¿Qué tienen contra CAF?

CAF no fabrica armas pero en Euskadi el genocidio que el gobierno y el ejército israelíes ejecutan en Gaza ha sido redimensionado por la izquierda abertzale (en la web de EH Bildu hacen una entrevista a su candidato en Ordizia, Asier Álvarez de Eulate, que amenaza directamente a CAF con un boicot internacional) atrapando a la empresa ferroviaria vasca. ¿Por qué? Y lo que es más importante: ¿por qué volvemos a asistir a la manipulación del sufrimiento ajeno (el sufrimiento que provocan 65.000 personas asesinadas) para el lavado de cara propio y no nos revelamos contra ello?

Ha venido a jugar

Pello Otxandiano ha venido a jugar. A hacer política, no sé, pero a echar los dados y ver qué pasa, sí. Da igual que ni el parlamento ni el gobierno vascos no sean competentes para subir las pensiones. Da igual que el movimiento de pensionistas de Euskal Herria no hagan sus demandas en Iruñea. Da igual que, de hecho, el único partido que negoció y logró en Madrid, precisamente, una subida para todas y todos los pensionistas del Estado haya sido el PNV. Da igual todo: lo importante es el populismo. O mejor dicho: no da igual. La justa reivindicación de las y los pensionistas tiene un objetivo político, no social. A este juego también juego yo.

Ni una mierda más

Ni una mierda más de quienes son fascistas aunque se disfracen de pacifistas. Hablo de Donald Trump (¿cuántas cosas tienen en común el trumpismo y el fascismo que observamos en Euskadi?): “Trump pronuncia discurso en ONU lleno de afirmaciones falsas sobre el clima, la inflación, inmigración y la paz”. Lo dice la CNN: “Trump fue inexacto sobre una amplia variedad de temas, incluyendo la inflación en EE.UU., las políticas climáticas tanto en el país como en el extranjero, la inmigración, su papel en la resolución de conflictos internacionales y su posición en las encuestas de opinión”.

Y Rusia, ¿qué?

Durante décadas hemos oído la palabra “fascista” recurrentemente: todos lo éramos (me incluyo, sí), menos los de verdad. Y ahora que el fascismo está viviendo su momento dorado, son incapaces de reconocerlo: es fascista Netanyahu, abraza a los ultras Trump, son fascistas quienes siempre lo han sido en Euskadi y nunca han condenado al que asesinaba por pensar diferente, y por supuesto, es fascista Putin (el justificado). “Italia, Alemania, Suecia y Finlandia han hecho algo que parecía impensable: lanzar sus cazas en busca de aviones rusos” (Xataka). Esto es fascismo expansionista y hay que pararlo. También con la OTAN.

¿Creemos o no creemos?

Este titular y subtítulo en El Independiente me ha parecido de lo más sugerente: “Cuando el PSOE hablaba del jurado como hito del ‘socialismo democrático’ y el PP de ‘tribunales populares’. El debate parlamentario de 1995 sobre el jurado contrasta con la manera en que socialistas y populares han acogido la propuesta de Peinado”. Del mismo modo que no dudo de las intenciones de Sánchez cuando menciona a Palestina, no dudo de que el juez que investiga a su mujer utiliza el jurado popular como un trasunto de la sociedad española. Pero tampoco dudo en que cuando uno cree en el jurado popular debe hacerlo hasta el final.

El tonto del pueblo

El tonto de su pueblo puede llegar muy lejos. He aquí la prueba: “Hoy me siento mujer, me llamo Francisca Javiera y soy mujer. No me lo discutan, que les llevo por delito de odio a un tribunal”, esto decía (y lo recogía El Periódico, entre otros medios) el exmagistrado del Tribunal Superior y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Francisco Javier Borrego, en las jornadas para la negación de la violencia de género organizadas por Vox (el socio preferente del PP, que conste) en el Congreso. Dicho de otro modo: la peor idea puede dar la vuelta al mundo rebotando de tonto en tonto. Alguno, muy bien pagado con dinero público.

