpe de efecto un modelo que les reporta cierto éxito, pero siempre muy condicionado. De la misma manera, sus sucesiones al frente de sus partidos, que se han convertido en organizaciones personalistas, son un tema tabú que se comenta en corrillos pero no alcanza a la esfera pública. Bernat Dedéu da una vuelta al asunto catalán: cree que el cambio de Biden por Harris, aunque abrupto, o precisamente por ello, es un modelo a seguir en Junts, pero también en ERC.

A esto se dedica

Menéame es hoy un clásico de Internet: un agregador de noticias que resulta muy útil para saber de qué se está hablando en una parte de la gran red, por lo menos. Yo lo conozco y visito casi a diario desde que en Twitter (antes X se llamaba así) nos conocíamos todas y todos. No sabía que ahora pertenece a DiarioMotor Media, que fue adquirido por Atresmedia en 2021. Me he enterado leyendo a Alvise Pérez, que da esta información solo con un único motivo: señalar a los tres propietarios que permiten en su plataforma críticas al eurodiputado. Según él, se trata de “fake-news y basura ideológica”. A esto se dedica: a seguir el manual trumpista.

¿Por qué no lo hace?

Todas y todos sabemos que Alvise Pérez no es un político porque no va a trabajar para alcanzar acuerdos entre diferentes y mejorar la vida de la ciudadanía (estoy y nada más que esto es la política), él es un agitador. De la misma manera, sabemos que Javier Negre o Vito Quílez no son periodistas porque no informan o comentan la actualidad desde su punto de vista: generan campañas de agitación a favor de la ultraderecha. Por eso no debería de estar en el Congreso. Y menos después de difamar al periodista Raúl Solís: “Podemos pide a Armengol la retirada de la acreditación de prensa del Congreso a Vito Quiles tras su último bulo” (Público).

Una buena noticia

Lo suponíamos pero, por lo menos, yo, no lo esperábamos tan pronto: “El fútbol árabe deja de ser un reclamo para las estrellas” (Vozpópuli). Después del agitadísimo verano de 2023, con el aterrizaje de jugadores en plenitud de su carrera, vino el invierno en el que las noticias que generaba la liga árabe solo eran las de las ganas de huir de esos deportistas. Hoy aquella Superliga solo atrapa a quienes quieren cazar un último y suculento contrato en una competición menos exigente. Lo que diferencia a la árabe de la china es que la liga de los jeques tiene dinero para insistir. E insistirán.

Otra vez

Alvise Pérez primero hizo público en X el número de matrícula del coche de la madre del detenido por el asesinato de un niño en un pueblo de Toledo. Después, cuando algunas y algunos usuarios de esa red social le afearon el gesto (¿cómo pudo acceder al dato? Eso es lo más importante y preocupante), volvió a embestir: “Lo escandaloso es que no haya circulado ni un retrato robot del sospechoso, no que los españoles nos organicemos para detener a un asesino de un niño de 11 años”, tuiteó. Pérez llama a que la ciudadanía juzgue y ajusticie, a romper los consensos más básicos, y con este discurso consiguió más de 800.000 votos.

Sí, hay que hacerlo

En la misma red social, el usuario @JesusMalaga lo exponía con absoluta claridad: “Hay que hacer algo con esta gente ya”. Se refería a otras y otros usuarios que, desde el anonimato, difundían bulos sobre el terrible asesinato en Mocejón, señalando a personas inmigrantes sin prueba alguna. Sí, hay que hacer algo con esa gente ya, pero estamos hablando de la red social en la que triunfó primero Alvise Pérez, la preferida también de los fascistas y difamadores de nuestra idílica Euskadi (claro que los hay), y que es propiedad de un trumpista declarado que se saca fotos con Milei, como es Elon Musk. Igual hay que hacer algo ya… con X.

No paran

La policía local de El Vendrell, también en X, se vio obligada a explicar que en su municipio nadie había acuchillado a nadie. Lo peor es que algunos medios de comunicación y programas de esos que viven de los sucesos, pero mejor de lo que han vivido nunca, ya habían difundido el bulo. Y cuando no son bulos (la inmigración, otro apuñalamiento), partidos y medios que hacen negocio con la percepción de inseguridad (igual los sindicatos de la Ertzaintza deberían de repensar su estrategia para no parecerse a ellos) aprovechan para generar infundios, para alertar a la ciudadanía y para asustar a quien está dispuesto a asustarse para votar a los fachas.