No te enteras, Miguel Ángel

Miguel Ángel Idigoras no se ha enterado de qué va la manipulación que hace la izquierda abertzale del genocidio en Palestina, y sigue abrazado al pensamiento de Mayor Oreja. Pero con esos mimbres hizo buen cesto: director de ETB con Patxi López, nada menos. Dice en Economía Digital el también ex corresponsal de TVE que el boicot del pasado miércoles fue la vuelta ciclista a España, y yo me río, claro. La izquierda abertzale no ha dicho nada de una competición que muchos votantes suyos aplauden en la carretera. El boicot fue a las instituciones vascas: ayuntamiento, diputación, Ertzaintza… Solo hay que tener ojos (y voluntad) para verlo.

Bildu lidera la izquierda española

En su camino al éxito, Bildu ha logrado otro hito: liderar sin esfuerzo la izquierda española. Con ERC ocupado en sus luchas intestinas, los de Otegi no han dudado en mostrarse, en su safari fotográfico estival, como el faro, la guía, la argamasa que compacta y el modelo que hay que seguir entre los que se autoproclaman más progresistas que tú. Y ha funcionado: “Podemos y otros grupos políticos se suman al boicot a La Vuelta para expulsar al equipo israelí” (El Independiente). ¡Ay, los complejos tradicionales de la izquierda! Por supuesto, “el socio minoritario del Gobierno, Sumar, se muestra más moderado”.

Pero, ¿qué censura?

Nadie firma la pieza en El Imparcial con la que se quejan airadamente de los nuevos criterios en el Congreso de los Diputados para acreditar a periodistas. La verdad es que de nuevos no tienen nada, es una vuelta a los orígenes en toda regla: “No acreditará a medios con menos de 10 trabajadores, ‘youtubers’ o tv digitales”. A esto, en el digital que preside Luis María Ansón, lo llaman “censura”. Pues muy bien. Pero el Congreso tapona por fin (y tarde) la vía de agua que se le había abierto acreditando a webs de desinformación, agitación y propagación de bulos, disfrazadas de medios de comunicación. Todo correcto.

Todos han leído un montón

Estoy seguro de que Francisco Javier Borrego, Miguel Ángel Idigoras, las y los líderes de izquierdas, y quien ha escrito la piecita en El Imparcial liándose con la palabra “censura”, han leído un chingo de libros. Leer no te hace más listo ni mejor persona, tiene razón María Pombo, que se ha atrevido a decir a quienes nos gusta leer: “No sois mejores” (Ara). Si vamos uno por uno puede que no, es cierto. Pero también es verdad que nunca como hoy se exhibe sin rubor la ignorancia, la mediocridad, la creación de atajos o la falta de principios claros, esos que anclas a tu vida cuando aprendes a leer de modo crítico, precisamente.

Iruñea

Bildu colocó a Joseba Asiron como alcalde de Iruñea con una moción de censura que apoyó el PSOE después de que Bildu votara a favor de Pedro Sánchez en su investidura sin pedir nada a cambio (ejem, ejem, guiño, guiño, codazo, codazo). Año y medio después, Karla Pisano se queja amargamente en el Diario Socialista de “la defensa sectaria, no de un proyecto político, sino de un partido” que hacen Bildu y su entorno. Ella misma reconoce que “cuando del PNV se trata, hasta el acto más marginal del último ertzaina de la fila tiene responsabilidades políticas. Todas ellas, sin embargo, desaparecen cuando de EH Bildu se trata”.

No, no valen

También Bildu junto al PSOE, ERC (que luego se desdijo), Sumar y Podemos, aprobaron una ley española de vivienda para una campaña electoral y sabiendo que su reglamento podía contraer la oferta. Pero, ¿qué más da si a la izquierda le vale con mencionar “la vivienda” para que parezca que hacen algo por ella? Sin hacer una defensa sectaria, como ha escrito Karla Pisano, me ha resultado muy interesante esto en El Blog Salmón: “El problema de la vivienda en España es el mismo que en Alemania o en toda Europa del Este”, y es, oh, sorpresa, “una oferta insuficiente”. Por lo tanto, “es un error pensar solo en soluciones locales”.

Debería de ser ilegal

La ley española de vivienda que aprobaron Bildu y el PSOE, entre otros, además de cometer el error básico de contraer la oferta, es insuficiente. Se queda corta. No interviene contra plataformas como Airbnb (en el centro del problema) ni contra los grandes tenedores, como Rubén Zaballos que en la web de La Sexta se presenta como “un propietario con más de 200 pisos” que asegura, sin sonrojarse, que “la gente me dice que mejor los destine a alquiler turístico’”. Me deja pasmado que simplemente sea legal que una sola persona (o sociedad) pueda acumular 200 viviendas sin que los impuestos, por ejemplo, le resulten asfixiantes.

Correcto

Enrique Dans ha escrito en su blog un post muy interesante sobre cómo “Trump lleva años presumiendo de que ‘América necesita un CEO’”, lo que considera “una pésima idea”. Y se explica: “Gobernar no es gestionar una cuenta de pérdidas y ganancias” “porque su misión no es maximizar beneficios ni elegir clientes, sino servir a todos, incluidos los que no te votan. Los incentivos en democracia son deliberadamente más lentos y complejos, por eso existen contrapesos que un CEO jamás aceptaría”. Pero hay otra circunstancia añadida muy interesante: el “historial” de Trump como empresario “es calamitoso”.

Sí a la regulación en Internet

Soy un firme defensor, desde el principio, cuando era una idea impopular, de que Internet sea regulado. Y hoy, más: esta semana un streamer ha muerto en directo después de completar “un desafío llamado ‘10 Días y Noches de Tortura’, basado en pruebas de resistencia física, privación del sueño y consumo de sustancias supuestamente tóxicas” (El Confidencial). Raphaël Graven retransmitía esas barbaridades en la plataforma Kick, en la que también ha acabado Simón Pérez, el economista y streamer que ha caído en una espiral salvaje. Kick tiene público y da dinero a cambio de sufrimiento. ¿De verdad que nadie puede pararlo?

¿Quién recuerda a ETA?

No son pocas ni pocos, del entorno de la izquierda abertzale y de otros, las y los que piden que dejemos de relacionar a quienes apoyan a ETA con ETA, argumentando que la ciudadanía vasca ha pasado página. Yo no estoy tan seguro de que las y los vascos quieran olvidar su pasado por mucho que duela al mirarlo de frente, pero de lo que no tengo duda es que de ETA habla mucho más la izquierda abertzale que el resto: “Covite denuncia que 26 actos de apoyo a presos de ETA durante este verano han sido patrocinados por Bildu” (El Independiente). En total, ya van “135 actos de apoyo a los presos de ETA durante las fiestas”.

No soy optimista

Me hago mayor y me duele Euskadi: el número de personas capaces de justificar o perdonar un fascismo que ha vivido me entristece. Por desgracia, en todas las sociedades hay comportamientos inexplicables, como (salvando distancias) el “espectáculo de fuegos artificiales en Jaraíz de la Vera” junto a “uno de los incendios en activo” (Huffington Post) en Cáceres. Un vídeo, ampliamente difundido en redes sociales y WhatsApp, muestra la cercanía de los fuegos artificiales al real. Las respuestas han sido también muchas y no todas calmadas. Y eso, respuestas ante lo evidente, es lo que necesitamos. Pero no soy optimista.

No lo entiendo

El de las y los políticos que inflan sus currículums ha sido uno de los temas del verano. Yo no lo entiendo. En 2025 si algo tenemos claro es que el currículum académico importa poco (salvo para el acceso a algunas plazas funcionariales). Me explico: doy valor a los estudios, pero sé que no son exigibles y menos en política, como recuerdan en El Blog Salmón. “Para ser político no hace falta estudiar Ciencias Políticas y a veces, directamente nada. Mentir en el CV es casi lo de menos”. Noelia Núñez ha hecho un ridículo evitable pero ha generado un efecto cascada muy interesante de “corrección” de titulaciones obtenidas (o no) por otros representantes.

¿Quién es turista?

Yo soy turista, no voy de “viajero” por el mundo ni doy la tabarra con que intento integrarme en las ciudades que visito con pantalones cortos y gafas de sol. Sin embargo, a veces me parece que soy el único turista: “¿Quién se beneficia del turismo en verano? Así impacta su masificación en trabajadores y medioambiente”, denuncian en Público, y en las txosnas de Bilbao vemos a comparseros con la piel tostada por el sol servirnos cañas entre carteles contra el turismo en la ciudad. Algunos están en su prime de cinismo e hipocresía. Por supuesto que debemos cambiar el modelo, pero cuando viajamos, no cuando volvemos.