Esto es lo que sucede

Si no atajamos los bulos, si no ponemos en valor el periodismo de verdad, si seguimos poniendo el micrófono o buscando el tuit del político ultra de moda para ponerlo a la misma altura que el de una o un servidor público, vamos a acabar como en el Reino Unido este mismo verano: “A partir de fake news difundida en redes sociales, el Reino Unido vive la peor ola de racismo y ataques en más de 20 años. Hace una semana el país se encuentra incendiado y al borde de un caos aún mayor”, tuiteaba el analista Gonzalo Fiore Viani. No podemos obviarlo ni olvidarlo. Acabamos de verlo, acaba de suceder y puede volver a pasar.

Tampoco tienen razón

Hace bien Leo Messi en denunciar al colectivo “Futuro Vegetal” por atacar su vivienda en Ibiza incluso aunque la denuncia del grupo sea innegable: los ricos como él son quienes más contaminan con el uso de vuelos privados, coches de alta gama y lujos exclusivos que siempre hay que importar. Insisto: la evidencia de su denuncia no justifica su decisión de vandalizar y decir que la consecuencia de su acto se arregla frotando y repintando. La violencia (ni la directa, ni la indirecta, ni la estructural) nunca es justificable, nunca tiene la razón y nunca, nunca, trae nada bueno a nadie.

«Una lección»

Finalmente, parece que ya sabemos cómo y cuándo va a sortear Alvise Pérez su sueldo de eurodiputado: no va a hacerlo. Pero, ojo, según su comunicado en Telegram, que recoge con regocijo Marcelino Madrigal, no lo hará para “dar así una lección a todos los periodistas, políticos y haters en general”. Al principio yo tampoco lo entendía, pero rápidamente lo vi claro: Alvise Pérez se piensa que todas y todos (empezando por sus votantes) menos él somos tontas tontos, y que puede decir y hacer lo que le da la gana. Como ya sabíamos, “es imposible donarlo” y por eso “he decidido finalmente quedarme con todo mi sueldo público”, explica.

El lobo solitario

Antes de confirmar que nos toma por idiotas, “Alvise Pérez trató de forzar a Diego Solier y Nora Junco a donar el 50% del sueldo de cada uno, logrando así el 100% que había prometido él en campaña, sin ver afectada su nómina”. El eurodiputado y la eurodiputada de Se Acabó La Fiesta “se negaron en rotundo” “pues la idea había sido un compromiso del propio Alvise Pérez, quien tenía que asumir dicha responsabilidad”. Lo cuenta Vozpópuli en una pieza en la que describe a Pérez como “un lobo solitario” que pretende dar el salto a la política nacional sin montar un partido porque no se fía de nadie… Y cada vez menos personas de fían de él.

A qué dedica su tiempo

En Vozpópuli relatan cómo Alvise Pérez lleva tres meses ocupado únicamente en asegurar su cuota de poder y que, para mantenerla, podría estar detrás de una cuenta en X desde la que critican a Solier y Junco, precisamente. Algo sorprendente pero plausible, si uno observa al personaje, el mismo que es capaz de esto que denuncia Rubén Sánchez en la misma red social: “Seguidores de Alvise Pérez lanzan mensajes homófobos y llaman a linchar, ahorcar y castrar al periodista Raúl Solís después de que el ultraderechista haya publicado un montaje para simular que es un pedófilo”. A Pérez le votaron 800.000 personas. No lo olvidemos.

Por eso hay que hacer caso a Fernández

No sé si Iker Fernández se refiere a alguien en concreto, pero su tuit me parece muy acertado para cualquier caso, también para el de Alvise Pérez: “Por favor, confiad en los periodistas. Sí, en los que se han tirado 4 años para licenciarse. Los serios. Los que contrastan noticias, buscan la información sin sesgos. No en los gorrillas, panfleteros, tuiteros, subordinados, tiktokeros, tertulianos y la madre que los parió”. Esa cuadrilla de interesados, por resumir, es la que hace posible, precisamente, que haya millones de personas desinformadas e intoxicadas, capaces de votar a ultras y fascistas que se visten con piel de cordero en las campañas de allí y de aquí.

Sí, es odio

He empezado y termino con Marcelino Madrigal en X: “Llevo muchos años observando y estudiando como el odio se instaura en el mundo usando la red. En España es absolutamente vergonzoso. En todos estos años no he visto ni a uno solo de sus responsables responder ante la justicia. Se ven impunes porque lo son. Y eso debe cambiar”. Estoy totalmente de acuerdo. En España y, por desgracia, en Euskadi, donde el odio (sí, es odio) a un partido político amalgama a votantes debidamente intoxicados y desinformados, nuevamente. Hay varios Alvise Pérez entre nosotras y nosotros, y señalarlos es un deber profesional, moral y social.