¿Qué pasará?

No soy taurino, de hecho, me gustaría que no existiese un espectáculo basado en que una persona se juegue la vida y en que un animal precioso sufra hasta morir. Pero reconozco que asisto al fogonazo (veremos si es una luz duradera o no) de “el morantismo”, como lo definen en Vozpópuli, con cierta curiosidad, entre otros motivos porque Morante de la Puebla es de mi edad pero encarna, flípolo, el clasicismo en el toreo (que ya es decir). Pero sobre todo porque ese clasicismo (flípolo más) ha conectado con una generación de aficionados jóvenes, sí, pero con una estética viejuna que me genera una mezcla de fascinación y pasmo.

Bildu competirá por España

La nueva izquierda abertzale va a España, negocia con España (por los presos, por Asiron y por todos sus amigos) y pelea por hacer uno de sus pueblos el mejor de España en la tele de España. Itziar Iratzagorria, alcaldesa de EH Bildu en Urduliz, irá al Grand Prix del verano a dejarse amadrinar o apadrinar por una celebridad española, a jugar con la vaquilla María Fernanda, a reírse con los chistes de Lala Chus, y a competir por que su pueblo sea el mejor de Españaza. A tope con la COPE, con la chavalada y con lo que toque, porque soplan nuevos vientos y del “Espainaren morroi” ya solo nos acordamos quienes lo oíamos.

Y RTVE, a tope con la IA

Seguro que en su cabeza sonaba espectacular, como dicen los de Pantomima Full, pero es una metedura de pata importante: RTVE (esa en la que un ayuntamiento de Bildu va a competir por que su municipio sea el mejor de España) ha generado y difundido un vídeo usando la inteligencia artificial para que conozcamos “cómo se vive los momentos de tensión en un encierro”. Ni las decenas de cámaras, ni los años de emisiones, ni los testimonios de las y los corredores a los que tienen acceso, les han parecido suficientes: ¿unos segundos de imágenes artificiales para redes bien valen subir la temperatura del planeta?

Tranquilas, tranquilos, que Europa va a hacer algo

Quienes sentimos el genocidio (según Amnistía Internacional) de Gaza como una muestra de crueldad injustificable y que hay que detener cuanto antes, ya podemos respirar tranquilos. Por fin Europa se ha enterado de lo que pasa, de que hay que hacer algo y de que puede hacerlo. ¡Qué alivio más grande! “La suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel –que incluye las relaciones comerciales–, y medidas menores, como la suspensión de proyectos técnicos” (Huffington Post). Si con esto Netanyahu no se acojona, ya, no sé qué tenemos que hacer. Si no tiro de ironía me pongo a insultar. Y no quiero.

La ley del más fuerte

No solo es que si hubiesen podido lo habrían hecho, es que si pueden lo harán: “Daniel Esteve afirma que le ‘encantaría’ volver a la Edad Media para ‘cortar cabezas’” (Diario Red). El de Desokupa ha dejado claro que “le ‘encantaría estar en la Edad Media, donde estas cosas se podían arreglar a hachazos y con espadas’. ‘Me encantaría, me encantaría’, insistió. A continuación, añadió: “La de cabezas que íbamos a cortar”. Tras estas declaraciones, remató diciendo: ‘Ahora se escandalizarán: ‘el nazi ha dicho que hay que cortar cabezas’. Me encantaría’”. Yo lo que tengo claro es que si le dejan aplicará la ley del más fuerte.

¿Qué pasará con todas esas fotos?

Iker Morán reflexiona en Photolari sobre el número de fotos que hacemos solo porque podemos hacerlas: “Cada segundo en el mundo se hacen 62.000 fotos. Es decir, ahora mismo, mientras se lee esta frase, la cuenta mundial de fotografías acaba de subir en unas 200.000 imágenes. Tan absurdo como imparable”. Su pregunta, “¿qué pasará con todas esas fotos?”, me parece la clave. Yo saco fotos a diario (cada vez menos y no sé por qué), con una camarita, luego descargo la tarjeta en el ordenador, selecciono, descarto, edito con Photoshop e intento hacer algo: imprimir, hacer un librito o subirlas a Flickr. No se trata solo de almacenarlas.